A diez años de vigencia del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-Cafta, en inglés), Nicaragua es el único país de la región que tiene superávit comercial con Estados Unidos.
En 2005, antes que entrara en vigor el acuerdo, las exportaciones de Nicaragua a la primera economía mundial sumaban 1,181 millones de dólares (incluyendo zona franca). En 2015 las ventas cerraron en 3,186 millones de dólares, según las estadísticas del Departamento de Comercio estadounidense. Es un salto de 170 por ciento.
Lo que el país norteamericano vende a Nicaragua también creció, pero en menor proporción (un ciento por ciento), pasando de 626 millones de dólares en 2005 a 1,257 millones en 2015.
William G. Muntean, consejero económico de la Embajada de Estados Unidos en Managua, califica como “impresionante” el crecimiento de las exportaciones nicas a su país, pero señala que hay mucho mercado que conquistar.
“Hay oportunidades que aún no se están aprovechando. La encuesta de Cosep ha identificado algunas dificultades, por ejemplo Aduanas… con algunos cambios en aduanas para simplificar las reglas e implementarlas en una manera consistente, podría facilitar comercio exterior”, dijo en entrevista con LA PRENSA.
Por citar un ejemplo Nicaragua ha aumentado con fuerza las exportaciones de autopartes eléctricas (un 300 por ciento), prendas de vestir (200 por ciento), café (163 por ciento), entre otros, reflejan los datos oficiales.
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TODAVÍA SE PUEDE MÁS
Para Mario Arana, gerente general de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN) y quien formó parte del equipo negociador del tratado, Nicaragua es uno de los países que más ha crecido en las exportaciones y para él es importante tomar en cuenta también el aumento que ha habido en las ventas bajo régimen de zona franca.
Sin embargo, Arana también añade que pueden identificarse oportunidades para seguir creciendo. “Lo podemos aprovechar diversificando productos y destinos, estamos concentrados en la costa oeste y podemos entrar a otros estados y en el caso de los productos vender más de los 12 que estamos enviando y darles valor agregado”, expresó.
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Azucena Castillo, exministra de Fomento, Industria y Comercio, y quien también estuvo al frente de las negociaciones, expresa en una amplia investigación que Nicaragua apenas vende a 17 estados en Estados Unidos y los restantes 33 representan la oportunidad para crecer y posicionar una marca que sea país.
“Creo que el sector privado se ha quedado tímido y esos estados a los que no se envían productos, bien pueden abastecerse con arroz, frijoles o frutas exóticas que son muy apetecidas por el público europeo que se concentra en todo ese territorio”, manifestó Castillo.
UNA ETERNA TAREA
Y para cumplir esa proyección de mayor aprovechamiento del mercado estadounidense, Arana y Castillo coinciden en que producir con valor agregado y darle otro giro a los productos que en su mayoría se exportan en estado primario, debe ser una prioridad de nación.
“No es lo mismo vender un quintal de café, cuyo precio depende directamente del mercado internacional a que vendás una bolsa de café procesado y empacado, que además de tener otro precio, posiciona la imagen del país”, manifestó Arana.
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Por su parte, Castillo considera que ese es uno de los aspectos en los que empresarios y sector público deben trabajar. Se trata de una imagen país en la que se cobijen la oferta al exterior, sean inocuos y cumplan con los estándares requeridos.
“El país necesita marcas que nos den una imagen que impacte emocionalmente en el consumidor, que somos responsables con el medioambiente y responsables en temas laborales. Es ahí cuando los microempresarios se deben amparar bajo la marca país y enfocarse en el Hecho en Nicaragua, porque sería un sello que diferenciaría”, explicó la exministra.
Arana también sostiene que casos como la carne se pueden aprovechar más, vendiendo nuevos cortes.
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Otro ejemplo es la venta de frijoles, que Nicaragua manda en sacos a países como El Salvador, y ahí los empresarios los empacan, etiquetan y los mandan a Estados Unidos. “Si invertimos en tecnología tendremos facilidades para que el sector productivo primario pueda experimentar cambios circunstanciales en sus estructuras y que a su vez, generen mayor empleo en la sociedad”, afirmó Arana.
Para el actual gerente de APEN, lo importante es determinar esos huecos y trabajar una estrategia de país.
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TODO EE.UU. ES UNA OPORTUNIDAD
Muntean recuerda que Estados Unidos es el país con más de 300 consumidores, por lo que no hay límites para aprovechar ese mercado.
¿Qué se necesita? El funcionario sugiere identificar los productos más competitivos y crear los vínculos entre Nicaragua e importadores estadounidenses “en cualquier Estado o cualquier ciudad grande”, pues en todos hay potencial, no solo donde residen nicaragüenses.
Las frutas representan una gran oportunidad, agregó, aunque la oportunidad es grande para “cualquier producto”, “solo es un factor de cantidad, calidad y costo… El mercado de los Estados Unidos es muy abierto a los productos nicaragüenses, solamente los nicaragüenses deben identificar los productos que ellos pueden crear”, agregó.
DE LA MANO CON LA INNOVACIÓN
Para la exministra de Fomento, Industria y Comercio, innovar en procesos y productos juega una pieza clave porque de ahí depende la inventiva para buscar opciones adecuadas y llegar con fuerza.
Otro aspecto que para Castillo ha sido importante es que las proyecciones de inversión se han cumplido conforme fueron establecidas en las negociaciones.
“Y en el caso de la seguridad del país ha influido en que más empresas bajo el régimen de zona franca también quieran asentarse en el país”, añadió la exfuncionaria pública.
Los datos del Banco Central de Nicaragua (BCN) muestran que en 2005 habían 83 empresas en el régimen y al cierre de 2015 se reportaban 161.
Se podría hacer más actividades en otros estados, también las grandes ciudades como Chicago, Nueva York. Yo soy de Chicago y no sabía nada sobre Nicaragua cuando estaba en Chicago”. William G. Muntean, consejero económico de la Embajada de Estados Unidos en Nicaragua.
“NO HAY SORPRESAS, NO HAY CAMBIOS”
Sobre el proceso de desgravación arancelaria de productos sensibles para Nicaragua, que inicia este año, el consejero económico de la Embajada de Estados Unidos, William Muntean, es claro: no hay cambios, pese a que algunos sectores se han declarado como “no listos” para el ingreso de productos estadounidenses con menos aranceles y en mayor volumen.
“No hay sorpresas, no hay cambios. No hay sorpresas, esto era negociado 15 años atrás. No hay cambios. Era suficiente tiempo para prepararse”, dijo Muntean.