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Sobrinas acusan a cuñadas por asesinato

Mario Sánchez P. [email protected] Los cadáveres de dos hombres aparecieron en dos lugares diferentes de Ciudad Sandino este fin de semana. En otro hecho aparte, una mujer, presuntamente en compañía de dos hermanas suyas, habría matado a su marido de una puñalada en el corazón, al atardecer del domingo, en el Barrio Nueva Vida. El […]

Mario Sánchez P. [email protected]

Los cadáveres de dos hombres aparecieron en dos lugares diferentes de Ciudad Sandino este fin de semana.

En otro hecho aparte, una mujer, presuntamente en compañía de dos hermanas suyas, habría matado a su marido de una puñalada en el corazón, al atardecer del domingo, en el Barrio Nueva Vida.

El capitán Ricardo Jiménez, jefe de la División Policial Uno, informó que Simeón Anselmo Hernández Uriarte de 42 años, fue muerto por su esposa Guadalupe Salazar Aráuz, de 36, que le habría enterrado un cuchillo en la tetilla izquierda.

Jiménez agregó que la señora Salazar escapó, pero no informó que una hermana de ésta de nombre Socorro, que supuestamente tenía una blusa blanca manchada con la sangre de Hernández Toval, que estaba en la casa de la pareja al momento del crimen, fue liberada ayer, declararon Gladys Mercedes Hernández Toval y Amparo Toval Hernández, sobrinas de la víctima.

¿COMPLICIDAD?

Los familiares de Hernández Uriarte acusan a la Policía por no haber detenido a Georgina y Socorro Salazar Aráuz, hermanas de Guadalupe, quienes a eso de las 6:00 de la tarde del domingo, hora del crimen, también estaban en la casa de la víctima.

Los jóvenes Hernández Toval sostienen: “Mi tío tenía la puñalada en el pecho y golpes en diversas partes del cuerpo. Entre las tres lo golpearon y una de ellas lo apuñaló. No sé por qué la Policía no las detuvo. Incluso, la Socorro andaba la blusa manchada de sangre, pero fue liberada hoy (lunes) por la mañana, permitiendo que las tres se dieran a la fuga”, acusó Gladys Mercedes.

Según el capitán Jiménez, la pareja “peleaba constantemente porque Hernández Uriarte tenía otra mujer. Con una pasaba cuatro días y otros cuatro días con la otra. Él la agredía y hasta había una denuncia en la Comisaría de la Mujer, donde habían firmado acuerdos de no agresión”, explicó el capitán Jiménez.

Dijo que fue Gladys Mercedes Hernández Toval, sobrina del asesinado, quien denunció que Hernández Uriarte estaba tomando licor con otro amigo en su casa (de Hernández Toval), donde su esposa Guadalupe Salazar Aráuz llegó a decirle que dejara de tomar y se fuera a la casa.

“La pareja pidió que los dejaran solos, por lo que estando en una habitación oyeron cuando ella le quitó la botella de licor y la quebró para que no siguiera tomando. Después todo fue silencio. Al entrar a ver qué pasaba, encontraron que Hernández Uriarte ya era cadáver”, según el policía.

INSISTENCIA

Pero Gladys Mercedes declaró a LA PRENSA: “Mi tío estaba aquí al frente (de la casa de ella, ubicada de la terminal de la ruta 113 una cuadra al lago y media al oeste) tomando licor con un amigo, cuando vino su cuñada Socorro y le dijo que la Lupe (Guadalupe) le mandaba a decir que se fuera para la casa. El no quiso irse”.

“Al rato vino la otra cuñada (Georgina) y también le manifestó que la Lupe lo mandaba a llamar. Como él no quiso, se le llevó la botella de licor, pero él no se fue, sino momentos después. Al rato mi tío regresó a la casa (de su sobrina) y cayó boca abajo, con una cuchillada en el pecho y falleció cuando era atendido en el hospital”.

UNO GOLPEADO Y OTRO DESPELLEJADO

La Policía encontró dos cadáveres dentro de su jurisdicción:

Uno es un hombre que apareció con golpes en la cabeza, en la carretera nueva a León, cerca de Mateare.

Este tenía unas 72 horas de muerto, vestía una camisa color mostaza, pantalón rojo oscuro, zapatos deportivos negros. Era piel morena y de unos 30 años.

También investigan la identidad de otro hombre encontrado en la Finca San Isidro, en las costas del Lago de Managua. Sospechan que era un pescador, tenía unos 10 días de muerto, estaba completamente sin piel, y era devorado por los zopilotes. Sólo vestía una calzoneta color celeste bajo a cuadros finos.  

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