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Los kaibiles, con un entrenamiento militar internacionalmente prestigioso, hacen un servicio por corto tiempo para las fuerzas armadas guatemaltecas y después “los sueltan”. (LA PRENSA/ARCHIVO)

Kaibiles, mercenarios y fuerza de narcos

ONU investiga posible industria militar privada detrás de estos cuerpos élites [doap_box title=”Datos claves” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”] La Escuela Kaibil fue creada en 1974. La Comisión del Esclarecimiento Histórico vinculó a los kaibiles con violaciones a los derechos humanos durante el conflicto armado interno. En época de paz, estos soldados forman parte de misiones de la […]

  • ONU investiga posible industria militar privada detrás de estos cuerpos élites
[doap_box title=”Datos claves” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”]

La Escuela Kaibil fue creada en 1974. La Comisión del Esclarecimiento Histórico vinculó a los kaibiles con violaciones a los derechos humanos durante el conflicto armado interno. En época de paz, estos soldados forman parte de misiones de la ONU.

Adiestramiento: La escuela kaibil se encuentra en Poptún, Petén, e imparte el curso para la tropa y para los oficiales de mediano rango.

Misiones:Actualmente, Guatemala colabora con el envío de kaibiles a la República del Congo y a Haití.

Investigados:La justicia mexicana investiga a unos 10 kabiles que están de baja, a quienes acusa de colaborar con el grupo Zeta, brazo del narcotráfico.

Mercenarios:Unos 12 kaibiles han sido contratados por empresas internacionales de seguridad, para Irak.

Expulsados

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La diputada Nineth Montenegro, especialista en asuntos militares, cree que el tema de los kaibiles debe de ser retomado. “El Estado ha expulsado a elementos calificados porque no se buscó una reforma digna para que este personal se retirara. El principal gasto militar lo absorben los oficiales, y dejan de lado a la tropa”, expone.

Jorge* es un kaibil retirado que a sus 27 años ha cumplido tareas de mercenario en Irak, luego de haber sido reclutado por una compañía de seguridad internacional que lo envió a ese país.

La labor de este militar en Irak fue servir como “carne de cañón”, uno de tantos hombres de sacrificio que empresas privadas contratadas por Estados Unidos reclutan en todo el mundo, en busca de que haya menos bajas estadounidenses.

En Guatemala, después de terminar el curso kaibil, el soldado de tropa finaliza su tiempo de servicio y se retira sin una garantía que le permita continuar su vida de manera digna. Ante ello, busca otras ofertas, a veces no legales.

“Nosotros resguardábamos camiones, embajadas, a funcionarios de gobierno y hacíamos patrullajes nocturnos”, narra este militar, quien admite que regresó con un ahorro de una buena cantidad de dólares, lo que le permitirá montar un negocio junto a su esposa.

Jorge relata que unos 12 kaibiles formaban parte de un grupo de hombres entrenados en el arte de matar. En el país árabe existen al menos 236 empresas privadas que cumplen tareas de seguridad.

“Cuando recibimos entrenamiento en Honduras nos dijeron que en Irak nadie es amigo, y que todos —niños, mujeres y hombres— eran enemigos, así que en cualquier incidente había que matar”, recuerda.

Además, en Irak, hondureños, salvadoreños, chilenos, argentinos y guatemaltecos cumplen misiones específicas, por lo que devengan un sueldo que va de dos mil a cinco mil dólares, de acuerdo con la tarea que se les encomiende.

DE TODO EL MUNDO

Los mercenarios que conforman esa industria militar privada son unos 30 mil, y su labor capta hoy la atención mundial, al extremo de que el relator del Convenio Internacional contra el Tráfico, el Reclutamiento y la Financiación de Mercenarios de Naciones Unidas ha emprendido una investigación al respecto.

Un reciente censo del Comando Central del Pentágono calcula que son 100 mil los especialistas que operan bajo los contratos del gobierno norteamericano, ya sean estadounidenses, iraquíes o de otros países. La cifra no incluye subcontratistas.

