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Rosendo Álvarez ya se encuentra en Nicaragua.

Rosendo a las 112 libras

Llegó optimista de conseguir otra corona Pablo Fletes Rosendo Álvarez llegó anoche a Nicaragua después de su tercer triunfo en cuatro combates contra el colombiano Antonio “Beibis” Mendoza. Pero a diferencia de creer que vino severamente golpeado o triste porque perdió el título minimosca de la AMB en la báscula, se mostró seguro y optimista […]

  • Llegó optimista de conseguir otra corona

Pablo Fletes

Rosendo Álvarez llegó anoche a Nicaragua después de su tercer triunfo en cuatro combates contra el colombiano Antonio “Beibis” Mendoza.

Pero a diferencia de creer que vino severamente golpeado o triste porque perdió el título minimosca de la AMB en la báscula, se mostró seguro y optimista que conseguirá pronto una nueva oportunidad titular en la división superior, la minimosca.

“Esta victoria significa que sigo siendo uno de los mejores peleadores de los pesos pequeños en el mundo… En las 108 libras le gané a los mejores y al Beibis lo derroté en tres ocasiones, y ya verán que ese muchacho debe aprovechar mi salto para coronarse”, dijo Álvarez, anoche poco antes de disfrutar una cena en un restaurante de la capital.

Álvarez lució un semblante relajado, porque sabe que esa victoria lo dejaría en una buena posición en el ranking mosca de la AMB.

Y lo mejor, es que podría conseguir pronto una nueva oportunidad con cualquiera de los campeones vigentes: el venezolano Lorenzo Parra (AMB), el tailandés Pongsaklek Wonjongkam (CMB), el colombiano Irene Pacheco (FIB) o el argentino Omar Narváez (OMB).

¿Fue un golpe muy duro no dar el peso por segunda vez en una pelea de título?

“Es algo que no estaba a mi alcance. Yo no mando en mi cuerpo, ya no podía mantenerse ese peso. Soy un hombre de 34 años que desde hace 10 años sólo he subido de 105 a 108 libras”.

¿Pero sabías que podías perder la corona de esa manera?

“Yo estaba seguro que sí, porque en diciembre, cuando peleé con Víctor Burgos, fue un milagro de Dios porque hasta me desmayé antes del pesaje”.

¿Pero no era mejor irse de una división como campeón y no volver a pasar esta mala experiencia?

“Sinceramente no me lo esperaba. Creí que por última vez podía controlar el peso, pero no pude. Qué voy hacer, Dios sabe lo que hace, porque si seguía sacrificándome quizás hasta podría salir muy afectado de salud”.

¿Fue un golpe duro darte cuenta que estabas pesado?

“Fue triste, pero después me alenté cuando me acordé de la arrogancia de la gente del Beibis, de todos lo que me deseaban el mal, siendo algunos nicaragüenses y otro que hasta fue mi entrenador, como Rigoberto Garibaldi. No les dí el gusto a Rafael Revollo ni Tony González de quedarse con el título así de fácil”.

¿En realidad tenés ese problema con Garibaldi?

“Sí, desde que comenzó a desprestigiarme cuando me dijo que era indisciplinado”.

¿No quedó nada de amistad entre ustedes después de varios años de trabajar juntos?

“De mi parte sí, pero siento que él me tiene odio”.

¿Y ahora qué viene?

“Espero que una buena ubicación en el ranking mosca de la AMB, a la que he representado desde 1994”.

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