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LA PRENSA/O. Valenzuela

Un nica en el gabinete de Bush

Leonés de nacimiento, el arquitecto Francisco Terán, uno de los creadores del Teatro Nacional Rubén Darío y de muchos repartos capitalinos, logró ser uno de los directores nombrados por el presidente de los Estados Unidos, del Instituto de Ciencias de la Edificación. Asegura que cuando le confirmaron el cargo pensó en Nicaragua, en su familia, […]

  • Leonés de nacimiento, el arquitecto Francisco Terán, uno de los creadores del Teatro Nacional Rubén Darío y de muchos repartos capitalinos, logró ser uno de los directores nombrados por el presidente de los Estados Unidos, del Instituto de Ciencias de la Edificación. Asegura que cuando le confirmaron el cargo pensó en Nicaragua, en su familia, en Dios y aún se pregunta por qué habiendo miles de arquitectos hispanos en Estados Unidos le correspondió a él obtener el puesto

Gustavo Ortega Campos [email protected]

Es uno de los miembros del “kitchen cabinet”, o “gabinete de cocina” del presidente Enrique Bolaños, grupo que reúne a cinco amigos cercanos del mandatario quienes dos veces al mes le brindan consejos “fraternos” sobre su actuar en el cargo. Pero esta labor sin remuneraciones, Francisco Terán Callejas, la conjuga siendo el primer nicaragüense con un puesto de alto nivel en el gobierno estadounidense.

Es un reconocido arquitecto y constructor de proyectos urbanos, que son una referencia en Managua, entre los que destacan los repartos Bello Horizonte, Ciudad Jardín, Jardines de Veracruz, Colonia Primero de Mayo, Valle Dorado y Villa Fontana, todos situados en Managua y algunos construidos desde hace más de tres décadas.

Su camino al gabinete al gabinete estadounidense inició en 1980 cuando empezó a vincularse a actividades culturales en Houston, Texas, donde logró un papel beligerante y múltiples reconocimientos.

Dice haber conocido al presidente George W. Bush durante su campaña de gobernador del estado de Texas en 1995 con quien se reunía frecuentemente junto a otros intelectuales hispanos.

Actualmente es uno de los seis directores del Instituto de Ciencias de la Edificación de los Estados Unidos, cargo nombrado por el presidente y ratificado por el Congreso.

¿Cómo llegó a ser nombrado en el cargo de Director del Instituto de Ciencias de la Edificación de los Estados Unidos?

Después de Texas me trasladé a vivir a Key Biscayne en Miami, ahí recibí en julio del 2001 una llamada de la oficina de personal de la Casa Blanca quien me dijo tener una serie de referencias profesionales mías y me llamaba para completar información de unas personas para unos cargos que el presidente Bush quería nombrar y básicamente me habló de un par de posibilidades, pero me advirtió (que había) muchos candidatos, pero igual me dijo que enviara mi curriculum.

¿Y usted tomó en serio esa llamada?

Al principio estaba con mis dudas, pero me decidí a juntar una serie de informaciones y las envié por fax, porque a la Casa Blanca no se pueden mandar correos…

¿Qué pedían?

Cosas de trabajo, de mi profesión, posiciones en juntas directivas, vida empresarial, vida personal, muchas preguntas, luego me hicieron dos o tres entrevistas telefónicas, después de esa etapa preliminar me confirmaron que estaba entre tres candidatos que estaban optando a esa posición y me avisaron que vendría una fase más detallada que estuvo a cargo del abogado de la Casa Blanca, Alberto González.

Necesitaban certeza que estuviera “limpio”…

Tenían que confirmar que no tenía nada (malo) en el pasado y que no vayan a haber problemas de prestigio en la posición a la que estaba nominado. Así que tuve que pasar por el primer tamiz: el National Security Clearence donde a uno le hacen todo tipo de preguntas.

¿Al final cuando fue el nombramiento?

