Rolando Brenes, “Chico”, tiene más de veinte años de haber salido de Nicaragua “mojado” hacia Estados Unidos, donde ha resaltado por su habilidad con la patineta. Ha viajado por todo el mundo, tiene su propia marca de zapatos y tablas de patinar. Su apodo se lo debe a sus raíces nicas, se duerme muy temprano y no es para nada romántico.
¿Por qué “Chico”?
En la secundaria había un muchacho que se llamaba “Chicaw” y yo no lo podía pronunciar. Entonces le decía “Chico” y así me empezaron a decir a mí, hasta hoy.
¿Cuál es su primer recuerdo?
Cuando andaba a caballo en la finca donde vivíamos.
¿Qué es lo más loco que ha hecho?
El skateboarding. Todos los días hacemos locuras.
¿Lo más cursi?
Nací el Día de San Valentín, pero no soy muy romántico (ríe).
¿Qué hace para divertirse?
Me gusta mucho el ciclismo.
¿Es miedoso?
Sí. Me dan miedo las cosas nuevas.
¿Cómo reacciona cuando se enoja?
Bastante eufórico, mejor trato de tener calma (sonríe).
¿Qué es lo que más extraña de Nicaragua cuando no está?
¡Gallopinto! Por supuesto (risas).
¿Cuál es su vicio?
Patinar. Es lo que me mantiene lejos de mi familia.
Lo más difícil en su vida…
Irme del país “mojado” a los 10 años.
¿Qué es lo primero que hace al levantarse?
Tomar café. Soy medio adicto (ríe).
¿Es mujeriego?
Cuando estaba joven, pero ya no (sonrisas). Llevo diez años con mi esposa.
¿Qué parte de su cuerpo prefiere?
Mis rodillas (risas). Las necesito.
¿Es trasnochador?
No, para nada. A veces hasta duermo más temprano que mi hija.
¿Qué le diría a un extraterrestre?
Le preguntaría ¿sabés patinar? Y si sabe, que me enseñe algunos trucos (carcajada).
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