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LA PRENSA/Manuel Esquivel

“Lo claro es que la situación estará oscura”

El exjefe máximo de la Contrarrevolución, Adolfo Calero Portocarrero, presentará en los próximos días el libro Crónicas de un Contra y cuando le preguntamos cómo avizora el futuro inmediato de Nicaragua, responde que en este país lo único claro es que después de las elecciones de noviembre “la situación estará oscura”.

El exjefe máximo de la Contrarrevolución, Adolfo Calero Portocarrero, presentará en los próximos días el libro Crónicas de un Contra y cuando le preguntamos cómo avizora el futuro inmediato de Nicaragua, responde que en este país lo único claro es que después de las elecciones de noviembre “la situación estará oscura”.

Con su libro de memorias, Calero pretende contribuir a que las nuevas generaciones conozcan la historia y eviten repetir errores y que se convenzan de que Nicaragua necesita cambios profundos y permanentes en vez de los superficiales y temporales que se registraron en la década de 1990.

“No es con limosnas” que se elimina la pobreza sino con libertad y educación como han demostrado los países asiáticos, enfatiza Calero en esta entrevista con LA PRENSA.

¿Qué mensaje quiere transmitir por este libro a las nuevas generaciones?

Que no cometan los mismos errores, que se guarden de los mismos abusos, que se aseguren que Nicaragua viva una democracia que no solo exista en papel, que se viva en democracia porque es la única forma en que puede haber paz, tranquilidad, progreso, orden , justicia. También quería cumplir con la obligación histórica de dejar por escrito lo que viví, esa parte de la historia que solo yo viví. Mucha gente, amistades y no amistades, me decían “tenés que escribir tus memorias, no podés faltarle a la historia de este país, tenés que relatar eso que viviste para beneficio de las futuras generaciones y para no dejar vacíos en la historia reciente de Nicaragua”.

¿Qué contará en ese libro?

Relatos de mi permanencia en Nicaragua desde 1979 hasta finales de 1982, de la época sandinistas en la que conviví y presioné para que hubiera democracia en Nicaragua. En la época en que pintaban en las paredes ‘Sandino dijo’ y Sandino no había dicho nada de eso, por lo que me convencí de que a Sandino lo tergiversaron, lo estiraron y encogieron a su antojo una manada de dictadorzuelos, los nueve comandantes que les llamaban La Dirección Nacional, no solo le ordenaba al pueblo nicaragüense, le ordenaba también al propio Sandino. También hay relatos de mi llegada a la Contra en 1982 y de mi retiro en 1989.

¿Por qué abandona la dirección de la Contra en 1989?

Porque los mismos funcionarios del Departamento de Estado de los Estados Unidos, que en un momento habían sido grandes colaboradores nuestros, ahora estaban tratando de terminar, de liquidar a la Contra, archivarla pues. Entonces, en vez de recurrir a nosotros para hacer lo que hicieron los del FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) de El Salvador, que negociaron una entrega de armas que los dejó como partido organizado y triunfador, a nosotros nos quisieron destruir. Quisieron salir de nosotros rápidamente.

¿A qué atribuye ese cambio de estrategia del gobierno de Estados Unidos?

Ellos tenían la excusa de que había ganado las elecciones doña Violeta Barrios de Chamorro en 1990. Entonces no había motivo para mantener una fuerza armada aunque no estuviera peleando, pero que sirviera de garantía. Por eso fue que los sandinistas le hicieron barbaridades a doña Violeta, había paros, tranques, quemaron la Alcaldía. Ejercían toda clase de presión para doblegar al Gobierno. Lograron lo que dijo Humberto Ortega, mandar desde abajo.

¿Esa fue una decisión coyuntural o el resultado de una política de Estado?

Los Estados Unidos nos han visto a través de la historia con cercanía y con indiferencia. Hemos sido amigos cercanos y lejanos. Nos han usado algunas veces y ayudado otras. Estados Unidos ha sido el país más bondadoso en la historia del mundo, pero los grandes países no tienen amigos, solo tienen intereses. Esa es una frase que figura en la historia de la diplomacia hace siglos y esa es una verdad que se percibe en el diario vivir. Ellos tienen grandes riquezas que han acumulado dando prioridad a sus intereses sobre los grandes amigos.

¿Considera que si el Departamento de Estado hubiera mantenido el respaldo a la Contra, la historia reciente de Nicaragua sería distinta?

Claro. Seguramente, porque hubiera habido una fuerza de presión para los sandinistas. No que, los sandinistas eran los únicos armados, no había una contraparte que respetar. Por eso fue que irrespetaron al gobierno de doña Violeta y la obligaron a transar en una serie de cosas, a base de presiones, amenazas, paros, tranques, huelgas, quemas, morterazos. Eso fue lo que hicieron los sandinistas en todos esos años.

¿Cuál habría sido el papel del grupo armado que usted dirigía, una vez concluida la guerra?

