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Las uvas nicas cultivadas en Madriz están en su etapa de crecimiento con miras al mercado.

Nicaragua empieza a tomar en serio producción de uva

Mario Fulvio Espinosa [email protected] Tierras soleadas y áridas del departamento de Madriz, están dando excelentes resultados para el cultivo de la uva, según constató LA PRENSA en reciente visita realizada a Musulí, en el municipio de Palacagüina, un lugar de escasa pluviosidad donde la vegetación predominante son los breñales, el tigüilote y los jícaros de […]

Mario Fulvio Espinosa [email protected]

Tierras soleadas y áridas del departamento de Madriz, están dando excelentes resultados para el cultivo de la uva, según constató LA PRENSA en reciente visita realizada a Musulí, en el municipio de Palacagüina, un lugar de escasa pluviosidad donde la vegetación predominante son los breñales, el tigüilote y los jícaros de baja altura.

Otros lugares con las mismas características de Musulí, pero situados en la zona norte de Condega, también están siendo cultivados con esa fruta, ya que con este tipo de proyecto los productores buscan alternativas para sustituir los cultivos tradicionales, como el maíz, los frijoles, el sorgo y otros, en una región que todavía no se repone de los efectos del huracán Mitch.

Con frutas más sofisticadas, como manzanas, albaricoques, cerezas, peras, duraznos, frambuesas, moras, arándanos, fresas, níspero tanaka y persimón, se realizan otros ensayo en las alturas de la imponente montaña del Variador, el suroeste de Somoto, en la finca San Julián, perteneciente a la reserva ecológica Tepesomoto-Pataste.

UNA BUENA ALTERNATIVA

Rufo Centeno Olivas, agrónomo encargado del cultivo vitícola de Musulí, nos informó que precisamente el tipo de uva que producen exige un terreno árido, aunque las plantas se riegan bajo un sistema de goteo para racionalizar el uso de las reservas hídricas del lugar.

“Contamos con la ayuda del organismo no gubernamental norteamericano Auxilio Mundial que se interesó en ayudar a los productores a encontrar alternativas económicas rentables, ya que los granos básicos e incluso las hortalizas en esta región están de capa caída y con precios depresivos”, explica Centeno Olivas.

Otros organismos que coadyuvan en el proyecto vitícola son, el Fondo de Crédito Rural (FCR) —que está financiando el riego—, la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID), y el organismo nicaragüense Pueblos en Acción Comunitaria (PAC). En vista del éxito logrado estas instituciones piensan extender este cultivo hasta Ocotal y Mozonte, en Nueva Segovia.

Centeno explicó con detalles la producción de uva y el potencial valor agregado que se podría obtener de este rubro

¿Existe el propósito de producir vino a través del cultivo de estas uvas?

La finalidad número uno es la producción de uva fresca. Usted ve que en la calle la uva vale treinta córdobas la libra y que las importaciones de la fruta andan arriba del millón de kilogramos por año. Esas frutas vienen de California, Chile, Tailandia, España, Francia e incluso de México y Guatemala. Nuestra idea es sustituir un poco las importaciones de uva y bajar los precios en nuestros mercados.

¿Qué precio tendrían en el mercado nacional las uvas que ustedes producen?

Nosotros podríamos dar la uva a un dólar y una manzana de uvas nos podría generar hasta siete mil dólares libres por año. Es importante mencionar que la vida útil de la planta es de diez o doce años y que produce dos cosechas al año.

¿Qué calidad tiene el fruto de esta vid?

Nuestra uva no tiene nada que envidiar a la uva importada. Ya ha sido probada y reprobada, pues en los años ochenta se inició este cultivo en San Juan de Limay, siendo financiado por la Cooperación Suiza para el Desarrollo (COSUDE). Este ensayo fracasó por los conflictos de la guerra. Nosotros, puede decir, estamos reiniciando aquello y recientemente hicimos un día de campo en una pequeña parcela de Condega en el que participaron más de sesenta productores, incluyendo invitados de diferentes ONG, que probaron la uva y verificaron su primerísima calidad.

INVERSIÓN Y RECUPERACIÓN

Toda la zona tropical de Nicaragua es apta para el cultivo de la uva, lo único que se necesita es que la temperatura oscile entre 25 y 33 grados centígrados y que la altura sobre el nivel del mar oscile entre diez y 800 metros de altura.

El ingeniero agrónomo Rufo Centeno trabajo en los años ochenta con organismos suizos y se especializó en viticultura en Cuba.

Las uvas del proyecto Musulí son italianas pero adquiridas en Venezuela donde se realizan otros ensayo exitosos del cultivo.

La inversión del proyecto anda por los siete mil dólares que se espera recuperar con la cuarta y quinta cosecha.

Se estima que este plantel tiene una vida productiva de veinte cosechas en diez años, con lo cual el cultivo resulta sumamente rentable.

También se incluye en el proyecto Musulí la producción de uvas pasas.

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Economía

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