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Fabián Medina

En Letra Pequeña

Dos preguntas

A estas alturas, cuando los magistrados sandinistas de la Corte Suprema de Justicia le echan la culpa a sus colegas liberales del caos que ahí reina, se les olvida que todo el descalabro comenzó con una sentencia antojadiza, que supuestamente reinstala la reelección continua en Nicaragua, a pesar de que la prohíbe la Constitución Política, y un decreto presidencial que supuestamente legitima que sigan en sus cargos aquellos funcionarios a quienes ya se les venció el periodo, a contrapelo, otra vez, de lo que dice la Constitución Política. La madre del cordero, señores, es ¿quién le dio autoridad a los magistrados para reformar la Constitución? Y ¿quién le dio autoridad a Daniel Ortega para nombrar magistrados? Si pueden contestar estas dos preguntas, está resuelto el problema. Claro, contestar las preguntas sin subestimar nuestra inteligencia tratando de convencernos de que no es reforma, sino “inaplicable”, y que el presidente no nombró a nadie, sino “prorrogó”.

Explicación

Conociendo este enredo de padre y señor mío que han hecho, me da mucha curiosidad saber qué le habrán explicado a los diplomáticos para convencerlos de que tiene cuerpo algo a lo que no se le ve pies ni cabeza. Posiblemente hayan expuesto la jerigonza que les conocemos, la cual traducida quiere decir algo más o menos así: “Por favor, no crean lo que ven sus ojos, créannos a nosotros y no a los hechos, hay un propósito mayor que nos impulsa a voltear al país como calcetín, y que ustedes la podrían entender fácilmente si se hacen devotos de Daniel Ortega, el misericordioso, único que puede salvar a este país, el que nunca muere y que gobernará Nicaragua por los siglos de los siglos”.

Nuevo delito

¿Por qué la saña del Estado nicaragüense contra el italiano Alberto Boshi? Primero le inventaron un delito, y lo condenaron por ello, en una acción en la que, insisto, se prestaron vergonzosamente un juez y un periodista. Luego la Asamblea Nacional lo amnistió, por lo que técnicamente está limpio de toda culpa. ¿Entonces? ¿Porque se metió a política? ¿Acaso no es su derecho al tener la nacionalidad nicaragüense? ¿Acaso los nicaragüenses nacionalizados en Estados Unidos, para poner un ejemplo, no hacen proselitismo, incluso, se postulan para cargos públicos? El problema es que Boshi no comulgaba con el orteguismo y eso parece ser el nuevo gran delito en Nicaragua.

Don Fabio

Creo que la aparición de don Fabio Gadea Mantilla como candidato merece un análisis distinto al que se ha hecho hasta ahora. Don Fabio Gadea no despierta esperanzas en muchos porque tenga un gran partido que lo respalde, ni porque sea caudillo, ni porque tenga una gran trayectoria partidista tras él. Al contrario. Precisamente sus aparentes debilidades son sus fortalezas, en esta extraña Nicaragua que estamos viviendo ahora. Es el grito silencioso de la mayor parte de la ciudadanía que pide un candidato con el mayor consenso posible, que no despierte tantos resquemores y que no esté enseñando el colmillo presidencial como su único objetivo en la vida.

Raro

Arnoldo Alemán debería estar brincando en una uña, porque el candidato que podría agrupar todo el descontento sale del PLC, su partido, y no sólo eso, además es su pariente político, consuegro para ser exacto. Pero, muy extrañamente, es quien más lo ha descalificado, y el único que parece estar dispuesto a no bajarse del macho, aunque reviente a Nicaragua en el intento. ¿No es raro eso?

Columna del día Opinión
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