Empresas como Your Solutions, que hasta noviembre último tenía una subsidiaria en Honduras, han sido criticadas porque sus hombres armados han disparado en forma indiscriminada contra población civil.

Precisamente fue Your Solutions la que contrató a Jorge, quien asegura que tuvo que pasar un reclutamiento clandestino.

La empresa estadounidense cerró las oficinas en Honduras, porque ejecutaba ejercicios militares de manera ilegal y reclutaba a cualquier extranjero que llegaba con visa de turista, referido por otros contratistas de América Latina.

EJÉRCITO LOS ENTRENA Y LUEGO LOS SUELTAN

Jorge narra: “Yo conocía a otros kaibiles que querían trabajo, así que nos fuimos a Honduras a buscarlo y encontramos esta oportunidad. La mayoría de nosotros regresó con dinero”.

El trabajo contrasta con las opciones que existen en el país, en donde, por medio de anuncios clasificados se convoca a aspirantes a policías privados, “en especial kaibiles”, para que presenten su papelería si desean optar a una plaza. Sin embargo, el sueldo no pasa de mil 800 quetzales, mientras que en Irak, Jorge ganaba dos mil 500 dólares mensuales.

No existe una cifra específica de los guatemaltecos que estuvieron o se encuentran en aquel país árabe, aunque la académica Kristina Mani, de Oberlin College, investigó que actualmente se hallan al menos mil peruanos y 700 salvadoreños, además de colombianos, nicaragüenses, hondureños y guatemaltecos.

Daniel Domínguez, vocero del Ejército de Guatemala, dice que los kaibiles son libres de elegir el trabajo legal que quieran desempeñar luego de haber cumplido sus años de servicio.

“El Ejército mantiene el control de esta fuerza militar cuando está activa, pero luego, cada quien es un ciudadano”, sostiene.

Pedro Trujillo, especialista en asuntos militares, afirma que en estos casos es natural que los integrantes de las fuerzas especiales estén el tiempo establecido y luego se retiren.

OTROS EMPLEADORES

Pero los kaibiles no sólo son requeridos para trabajar como mercenarios internacionales o en empresas privadas de seguridad.

La corta vida militar que los kaibiles de tropa hacen en el Ejército de Guatemala —están en servicio dos años— hace que sean apetecidos por el crimen organizado, redes de narcotraficantes y de humanos y por grupos de sicarios.

Domínguez es kaibil y admite que esa fuerza especial es reconocida en todo el mundo. “El kaibil es atractivo para el crimen organizado. Es una lástima perder ese recurso humano, y creo que el Estado puede presentar mejores opciones, pero tenemos un presupuesto limitado como para continuar con ese personal”, refiere.

Si el presupuesto es limitado, el sueldo del soldado, incluso del kaibil, también lo es. Cada miembro del Ejército gana Q1 mil, y el hecho de pertenecer a esta fuerza especial no le acredita ningún bono.

Entonces, un sueldo de cinco mil dólares que ofrecen los narcotraficantes por dirigir el traslado de droga en la montaña no es nada despreciable para estos soldados, que al retirarse del Ejército se enfrentan al abandono del Estado.

Un ejemplo de ello es el ex kaibil Ángel Rivas y/o José Alfredo Romero Salazar, alias el Alacrán. Este fue detenido en septiembre recién pasado, junto a un grupo de narcosicarios, en Chiapas, México.

Pese a que la institución militar ha explicado en diversas ocasiones que los kaibiles vinculados al narcotráfico y al crimen organizado ya no pertenecían al Ejército, entre los investigados por la justicia mexicana está Carlos Martínez, un kaibil que estaba de alta.

Las pesquisas de la Fiscalía demostraron que era jefe de la Tercera Sección de la Primera Compañía del Batallón de las Fuerzas Especiales en Poptún.

Este militar participó en el primer contingente de la misión de paz de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo, África, en 2005.

*Nombre ficticio

Internacionales

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