[doap_box title=”Conservadores “pelean migajas”” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

  • Adolfo Calero Portocarrero, exdirector de la Contra y conservador de toda la vida, opina que la crisis interna del Partido Conservador (PC) demuestra que sus líderes actuales no son “conservadores de principios”.
Lamenta que los dirigentes del PC estén “peleando migajas”, en vez de defender los principios y valores del partido.

“Mientras ellos pelean migajas, (Daniel) Ortega persigue sus propios valores que tienen el signo del dinero, del dólar o de las libras esterlinas que son más caras”, comentó.

El presidente Ortega aplica “aquel dicho muy nicaragüense que dice ‘unos a la bulla y otros a la cabuya’. Así es que mientras los conservadores van a la bulla, Ortega a la cabuya; y lamentablemente la cabuya es lo que vale. La bulla no vale nada”, dijo Calero.

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Como una reserva moral y de presión a las amenazas de los sandinistas.

¿Eso habría sido posible?

Claro que hubiera sido posible. Cuando se negociaron los acuerdos de Sapoá, en 1988, que establecieron un cese al fuego temporal, una de las condiciones era el establecimiento de enclaves donde las tropas abastecidas iban a quedar con sus armas, simplemente haciendo ejercicio, entrenamientos, sin guerra, pues. Así como hay fuerzas de las Naciones Unidas, digamos, que llegan a ciertos países, que llegan a garantizar porque esa es la palabra, la Contra hubiera servido de garantía, de protección para el gobierno de doña Violeta, pero no lo entendieron así ni los funcionarios nicaragüenses ni los funcionarios del Departamento de Estado. La Contra era una papa caliente y usted sabe lo que se hace con una papa caliente, se pasa de aquí para allá. La Contra ya era una papa caliente, según los gringos ya había servido su propósito y la verdad es que contrario a lo que dije hace un rato que no hacía las cosas a medias, los Estados Unidos hicieron las cosas a medias.

¿Qué tuvo más peso en la decisión de acabar con la Contra, la incomprensión de los funcionarios nicaragüenses o el retiro del apoyo del gobierno de Estados Unidos?

Diría que fue una combinación de ambos factores. Demasiada confianza en la palabra de los sandinistas, aunque para ellos valía un carajo su palabra. La prisa del gobierno del presidente George W. Bush (padre) y sus funcionarios por salir de ella. Definitivamente, si hubiera estado el expresidente Ronald Reagan, si él hubiera sido presidente aún, Ronald Reagan, que conocía como se conducía el sistema comunista del que él era conocedor, entonces no hubiera sucedido eso, otro gallo nos hubiera cantado.

¿Por qué pesó tanto la decisión de Estados Unidos sobre la desintegración de la Contra?

Porque la Contra, para suministros y financiamiento dependía de los Estados Unidos y hay que acordarse que nosotros éramos un factor armado de la guerra fría y al quitarnos las armas entonces ya, ya… Y las armas las quiso quitar doña Violeta con la venia de los Estados Unidos. No sé quién convenció a quién si Bush a doña Violeta o ella a Bush, pero con Reagan otro gallo nos hubiera cantado.

¿Estaría Nicaragua en otras condiciones si Estados Unidos no hubiera acabado con la Contra?

Claro. Definitivamente, en otras condiciones claro, pero mejores. Estaríamos en mejores condiciones definitivamente.

¿Qué es lo peor que le ha pasado al país tras esa decisión del noventa?

En primer lugar debo celebrar que por fin en Nicaragua se dieron elecciones libres. Debo celebrar que con doña Violeta, Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños la gente escogió o eligió al presidente de su preferencia. Eso por un lado es bueno, pero por otro lado hay un absurdo, que la oposición le haya entregado la presidencia al sandinismo por haber ido dividida. Después que el sandinismo le hizo tanto daño al país es una barbaridad que por trifulcas internas, por intereses personalistas haya habido esa división. Yo hice lo posible, hubo un esfuerzo por unir a la oposición porque no había un personaje que los uniera. En la actualidad la oposición tendría que unirse ella misma porque ninguno de los candidatos tiene la fuerza, el vigor digamos para unir a la oposición.

¿Está seguro de que el presidente Ortega ganará la elección?

Claro, no se necesita ser brujo para saber que Ortega va a ganar la elección, aunque sea un candidato ilegítimo e ilegal que viola los dos candados que se pusieron en la Constitución para evitar la reelección sucesiva y que la misma persona gobierne en tres ocasiones. Robarse la elección sería una tercera ilegalidad, pero yo creo que con dos ilegalidades le bastará para permanecer en el poder. No va a tener que recurrir a la tercera. Y siguiendo en ese tema, es una estupidez que no se deje llegar a los observadores porque al único que le hace daño esa prohibición es al mismo Ortega.

En los últimos meses usted hizo esfuerzos para unir a la oposición. ¿Por qué desistió?

