Con su labor, el profesor de danza contribuye a desarrollar en niños y jóvenes la imaginación, creatividad, postura, disciplina, físico, autoestima, aprecio y conocimiento de su país.
El profesor deberá estar en constante investigación de literatura infantil; cuentos, leyendas, rimas y canciones. Estudiar las danzas y músicas de otras regiones, para introducir nuevos conocimientos. Deberá estar en constante búsqueda de nuevas formas para realizar los mismos objetivos con el fin de que la clase sea siempre atractiva
La transmisión de estos conocimientos requiere de una preparación consciente y conocimiento sólido de la materia que imparte. El profesor deberá ser paciente, flexible, afectuoso y enérgico, no regañón, ni gritón esto refleja inseguridad y falta de respeto.
Al igual que los adultos, la técnica en los niños tiene los mismos objetivos, pero no la misma metodología. Tenemos que tomar en cuenta que la técnica es el medio para lograr una proyección escénica de calidad y un deleite estético de nuestras danzas.
No se trata de copiar las técnicas extranjeras e implantarlas en las clases de folclor de nuestros niños. Se trata de que el profesor vaya creando técnicas específicas a partir de nuestras propias características, necesidades, estilos y pasos, utilizando nuestra música folclórica y de nuestros compositores.
Es importante que el profesor invente una dinámica especial para “romper el hielo” o sea la inseguridad, pena, nervios, que presentan los niños en los primeros días de clase.
La clase de los niños deberá ser corta, dinámica, alegre, atractiva y presentada de forma sencilla, para que la entiendan y se sientan motivados a regresar a la clase. Durante la clase práctica se le puede ir introduciendo información clara y sencilla sobre sus raíces, con el fin de irles despertando el amor y conocimiento de su cultura.
Al inicio no es importante perder el tiempo tratando de enseñar técnicamente los pasos, ya que estos los ira aprendiendo en el transcurso de cada clase.
El juego es un arma muy importante y poderosa que el profesor debe utilizar para alcanzar sus objetivos y lograr que el niño se exprese de acuerdo a sus necesidades, capacidades e imaginación.
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