Geraldina González C.
Los dientes tienen la función de iniciar la trituración y el proceso de digestión de los alimentos, pues son los que permiten ingerir pequeños pedazos de alimentos en cada bocado.
Al estar encargados de esta importante función se exponen al contacto con toda una variedad de alimentos líquidos o sólidos, cuyo sabor, textura y temperatura varía.
Cuando algo no anda bien en nuestra dentadura y el contacto con alimentos fríos o calientes nos provoca dolor estamos ante un caso de sensibilidad dental.
El doctor Gerardo Avilés, especialista en odontología estética e implantes, define la sensibilidad dental como un reflejo del organismo que se puede presentar en uno o varios dientes a la vez, y que indica que algo en tu dentadura no está bien.
Puede dar únicamente en las piezas que tienen el nervio (pulpa) que le da los nutrientes y vida a cada diente. El odontólogo explica que el diente se divide en cuatro capas o zonas importantes: el esmalte (capa más externa que protege todo el diente) que es la estructura más dura que tenemos en el cuerpo; la capa siguiente hacia dentro del diente es la dentina, la tercera capa es el nervio que está en el centro del diente y se extiende a lo largo de la raíz, y finalmente una cuarta capa es el cemento, el cual recubre la superficie de toda la raíz.
“Cuando por alguna razón como las caries, las fisuras o fracturas o el desgaste del esmalte se rompe, queda expuesta la dentina. Los túbulos dentinarios perciben todos los estímulos, (ácido, dulce, frío, calor, fricción, la caries, incluso el aire cuando aspiramos por la boca) y lo transmiten a través de un líquido interno que estimula directamente al nervio, produciendo la sensibilidad”, explica Avilés.
Posibles causas
Cuando la encía expone parte de la raíz del diente quedando expuesto el cemento radicular, ocurre la misma condición de repercusión del estímulo transmitido al nervio.
La encía puede exponer el cemento por enfermedad propia o por lastimarse frecuentemente durante el cepillado.
“Esto también puede ocurrir después de realizar alguna restauración como calza de plata, resina, porcelana, o incluso corona, siempre que el diente tenga en buen estado el nervio. Después de este tipo de tratamientos queda una leve sensibilidad que debe de quitarse máximo en la primera semana. Si esta condición se prolonga por más tiempo hay que realizar algún tratamiento adicional o mejorar el que se realizó”.
Tratamiento
Es recomendable utilizar enjuagues, pastas medicadas, incluso gel desensibilizante preparado por el odontólogo. También se puede aplicar barnices especiales que sellan y remineralizan el diente. Es recomendable eliminar las caries pequeñas o grandes con una buena restauración, y para los pacientes que aprietan los dientes se confeccionan guardas protectores de la mordida, de esta manera se disminuye el daño que sufre la pieza dental.
Recomendaciones
*Acudir al odontólogo para valorar y eliminar la causa de la sensibilidad.
*Realizarse limpiezas dentales cada seis meses para evitar que se enferme la encía por causa del sarro y se exponga parte de la raíz.
*Eliminar las caries y cambiar la restauración y las coronas defectuosas.
*Realizar una buena técnica de cepillado y utilizar un cepillo suave para evitar lastimar la encía.
*No someter los dientes a cambios de temperatura bruscos, por ejemplo la comida muy caliente y tomar el fresco muy helado, ya que produce fragmentación de los cristales que componen el diente y con el tiempo se produce la sensibilidad.
*Usar pastas dentales y enjuagues bucales que sean específicamente para la sensibilidad.
*No someter los dientes a triturar alimentos muy duros. Los dientes son fuertes pero se fisuran y se fracturan, sobre todo si tienen muchas restauraciones.
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