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Empezar a invertir

La inversión es un deporte de equipo. Los tiempos del “llanero solitario” quedaron en el siglo pasado. En la era de la información, el conocimiento y el tiempo son, más que nunca, dinero.

PARTE III

La inversión es un deporte de equipo. Los tiempos del “llanero solitario” quedaron en el siglo pasado. En la era de la información, el conocimiento y el tiempo son, más que nunca, dinero.

Invertir es “1 por ciento de inspiración y 99 por ciento de transpiración”. Después de la idea inspiradora es preciso contar con “cerebros y manos amigas”, personas que estén dispuestas a pensar con nosotros y “sudar el 99 por ciento de transpiración”, que implica llevar una idea a la práctica.

No hay que reinventar el agua helada. Pregunte, asesórese o, si los recursos lo permiten, contrate personas que piensen como inversionistas y tengan experiencias de años y conocimientos de primera mano sobre el producto o mercado en el que queramos invertir. Ellos ya cometieron errores, aprendieron qué hacer y qué no. Conocen “lo crítico” del negocio.

Para saber si la persona que podría asesorarnos “piensa como inversionista”, hay que preguntarle cuál ha sido la inversión o negocio más exitoso que ha logrado y por qué lo considera exitoso. Asimismo, cuáles son los errores o aprendizajes más grandes que ha tenido. Un inversionista exitoso puede demostrar con hechos sus resultados. “Por sus frutos los conoceréis”.

Averigüemos cuáles son los factores fundamentales para tener éxito en ese negocio. Por ejemplo, si quiere invertir en bienes raíces (inmuebles), asesórese de un corredor o agente inmobiliario que invierta su propio dinero en el negocio. Pregúntele cuál ha sido la inversión más exitosa que ha realizado y por qué considera que fue exitosa. Confíe, pero verifique.

Además de encontrar un asesor, mentor, persona que sepa del negocio, o incluso entrar a trabajar un tiempo en una empresa del rubro que nos interese, debemos buscar toda la información disponible en libros, publicaciones especializadas e internet. Procure aprender:

¿Qué técnicas de venta son más exitosas? ¿Cómo se dan a conocer en el mercado? ¿Por qué buscan los clientes ese producto? ¿Qué les interesa? ¿Por qué lo compran?

¿Cuál es el precio que los clientes pagan o están dispuestos a pagar por el producto o servicio? ¿Cuál es el margen de ganancia? Dado ese precio, y ganancia, estime cuál es el máximo costo en el que puede incurrir para la producción y entrega del producto.

¿Cómo hacen para controlar y mantener la calidad del servicio y para prevenir los fraudes o errores operativos?

Después de investigar bien el proceso y los elementos que debe tomar en cuenta para que su producto o servicio sea exitoso, piense con su equipo o asesores qué temas puede usted mejorar (aumentar calidad, bajar costos, disminuir tiempos de producción, entrega o espera de clientes).

Con base en su análisis, comience con “pequeños pasos”, vaya aprendiendo ayudado por su asesor o mentor cómo funciona en la práctica ese negocio para usted. Registre todos sus ingresos y gastos. Al crecer su negocio necesitará ayuda de un abogado, contador e informático. Puede ser más caro no tenerlos que tenerlos.

Introduzca mejoras y consulte a sus clientes las tres preguntas críticas: ¿Qué les gusta? ¿Qué no les gusta? Y ¿qué sugerencias tienen para mejorar nuestro producto o servicio? Los clientes saben lo que quieren. ¡Escúchelos!


El autor es director de Promifin, programa financiado por la Cooperación Suiza en América Central.

 

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