"Ser inmigrante no es fácil, pero es peor vivir bajo la bota dictatorial"
Protestó en contra de Daniel Ortega, fue una de las estudiantes que se atrincheró en la UNAN. Eso, dice, le costó el exilio. Cuenta su historia desde Guatemala
Solange Saballos no podía dejar de llorar. Iba en un autobús, con su novio y con 100 dólares en la mano. Iba para Guatemala y no tenía ni idea qué haría al llegar al país vecino. Huía de la represión del régimen de Daniel Ortega.
Saballos, de 26 años, jamás había salido de Nicaragua. “Ni quería hacerlo mientras no tuviera mis títulos”, dice. Antes de irse del país, estudiaba dos carreras: cuarto año de la Lengua y Literatura Hispánica en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) y tercer año de periodismo en la Universidad de Managua (UdeM). Lo único que había logrado terminar era un profesorado en Educación Media en Lengua y Literatura.
A Saballos la amenazaron y la persiguieron simpatizantes orteguistas, entre ellos, vecinos y familiares de su novio que trabajaba para el Estado. La persecución, dice, comenzó cuando ella y su pareja decidieron documentar las protestas ciudadanas en contra de Daniel Ortega que estallaron el pasado abril.
“Salí de la casa junto a la gran marcha que llegó a la Upoli y me quedé unos 4 días reportando”, afirma. Habla de la manifestación multitudinariarealizada el 23 de abril de 2018, en rechazo a la represión del régimen en contra de los manifestantes.
Para entonces, Saballos vivía en la casa de los padres de su novio, ubicada en el barrio Altagracia, en Managua, pero ya en mayo, después de participar en múltiples protestas y documentar lo ocurrido, comenzaron a esconderse. “Nos seguían la pista constantemente y nos hacían saber que conocían nuestros movimientos. Cambiamos de casa en dos ocasiones, pero terminaban por descubrirnos”, relata la joven refiriéndose a los familiares de su pareja y sus vecinos, todos afines al orteguismo.
Se resguardaron en varias ocasiones en casas de amigos, pero los familiares de su novio siempre los localizaban. Luego, alquilaron una casa en la colonia Miguel Bonilla, en Managua, pero pasó lo mismo. “Pasamos, a partir de junio, encerrados”, recuerda. Salieron en agosto para hacer los trámites de la documentación para poder huir del país. “Salimos con unos 100 dólares, con un rumbo incierto pero teníamos contactos que nos ayudaron”, cuenta.
Expulsada de la UNAN-Managua
Fue expulsada de la UNAN-Managua por su participación en las protestas, por atrincherarse durante dos semanas en ese recinto y además, por promover, desde las redes sociales, la desobediencia estudiantil.
Lo supo, como muchos otros estudiantes, cuando entró a su perfil en el sitio web de la universidad. Leyó que decía que había sido expulsada por “faltas graves”. “Jamás me notificaron nada”, dice.
En Guatemala, dice, continúa participando en las marchas y plantones contra el régimen orteguista convocadas por otros nicaragüenses exiliados.Lo hace para que “el mundo sepa sobre la crueldad e injusticia de la dictadura”.
En Guatemala imparte clases de español y hace de traductora. No es un trabajo fijo, sino más bien “cuando consigo clientes”. Ofrece sus servicios a través de redes sociales, a veces de boca en boca y por recomendaciones de amigos.
Su pareja, quien es fotógrafo, trabaja como chofer y elabora joyería artesanal, aretes, pulseras y cadenas que vende a través de las redes. Con eso logran pagar el cuarto donde viven que les cuesta poco 800 quetzales (3,412 córdobas).
“Así le hemos hecho durante 5 meses mientras apoyamos la lucha protestando y creando lazos con otros nicas”, dice Solange, quien asegura que “ser inmigrante no es fácil, pero es peor vivir bajo la bota dictatorial”.
“Mi mamá estaba muy mal, no dormía, me dijo que yo me tenía que ir”
Jenderlym Zeas era estudiante de Medicina y atendió heridos en el puesto médico de Jinotega. Ahora vive en Estocolmo, donde limpia casas y aprende sueco
El 8 de junio del 2018, a sus 23 años, Jenderlym Zeas vivió el día más terrible de su vida. Las balas pegaban a unos cuantos metros de donde ella se encontraba, mientras veía entrar a un herido tras otro en el puesto médico que se improvisó en el barrio Sandino, en Jinotega.
