Wendy Álvarez Hidalgo
En un pequeño corral un puñado de cerdos regordetes gruñen sin parar. Están a la espera de pasar al siguiente corredor: el degolladero, para luego ser procesados y empacados. Esta vez estos animales no terminarán en el plato de un consumidor local, sino en el de un salvadoreño, país que se estrenó ayer como el primer comprador externo de carne de cerdo nicaragüense.
El sector exportador nacional está de fiesta. Después de varios años de lucha por entrar al mercado internacional, los porcicultores locales lograron enviar este martes el primer contenedor de este tipo de carne a El Salvador, sumándose así un producto más a la oferta exportadora de Nicaragua.
La primera exportación la realiza el matadero El Cacique, ubicado en el municipio de Mateare, Managua, y que además de tener su propia granja también compra cerdos a pequeños y medianos criadores del país.
“Fue un proceso largo, de mucha inversión para poder asegurar ese contrato”, afirmó Antonio Sujo Morales, gerente general de El Cacique.
Sujo dijo que también hubo un intensivo proceso de entrenamiento por parte del Ministerio Agropecuario y Forestal (Magfor) y aceleró con El Salvador el proceso de inspección.
El Cacique inició operaciones en julio de 2009 y actualmente emplea a unas 105 personas.
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El gerente general de este matadero, Antonio Sujo Morales, explicó que firmaron un contrato de venta con la planta de procesamiento Alimentos Nutritivos de El Salvador. En él se contempla enviar un contenedor mensual.
A corto plazo el envío podría duplicarse.
Por cada contenedor, Nicaragua captará 62,000 dólares por la venta de unas 42,500 libras de carne. Fueron técnicos de sanidad de El Salvador los que certificaron que la planta nicaragüense estaba lista para introducir a su mercado esa carne de cerdo para intentar llegar a 6.2 millones de consumidores.
Y es que el sector porcicultor del país tuvo que esperar varios años para saltar al mercado internacional. En mayo de 2011 se declaró a Nicaragua libre de peste porcina, una enfermedad viral que mata a los cerdos y de la cual no se registran casos desde hace casi siete años. Esto fue certificado por el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa).
Desde esa fecha, los porcicultores habían presionado para que se les certificara sus plantas para exportar y así encontrar una alternativa ante las importaciones de carne de cerdo que Nicaragua debe hacer en el marco del acuerdo DR-Cafta con Estados Unidos.
Los productores locales se quejaban de que no podían competir con la carne de cerdo estadounidense y que varias pequeñas granjas se estaban yendo a la quiebra. La situación empeoraba por el bajo consumo local de este tipo de carne.
Sujo estima en 3.5 libras el consumo per cápita anual, el nivel más bajo de Centroamérica. En Costa Rica, por ejemplo, es de 24 libras.
El empresario admite que “fueron años” para poder llegar a la mesa del consumidor internacional y ese envío representa un logro no solo para este matadero sino para todo el sector. Con esta apertura comercial se “contribuirá a que el sector se vuelva a dinamizar”.
Sujo dice que la ventaja es que Centroamérica es importadora de carne de cerdo, lo que crea oportunidades para llegar a esos mercados y para eso se necesitaría solicitar las inspecciones y certificaciones al resto de países. Por ahora, El Cacique concentrará sus esfuerzos para consolidarse en El Salvador.
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