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Panal Delgado, debió ser big leaguer

Edgard Rodríguez [email protected] El se cree una mezcla de José Canseco y de Kirk Gibson. Y discúlpeme la imprudencia pero tiene “algo” de ambos. Ariel Delgado tiene el swing más violento que hemos visto en los últimos años… Es un show, aún cuando abanica la brisa. Ah, y si le pega a la bola y […]

Edgard Rodríguez [email protected]

El se cree una mezcla de José Canseco y de Kirk Gibson. Y discúlpeme la imprudencia pero tiene “algo” de ambos.

Ariel Delgado tiene el swing más violento que hemos visto en los últimos años… Es un show, aún cuando abanica la brisa. Ah, y si le pega a la bola y la hace cruzar por encima de la cerca, intentará darle más heroicidad a su gesto. Quizá corra cojeando tipo Gibson.

Ya lo hizo una vez, en la Final de 1990, cuando disparó un espectacular jonrón en aquel regreso de los leones desde un 0-3, para ganar la Serie 4-3 y el título ante los Dantos. En las colchonetas se desplazó como el artillero de los Dodgers tras su palo ante Eckersley.

Panal puede tener cualquier defecto. Incluso se le acusa de inmaduro pese a sus 40 años, pero se trata de un leyenda que sigue agregando capítulos a una histórica carrera que sin duda debe llevarlo directo, una vez retirado, al Salón de la Fama del Deporte pinolero.

Yo diría algo más, Panal es uno de los varios nicas que debieron ser big leaguers. Tenía las herramientas necesarias para atraer a un scout. Lástima que en su juventud no había oportunidades y debió conformarse con impactar en la selección, donde lo hizo bien.

En el béisbol se coloca poder en los extremos y velocidad en el centro. Y como tercera base, Panal estaba en la posición correcta. Un antesalista es por sobre todo, un hombre de poder, corpulento y de reacciones rápidas. Ariel era eso justamente cuando joven.

El primer detalle que hubiese atraído de Panal a los buscatalentos, es su estatura. En el béisbol actual, muy difícilmente se firma a un jugador que no mida seis pies. A menos que sea un fenómeno como Pedro Martínez o trabajador sin pausas tipo Marvin Benard.

Y eso, no es antojadizo… Es obvio que entre más grande es un pelotero, puede ser más consistente físicamente y menos proclive a lesiones. Incluso, si se trata de un pitcher, lanzar por encima del brazo, permite envíos con un ángulo incomodísimo al bateador.

De manera que desde el punto de vista físico, Ariel debió ser firmable. Y aparte de su pesado bate, hay que agregar a sus herramientas, su buena defensa en la antesala. Tanto que una vez quitó a Omar Linares del All Star Team en la Copa Bolívar en Venezuela.

Delgado recibió ofertas de dos organizaciones de Grandes Ligas. Incluso los Leones de Caracas lucieron interesados en firmarlo después de los Panamericanos de 1983. Pero en aquel momento, su escala de valores era otra y se dedicó a repartir emociones aquí.

Por su estatura, fortaleza al bate, habilidad defensiva y capacidad para hacerse sentir en momentos decisivos, Ariel Delgado debió ser big leaguer. Además, tenía el carisma y el toque de espectacularidad que también demanda el juego de hoy en las Mayores.

Panal recién ha superado las mil impulsadas y eso constituye otro timbre de orgullo para un jugador que también ha bateado más de 1600 hits y más de 200 jonrones, mientras da los toques finales a una carrera que lo hará perdurar en el tiempo.  

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