Por Anne Pérez Rivera
Cuando el guindo de más de 15 metros de profundidad empezó a “comerse” el suelo que rodeaba su humilde vivienda, Ana Taisague decidió arrancar y trasladar todo el viejo zinc y el plástico que forra su casa.
“Ahora estamos en esta parte que es más segura”, cuenta la madre de dos niños, aunque el guindo del cauce que cruza el asentamiento William Galeano le ha quedado a solo cinco metros de distancia.
En el William Galeano ya hubo tres muertes por un deslizamiento en el 2010 y el riesgo de que vuelva a ocurrir una desgracia sigue latente. Lo mismo ocurre
en El Laurel, otro asentamiento del Distrito Tres ubicado en la parte alta al sur de la capital.
En Altagracia, barrio Santa Ana Sur, unas 20 familias corren peligro por deslizamiento de tierra en la zona cercana al cauce.
En el Anexo a Canadá Sureste, del Distrito Cuatro, también hay riesgo de derrumbes para 60 personas. La Alcaldía de Managua ha reportado 16 derrumbes principalmente en las zonas altas de la capital.
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“Aquí ya se nos hundió la letrina, pero la volvimos a componer porque no tenemos un lugar adonde irnos. Pero todo esto se está desmoronando”, contó Maribel Reynosa, quien junto a su esposo y tres hijos vive a la orilla de lo que sus vecinos llaman “el cementerio”, en referencia al cauce que cruza esa zona y que cada año causa más derrumbes.
Para Reynosa, que cocina diariamente en medio de huecos en la tierra, los días de lluvia son cada vez peores.
La situación también es complicada para los habitantes del asentamiento La Zacatera.
“Lo que hemos estado haciendo es rellenar lo que se va cayendo de tierra con basura”, dijo Lubis Fuentes, quien vive a la orilla de la zanja del cauce en La Zacatera. En esa zona, la Alcaldía de Managua ha colocado centenares de sacos de arena para mitigar las inundaciones y evitar que la calle principal del asentamiento se hunda totalmente.
RIESGO DE DERRUMBES SE MULTIPLICA
Al menos 800 capitalinos habitan en sitios con alto riesgo de derrumbes o deslaves, según el informe municipal de puntos críticos en Managua, que fue actualizado a inicios de agosto pasado.
Durante el invierno, y con las recientes lluvias, el suelo se encuentra saturado de agua y eso incrementa el riesgo de derrumbe en unos 13 barrios o asentamientos capitalinos. El Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter) ya advirtió que los suelos del Pacífico y Norte del país registran actualmente una saturación de agua de entre el 90 y 100 por ciento.
Ese nivel de saturación incrementa los riesgos de derrumbes o deslaves en las comunidades asentadas sobre la región afectada por las lluvias recientes.
La Alcaldía de Managua y Defensa Civil han informado que en la capital hay unos 64 puntos críticos ante inundaciones y derrumbes, que son habitados por unas 9,000 personas. Se supone que en cada punto crítico se deben implementar medidas preventivas.
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