- Promete aumentar los niveles de producción, reciclando el agua utilizada en los estanques y con aereación artificial
Mario José [email protected]
Un nuevo sistema para el cultivo del camarón podría ser una de las opciones para incrementar los niveles de producción, y con ello amortiguar el golpe que está causando la baja de los precios del producto en el mercado internacional.
El Centro de Investigaciones de Ecosistemas Acuáticos de la Universidad Centroamericana (CIDEA), está validando en el Estero Real, Chinandega, un nuevo sistema de ciclo cerrado, que ya se está implementando en Belice y también en algunos países de Asia, explicó Juan Ramón Bravo, funcionario del centro investigativo.
“La idea es tener un sistema de producción que debería permitir aumentar la producción por hectárea, por libra de camarón”, subrayó.
Los resultados preliminares confirmaron que el nuevo sistema ayuda a producir hasta 10,000 libras de camarón por cada hectárea, cuando los sistemas tradicionales apenas dan 1,500 libras, sostuvo.
BUSCANDO EL EQUILIBRIO
“Los métodos actuales de producción en Nicaragua utilizan estanques de gran extensión, con bajas tasas de siembra, en los cuales se está cambiando el agua constantemente para mantener sus niveles de oxígeno y aereación”, refiere información especializada sobre el proyecto publicada por la Embajada de Estados Unidos en Managua, ya que dicho país lo financia.
Pero en el sistema de ciclo cerrado, según explicó el investigador del CIDEA, el agua se está reciclando desde que se inicia “la siembra” de las larvas hasta que se “cosechan”, utilizando ruedas de paletas movidas por electricidad para generar aereación artificial en los estanques, cuyo interior está recubierto con forros plásticos para reducir la contaminación.
Bravo dijo que el no estar cambiando el agua diariamente evita que las larvas adquieran algunas de las enfermedades más peligrosas, como la mancha blanca, pues se ha logrado impedir que ingrese a los estanques un pequeño crustáceo que es el hospedero del virus.
La mancha blanca es un virus inmunodepresivo que Bravo identificó como “el sida del camarón”, pues no tiene cura y puede dejar niveles de sobrevivencia de apenas el uno por ciento.
“Los crustáceos no pueden entrar a las pilas por los filtros que tenemos, aunque el virus sí, pero sin el hospedero no dura más de tres días y muere”, aseguró Bravo.
AGUA SE RECICLA
La información de la sede diplomática norteamericana refiere que luego de haber terminado el ciclo de producción, “el estanque se vacía, se limpia y se desinfecta, con el fin de prepararlo para la siguiente siembra de larvas”.
“Las aguas residuales se drenan a un estanque de sedimentación, donde se dejan asentar durante varias semanas y después se tratan contra patógenos infecciosos, antes de volverse a usar en uno de los estanques de crecimiento”, agrega.
Bravo admitió que los costos de este nuevo sistema de producción aún son altos, sobre todo el diesel utilizado en la generación de energía eléctrica para mover los aereadores.
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