Saúl Martínez
“Lo que desechamos como basura hay otro que la recoge y la recicla. Aquí podemos ver que con las botellas se puede hacer tanques de agua, casas, muros, escuelas y todo en sustitución del cemento y ladrillos, es de un gran impacto económico porque antes de esto el proyecto estuvo presupuestado en 45 mil dólares”, mencionó la funcionaria.
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Un muro construido con botellas plásticas se levanta en la zona posterior del Colegio Haldo Dubón Callejas, ubicado en el reparto Carlos Fonseca, de Chinandega.
Lo novedoso es que este tipo de construcción es antisísmico y contra incendios, difícil de destruir, según explicaron los albañiles que no utilizan cucharas, sino cuerdas y alambres de púas para fijar las botellas.
El alemán Andreas Froeseha, un técnico en construcción y especialista en ecodiseño, arribó el pasado 3 de diciembre para brindar capacitaciones a los estudiantes de ese centro, sin embargo el interés por esta disciplina y la motivación le inspiraron para dedicarle más tiempo de lo pensado.
“Desde que llegué al colegio me di cuenta del gran interés que sentían los estudiantes por aprender esta técnica innovadora, social, ambiental y empresarial. Aquí en Chinandega me he llevado una gran sorpresa porque hemos generado fácilmente fuerza de trabajo con una botella plástica y tierra, técnica sumamente económica en tiempo y recursos en comparación a los muros tradicionales de cemento, bloque o ladrillo”, expresó el constructor que llegó a través del Club Rotario de los Estados Unidos.
Mildred Altamirano, directora académica de la Escuela Haldo Dubón, dijo que recolectaron 60 mil botellas para la construcción del muro.
Nathaly Yurima Guido Sandoval, estudiante del cuarto año de secundaria, refirió que es una importante herramienta. “He desarrollado varias ideas en mi casa”, dijo.
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