- Cabecillas “Pomares” y “El Cubano”, hermano de “Tyson” amenazan con tomar venganza con campesinado del Triángulo Minero
Heberto Jarquín ManzaresCORRESPONSAL/TRIÁNGULO [email protected]
Campesinos que viven en las márgenes del río Kukalaya, al norte del municipio de Rosita, denunciaron que unos 10 hombres armados se presentaron en la zona el jueves 21 y el viernes 22 de marzo, entre ellos reconocieron a Juan Manuel Mendoza alias “Pomares” y a Francisco Lira Maradiaga, “El Cubano”, hermano de Pilar Lira “Tyson”, muerto en combate con la Policía en Jinotega.
Denis Hernández, de la Policía de Rosita, confirmó la información. “Tenemos conocimiento sobre la presencia de los ex miembros del FUAC ‘Pomares’ y ‘El Cubano’, en nuestro territorio. Hay versiones de que tienen intenciones de ejecutar acciones vandálicas y pasadas de cuenta a campesinos, en represalia por el aniquilamiento de los principales jefes de las bandas armadas que operaban en el Triángulo Minero”, sostuvo.
La semana anterior, una fuente del Ejército informó que se había descubierto la aparición de un grupo de cuatro armados de fusiles Ak, en la comarca El Naranjo, limítrofe entre Waslala y Siuna. En esa ocasión el informante aseguró que el grupo era dirigido por “El Cubano”.
“Mantenemos el plan de seguridad en el campo y cobertura a las vacaciones de Semana Santa. Las patrullas fueron alertadas y coordinamos el plan con el Ejército en previsión de acciones delictivas o terroristas de parte de estos remanentes del FUAC”, afirmó el oficial Hernández.
DESPLAZADOS TEMOROSOS
El dirigente comunal de la comarca de Unawasito, Leocadio Dávila, dijo que unas 40 familias que huyeron por temor a las bandas armadas no tienen plan de volver a sus fincas.
“Ya nos enteramos del regreso de ‘Pomares’ y ‘El Cubano’, ellos están enojados con nosotros los campesinos de Unawasito. Abandonamos la comarca para no caer en fuego cruzado. Los rearmados nos ven como traidores y colaboradores del Ejército y la Policía”, señaló el dirigente campesino.
“Lo peor de todo es que ya perdimos 50 manzanas de frijoles que teníamos sembradas y el mismo riesgo corren 200 manzanas de maíz que ya deberíamos cosechar. Pero preferimos quedarnos en Rosita como desplazados que perder la vida a mano de esos individuos”, añadió Dávila.
Finalmente, el dirigente comunal de Unawasito, antiguo bastión del FUAC, hizo un llamado a las autoridades del gobierno y a la sociedad para que se solidaricen con los desplazados de Unawasito.
“Mientras unos disfrutan de vacaciones en la playa, nuestra gente aguanta hambre. Necesitamos ayuda, especialmente para los niños, las mujeres y ancianos que huyeron del campo por temor a las bandas y ahora no tienen que comer”, agregó el campesino.