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Me gusta estar al frente de cada uno de mis negocios, cuidarlos y ver de cerca el crecimiento”. María Teresa Molina, gerente propietaria de Fitclub y Skillus en Nicaragua. LA PRENSA/ J. TORRES

Mujer de éxito

“Dormir menos, para pensar más” es uno de los pensamientos que ha dirigido el éxito que hoy siente la gerente propietaria de Fitclub y Skillus en Nicaragua, María Teresa Molina.

“Dormir menos, para pensar más” es uno de los pensamientos que ha dirigido el éxito que hoy siente la gerente propietaria de Fitclub y Skillus en Nicaragua, María Teresa Molina. Una mujer cuyo deseo de superación la llevó a tomar la decisión de renunciar a su puesto en la empresa privada para convertirse en su propia jefa y generadora de más empleos.

El camino fue largo, y aunque en ocasiones Molina sintió ganas de desistir, su completa confianza en Dios la ha llevado día a día a encomendarse a Él, pedirle sabiduría y tomar las decisiones más oportunas en el campo empresarial.

Una vez que renunció a su trabajo, Molina viajó al exterior para atender la salud de su hijo. En esos años cuenta que algo sucedió en su interior, de tal forma que al regresar a Nicaragua ella quería algo diferente para su vida, emprender retos, pues comenta que es amante de las nuevas experiencias. De esa forma valora en la importación de oro laminado su primera oportunidad.

Recuerda que en muchas ocasiones tuvo que trasladarse en bus con prendas de oro laminado, visitar casa a casa ofreciendo el producto, contactando amistades y poco a poco regar la voz del negocio que tenía en mente. Estos fueron los primeros pasos de una mujer empresaria que con más de veinte años de trabajo arduo se abrió camino en un sector que antes se creía era liderado por los hombres.

En la actualidad, disfruta al ver sus tiendas de oro laminado Skillus y su reciente inversión en la línea de gimnasios Fitclub, cuyo concepto renueva las percepciones sociales de hacer ejercicios y toca la importancia de la salud y la recreación sana.

¿Cuál es su valoración en cuanto al clima en que las mujeres empresarias se desenvuelven en la actualidad?

Creo que desde los años ochenta para acá (2014) hemos visto que la mujer ha tenido mayor participación en las empresas como instituciones del Estado. Somos muy capaces. Trabajamos con mucho entusiasmo y somos excelentes en lo que desarrollamos. Definitivamente hay mayor participación, ya no existe esa poca presencia.

¿Cree que Nicaragua es un país óptimo para el desarrollo de las mujeres?

Para mí sí. Yo no he tenido ningún inconveniente para desarrollarme porque creo que eso está en la voluntad de uno. Si me establezco un reto, yo mejor que nadie sabré cuántos sacrificios tendré que realizar para lograrlo.

¿Cómo se siente ahora al ser empresaria?

Me siento bien por varias razones: porque como mujer si bien hay retos en la vida, creo que ya pasaron esos tiempos de quedarse en la casa cuidando a los hijos. Hoy en día existen muchas oportunidades para tener buenos puestos en las empresas o bien para iniciar tu propio negocio. Quizá te vas a encontrar muchas dificultades, pero no necesariamente te vas a quedar estancado.

Me gusta estar al frente de cada uno de mis negocios, cuidarlos y ver de cerca el crecimiento.” María Teresa Molina, gerente propietaria de Fitclub y Skillus en Nicaragua.

¿En cuanto a efectividad quién puede tener mejores rendimientos?

Por supuesto que te digo que la mujer (sonríe). Sabemos organizar, planificar y podemos hacer muchas cosas a la vez, además de controlar y valorar detalles que marcan la diferencia. Por ejemplo, en mi caso en el gimnasio, al entrar podés ver si la recepción está funcionando bien, identificás un cliente nuevo y se da una respuesta en el momento.

¿Qué oportunidades existen para las mujeres empresarias?

Creo que en el mundo empresarial tenemos muchas oportunidades. No hay nadie que te detenga si vos querés lograr tus sueños. Lo único que puedo decir es que tenés que trabajar con mucho ahínco y entusiasmo para salir adelante.

En Nicaragua, si bien no es fácil hacer una empresa, tomando en cuenta que no siempre se tienen los recursos financieros para emprender y al irte al banco muchas veces encontrás más trabas o peros. En el caso nuestro hemos tenido hasta que hipotecar casas, buscar diferentes financiamientos. Si por un lado me dicen no, yo busco el sí. Siempre con la ayuda de Dios, que va delante de mí y me dirige. Por eso creo que uno mismo es quien se abre las oportunidades en esta sociedad.

¿No hay que darse por vencido entonces?

Definitivamente que no. Todo lo contrario hay que cambiar la perspectiva sobre lo que consideramos en ocasiones como fracasos, porque una puerta cerrada puede ser solo el inicio de algo mucho mayor en la vida de una persona.

¿Y usted alguna vez ha querido desistir de sus negocios?

