- Jueza lo condenó por abusar de enferma mental
Mario Sánchez P. [email protected]
Dos años le costó al padre de una joven de 19 años, pero con el coeficiente intelectual de una menor de 15 años, investigar y presentar las pruebas a la Policía para acusar a Ulises Solón Jiménez Salinas, de 21 años, de haber embriagado y violado a su hija en agosto de 1999.
El acusado, que laboraba para una empresa de financiamiento de vehículos, fue condenado el 23 de agosto por la judicial Primero de Distrito del Crimen de Managua, Juana Méndez, y ha sido buscado por todo el país, aseguró el subcomisionado Sergio Gutiérrez, jefe de Investigaciones Criminales de la División Cinco de la Policía Nacional.
“FUGITIVO” NICA
La jueza Méndez ordenó capturarlo en su casa o en cualquier lugar donde se encuentre.
El jefe policial reveló que él designó de manera especial al capitán Ronald López para que no cese nunca de perseguir a Jiménez Salinas, y que lo ha buscado en diversas partes de Managua y en otras ciudades del país.
El padre de la muchacha abusada admitió que la Policía ha buscado varias veces a Jiménez Salinas, en su casa en Colonial Los Robles, pero no ha sido encontrado. Afirmó que el sujeto ha sido visto en varias ocasiones en esa zona residencial y que se moviliza en un Lada crema sin placas.
PRUEBAS
Según la sentencia, durante el proceso se demostró que Jiménez Salinas abusó de la joven, que el día del abuso ella tenía 18 años y 7 meses de edad, y que basó su decisión en un dictamen forense del Instituto de Medicina Legal que dice que la víctima padece de retrasos mentales leves.
Según el dictamen, aunque la muchacha tenía casi 19 años, su edad mental era de entre 13 y 15 años, lo que constituye un agravante contra el acusado, al considerarse que en esas condiciones jamás pudo haber voluntad o consentimiento.
De esa relación nació un niño, cuya paternidad fue comprobada científicamente en el Centro de Investigación Criminalística de la Guardia Civil de España, luego de comparar las muestras de sangre tomadas a la madre, al pequeño, y al acusado, que habían sido tomadas durante el proceso judicial, donde negó ser el padre del pequeño, haber abusado de la muchacha, y sostuvo que “ella me acosaba”, lo que fue corroborado por “testigos” que dijeron que la joven enferma lo acosaba por teléfono.