- Pobre mujer que trabajaba para los Centeno aparece debiendo casi 300,000 dólares a Interbank
Mario Sánchez P. [email protected]
Petronila González Velásquez, que se desempeñaba como cocinera del grupo Consagro en Las Piedrecitas, Managua, afirmó ayer que nunca en su vida ha solicitado un préstamo bancario, y que le causa asombro y risa que la acusen de haber recibido casi 300,000 dólares del Interbank “porque yo no podría hacer un préstamo de esa cantidad porque no tengo con qué respaldarlo. Lo único que tengo soy yo misma”.
Doña Petronila llegó ayer al Juzgado Segundo de Distrito del Crimen de Managua para rendir su declaración como ofendida, ya que ella no es acusada, pero en la lista de préstamos que los hermanos Centeno Roque hicieron al Interbank, aparece como uno de los empleados de esa empresa que recibió un crédito agrícola de 295,726 dólares.
¿CUÁL PRÉSTAMO?
El 30 de abril de 2001, Leonidas Valdés Carvajal, del departamento de Cartera y Cobro de Interbank, le envió a la señora González Velásquez un estado de cuenta en que le informa que su préstamo está vencido y debía cancelarlo de inmediato.
Ella dijo que no sentía ningún temor porque “el que no las debe no las teme. Mi persona y mi hogar representan la verdad. Yo nunca he recibido ningún centavo”.
“Ese dinero nunca lo vi. Yo no he visto nunca una cantidad de dinero como ésa. Mi salario era de 1,500 córdobas mensuales. Nunca me hubieran prestado tanto dinero siendo una mujer tan pobre”, sostuvo.
Explicó que en cuatro años que trabajó como cocinera para el personal de Consagro, particularmente para los choferes de los camiones de la empresa, nunca tuvo contacto con los hermanos Alex y Saúl Centeno Roque, sino que siempre recibió orientaciones de sus responsables inmediatos.
IMPOSIBLE
Agregó que nunca en su vida fue al Banco Internacional (Interbank) a hacer préstamo alguno y que tampoco ha prestado nunca a ningún banco. “¿Cómo cree usted que me van a prestar semejante cantidad de dinero si soy muy pobre? Nunca me lo darían. Yo no soy agricultora”, sostuvo.
Ella conoció que había “recibido” ese préstamo hasta que la Policía llegó a buscarla a su casa y luego la citó el banco.
Dijo que presume que su nombre fue utilizado para hacer el préstamo, una vez que “el responsable de Recursos Humanos me pidió mi cédula de identidad, argumentando que la necesitaba para unos trámites laborales. Yo la di porque creí que era normal y me la regresaron unos quince días después”, recordó.