Edmundo Jarquín tiene suficiente sentido del humor para llamarse a sí mismo “El Feo”. Es un hombre tranquilo, que disfruta del baile, la cocina, el vino y la buena lectura. Pequeños placeres de la vida.
::: ¿Y a qué le tiene miedo?
¡A las serpientes! Y me ha tocado ver y matar serpientes.
::: ¿No le tiene miedo a la muerte?
En lo absoluto. Solo quiero que no llegue pronto y que sea sin dolor (ríe).
::: ¿Le ha ido mal en el amor?
¡Me ha ido espléndido! Si alguna vez obtuve un no, no lo recuerdo.
::: ¿Mucha labia?
No, sentimientos bien expresados (ríe).
::: ¿A cuántas mujeres les expresó sus sentimientos?
No quiero ser pretencioso, pero fueron docenas. Después de casado solo he pecado por omisión (ríe).
::: ¿Es muy romántico?
¡Muchísimo! No hace mucho le puse una serenata en pleno mediodía a mi esposa en nuestra casa en San Juan del Sur.
::: ¿Se cambiaría el nombre?
No. Me gusta “Mundo”. Es un nombre feo como yo.
::: ¿Cuál es el placer de ser feo?
Bueno… Al lado mío, todas las mujeres se ven más guapas de lo que son (ríe).
::: ¿Cuáles apodos ha tenido?
En el pedagógico de Diriamba me decían “Pluto”. Y “Trofeo”, por trompudo y feo, me lo puso Pedro Joaquín Chamorro (ríe).
::: ¿Qué le gusta comer?
No me podría imaginar un tipo de comida que no me guste.
::: ¿Cerebro de mono?
¡Claaaaro que he comido! En China. No son diferentes a los sesos de vaca.
::: ¿Cucaracha empanizada?
No, pero he comido hormigas, en México.
::: ¿En cuántos países ha estado?
La otra vez conté 48 países.
::: ¿Cuál es su frase?
Si luchas, puedes perder. Si no luchas, estás vencido.
::: ¿Planea postularse otra vez por la presidencia?
Planearlo, no. Descartarlo, tampoco.
::: ¿Cuál ha sido la mejor época de su vida?
Está por venir. Siempre se puede ser más feliz.
Ver en la versión impresa las paginas: 24