Un día me entró una llamada al celular y me dijeron que el presidente tenía la intención de nombrarme, ya con eso estaba en las finales. De ahí me pidieron más referencias personales de gente que había trabajado conmigo en directivas sin fines de lucro y propuse a Leandro Marín Abaunza (personaje cercano al presidente Enrique Bolaños), con quien trabajé en el Teatro Rubén Darío, también me pidieron que citara a un socio empresarial y escogí al arquitecto Alfredo Osorio, me pidieron una referencia moral y referí a mi capellán, por último querían una referencia meramente profesional y ahí propuse al arquitecto Ricardo Legorreta, quien diseñó la catedral nueva de Managua.

Con todos esos requisitos parece que estaba optando a la presidencia de Estados Unidos…

Son requisitos establecidos pero al final fui nombrado y mi cargo lo entrego hasta septiembre del 2005, este nombramiento debe ser ratificado por el Senado pero para eso tuve que comparecer ante el Comité de Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos, además de responderle las preguntas, tenía que dar una presentación acerca de lo que haría si me nombraban y explicarles porque me sentía con la capacidad de asumir el cargo.

Fue el examen de su vida…

Creo que si, uno no puede ser ahí demasiado humilde porque no me nombran, ni demasiado farsante, son cosas sencillas pero bien documentadas las que deben demostrarse en ese momento…

¿No hubo cuestionamientos?

Me preguntaron cómo abaratar el costo de las viviendas, propuestas arquitectónicas ante los tornados que era un tema del momento, considero que me fue bien y a los diez días me estaban notificando que el Senado me ratificó.

¿La entidad donde está es una especie del Instituto de la Vivienda acá en Nicaragua?

En Estados Unidos hay toda clase de niveles de instituciones públicas y privadas que tienen que ver con la industria de la construcción que es una de las grandes actividades en Estados Unidos, debido a las múltiples regulaciones que existen y al atraso de los códigos respecto a la tecnología, es que se decidió crear una institución que fuese totalmente superior, que velara por el interés público, este instituto es una especie de academia a nivel altísimo, un centro de investigación, conexión e información para toda la industria y la comunidad.

¿No son constructores, son expertos, asesores…?

Es una fuente nacional de conocimiento y de consejos en asuntos ligados a los edificaciones en lo que respecta a la ejecución de la obra y la operación, no se trata solo del edificio, si quedó bien construido, ahí entra lo económico, el consumo de energía, la parte ambiental, si se está protegiendo la salud de las personas…

¿Ustedes reglamentan o solo recomiendan?

Nosotros únicamente investigamos, autorizamos y nuestra opinión es la definitiva…

¿Cuándo dice que autorizan, si alguien quiere construir una casa deben esperar que ustedes den el permiso?

No, por ejemplo, si nos trasladamos acá a Nicaragua, y existe la opinión de que tal material aprobado por la oficina de urbanismo es nocivo, entonces se apela al Instituto, se hace un estudio y los resultados se incorporan y eso podría suponer cambios en los códigos, también vemos los riesgos a través de doce comités, que incluye el análisis del clima, riesgo y seguridad sísmica, mantenimiento, entre otros.

¿Cuánto ha cambiado su vida este cargo, tiene personal de seguridad… su economía mejoró?

Básicamente el gobierno cubre los gastos que uno incurre al cumplir su misión, la misión mínima es estar presente en las reuniones de directivas que se realizan durante dos días que son cuatro veces al año, luego hay una semana de trabajo en Washington y luego están los trabajos de los comités, generalmente cada director se hace cargo de un comité o dos o participa en varios.

¿Con cuánto presupuesto cuentan?

Unos 30 millones, luego se hacen contratos con las entidades gubernamentales que recurren al instituto para diferentes proyectos.

¿Usted cuanto gana?

Mire.. mire, estas posiciones son generalmente ad honorem (honoríficas), quiero dejarlo bien claro, ellos (el gobierno estadounidense) no quieren que uno reciba (salario) precisamente porque le pagan a uno todos sus gastos y el Congreso establece una dieta de 100 dólares diarios establecidos desde 1974, eso no es nada realmente. Prácticamente los directores ni lo cobran, pero así lo ha estipulado la Ley.

