La primera vez que el mexicano-estadounidense Remigio Ángel González González, o simplemente Ángel González, tuvo contacto con la televisión nicaragüense fue en los años 70. Gobernaba entonces Anastasio Somoza Debayle y González desde 1971 era representante de ventas para Televisa y vendía programación a las televisoras de Centroamérica.
Hoy en día es dueño de Canal 10, el Gobierno también le adjudicó las frecuencias de los Canales 9 y 11 y es dueño de al menos ocho radioemisoras. En un tiempo también fue accionista mayoritario del Canal 4. Aunque ya no es noticia su acaparamiento de medios de comunicación en el país, en los últimos días nuevamente saltó a la palestra pública ante supuestas negociaciones para comprar Canal 2.
En la época de Somoza conoció a Rodolfo Armando Silva Solís, “Chicho” Silva (q. e. p. d.), quien laboraba en el estatal Canal 6, propiedad que Somoza reclamaba como suya. “Chicho” y González forjaron una amistad que duró hasta la muerte del primero, ocurrida el pasado año 2010. Según el Instituto de Telecomunicaciones y Correos (Telcor) la licencia del Canal 10 de Televisión le fue otorgada en 1997 a Rodolfo Silva Solís, pero en realidad el Canal es propiedad de Ratensa, que a su vez es propiedad de Ángel González.
El gerente general de Canal 10, Carlos Pastora, niega que González esté involucrado en la emisora televisiva. “Él (González) no aparece en ningún documento de ninguna empresa que yo manejo. No tengo ninguna referencia. Se dice (que González es dueño de Canal 10) pero no hay documento que respalde esa afirmación”, dice Pastora.
LA “CRISIS” SANDINISTA
A inicios de los años 90, después de la derrota electoral del Frente Sandinista (FSLN), González ayudó a los sandinistas a fundar el Canal 4, dirigido en ese entonces por Dionisio Marenco.
Marenco recuerda que viajaron hasta Miami, donde González tiene una pequeña oficina que cuenta solo con cinco secretarias de la entera confianza del mexicano. “(González) nos ayudó, a mí me ayudó mucho en los momentos más difíciles, que era cuando estábamos comenzando con el Canal (4), prácticamente de cero, y era un ambiente muy hostil. Él nos ayudó mucho en lo que es material y equipos”, recuerda el ahora exalcalde de Managua.
La administración del Canal 4 se fue endeudando cada vez más con el empresario mexicano, al punto de que se le iban cediendo acciones del Canal. Según el especialista en medios de comunicación, Guillermo Rothschuh Villanueva, la crisis de los sandinistas fue tanto que no podían pagarle los programas que compraban a González y este último llegó a controlar la mayoría de las acciones del Canal, hasta el 94 por ciento.
Una vez que retornó al poder, en enero del 2007, el presidente Daniel Ortega recuperó las acciones de Canal 4, pero González fue beneficiado con otras frecuencias televisivas. Rothschuh recalca que el propio Orlando Castillo, presidente de Telcor, afirmó que no se le otorgaba frecuencia de televisión a nadie si no era con la venia del presidente Ortega.
Dionisio Marenco revela que González, Daniel Ortega y él se convirtieron en grandes amigos. Inclusive, relata que en la oficina de González en Guatemala, conoció al actual presidente Otto Pérez Molina y a otros exmandatarios y políticos de ese país.
OTRAS CONEXIONES
González también mantuvo relaciones comerciales desde 1993 con el dueño del Canal 12, Mariano Valle, quien dice que nunca han sido socios sino que únicamente él le compraba programación porque González tenía una compañía que se llamaba Prolasa, pero no conoce más nada del mexicano. “Yo no lo conozco muy bien a él”, dijo
El dueño del Canal 2, Octavio Sacasa, aunque tuvo relaciones comerciales con el mexicano, no quiso hablar de él. En los años ochenta, cuando a Sacasa los sandinistas le confiscaron el Canal 2, el empresario se fue a Miami donde habría trabajado con González, quien tiene canales de televisión también en México, Guatemala, Costa Rica, Perú, Bolivia, Argentina, Paraguay y Chile.
¿CUÁL ES EL PROBLEMA?
Una de las características de Ángel González, dueño de Albavisión (Alba por el nombre de su esposa y no por nexos con Alba Petróleos) es que no permite que en sus canales se critique a los gobiernos de turno. Inclusive, en Guatemala y otros países, publicaciones periodísticas lo han señalado de acercarse durante las campañas electorales a los candidatos con más posibilidades de ganar y les ofrece espacios televisivos, favores que luego le son rentables cuando el aspirante llega a la Presidencia.