Sí, hice un esfuerzo llamado Gestión Unitaria Nicaragüense (GUN), Tenía grandes esperanzas de que los principales actores de la política entraran en razón, pero jamás buscaron el máximo común denominador que se necesitaba para unirse. Los únicos esfuerzos que hicieron fue para desunirse.

¿Ya no hay nada que hacer en ese sentido?

No, y si hay es muy poco. Lo que me da pena, me da vergüenza es que los líderes políticos nicaragüenses se estén disputando un segundo, tercer, cuarto puesto y lo único que van a dar a sus electores son curules, si acaso. Se han convertido todos los partidos que supuestamente deberían ser de oposición, garantía democrática se han convertido en curuleros, con desmedido amor al dinero. Todos los candidatos están en la misma situación. No hay ninguno peor que otro. Yo a los cinco y con miedo, si es que son cinco.

¿Qué futuro ve para el país?

Oscuro. Nublado cuando menos, sino oscuro al menos nublado como el acta de independencia que se llama el acta de los nublados.

¿Quienes serán los más perjudicados con esa oscuridad?

Todos, el pueblo entero. Desgraciadamente los más pobres que son los que dice Ortega que por ellos trabaja, que son los que más le preocupan. Esos serán los más perjudicados con la candidatura de Ortega y el cierre de los cauces democráticos. Desgraciadamente los más perjudicados seguirán siendo los más perjudicados.

¿Qué les podría pasar?

Que sigan sin educar a sus hijos, sin tener perspectivas, sin tener esperanzas de una mejor vida. La Constitución de los Estados Unidos habla de la libertad y la búsqueda de felicidad. Aquí, desgraciadamente se está dando la búsqueda del retroceso, la infelicidad y el progreso y los más pobres son las mayores víctimas. No es un bono lo que va a dar felicidad a la gente. No es la limosna lo que saca al pobre de la pobreza, es la producción, la educación, la libertad, el orden. Eso es lo que da el progreso, eso es lo que acaba con la pobreza. Eso no lo estoy inventando, lo han demostrado los asiáticos. No es la cooperación externa que ha mantenido a este país la que lo va a sacar de la pobreza. La cooperación saca del paso pero no saca de la pobreza. Por eso el libro lo comienzo con la frase ‘Era claro que la situación estaba oscura’, que es la frase con que mi papá comenzó su novela Sangre Santa y ahora, poniéndola de forma futurista podemos decir que lo claro es que la situación estará oscura.

¿Qué se necesita para cambiar este oscuro panorama?

Estas situaciones no se cambian de la noche a la mañana. Para que Nicaragua cambie de verdad y no solo momentaneamente como cambió en los noventa se necesita educación, educación y más educación. Eso es lo que ha cambiado a los pueblos asiáticos y eso no es a corto plazo. Es la educación y cultura del trabajo lo que permitiría que Nicaragua cambie. Lamentablemente no se ha ofrecido una solución viable que nos encamine por la senda correcta.

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COMENTARIOS

  1. Armando Jose
    Hace 13 años

    Referente a “intereses”, los siete años en la contra fueron para mucho siete años de vacas gordas, los cuales se prolongaron en Nicaragua, ocupando curules desde las cuales continuaron engrosando sus arcas personales. Sin reagan otro gallo nos canto, sin lideres militares y politicos como los que no hemos gastado, otro gallo nos hubiera cantado. Muchos al llegar a la senectud, utilizan su madurez, tiempo y recursos economicos, para lavarse las manos; ojala usen buenos desinfectantes.

  2. cesar m
    Hace 13 años

    es imposible creer que a este viejo se les haya escapado a los
    matones orteguistas y sandinistas especialmente a cerna, verlo vivo es un milagro ya que a su mano derecha, el comandante 380
    se lo hecharon al pico.

  3. Alberto Bustelo Guiñazu
    Hace 13 años

    Mientras espero la aparicion del libro, hoy he tenido el atrevimiento de sacar copias de esta nota de La Prensa, para entregarla a jovenes estudiantes amigos de mis sobrinos para que se interesen del tema y lo discutamos cuando tengamos el libro. Es hora que todos nos pongamos a contarle a los jovenes de America la verdadera historia de Nicaragua, de Argentina y otros paises hermanos. Gracias a Calero y a La Prensa

  4. francisco lopez
    Hace 13 años

    un poco de propaganda no hace daño, adolfo

  5. Adriana Hernandez
    Hace 13 años

    Este señor lo que sido es un vividor de la guerra los norteamercianos no son tontos ellos saben cuando y hasta do nde apoyar gente como esta, ahora con el pasar de los años ya enfermo esta gozando de las mieles que le dejo haberse metido a la guerra, yo lo he mirado en el supermercado de la Union, comprando carnes de cortes caros y cosas buenas , verguenza le debiera de dar, que le pregunten a las madres de los caidos, que piensan de eso, por eso escribo que ha sido mercedres de la guerra,

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