Fabio Gadea Mantilla
Querida Nicaragua: Los operadores políticos del orteguismo en la Asamblea Nacional declaran que ya han comenzado las pláticas para la escogencia de los funcionarios de facto nombrados por el comandante. Falso. El orteguismo divulga la especie de que la bancada del PLI está negociando esos cargos. La Bancada Democrática solamente negociará cuando se acepte una lista de hombres probos, profesional y moralmente calificados.
La Alianza PLI no ha pensado en ir a elecciones municipales mientras no se cumplan las recomendaciones mínimas de los observadores de la OEA, que incluyen recomponer el organismo electoral, revisar la cuestión de los fiscales, actualizar el padrón electoral, facilitar la emisión de cédulas de identidad, y muchos otros requisitos que garanticen elecciones limpias y transparentes.
Nadie de la Bancada Democrática ha platicado sobre ese asunto. Lo hará cuando el orteguismo ofrezca garantías mínimas de que no busca un nuevo fraude.
Suficientes muestras hemos tenido. Primero las elecciones municipales de noviembre del 2008, donde la democracia ganó una serie de alcaldías que descaradamente fueron robadas por el orteguismo después de que el Consejo Electoral había proclamado los nombres de los ganadores.
Un caso patético fue el de Boaco, donde ganó el doctor Hugo Barquero, quien fue sacado casi a rastras de la Alcaldía. Otro fue el de Managua, donde Eduardo Montealegre ganó de plano y abiertamente se la robaron.
Después vinieron las elecciones regionales del 2009 en la Costa Atlántica, donde usaron tácticas parecidas para salir triunfadores.
La tercera y más dramática fue la del 6 de noviembre de 2011, elecciones presidenciales donde se descararon totalmente negando cédulas a los demócratas y multiplicándolas para sus partidarios, trayendo votantes de los países vecinos, interrumpiendo a los fiscales y muchas veces sacándolos a empujones de las Junta Receptoras de Votos, abriendo algunos recintos electorales desde las tres de la madrugada con el fin de preñarlas con votos del orteguismo y un larguísimo etcétera que todo el mundo conoce.
Ahora sí que pecaríamos por idiotas, por ingenuos, por masoquistas, si aceptáramos ir a unas elecciones municipales manejadas por los mismos señores que sin el menor rubor participaron en el robo de las anteriores.
Nuestro pueblo en su filosofía popular repite que “la tercera es la vencida”. Aquí ya pasamos la tercera y se la robaron igual que las otras. También dice nuestro pueblo que “a la tercera… ni los bueyes”, como queriendo decir que se puede aguantar una vez, también una segunda vez, pero que a la tercera… ni los bueyes.
Está bien que sigan engañándose con encuestas absurdas y mentirosas. Allá ellos. Y si quieren estar creando el montón de partiditos aliados para que engrosen su famosa “Unida Nicaragua triunfa” que lo hagan. Esos sí querrán ir a simular una inútil participación financiada por el orteguismo y donde los dirigentes de esos partiduchos obtienen pingües ganancias.
Hay que ver con qué facilidad surgen estos derrotados pordioseros de la política prestándose al juego eterno de las dictaduras, claudicando ante el dictador contra el que antes lucharon. Entre estos pordioseros derrotados nunca estará la Alianza PLI, la que obtuvo la mayoría de los votos en las elecciones del 6 de noviembre. Todavía hay reservas de dignidad en nuestra patria.
El autor es director general de Radio Corporación.
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