¿Y qué hace usted en el “kitchen cabinet” del presidente Enrique Bolaños?

Antes de que el presidente Bolaños tomara posesión me llamó a Miami para que formará parte del Consejo Superior de Cultura y ya tenemos un plan quinquenal para apoyar este sector….

¿Pero eso no es el kitchen c#abinet para qué sirve un gabinete “intimo”…. es copia de Estados Unidos…?

No tiene oficina, somos un grupo de amigos del presidente que nos juntamos con él, debería ser en la cocina, y poderle decir francamente lo que pensamos, no tenemos agenda, hacemos dos reuniones mensuales, a mediados y a finales tratando de captar lo que siente el país, somos cinco, ahí no hay documentos escritos, son solo conversaciones…

¿Cree que el presidente toma en cuenta esas pláticas o es solo una terapia de grupo?

Bueno, el tiene plena libertad de tomarlas o no en cuenta, pero estoy seguro que somos personas desinteresadas, ninguno de nosotros está ligado a grandes intereses y podemos ver las cosas con cierto desapego y objetividad, el interés es Nicaragua, ese es el objetivo.

INFLUENCIA CRISTIANA

A sus 70 años, José Francisco Terán, goza de los éxitos logrados que ahora achaca a los esfuerzos de su madre que crió a seis hijos y cuatro sobrinos, hoy en día todos profesionales.

Estudió con los Hermanos Cristianos y los sacerdotes jesuitas, donde dice haber desarrollado los pilares de su vida profesional en los campos de la matemática, ciencias, las artes y la Filosofía

Llegó a Estados Unidos a estudiar en 1951, con una beca del gobierno, y durante el primer año recibió el premio como mejor alumno.

Luego en la Universidad de Michigan se graduó con honores, ahora becado por la universidad, ahí sacó el título de arquitecto.

Trabajó muy de cerca de inicios de los años sesenta con el arquitecto Minoru Yamasaki, quien diseñó las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York destruidas el 11 de septiembre del 2001 por un ataque terrorista.

Ciudadano estadounidense desde 1989, es padre de cuatro hijas con siete nietos y con 41 años de casado con María Lourdes Balladares.

Cuenta hoy en día con un negocio de construcción en Houston, a cargo de una de sus hijas, la única que le siguió los pasos en la arquitectura.

El “Rubén Darío” y la “Primero de Mayo”

Uno de los orgullos que rememora el arquitecto José Francisco Terán es haber participado en la construcción del Teatro Nacional Rubén Darío, obra que diseñó a partir de su tesis para graduarse sobre especialización en teatros.

Eso sucedió durante la planificación del centenario del natalicio de Darío, donde participaba la primera dama de la época, Hope Portocarrero. El teatro fue inaugurado en 1969, un cinco de diciembre, fecha del natalicio del presidente de turno, el dictador Anastasio Somoza Debayle.

Recordó que junto a tres de sus amigos de juventud fundó la empresa Arquitectos e Ingenieros Sociedad Anónima (AISA) la que se colocó en una exitosa constructora del país de la que luego se desprendieron otros negocios.

Tampoco olvida como logró levantar el reparto Ciudad Jardín en la década de 1960 con precios por casa de 10,000 dólares la mas cara, “ahora las casas valen hasta 100 mil dólares ahí”, señala sorprendido.

Este proyecto que iba a construirse en cinco años solo tardó tres, eso los animó a empezar otro: Bello Horizonte, Jardines de Veracruz, Colonia Primero de Mayo, Valle Dorado y Villa Fontana.

También diseñó el edificio del Banco Central de Nicaragua (BCN), ubicado en las inmediaciones del “7 Sur” en Managua y colaboró en el diseño del Hotel Intercontinental Managua, inaugurado un día después de la apertura del Teatro Rubén Darío.

Otras de sus obras son campus del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), ubicado en la comarca Montefreso de Managua.

Economía

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