- No permitirán que el fuego los venza
Juan Rodríguez [email protected]
Raúl Buschting y Norberto Flores, dos de los seis comerciantes que resultaron afectados en el incendio del fin de semana, en el sector de venta de pólvora frente a la iglesia de Santo Domingo en Managua, ayer levantaban de nuevo sus caramancheles para continuar con el mismo negocio.
A pesar que ambos han sufrido en dos años consecutivos pérdidas económicas considerables, dijeron que la fatalidad de los siniestros en sus negocios temporales de cada año no los amedrenta para seguir con la misma actividad, que consideran “temporal y necesaria” en esta temporada de fin de año.
“No podemos darnos el lujo de quedarnos de brazos cruzados porque tenemos deudas pendientes con nuestros proveedores. Tenemos que seguir adelante, no nos queda de otra, es la actividad que no da para darle de comer a nuestras familias en esta fecha”, explicaron.
BOMBEROS PUDIERON HACER LA DIFERENCIA
Insistieron que si una unidad de bomberos hubiera estado en las cercanías de los tramos de pólvora ese día, las pérdidas no hubieran sido tantas.
“Nosotros desde el inicio de la temporada solicitamos a la Dirección General de Bomberos que ubicaran una unidad en las cercanías de los tramos para evitar eventuales accidentes, incluso que le íbamos ayudar con el combustible, con la comida de los bomberos, pero los mandos nunca nos dieron respuesta”, recordó Buschting.
Sin embargo, funcionarios de la DGB, minutos después del siniestro del domingo, insistieron en que los comerciantes no han cumplido con los acuerdos y recomendaciones que suscribieron con esa institución y la Policía para evitar accidentes, luego que se les otorgó el permiso para vender pólvora.
Flores insistió que ellos desde hace varios años pidieron a la Alcaldía de Managua y a los mismos bomberos que les ayudaran a gestionar ante la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados la instalación de hidrantes en la zona, “que no existen en el lugar, ni de muestra siquiera”.
En otro orden, valoraron de “excelente” la venta de pólvora el 7 y 8 de diciembre, sin saber que “un día después un nuevo accidente nos sorprendería dejándonos en la bancarrota”, lamentaron.