Análisis noticioso QUITO/AP
La retórica del presidente electo Rafael Correa ha mostrado a un hombre de izquierda y católico, que se declara bolivariano y amigo de Hugo Chávez pero no tan radical en su postura ante Estados Unidos como el mandatario venezolano.
“Representamos a esa tendencia progresista que barre en América Latina, en la que están incluidos (el presidente de Argentina) Néstor Kirchner, (de Brasil) Lula da Silva, (de Chile) Michelle Bachellet”, dijo en la campaña electoral Correa, economista de 43 años de edad.
No mencionó a Chávez pero ha reconocido coincidencias con el mandatario venezolano, ha defendido su amistad con él pero ha negado que esa cercanía signifique una posible injerencia del presidente de Venezuela en Ecuador.
“Estimo mucho a Hugo Chávez, otra cosa es que mis amigos manden en mi casa, en Ecuador mandaremos los ecuatorianos”, señaló.
Comentó que “ soy bolivariano y si Hugo Chávez es bolivariano, bueno, en eso vamos a coincidir”.
Correa ideológicamente se ha definido como “humanista cristiano de izquierda”.
Sus detractores lo tildan de comunista y lo acusan de buscar reeditar en Ecuador las experiencias de Cuba y Venezuela. “Yo no soy comunista, respeto mucho a los comunistas, pero no lo soy. Soy un católico practicante que busca la justicia social”, dijo.
Antes de ser un hombre público, Correa era un académico y economista que junto otros colegas de la misma inclinación ideológica, del Foro Ecuador Alternativo, criticó duramente al neoliberalismo, a los organismos internacionales de crédito y al sistema de dolarización que rige en el país desde el 2000.
En sus primeras declaraciones luego de conocer los resultados extraoficiales que le dieron la victoria, Correa invitó a los ciudadanos “a superar 20 largos años de una larga y triste noche neoliberal”.
Correa sólo registra en su trayectoria política su paso por el ministerio de Economía, en el actual gobierno de Alfredo Palacio, durante cuatro meses. Respecto a Estados Unidos, ha reiterado que su gobierno no firmará un tratado de libre comercio con ese país, aunque confía que extienda las preferencias arancelarias andinas que se vencen en diciembre.
Ratificó que no renegociará un convenio, que vence en el 2009, para el uso de la base aérea de Manta, en la costa ecuatoriana, por parte de efectivos de Estados Unidos para combatir el narcotráfico.
“La soberanía no está en venta y creo que el pronunciamiento popular del domingo ha dejado muy claro ese aspecto”, aseguró.
En un ocasión calificó al presidente George W. Bush de “tremendamente torpe” y se solidarizó con Chávez cuando lo llamó “diablo” en el seno en las Naciones Unidas. Más tarde reconoció que cometió una imprudencia al usar esos calificativos.