Saúl Martínez
Un llamado a respetar la fe del pueblo y a la vez un rechazo al abuso de la fe para “clientelismo político” —en clara alusión al Gobierno— hizo monseñor Abelardo Mata, obispo de la Diócesis de Estelí, luego de que concluyó la santa eucaristía en honor a la Virgen del Trono.
Miles de creyentes llegaron desde el miércoles a la Basílica Menor Nuestra Señora del Trono, Santuario Nacional Mariano, en El Viejo, departamento de Chinandega, para participar en los festejos.
Luego de la misa de ayer, inició la tradicional Lavada de la Plata.
El arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes y los obispos Silvio Báez, Jorge Solórzano, Rolando Álvarez, Bosco Vivas y Abelardo Mata, participaron en la santa eucaristía en donde se festejaron los 450 años de la llegada de la imagen de Nuestra Señora del Trono al país.
“Se ha señalado que en ese aspecto (religioso) se le deje a quien corresponde, está bien que apoyen las devociones populares, pero una cosa es maniobrarlas, manifestarlas en favor de una ideología buscando clientelismo político; eso es abuso de la fe de la gente y su necesidad”, refirió monseñor Mata.
“LOBO ESTABA ESCONDIDO”
El obispo Mata hizo un llamado a que se respete a este pueblo católico. “Aquí se vestían de blanco con música suavecita y el lobo estaba escondido, no había ningún cambio Entre más tiempo pasa hay más dureza del corazón”, dijo.
Señaló que El Viejo, Chinandega, es la cuna de la devoción a la Virgen, la que se extendió por todo el país y se ha enraizado. “Tan es así que ha llegado hasta África a través de los emigrantes en Canadá”, dijo.
Por su parte, el arzobispo Brenes destacó que la Virgen María está grabada profundamente en el corazón de los nicaragüenses como una presencia maternal.
“La Gritería es toda una peregrinación mariana, todo el pueblo se desborda y nos une un solo grito: ¿Quién causa tanta alegría?”, exclamó Brenes.
El obispo Vivas pidió protección a Nuestra Señora del Trono para la Iglesia de Nicaragua que se dispone a celebrar el primer centenario de la creación de la Provincia Eclesiástica.
Justo a las 11:50 del día de ayer se dio la solemne bajada de Nuestra Señora del Trono. Los aplausos y vivas no se hicieron esperar, dirigidos por el párroco monseñor Rodrigo Urbina.
“Vengo de Miami, porque la Virgen es nuestra queridísima Madre”, dijo don Gonzalo Vivas Robelo, acompañado de su esposa Auxiliadora Barreto.
Objetos y ornamentos como atriles, expositores, candelabros, cruces, ciriales, floreros, entre otros, fueron limpiados con ceniza y bicarbonato por decenas de peregrinos junto a los obispos.
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