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Managua es una ciudad compleja, mejorar la situación requiere muchos millones y quizá hasta muchos gobiernos.

Los compromisos de Marenco

En medio del escepticismo que puede haber por un candidato que prometió ser el mejor Alcalde de Managua, expertos coinciden en que las promesas del ahora edil Dionisio Marenco son ambiciosas, pero posibles, siempre que haya asistencia extra municipal. El interés de la empresa privada, más una mejor situación económica dejada por su antecesor Herty […]

  • En medio del escepticismo que puede haber por un candidato que prometió ser el mejor Alcalde de Managua, expertos coinciden en que las promesas del ahora edil Dionisio Marenco son ambiciosas, pero posibles, siempre que haya asistencia extra municipal. El interés de la empresa privada, más una mejor situación económica dejada por su antecesor Herty Lewites, podrían hacer posible que las palabras se hagan realidad

Wilder Pérez R.

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El regreso del tren, un busvía, el ordenamiento de la ciudad, 500 buses nuevos en Managua y cuatro mil casas económicamente accesibles, parecen sólo estar en la boca de un político.

Efectivamente, éstos y otros proyectos formaron parte de la propuesta del alcalde Dionisio Marenco mientras todavía era candidato a la silla edilicia, aún cuando las ideas no fueran suyas.

Marenco se jactaba de ser “más alcalde”, alegando mejores capacidades profesionales y el hecho de conocer la infraestructura de la ciudad.

Pero el edil no sólo conocía los componentes de la capital, sino también sus planes de desarrollo, posibilidades y recomendaciones.

Eso le permitió lanzar promesas de campaña realizables a pesar de lo complicado, y aún cuando no fueran posibles, podría reclamar responsabilidades al Gobierno central, algo que hizo desde el momento en que fue juramentado, el 15 de enero pasado.

El ambicioso proyecto del tren, que se espera recorra casi 50 kilómetros desde Managua hasta Granada, fue una de sus ideas más originales, aún cuando coincidía con la de su contrincante Edén Pastora.

Fuera del tren, Marenco se cuidó de lanzar propuestas realizables, como el busvía para buses semiexpresos o busway, una idea que nació del Gobierno con el apoyo decidido del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El ordenamiento de la ciudad, probablemente su idea más original entre las ambiciosas, tiene que ver con la construcción de casas para sectores sociales de bajos ingresos económicos, algo similar a lo que pretende el Instituto Nicaragüense de la Vivienda Urbana y Rural.

Marenco también prometió convertir el botadero de basura La Chureca en una fuente de energía, y establecer un nuevo basurero en las afueras del casco urbano, algo que el ex alcalde Herty Lewites dejó adelantado, junto al rescate de la laguna de Tiscapa, que es la prioridad número uno del actual edil.

Viajar en buses más cómodos es otro beneficio que el edil anunció a los capitalinos, algo que su antecesor no pudo porque requería de dos millones de dólares como contraparte. En esta administración se pretende lograr.

La mayoría de estos proyectos habrían encontrado un espacio independientemente del candidato que resultara ganador, siempre que guiara su gobierno hacia esos objetivos, incluyendo todo tipo de gestiones.

ENLACE CRUCIAL

Si bien Marenco insistió en su campaña que sería un alcalde “rojinegro”, en alusión a su partido político, el Frente Sandinista de Liberación Nacional, tras ganar el puesto debió aclarar que estaría dedicado a todos los managua, una estrategia que podría beneficiarlo tanto como a Lewites en su tiempo.

Para no perder tiempo, Marenco solicitó el apoyo del presidente Enrique Bolaños en su primera oportunidad.

“Le dije al presidente Bolaños el día que nos juramentaron, que yo le pedía que fuera el Presidente de todos los alcaldes”, afirmó Marenco, pero lejos de la humildad que aparentan estas palabras, el edil intentó ser terminante.

“Bolaños en vez de entrar en tanto conflicto con los otros poderes del Estado y estar en esa discusión… si él se acerca a mí y me dice que ‘te voy a ayudar en Chiquilistagua, a hacer el tren, a comprar 400 buses, a meter agua potable en los barrios’, yo encantado… para eso es el Presidente, hay que aterrizar el Gobierno al suelo, a los ciudadanos”, insistió.

Ese apoyo presidencial, a juicio de Israel Morales, jefe del Departamento de Construcción de la Facultad de Tecnología de la Construcción de la Universidad Nacional de Ingeniería, es fundamental, sobre todo en proyectos como el tren.

