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Un egipcio ondea la bandera nacional de su país, sobre una estatua en plaza Tahrir o plaza de la Liberación, en El Cairo. LA PRENSA/AP

Egipto: Régimen persiste tras renuncia de cúpula de partido oficial

La conducción del partido gobernante egipcio renunció en pleno el sábado, incluido el hijo del presidente, pero el régimen de Hosni Mubarak parece aferrarse al poder al estimar que puede dejar que se agoten las protestas opositoras.

Por Sarah El Deeb

EL CAIRO/AP

La conducción del partido gobernante egipcio renunció en pleno el sábado, incluido el hijo del presidente, pero el régimen de Hosni Mubarak parece aferrarse al poder al estimar que puede dejar que se agoten las protestas opositoras.

Los manifestantes que piden la salida de Mubarak tras 30 años en el poder ignoraron estas concesiones y prometieron seguir con su campaña hasta que el presidente renuncie, convencidos de que el régimen pretende hacer sólo reformas cosméticas para mantenerse al mando. Decenas de miles acudieron por 12mo día seguido a la plaza Tahrir para cantar: “El se irá, él se irá”.

Sin embargo, Estados Unidos dio su apoyo al vicepresidente Omar Suleiman y su manejo de la transición, tras advertir que se necesitaba orden para evitar que el proceso de reformas sea cooptado por los extremistas.

“Es importante apoyar el proceso de transición anunciado por el gobierno egipcio de hecho encabezado por el vicepresidente Omar Suleiman”, dijo la secretaria de Estado norteamericana Hillary Rodham Clinton en una conferencia de seguridad en Munich.

Frank Wisner, el diplomático retirado que el gobierno estadounidense envió a El Cairo, dijo que Mubarak debe mantener su puesto al menos en forma temporal para que los “destellos frágiles” de avances puedan consolidarse.

Mubarak insiste en que seguirá en la presidencia hasta concluir en septiembre su mandato actual. Washington ha dicho que la transición debe traer más democracia y elecciones libres y justas. Pero los manifestantes temen que, si el mandatario no renuncia de inmediato, el régimen mantendrá su control autoritario del país.

“Lo que pasó hasta ahora no alcanza a ser una reforma”, dijo Amr Hamzawy, miembro del Comité de Sabios, un grupo autodesignado de figuras de la elite egipcia que no tiene vínculos con los manifestantes pero se reunió con Suleiman para proponer soluciones a la crisis. “Parece haber un intento deliberado del régimen de distraer a los que proponen el cambio y permitir que sus exigencias se desintegren, con la esperanza de sobrevivir”, agregó.

El anuncio fue recibido con sorna por los manifestantes en la plaza Tahrir. Wael Khalil, un activista de 45 años, dijo que “reforzará el empeño (de los manifestantes) y aumentará su confianza porque ello demuestra que están ganando, y el régimen retrocede centímetro a centímetro”.

Entre los renunciantes estaban algunos de los políticos más poderosos del país y también los más impopulares para mucha gente.

Entre los miembros del Comité de Guía de la Secretaría General que dimitieron y fueron reemplazados estaba el secretario general del partido, Safwat El-Sharif, y Gamal Mubarak, hijo del presidente a quien se veía hace tiempo como su presunto heredero. Suleiman prometió a principios de semana que Gamal no se postularía a la presidencia en los comicios de septiembre.

El-Sharif fue reemplazado por Hossam Badrawi, médico y dueño de un lujoso hospital capitalino, que había sido ignorado en los últimos años por criticar algunas de las políticas oficiales.

La decisión indicó que los militares que actualmente dominan el régimen, como Suleiman y el primer ministro Ahmed Shafiq, consideraron que desechar a los líderes veteranos era necesario para convencer a la población de que sus intenciones de reforma son serias y así lograr que las protestas se debiliten hasta desaparecer.

El sábado, los funcionarios se mostraban confiados de que pueden aguantar hasta que acampe la tormenta política. Suleiman invitó a los manifestantes y partidos de oposición a negociar reformas constitucionales, pero los jóvenes que encabezan las protestas se niegan hasta que Mubarak renuncie y un nuevo gobierno amplio tome el poder.

Shafiq dijo en la televisión estatal que el movimiento opositor se está debilitando y señaló que la protesta del viernes, de unas 100.000 personas, no había logrado deponer a Mubarak. “Todo esto lleva a la estabilidad”, dijo.

Internacionales Cairo Egipto Mubarak archivo

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