Pablo Fletes
La Federación Internacional de Baloncesto de Las Américas (FIBA-Américas), anunció el fin de semana una sanción al baloncesto panameño, que se encuentra sumergido en una serie de problemas dirigenciales, similares a los de Nicaragua.
Estos problemas son de varios años, y por esa razón FIBA-Américas anunció que los equipos nacionales, clubes y árbitros panameños, no podrán actuar en ninguna competencia internacional.
Esa sanción le resta rivales a Nicaragua, que sorprendió a todos ganando el título hace cuatro años en Panamá. Sin embargo, el equipo que actualmente entrena Fenibal luce enclenque para este torneo.
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“El secretario general de FIBA, Patrick Baumann, comunicó la decisión de suspender a Panamá, debido a los innumerables problemas que se viven desde hace varios años por conflictos de intereses entre dos directivas que manifiestan ostentar la misma autoridad”, indicó FIBA-Américas en un comunicado oficial.
“Luego de visitas realizadas por FIBA a ese país se ha podido comprobar que la Federación Nacional incumple con varias de las previsiones de los Estatutos de FIBA”, añade.
Esta situación del baloncesto panameño, es similar a lo que se vive en Nicaragua, donde se encuentra dividido desde hace varios años.
Actualmente, el baloncesto nacional tiene a dos federaciones: la Federación Nicaragüense de Baloncesto (Fenibal), que dirige Marcela Mejía y que cuenta con el aval de FIBA.
Sin embargo, este aval no sirve de mucho en Nicaragua, porque Fenibal no recibe el presupuesto anual que entrega el Gobierno a todas las federaciones deportivas.
Este presupuesto lo recibe la Federación Nicaragüense de Baloncesto (Fenibalon) que dirige el doctor Alfonso Valle.
Pero Fenibalon no tiene el aval para participar a nivel internacional. Su labor se reduce a eventos nacionales en diferentes categorías, a uno que otro torneo internacional por invitación, pero no está en sus manos organizar, por ejemplo, la Selección Nacional que debe defender el título en los próximo Juegos Centroamericanos de Costa Rica, programados para el mes de marzo.
Así que esta división, a quien termina perjudicando es a los deportistas, equipos, activistas y el mismo baloncesto que ha perdido terreno en la preferencia de la juventud nicaragüense.
Quizás la FIBA-Américas pueda tomar cartas en el asunto, para ordenar aquí el deporte como ocurre en Panamá, que también tiene dos federaciones.
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