A juicio de Morales, la intervención del Gobierno es esencial, ya que en principio se trata del trabajo de varias municipalidades, y luego es un trabajo de grandes magnitudes.

“Por eso lo normal es que sea el Gobierno, o los Estados, los que inviertan en ese tipo de estructuras”, asegura Morales.

LA LÍNEA DEL TREN

El tren es quizás el más ambicioso proyecto de Marenco, no sólo en costos, sino también en infraestructura e impacto social.

Se trata de unir a Managua con Granada utilizando la antigua vía ferroviaria de 43 kilómetros de largo, creando a su paso nuevas rutas de trabajo y activando las economías de las ciudades por donde pasará, Nindirí y Masaya, además de otras que quedan sobre la ruta.

El mayor impacto económico se proyecta hacia poblados como Sabana Grande, Veracruz, Las Flores, entre otros, que estén en el camino, igual habrían beneficios para los viajeros. Todo eso a un costo de 50 millones de dólares.

Morales piensa que con la tecnología actual eso es perfectamente factible a corto plazo (no menos de año y medio), en especial porque se trata de una ruta conocida. Su duda está en los recursos con los que se cuenten.

Esa opinión la comparte el experto Oscar René Vargas, quien no está seguro de que se haga realidad antes que Marenco deje de ser alcalde, en el 2009, debido a lo complejo del proyecto.

Vargas expresó que el tren es conveniente desde el punto de vista económico y social, porque muchas personas dejarían de utilizar la carretera Managua-Granada y eso le aumentaría la vida útil a la misma. Económicamente, expresó que los usuarios perennes podrían beneficiarse con boletos preferenciales, como en Europa.

Sin embargo, mantuvo que “no sé si cuaja, si arranca, aunque no se termine sería positivo”.

Israel Morales insistió en que todo dependerá de los estudios que se realicen, algo que será fundamental, ya que el alcalde cree que el tren costará menos de los 25 millones de dólares que cuesta la carretera a Granada, no obstante, la realidad es otra: el tren costaría el doble.

EL BUSVÍA O EL FERRY

Otro plan a estudiar es el busvía. La idea es ocupar el centro de la Carretera Norte para buses expresos.

Estos buses serían los más cómodos de Managua y tendrían terminales en Ciudad Sandino y la Zona Franca, un recorrido de 18.5 kilómetros con 23 paradas. Pretende ahorrar la mitad del tiempo que el 20 por ciento de la población capitalina pierde en llegar a su trabajo.

Vargas cree que es necesario, aduciendo que además del tiempo, los trabajadores pasarían de gastar 15 córdobas diarios en pasaje a cinco córdobas, y además olvidarían las incomodidades del transporte urbano actual.

Al igual que Morales, Vargas considera que se debe aprovechar el saneamiento del lago Xolotlán para darle vida a los antiguos planes de la carretera costanera y así descongestionar la Norte.

Pero hasta el momento sólo se contempla el busvía a secas, sin más que los buses expresos dentro. Así se están realizando los estudios preliminares, según la última información a mano.

Sin costanera, eso cuesta 80 millones de dólares, según Marenco (49.4 millones arroja el dato en manos del PNUD). Por eso el alcalde ve como alternativa un ferry que salga de Mateare, se detenga en puertos estratégicos, y llegue hasta la Zona Franca.

Los expertos coinciden en los ahorros económicos que esto representaría para la capital, pero también advierten que no es sólo de poner el barco.

Además de garantizar un medio de transporte que lleve a los usuarios hasta el puerto, se necesitaría un mínimo de seguridad para éstos, debido al alto grado de delincuencia en los barrios del norte de la ciudad. Aún así, creen que el proyecto traería desarrollo económico y esto restaría el peligro.

ORDENAR MANAGUA

Esto, a juicio de Marenco, facilitaría sus planes de ordenar Managua, dentro de lo que se puede llamar ordenamiento. El alcalde en realidad a lo que se refiere es a frenar el crecimiento horizontal de la ciudad.

El reto de Marenco es evitar que Managua se haga más larga y ancha, porque eso le impediría garantizar la calidad en servicios como agua, luz, recolección de basura, entre otros, y aprovechar los terrenos vacíos en el interior de la ciudad, de los cuales está seguro que existen.

Para eso la propuesta es construir cuatro mil casas de dos plantas, cuyos costos andarían por los dos mil dólares para pagarse en 20 años. La idea del alcalde es que cuando la familia crezca, en vez de buscar otros rumbos ocupe un segundo piso.

