Tegucigalpa/ACAN-EFE
La iglesia católica de Honduras se encuentra preocupada por la confrontación entre poderes del Estado, tras la destitución de cuatro magistrados, y porque pareciera que el mayor interés del presidente, Porfirio Lobo, y el titular del Parlamento, Juan Hernández, es gobernar teniendo el “control absoluto”.
“Con sus reacciones airadas y sus acciones violatorias de la independencia de los poderes, más bien pareciera que su mayor interés es gobernar teniendo el control absoluto de todos los Poderes del Estado”, indica la iglesia en el editorial del semanario católico Fides, publicado este domingo.
Añade que eso puede conducir a que la persona humana “sea despojada de su centralidad en la sociedad” y que toda “oposición sea aplastada bajo la fuerza del poder omnímodo”.
La semana pasada el Parlamento hondureño destituyó, por mayoría calificada, a cuatro de los cinco magistrados de la Sala de lo Constitucional, por declarar inconstitucional unas pruebas orientadas a depurar la Policía Nacional. Los cuatro magistrados fallaron el 27 de noviembre pasado, dos días después de que había vencido la Ley Especial de Depuración de la Policía, que había entrado en vigor el 25 de mayo pasado.
La declaración de inconstitucionalidad de los magistrados molestó a Lobo, quien en reiteradas ocasiones les increpó preguntándoles si estaban a favor de los delincuentes.
La destitución de los magistrados ha causado el rechazo de varios sectores sociales contra el Gobierno, que ha iniciado “un intenso diálogo” con los presidentes de los otros dos poderes del Estado, legislativo y judicial.
“Ha resultado sorpresiva la reacción del Señor presidente Lobo, de una violencia inusitada en su condición de gobernante. Lo cual ha dado lugar a una confrontación férrea con magistrados de la Sala Constitucional, a quienes acusó de estar opuestos al proceso de depuración policial”, agrega el semanario.
Además señala que al malestar de Lobo se ha sumado el presidente del Parlamento, Juan Hernández, quien “ha guiado al Congreso Nacional a destituir a los cuatro magistrados de la Sala de lo Constitucional que aceptaron los recursos de inconstitucionalidad y al nombramiento de los respectivos sustitutos”.
Los magistrados destituidos son Rosalinda Cruz, José Francisco Ruiz, José Antonio Navas y Gustavo Enrique Bustillo, quienes el mismo miércoles fueron sustituidos por Silvia Trinidad Santos, Germán Vicente García, José Elmer Lizardo y Víctor Manuel Lozano.
La iglesia indica que la destitución de los magistrados “no tiene las características de ser un acto legal, sino que es una resolución estrictamente política”.
A eso añade que “ha sido justificada aduciendo precedentes de gobiernos anteriores, en los cuales, también por iguales razones políticas, el Congreso Nacional realizó cambios en la Corte Suprema de Justicia”.
Esas actuaciones, según el editorial de Fides, resultan “paradójicas”, ya que tanto Lobo como Hernández “han sido los gestores y promotores de pretender configurar a este gobierno con el pensamiento del Humanismo Cristiano”, que se fundamenta en el respeto a la dignidad de la persona humana.
La iglesia expresa que los hondureños “están convencidos” que quienes los gobiernan “son los responsables de velar por el fortalecimiento de la democracia y de luchar porque exista equidad social, ya que sólo de esta manera se podrá alcanzar un crecimiento económico sostenible”.