14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

La Liga Nicaragüense de Beisbol Profesional todavía no ha superado las expectativas en cuanto a la calidad de juego.

¿Y el mejor beis?

Liga Profesional, corta respecto a expectativas Edgard Tijerino M. ¿Es éste el beisbol que esperábamos ver cuando se le dio forma a la Liga Profesional? Por supuesto que no. La reducción del personal disponible a cuatro equipos, más la incorporación de peloteros extranjeros, y la presencia de las proyecciones nicas en el beisbol organizado, llevaron […]

  • Liga Profesional, corta respecto a expectativas

Edgard Tijerino M.

¿Es éste el beisbol que esperábamos ver cuando se le dio forma a la Liga Profesional?

Por supuesto que no. La reducción del personal disponible a cuatro equipos, más la incorporación de peloteros extranjeros, y la presencia de las proyecciones nicas en el beisbol organizado, llevaron nuestra imaginación a “un punto de ebullición”.

Los que vimos la pelota profesional no pretendimos disfrutar de un nivel de juego con ribetes espectaculares, como aquél que se alcanzó en la parte media de los años sesenta, cuando se logró ganar una Serie Interamericana por encima de un trabuco salpicado de big leaguers como los Senadores de San Juan de Roberto Clemente, Orlando Cepeda, José Pagan y Terín Pizarro, pero sí, una oferta muy superior a la que estuvimos viendo.

Eso no ha ocurrido hasta hoy. Sin embargo las expectativas se mantienen abiertas.

Lo mejor ha sido el pitcheo, por su fortaleza y su capacidad de dominio. La posibilidad de un gran duelo está siempre presente.

La primera señal fue muy débil. San Fernando derrotó a un Bóer errático 14 por 2, pero de inmediato vinieron las grandes demostraciones del pitcheo obligándonos a familiarizarnos con los blanqueos: 5-0, 8-0, 2-0, 6-0, 3-0, 1-0. Vicente Padilla, la súper atracción estuvo inmenso en su debut, y más adelante, Aristides Sevilla lució como un Grandes Ligas superando al propio Vicente en la aproximación a un no hitter.

Lenín Picota se mostró tan convincente como en el último Preolímpico y las faenas de Julio Ráudez, Miguel Gómez, Arián Cruz y otros, muy llamativas. Sí, no hay duda, un pitcheo de calidad, pero, no tanto para mantener a los bateadores en punto muerto, la estrategia sigue siendo conservadora y los infields no han sido tan funcionales.

Claro, esto no quiere decir que tal situación permanezca inalterable, pero es lo que hemos visto por ahora.

Se habla de la falta de elasticidad de la pelota, algo de lo que bateadores como Francisco Santiesteban, Freddy Chévez y Mario Holmann no se han percatado, y lo demuestran sus cifras.

La impresión es que muchos artilleros llegaron desajustados al torneo, y les está tomando tiempo agilizar los reflejos, precisar su visión y acelerar sus impulsos en el cajón de bateo. Es normal considerar que hombres como Henry Roa, Nemesio Porras, Jimmy González, no levanten vuelo.

Observar un salto cualitativo cuando se reduce a una larga semifinal con refuerzos nacionales y extranjeros, la Liga Profesional era lo natural, pero —y esto no es culpa de los organizadores que han realizado un gran esfuerzo y una fuerte inversión— esa es una asignatura pendiente, vista desde cualquier butaca, incluso desde las que ocupan los dirigentes del torneo.

El fildeo está en deuda. Estos infields, llenos de nombres confiables, se han quedado cortos en funcionamiento. En los años ochenta, sin retroceder hasta los 11 años del profesionalismo, pudimos apreciar cómo las impresiones actuaciones del pitcheo se debían a la facilidad fantasiosa para simplificar de nuestros fildeadores en el cuadro interior, lo cual se trasladaba a los eventos internacionales.

No se puede vivir sin esperanzas dice Norman Vicent Peale, así que, debemos considerar que lo mejor está por venir.

CALMA AMIGOS

No es fácil en estos tiempos conseguir extranjeros capaces de provocar impactos rápidos, por los problemas económicos. De eso estamos claros.

Cierto, queremos ver bateadores como Domingo Vargas y Rolando Olmos que cargaron de electricidad la liga de 1956, cuando el profesionalismo comenzaba a gatear aquí, o Pedro Luis Rodríguez, un veterano con todavía algunos cartuchos que quemar que vino a establecer cifra récord con el aluminio.

Deportes

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí