Tomado de Infobae.com y agencias
La Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton mantuvo hoy una charla con la presidenta argentina Cristina Fernández. Si bien no trascendieron los detalles de la comunicación, se especula que estaría relacionada con el escándalo de los cables publicados por el sitio WikiLeaks.
Según el sitio Infobae.com durante la llamada, la jefa de la diplomacia estadounidense se habría disculpado oficialmente por los cables secretos que trascendieron en los últimos días con informaciones que involucran a funcionarios argentinos.
Este se convirtió en el segundo contacto diplomático entre Argentina y Estados Unidos, desde que comenzaron las filtraciones. Anoche, el canciller argentino Héctor Timerman habló sobre el tema con el número dos de Clinton, William Burns.
Desde que se desató el escándalo de WikiLeaks, Clinton ha sido la funcionaria designada por Obama para dar explicaciones sobre el caso que puso en duda la seguridad informática del gobierno norteamericano.
En una conferencia de prensa encabezada el lunes, la Secretaria de Estado fue la encargada de admitir que la información que estaba circulando en la red había sido robada de servidores del gobierno y advirtió sobre la peligrosidad de la operación para la seguridad de la comunidad internacional.
LAS FILTRACIONES
Entre los documentos filtrados se encontró que el Departamento de Estado de EE.UU. preguntó a su embajada en Buenos Aires si la presidenta argentina Cristina Fernández “toma alguna medicación” y cómo dividía el trabajo con su marido, el recientemente fallecido Néstor Kirchner.
“¿En qué materias toma CFK (iniciales de Cristina Fernández de Kirchner) las decisiones y cuáles deja a Néstor Kirchner?”, afirma el documento de la Oficina de Operaciones de Inteligencia del Departamento de Estado de EE.UU., identificada como INR/OPS.
La pregunta forma parte de un “perfil” sobre la presidenta argentina remitido a finales de 2009 a la Embajada en Buenos Aires organizado bajo los epígrafes de “estado mental y salud”, “su visión política” y “su forma de trabajo”.
El Departamento de Estado de EE.UU. quería indagar en “la dinámica interpersonal” tras explicar que tenía un conocimiento más sólido sobre el estilo y la personalidad de Néstor Kirchner que sobre Cristina Fernández de Kirchner.
En el plano político, la abundante correspondencia entre la Embajada en Buenos Aires y Washington critica “la ineptitud de los Kirchner para la política exterior” y “su intolerancia a la hora de recibir críticas”.
En otro informe, se expone con claridad el rol que Washington espera que tenga Argentina en el continente. Se esperaba que la presidenta “tome una posición más constructiva… en el conflicto colombiano y que influya positivamente en su contraparte venezolana”, agrega.
En una ocasión, la presidenta argentina se quejó de que el mandatario Obama prefiriera reunirse con su homólogo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y no con ella.
“CFK dice que es difícil entender por qué el presidente Lula ha obtenido una entrevista con Obama, pese a que Brasil ha votado en contra en la Agencia de Energía Atómica en un encuentro de Lula con Ahmadineyad, mientras ella (…) mantiene una fuerte posición contra Irán en la IAEA y en la lucha contra el terrorismo”, reza parte de la correspondencia.