La permanencia de vendedores en el parque central de Granada, bajo grandes toldos, ha creado inconformidad en el sector comercio de esta ciudad, pues alega que mientras ellos pagan grandes sumas de dinero en gastos de operación y alquiler, los del parque les quitan clientela.
Algunos notables de la ciudad también han desaprobado estas ventas en el parque, argumentando que han convertido el sitio en un enorme mercado.
Hace un mes los vendedores de artesanía y ropa se instalaron bajo toldos y están ocupando más de un tercio de este espacio público, a pesar que tienen asignado un carrito a un costado del parque y un espacio en el segundo piso del Tiangue número 2.
Algunos dirigentes de este sector dijeron que hoy domingo se les cumple el permiso, pero volverán de nuevo el próximo 2 de agosto en el marco de las fiestas patronales de la ciudad colonial.
No obstante, han pasado casi todo el año bajo los toldos porque dicen que los mejores tiempos para elevar sus ventas son los meses de diciembre, febrero, Semana Santa, julio, agosto y en la semana de las Fiestas Patrias.
ALQUILERES POR LAS NUBES
El problema —según dijeron comerciantes que tienen tiendas en la acera frente al parque— es que ellos pagan 300 dólares de alquiler, luz, agua, impuestos en la Alcaldía y en la DGI y con esos toldos en el parque las ventas se les han venido al suelo.
“Los turistas y los visitantes nacionales se quedan en el parque comprando y ya no vienen hasta nuestras tiendas, eso nos deja pérdidas y creo que la Alcaldía debe velar porque todos nos beneficiemos”, reclamó Ana María Estrada, quien vende ropa y artesanía.
En esa acera se ofrecen puros fabricados allí y una gran variedad de productos de primera calidad en artesanía nacional.
CARRITOS PEQUEÑOS
Cabe decir que este fin de semana una de las tiendas cerró operaciones porque las ventas están muy malas y solo se estaba trabajando para pagar los 300 dólares de una pequeña pieza y hace unos meses atrás otra tienda de ropa cerró por la misma causa, en el mismo sector.
En el parque los vendedores tienen asignados 25 carritos, para que oferten sus productos, sin embargo los consultados aseguran que esos carros no resultaron óptimos para exhibir la mercadería. “Son muy pequeños, además se dan vuelta fácilmente cuando hay viento, yo tuve pérdidas cuantiosas de artesanía”, sostuvo Angelina Conde, dueña de un carrito y que ahora tiene su tienda bajo toldo.
Dijo que ellos pagan impuestos e incluso citó que adeuda siete mil córdobas a la comuna y que así están los demás vendedores.
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