Sí, muchas veces. Muchas veces he querido renunciar. Con Skillus unas dos o tres veces, y no por falta de ingresos, sino por la falta de legalidad o competencia desleal ya que muchas empresas no pagan los impuestos y eso para una empresa formal como la nuestra te deja en cierta desventaja.

En el caso de los gimnasios aflige que no haya una ley que vele o regule la instalación de ellos. Sería muy bueno que las autoridades de salud regularan más este aspecto. Es normal que la gente solo manda a los tornos y da a hacer las máquinas, llenan un espacio y ya son un gimnasio. Al ver ese panorama tan mediocre y que algunas personas consideren que es lo adecuado, eso hasta entristece, porque no hay ningún interés por la salud de la persona.

¿Qué recomendación le brindaría a una joven emprendedora que recién finaliza su carrera universitaria?

En la vida no hay nada difícil. Muchas veces los obstáculos son por falta de conocimiento. El universitario debe estar bien claro de sus proyectos, de una visión, misión, objetivos. Ellos requieren de una iniciativa que les indique los pasos, el resto viene por añadidura (sonríe).

En ocasiones a los universitarios les es más fácil ir a buscar empleo que emprender su propio negocio. Se debería fomentar más el emprendimiento, para que las nuevas generaciones sean más proactivas. A cualquier chica yo le diría que se atreva a tomar el reto y desarrollar su sueño.

¿Qué lecciones ha aprendido en estos años de trabajo?

Creo que una de las lecciones es que nada es fácil. Se nos ha hecho complicado para lograr lo que tenemos. Pero jamás he desmayado, siempre me he levantado. El motor principal en mi vida es poner a Dios en el centro de todo. Todas las mañanas que me levanto le digo a Él: “Toma el control de todo lo que deseo”.

¿En este momento se siente una mujer exitosa o hay aspectos por conquistar aún?

Creo que he llegado lejos, pero podemos lograr más. Deseamos que las personas vean el gimnasio desde un punto de vista de salud, para mejorar ritmos de vida.

¿Cómo se ve a largo plazo en el ámbito profesional?

Con Fitclub nos visionamos como una línea de cadenas a nivel nacional y una franquicia centroamericana, ese es nuestro mayor deseo.

¿Cómo fue el salto de tener una serie de tiendas que ofrecían oro laminado hasta adquirir el entonces llamado Gimnasio Bally?

Yo era clienta del gimnasio Bally, conocí muchos detalles sobre la venta. Me ofrecieron una sociedad y les dije que no me gustaba. Así que con esfuerzos logramos concretar una propuesta a los propietarios y gracias a Dios al final quedó en nuestras manos, las de mi hijo, que funge como gerente general, y yo.

Unos dos años después de la adquisición, decidimos tener nuestro propio nombre. Al inicio no niego que tenía temor, ya que era poco nuestro conocimiento sobre el manejo de este negocio, pero inicié a buscar sobre las últimas tendencias que había en el país y en los Estados Unidos. Fuimos los primeros en certificar a nivel internacional a nuestros instructores.

En esa etapa de investigación nos dimos cuenta que solo existían espacios con máquinas y algunos que ofrecían clases grupales y los que estaban no satisfacían las necesidades del público.

Así comenzamos a innovar y traer tendencias internacionales. Iniciamos un proceso de certificación de los instructores. Hemos certificado a cinco personas en spinning y cada año viajan a Miami, en Estados Unidos, a actualizarse.

En zumba también hemos certificado a cinco instructores, pero no solo en lo básico, sino en otras especificaciones, como kids (niños), juniors (jóvenes y adolescentes) y gold (mayores de edad). Nosotros como gimnasio siempre estamos pensando en la satisfacción y salud del cliente. Todas esas certificaciones se emiten de los Estados Unidos.

¿Qué garantizan esas certificaciones?

El cliente para estar seguro en qué manos se va a poner debe exigir que cada gimnasio presente su diploma al alumno y asegurar que cada paso a ejecutar aportará a la mejoría de la persona, sin exceder el límite de soporte de cada quien.

¿Como empresaria cuál es su mayor satisfacción en estos años?

Mi mayor satisfacción es ver a los clientes cumplir sus objetivos una vez que reciban nuestra atención. Ver una Nicaragua libre de obesidad y malnutrición. Una Nicaragua libre de problemas cardiovasculares y a su vez mejorar la atención que los gimnasios son salud más que belleza o lujo.

Yo aconsejo que las personas en su agenda deberían establecer una hora para ir al gimnasio, tal cual fuera una reunión más y así hacerse de dicha disciplina.

 

Boletin Economía Economía emprendedora entrevista archivo

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COMENTARIOS

  1. Fatima Silvs
    Hace 9 años

    Maria Teresa es un orgullo Jalapeño, su madre Elvira Molina (Q.E.P.D) trabajó muy duro para sacar a sus hijos adelante pero valió la pena. Gracias a sus esfuerzos y nuestro padre celestial Teresa es muestra de eso. Me alegra que reconozcan a mujeres esforzadas y trabajadoras como mi amiga de infancia.

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