El próximo martes, 10 de enero de 2012, se conmemorará el bicentenario de la Universidad Nacional. Como dijera el 10 de enero de 1962 su primer rector en la época de la autonomía universitaria, doctor Mariano Fiallos Gil, cuando se celebró el sesquicentenario o siglo y medio de su fundación, la Universidad Nacional nació “en fechas gloriosas para nuestra América estremecida de inquietudes revolucionarias ” Se refería el Rector Magnífico al hecho histórico de que la Universidad de Nicaragua fue creada legalmente el 10 de enero de 1812, por decreto de las Cortes de Cádiz, como se le llamó al parlamento constituyente instalado en España en septiembre de 1810, durante la guerra de liberación del pueblo español contra la dominación francesa napoleónica. Y aludía sobre todo a que nuestra universidad se creó cuando los pueblos hispanoamericanos luchaban heroicamente por sacudirse la dominación colonial española; así como también a que la educación y la cultura, y por tanto la universidad, tenían entonces y tendrían en el futuro una significación primordial en la lucha por la libertad.
Sin duda que fue por eso que los fundadores de la universidad en 1812, adoptaron como el primer lema universitario la frase latina escrita por Virgilio Marón en La Eneida: Sic Itur ad Astra , o sea, por esta ruta hacia las estrellas. Y precisamente por eso, cuando se conquistó la autonomía universitaria en 1958 la Universidad Nacional proclamó como su nuevo lema la frase “ A la Libertad por la Universidad”, puesto que la educación es fermento, condición y camino de libertad. Además, como lo expresara el mencionado rector Mariano Fiallos Gil: “ dando saltos en décadas y décadas, entre las pasiones de los caudillos republicanos, la universidad sin embargo, hizo lo que pudo por defender la libertad, que es el primero de todos los dones”.
Ahora es preciso decir que, en efecto, en los doscientos años transcurridos desde su creación el 10 de enero de 1812 y en los 54 años desde la conquista de la autonomía universitaria, la universidad no solo hizo lo que pudo sino mucho más por la conquista y defensa de la libertad. Pero sigue dando saltos entre las pasiones de caudillos que ahora ni siquiera son republicanos, sino absolutistas, y actualmente el caudillo de turno la ha sometido a sus intereses partidistas y maneja su rectoría como un centro de agitación y propaganda electorera, lejos de lo que fueron las rectorías libres y dignas del pasado.
“Pero de la libertad algo queda”, dijo también el rector Fiallos Gil en el 150 aniversario de la Universidad Nacional, en 1962, cuando parecía que la dictadura somocista jamás llegaría a su fin. De la libertad algo queda, hay que repetir ahora, cuando otra dictadura, la orteguista, pareciera ser poderosa e invencible pero igual que la somocista inevitablemente tendrá que terminar. Y entonces la universidad volverá a ser reducto y faro de libertad y a tener rectores ejemplares, como los Mariano Fiallos, Carlos Tünnermann, Alejandro Serrano Caldera y Ernesto Medina Sandino.
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