Marenco asegura que este proyecto ya está adelante, y la empresa interesada es el grupo Roble, de origen salvadoreño, dueños de Metrocentro.

Esto fue confirmado por Vargas, pero mientras el alcalde considera que puede utilizar la costa sur del Xolotlán para levantar casas, la información del experto es que el interés está alrededor del Aeropuerto Internacional Managua.

Como fuere, Morales insiste en que se deben realizar estudios para determinar lo que se va a ejecutar, pero no duda que el Grupo Roble se haya interesado porque hay beneficios.

Vargas está seguro de eso. Tras hacer cálculos ligeros, en base de referentes estandarizados para este tipo de casas, el economista calculó una ganancia de cuatro millones de dólares para los inversionistas.

Por su parte, Morales añade que si se trata de casas prefabricadas el tiempo de construcción no será ningún problema, mientras que Vargas tampoco ve trabas económicas.

“Es un sector al que no le construye, gente que no tiene alternativa: empleados públicos, o de zonas francas, y cuatro mil personas no es una cantidad enorme, no presenta gran riesgo de inversión”, opina Vargas.

Otro asunto que no debe representar mayor inversión es el de la nomenclatura, los rótulos de calles y avenidas de la ciudad. Cuesta un millón de dólares y aparentemente hay empresas interesadas en resolver el problema.

LA CHURECA

Lo que está más difícil es convencer a la gente de que bote la basura en su lugar y más aún que los deshechos orgánicos los entierre en el patio de la casa.

La idea es continuar con la campaña iniciada por Lewites, que no llevó a los managua a ver la ciudad limpia que prometió.

La esperanza es que eso alivie la capacidad de la nueva Chureca, que estaría ubicada en un lugar lejano de Chiquilistagua, donde ya hay renuencia a aceptar el botadero.

La vieja Chureca sería aprovechada para generar energía, con beneficios de 4.8 megavatios de potencia. Marenco aseguró que van a estudiar si se le da a una empresa en concesión o la Alcaldía invierte de forma directa.

TIEMPO EN CONTRA

Marenco tiene apenas dos semanas de ocupar el cargo de edil. No obstante, lo ambicioso de estos proyectos lo tiene con el tiempo en contra.

Los expertos consultados coinciden en que el problema no es que si los proyectos son o no realizables, sino en el tiempo que tendrá Marenco para inaugurarlos.

Y de eso está consciente el Alcalde. “Tenés que hablar de períodos de más allá de cuatro años, en un año pasás dibujando”, comenta.

Otra presión que podría tener Marenco es la de las elecciones presidenciales. Se espera que su partido utilice su gestión como plataforma para que su candidato, Daniel Ortega, vuelva a ser Presidente.

Como es de esperarse, el Alcalde niega esa obligación, pero acepta que la misión no será fácil y que necesitará que la suerte lo acompañe para cumplir.

MUCHO DINERO

Hablar del total de dinero que necesita al alcalde Dionisio Marenco para cumplir con sus promesas más conocidas, es referirse a miles de millones de córdobas.

Sólo en sus cinco promesas más conocidas de campaña, Marenco necesitará 146 millones 40 mil dólares extras en las arcas de la Alcaldía de Managua, que se traducen en dos mil millones 380 mil 452 millones de córdobas.

Dividiendo la cifra en córdobas, entre los cuatro años de gestión, Marenco necesitará 595 millones 113 mil córdobas anuales. En otras palabras, necesitaría que de inmediato, el presupuesto de la Alcaldía subiera en un 75 por ciento de lo actual (787 millones).

Sin embargo, Marenco deberá buscar formas alternativas de obtener recursos desde ahora, porque el crecimiento proyectado en el presupuesto de la Alcaldía, es de apenas el 2.2 por ciento, y la planilla de la Comuna ocupa más del 40 por ciento de los gastos.

LAS FUENTES EXTRAS

Para alcanzar sus metas, el alcalde Dionisio Marenco está claro de que necesita financiamiento extra, por lo que anunció gestiones, préstamos y donaciones, como alternativa a las recaudaciones. A juicio del economista Oscar René Vargas, esto es posible en parte, gracias a que el antiguo alcalde, Herty Lewites, dejó el estado financiero de la Alcaldía en mejores condiciones de las que él lo encontró, debido a las deudas heredadas tras diez años de gobierno liberal.

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