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LA PRENSA/O. Valenzuela

Deja la puerta abierta

Francisco Ruiz Udiel A Claribel Alegría Su Majestad Deja la puerta abierta. Que tus palabras entren como un arco tejido por cipreses, un poco más livianos que la ineludible vida. Lejos está el puerto donde los barcos de ébano reposan con tristeza. Poco me importa llegar a ellos, pues largo es el abrazo con la […]

Francisco Ruiz Udiel

A Claribel Alegría

Su Majestad

Deja la puerta abierta.

Que tus palabras entren

como un arco tejido por cipreses,

un poco más livianos

que la ineludible vida.

Lejos está el puerto

donde los barcos de ébano

reposan con tristeza.

Poco me importa llegar a ellos,

pues largo es el abrazo con la noche

y corta la esperanza con la tierra.

Donde quiera que vaya

el mar me arroja a cualquier parte,

otro amanecer donde la imaginación

ya no puede convertir el lodo

en vasijas para almacenar recuerdos.

Me canso de despertar

la luz me hiere cuando ver no quiero,

el viaje a Itaca nada me ofrece.

Si hubiera al menos un poco de vino

para embriagar los días que nos quedan

embriagar los días que nos quedan

que nos quedan.

Estelí, Nicaragua. 1977. En 2005 obtuvo el I Premio Internacional Ernesto Cardenal de Poesía Joven, con Alguien me ve llorar en un sueño. Su poesía ha sido traducida al sueco, francés, portugués e inglés. Actualmente es redactor de www.caratula.net.

El lugar más íntimo para provocar incendios

Gema Santamaría

la cocina. el infierno.

un lugar de cuchillos y de sangre.

es ahí donde arde el aceite

donde mi madre heredó su cicatriz más profunda.

dicen que es el lugar de la abundancia

del dulce y tibio olor a leche

del tomate fresco,

luciendo su más firme color rojo.

recuerdo las cebollas

crispándose en la cuna,

ajos como pequeñas larvas

agitándose en el fuego.

mamá con un delantal que le cubría el pecho

la sangre de la carne cruda

las verduras y los trastos bajo la misma regadera

las especies calentándose en el mismo olor a grasa

el lugar más íntimo para provocar incendios

mamá huele a aceite

tiene quemaduras en los ojos

sus pequeñas manos son muy torpes

el agua hierve

la carne se ablanda

cáscaras y huesos en una bolsa plástica

en la cocina: restos y paredes salpicadas

en la mesa: manteles y cucharas limpias.

una abeja arde en la cocina

atrapada en un vaso boca abajo

se va poniendo sucia.

Managua, Nicaragua, 1979. Ha vivido por varios años en Ciudad de México y actualmente vive en Nueva York, donde realiza estudios de postgrado. Ha publicado dos poemarios: Piel de poesía (400 Elefantes, 2002) y Antídoto para una mujer trágica (2007).

La Prensa Literaria

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