El presidente Evo Morales encaminó el viernes su proyecto constitucional, que se someterá a referendo el 4 de mayo, como garantía para la unidad de Bolivia, mientras la oposición pidió a varios países latinoamericanos y europeos que revisen la relación con el Gobierno que él dirige.
En el acto de promulgación de las leyes de convocatoria a las dos consultas sobre la propuesta de nueva Constitución con la que pretende “refundar” su país, Morales reiteró que ese texto “garantiza la unidad, dignidad e igualdad”.
También elogió la presión “del pueblo”, que permitió que los parlamentarios de su partido aprobaran esas normas, pese al rechazo y las protestas de la oposición en un Congreso cercado por sus seguidores.
“Sólo con la fuerza del pueblo podemos garantizar las transformaciones profundas”, dijo Morales ante miles de campesinos, indígenas, cocaleros y mineros afines que se congregaron ayer también en la Plaza Murillo de La Paz. Algunos de sus partidarios golpearon e insultaron el jueves a dos diputadas opositoras cuando intentaban ingresar al Congreso.
La principal alianza opositora, la derechista Poder Democrático y Social (Podemos), y varios líderes regionales tacharon de “dictadura” y “golpe a la democracia” la sesión en la que se votaron los referendos, a mano alzada, sin debate y con la participación de varios senadores suplentes.
El ex gobernante Jorge Quiroga (2001-2002), jefe de Podemos, declaró que la jornada del jueves fue “el día más negro y aciago para la democracia boliviana” desde 1980.
Mientras, el presidente del Senado, Oscar Ortiz, adelantó que se ha reunido con representantes de la Unión Europea (UE), con la “directiva del cuerpo diplomático” acreditado en La Paz y con varios embajadores de Latinoamérica para pedir a sus países que “revisen” su relación con el Gobierno de Morales.