En Guatemala se le atribuye haber financiado las campañas de los expresidentes Vinicio Cerezo y Alfonso Portillo. Un estudio del año 2001 indica que las prácticas comerciales de González crean una atmósfera que socava el desarrollo de la democracia.
Guillermo Rothschuh señala que las acciones de González y de Telcor pasan por encima de la Constitución Política de Nicaragua, que no permite el acaparamiento de medios. Sobre las declaraciones de Carlos Pastora, de que González no aparece legalmente como dueño de Canal 10, Rothschuh dice que desde los comienzos de la televisión nicaragüense existe el “prestanombre” o testaferro, y recordó al periodista Luis Felipe Hidalgo, quien en marzo de 1956 apareció como dueño de la primera frecuencia de televisión en el país, el Canal 6, cuya razón social decía ser Televisión de Nicaragua, pero que después los Somoza dijeron que era de ellos.
Para Rothschuh un problema grave es que la televisión nicaragüense en VHF ha caído en poder de pocas manos. “Telcor debe ser celoso (otorgando frecuencias). Aquí (González) ha ido muy rápido (apoderándose de los canales). Va muy rápido”, estima el especialista en comunicación.
LA ANÉCDOTA DEL MILLÓN DE DÓLARES
“ Chicho” Silva fue presidente de Ratensa. Como Silva en cierto momento no tenía buenas relaciones con el abogado, y después de varios conflictos, el mexicano Ángel González optó por retirar de la empresa aunque le tenía bastante estima. Sin embargo decidió mantenerle a su amigo el salario y otros beneficios, como la camioneta que tenía asignada.
La anécdota la relata el abogado Sergio Torres Cruz, muy amigo de “Chicho” y quien después fuera el abogado de la hija de este, María Inés Silva Cano, quien tras la muerte de su padre se declaró heredera única.
En una ocasión, dice Torres, el mexicano Ángel González le dio a escoger entre dos opciones a “Chicho” Silva: le mantenía el salario y los beneficios o bien le dejaba de dar el salario pero lo liquidaba con un millón de dólares. “Chicho” no sabía qué hacer, porque no sabía cuánto tiempo más iba a vivir . Tres meses después de la propuesta de González, falleció “Chicho” Silva sin haberle dado una respuesta al mexicano. Torres conoció algo de González. “Al principio pensaba que él tenía una tendencia política en el país, pero después me di cuenta que solo le interesan sus negocios”, comentó Torres.
Ángel Gonzalez: hoja de vida
Remigio Ángel González González nace en Monterrey, México, en 1944.
Nacionalidad: Mexicano, nacionalizado estadounidense.
Padres: Jesús González Vidaurri y Concepción González González.
Profesión: Contador.
Esposa: Alba Elvira Lorenzana, guatemalteca.
Hijas: Morelia Eréndira (financiera de Albavision) y Jani Tzik Tzik.
Hobbie: Comprar canales de televisión.
Deporte favorito: Futbol.
Habilidades: Se relaciona con los más altos ejecutivos de la industria de Hollywood. Se granjea el favor de los políticos en el poder, a quienes después controla por la influencia de sus canales de televisión. Tiene testaferros en todos los países donde tiene negocios.
Empresas y fortuna
2,000 millones de dólares se estima que es su fortuna personal.
30 estaciones de televisión, 70 radios, 40 salas de cine, además de restaurantes y tiendas se calcula que son sus negocios en toda Latinoamérica.
14 a 18 horas trabaja todos los días de lunes a sábado. Los domingos gusta hacer desayunos-trabajo en su casa, en Miami.
700 mil dólares pagó por su primera estación de televisión, en Guatemala, en 1981.
Su primer éxito
En 1978, cuando compró a Franco Zeffirelli la miniserie Jesús de Nazaret , que luego le produjo buenas ganancias.
Solo ha brindado dos entrevistas, una en 2004 al diario chileno El Mercurio, y en 2003 al Naples Daily News. Se esconde de los periodistas.
No tiene deudas en el sistema bancario.
En México nadie lo conoce.
Forbes no lo tiene como multimillonario.
Tiene casas en Miami, Nueva Orleáns, Ciudad de México y Ciudad de Guatemala.
Sus operaciones comerciales han contado con el apoyo de dictaduras de turno en Guatemala, como las de los generales Romeo Lucas García y Efraín Ríos Montt, quienes perpetraron masacres especialmente entre los indígenas mayas.
Nadie se explica cómo puede tener una enorme fortuna, después de haber sido vendedor de programas de televisión únicamente.
No tiene televisoras en Estados Unidos.
