El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) anunció que pedirá a Amnistía Internacional, que incluya al médico militar nicaragüense, teniente Yader Montiel Meza, en la lista de presos de conciencia en el mundo y que abogue por su libertad, lo cual demandará también en otros organismos internacionales de derechos humanos.
El teniente Montiel Meza fue condenado el martes de esta semana por un juez militar, por la acusación de haber comparado la represión gubernamental del 24 de diciembre del año pasado en El Tule —contra los campesinos que luchan por impedir la construcción del Canal de Nicaragua— con la Navidad Roja de los años ochenta.
Navidad Roja se le llamó a un gran operativo militar del régimen sandinista planeado en diciembre de 1981 y ejecutado en enero de 1982. La operación consistió en desalojar de manera violenta y masiva a la población misquita de la zona fronteriza con Honduras, en la ribera del río Coco o Wangki, en el noreste de la Costa Caribe de Nicaragua, con el propósito de restarle base social a las fuerzas contrarrevolucionarias que operaban en esa zona. Las viviendas de los indígenas fueron quemadas, los cultivos arrasados y los animales domésticos y de labor sacrificados en aquel brutal acto de guerra sandinista contra la población civil, que quedó en la impunidad.
La población civil misquita desalojada de sus tierras ancestrales mediante aquella operación militar, fue reubicada por la fuerza en un gran asentamiento que el gobierno sandinista llamó Tasba Pri, frase del idioma misquito que en español significa Tierra Libre; un sarcasmo como el que se usaba en la Alemania nazi, donde en la entrada de los horrorosos campos de trabajo forzado y exterminio colgaban letreros con la inscripción, Arbeit macht frei, que en alemán significa El trabajo libera.
Al ser juzgado y condenado por un juez militar por opinar sobre la represión de El Tule y compararla con la Navidad Roja de los años ochenta, el teniente Montiel Meza ha sido convertido en “el primer prisionero político dentro de las filas del Ejército” y en un preso de conciencia, según calificación de la presidenta del Cenidh, doctora Vilma Núñez de Escorcia. Preso de conciencia, según la definición de Amnistía Internacional, es “cualquier persona a la que se le impide físicamente (por prisión u otras causas) expresar (en cualquier forma de palabras o símbolos) cualquier opinión que mantiene honestamente y no defiende ni justifica la violencia personal”.
Pero además de ser un preso de conciencia, el médico militar condenado por haber comparado en público la represión contra los campesinos opuestos al Canal con la Navidad Roja, es también un prisionero de opinión. Lo han castigado con la cárcel solo por ejercer la facultad y el derecho elemental de la persona humana, de pensar, tener una opinión y expresarla en privado o públicamente.
La condena del teniente Yader Montiel Meza por pensar y opinar es otro peldaño hacia abajo en la degradación institucional y moral del régimen orteguista. Pues, como razonaba Albert Camus, citado en un editorial del periódico venezolano El Nacional, “para alcanzar el punto donde se castiga la opinión de los demás, previamente ha debido producirse una degradación, un deterioro moral”.
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