- Investigan al único colega que lo acompañaba
Juan Ignacio Rosales [email protected]
Un misterioso escopetazo calibre 12 en el tórax terminó con la vida del joven vigilante Pedro Esteban Moya Cerda, de 22 años, que laboraba en el Instituto Nicaragüense de Cultura, donde fue encontrado.
Alexander Alfaro Espinoza, jefe de vigilancia del lugar, fue quien a eso de las 11 de la noche del martes dio aviso del suceso a la Policía, cuyos agentes se presentaron al lugar y detuvieron a Ricardo Antonio Flores Hurtado, de 27 años, el otro celador que se encontraba en el lugar a la hora de los hechos.
DATOS
La capitana Geraldine González, jefa de Información y Análisis de la División Cuatro, informó que tanto el hoy occiso como el detenido no pertenecían a ninguna de las empresas de seguridad que trabajan en Managua, sino que fueron contratados por dicha institución.
Dijo que la Policía tuvo que detener a Flores Hurtado porque “es el único encartado, debido a que supuestamente era también el único en el lugar”, pese a que se presume que dos hombres más estuvieron a tempranas horas de la noche en el lugar del sangriento hecho.
“Estamos realizando profundas investigaciones para determinar si en realidad había dos personas más, aparte de los dos vigilantes. También se enviaron muestras de sangre del hoy occiso para determinar si había tomando licor y en qué cantidades”, indicó.
Agregó que también enviaron al Laboratorio de Criminalística de la Policía “las pruebas de parafina tomadas de las manos de Flores Hurtado para establecer si realizó algún disparo con arma de fuego”.