Donald Trump acapara los titulares con su constante autobombo, pero mejor informado y con una confianza creciente, su rival Marco Rubio le disputa la nominación a la candidatura republicana para las presidenciales de Estados Unidos, intentando superar el escepticismo hacia las primarias en New Hampshire.
Rubio, senador por Florida de 44 años, de luminosa sonrisa y afinidad con el hip-hop, en un acto de campaña apareció como un experto en seguridad nacional, conocedor de política exterior, ante un auditorio conmocionado por la violencia extremista.
Tampoco escatimó críticas al gobierno del presidente Barack Obama -y a demócratas como la aspirante presidencial Hillary Clinton- por favorecer leyes más estrictas de control de armas, luego del ataque del miércoles en San Bernardino en el que murieron 14 personas.
“Control de armas” no es la respuesta, dijo Rubio a más de un centenar de votantes en un almuerzo celebrado por el grupo Seacoast Republican Women en ls pequeña localidad costera de Greenland (New Hampshire, noreste).
“Necesitamos control de bombas”, porque los atacantes de California habían colocado explosivos, dijo. “Necesitamos controlar a los terroristas”.
Rubio se ubica entre la actitud fuertemente ideologizada de su rival Ted Cruz y la posición vista como representante del establishment de Jeb Bush, cuya campaña no despega.
Probablemente el mejor comunicador republicano actual, Rubio ofrece su versión de conservadurismo pragmático y las encuestas parecen reconocerlo.
Trump sigue siendo el aspirante republicano favorito a nivel nacional y en New Hampshire, pero Rubio alcanzó la segunda posición, desplazando al neurocirujano Ben Carson, que baja y al senador Cruz, según las últimas encuestas.
“Creo que Rubio está en la lista ‘puede ser’ de muchos electores”, dijo a la AFP el estratega político Fergus Cullen, exlíder del Partido Republicano en New Hampshire.
Cuando las mujeres esperaban reunirse con Rubio en el almuerzo, flotaba en el el aire el sentimiento de “cualquiera menos Trump”.
“Me cuesta considerarlo”, admite Pam DuBois, de 69 años, refiriéndose al célebre multimillonario. “No lo veo como presidenciable”. Sin embargo, DuBois todavía no se decide por un candidato “y no descarto a Rubio”, dijo.
Rubio ofrece una mezcla de miedo y optimismo en la campaña: duras advertencias sobre “yihadistas radicales apocalípticos” y contra el “gangster” Vladimir Putin presidente de Rusia, alternan con alusiones a que Estados Unidos sigue siendo “la tierra de la libertad y oportunidades”.
Su confianza se acentuó luego de su convincente performance en los recientes debates en los que superó a Bush, su otrora mentor político.
“Ser presidente no es ver lo que se tiene delante de los ojos, es entender lo que pasará luego si no hacemos lo que debemos hacer”, dijo Rubio a su audiencia predominantemente femenina, recordando que él había previsto que Rusia comenzaría su campaña de bombardeos en Siria.
¿Jugando sobre seguro?
El congresista republicano Chris Stewart, que participó en el evento de Greenlad, afirmó que fue uno de los primeros legisladores que expresó su apoyo a Rubio.
“Fui partidario de él desde que emergió en la escena nacional”, dijo a la AFP Stewart, expiloto de la Fuerza Aérea que destacó la importancia de la defensa y la seguridad nacional en las elecciones de 2016.
A escasos dos meses de la primaria de New Hampshire, Fergus Cullen dijo que Rubio tal vez actúe con excesiva cautela ante el favorito Trump.
Preguntado sobre las razones por las cuales no confronta a su rival, Rubio dijo que mantendrá su estilo.
“No creo que necesite destruir a alguien para avanzar, y así es como continuaré dirigiendo nuestra campaña”, adelantó.
