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Cristo y su Iglesia

El evangelio que leemos en el vigésimo primer domingo del Tiempo Ordinario, tomado de San Mateo 16, 13-20, es de un tono coloquial que gira en torno a la persona de Jesús (¿quién es Jesús?). A la pregunta que Jesús hace a sus discípulos, Pedro responde acertadamente, develando así su verdadera naturaleza: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (v. 16). Este reconocimiento le vale la felicitación de Jesús y el reconocimiento a la recíproca por parte de Jesús: Tú has dicho de mí que soy el Mesías; yo digo de ti que eres la Piedra (v. 18). Nos encontramos ante un texto que en muchas de sus partes es original, como la profesión de fe que hace Pedro y la misión que le viene encomendada a este Apóstol de convertirse en roca de la Iglesia. Jesús elige a Pedro como fundamento de su Iglesia. Jesús quiere construir algo nuevo desde el fundamento; su Iglesia no es un apaño del viejo Israel. Y esta iglesia que Jesús edifica es suya, no de Pedro y de sus sucesores.

PBRO. HERLING HERNÁNDEZ

El evangelio que leemos en el vigésimo primer domingo del Tiempo Ordinario, tomado de San Mateo 16, 13-20, es de un tono coloquial que gira en torno a la persona de Jesús (¿quién es Jesús?). A la pregunta que Jesús hace a sus discípulos, Pedro responde acertadamente, develando así su verdadera naturaleza: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (v. 16). Este reconocimiento le vale la felicitación de Jesús y el reconocimiento a la recíproca por parte de Jesús: Tú has dicho de mí que soy el Mesías; yo digo de ti que eres la Piedra (v. 18). Nos encontramos ante un texto que en muchas de sus partes es original, como la profesión de fe que hace Pedro y la misión que le viene encomendada a este Apóstol de convertirse en roca de la Iglesia. Jesús elige a Pedro como fundamento de su Iglesia. Jesús quiere construir algo nuevo desde el fundamento; su Iglesia no es un apaño del viejo Israel. Y esta iglesia que Jesús edifica es suya, no de Pedro y de sus sucesores.

El evangelista San Mateo presenta a la Iglesia como una realidad viva, pero sobre todo como una comunidad que sigue a Cristo y de la que va a recibir su misión: atar y desatar, no hay que entenderlo en términos de dominio, sino de servicio. El documento de la Lumen Gentium del Concilio Vaticano II nos recuerda que la Iglesia “es la claridad de Cristo, que resplandece sobre la faz de la Iglesia” (Lumen Gentium, 1). Y continúa diciendo que “la Iglesia es en Cristo como un sacramento, o sea signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano” (ibídem). La misión de la Iglesia no es la de ser una institución de poder, sino de servicio. Así debemos ver a la Iglesia y así la debemos de comprender. Nos ha dicho el papa Pablo VI: “Sabemos muy bien que esto es un misterio. Es el misterio de la Iglesia” (Ecclesiam Suam, 13). La Iglesia nace de la entrega de Cristo en la Cruz y de este sacrificio ella toma su vocación. Cristo y la Iglesia son una sola cosa. En la Iglesia “todos los hombres están llamados a esta unión con Cristo, luz del mundo, de quien procedemos, por quien vivimos y hacia quien caminamos” (Lumen Gentium, 3).

El papa Francisco nos ha recordado en su encíclica Lumen Fidei que “la existencia creyente se convierte en existencia eclesial (…) Y como Cristo abraza en sí a todos los creyentes, que forman su cuerpo, el cristiano se comprende a sí mismo, dentro de este cuerpo, en relación originaria con Cristo y con los hermanos en la fe” (Lumen Fidei, 22). No se puede hacer un verdadero camino de fe fuera de la Iglesia y sin la Iglesia. En ella recibimos la fe y aprendemos a amar a Cristo. Por eso la Iglesia, nos enseña el papa Francisco en su catequesis sobre la Iglesia, es madre: “Hoy vuelvo de nuevo sobre la imagen de la Iglesia como madre. Me gusta mucho esta imagen de la Iglesia como madre. Por esto he querido volver sobre ello, porque esta imagen me parece que nos dice no solo cómo es la Iglesia, sino también qué rostro debería tener cada vez más la Iglesia, esta, nuestra Madre Iglesia” (Catequesis del papa Francisco, miércoles 18 de sep. 2013).

Religión y Fe evangelio religión archivo

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