Su primera vez en ese puesto médico había sido el 18 de mayo. La ciudad estaba llena de barricadas y el alcalde orteguista, Leónidas Centeno, había desplegado a la Policía y a paramilitares a la casa del Frente Sandinista en la ciudad.
Ese día hubo un enfrentamiento cerca de su casa, entre la policía del régimen y los manifestantes azul y blanco. “Logré observar a un muchacho que lo llevaban desmayado (hacia el puesto médico). Yo corrí tras él. Yo no conocía dónde era el puesto médico. Me encontré con tres estudiantes de medicina, estudiantes de enfermería y otras personas”, relata. Permaneció ahí desde la mañana hasta eso de las 7:00 de la noche.
Cuando la dictadura bañó de sangre el Día de las Madres
Regresó nuevamente al puesto médico el 30 de mayo, día en que se realizó la Marcha de las Madres en Managua, la que fue atacada por paramilitares del régimen y la policía orteguista, con un saldo de once muertos y decenas de heridos.
Ese día también hubo un ataque en Jinotega. El resultado fue al menos cinco heridos. “Habían heridos menores, por intoxicación por las bombas lacrimógenas, pero también habían personas heridas por arma de fuego. Ese día me quedé en el puesto hasta el 31 de mayo”, dice. Después volvió a su casa.
Zeas estaba en su ciudad desde suspendieron las clases en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN – León), debido a las protestas. Ella cursaba la carrera de Medicina.
“Bajábamos a un herido de la camilla y subíamos al más grave”
En el puesto médico improvisado, según Zeas, estaba a cargo de un médico general. Tenían dos camillas, una cama y varias sillas. Los medicamentos eran donados por la población y los movimientos sociales que se organizaron en Jinotega.
Tenían solución salina, antiinflamatorios, pinzas, hilos de sutura, yodo, guantes y gasas. El personal del puesto médico rotaba los horarios para curar a los manifestantes heridos, que preferían ser atendidos en el puesto, que en el hospital de ciudad, Victoria Motta, por temor a ser detenidos. Cuando el responsable del puesto no estaba, era Zeas, a quien le faltaban dos años para graduarse como médico, quien se quedaba a cargo.
El día de más trabajo para Zeas fue la noche del 8 de junio. Fue cuando llegaron la mayor cantidad de heridos. Las fuerzas policiales y paramilitares en Jinotega atacaron a los manifestantes que resguardaban el tranque en la salida norte de la ciudad. Fueron alrededor de treinta heridos; y los médicos y estudiantes trataban de atenderlos con los pocos medios médicos disponibles.
“Ese día fue el más terrible, yo jamás había visto tantas personas heridas (Respira profundo). Fue una masacre la que hicieron esa noche contra el pueblo jinotegano”, asegura.
“El ataque ocurrió aproximadamente a eso las nueve de la noche. Ese día empezaron a llegar muchos heridos, entraba uno, entraba el otro y así sucesivamente. Bajábamos a un herido de la camilla y subíamos al más grave”, relata.
Pasada la medianoche del 9 de junio, tuvieron que apagar las luces de la casa donde estaban porque las balas llegaban cerca del lugar y les pidieron a los heridos que no se quejaran para que los paramilitares del régimen no los encontraran. A pesar de ello, continuaron suturando las heridas de los manifestantes, apoyándose con la luz de un teléfono celular.
La Operación Limpieza en el barrio Sandino
Zeas se atrincheró 15 días más en el puesto médico sin poder ver a sus familiares y amigos. Cuando logró salir, regresaba todas las mañanas para seguir apoyando. Su último día en el puesto médico fue el 23 de julio, cuando la policía orteguista junto con los paramilitares ejecutó la “Operación Limpieza” en el barrio Sandino de Jinotega. Quiso regresar a su casa, pero no pudo.
Tras la operación que dejó tres muertos y varios heridos, Zeas tuvo que buscar refugio fuera de la ciudad, ya que el orteguismo empezó a levantar listas y secuestrar a todos los que apoyaron las protestas sociales en Jinotega.
Mientras estaba en una casa de seguridad, Zeas vislumbró que su única alternativa era el exilio forzado. “Fue complicado, difícil de tomar una decisión así tan grande. Yo no quería dejar lo que habíamos comenzado (la lucha cívica). Mi mamá estaba muy mal, no dormía, me dijo que yo me tenía que ir”.
Pese a estar fuera del país, el asedio contra Zeas ha continuado. Lo último que supo es que en el mes de febrero, los orteguistas llegaron al último refugio donde estuvo a preguntar por ella.
Su salida del país
Como si hubiera cometido un crimen, Zeas salió del país la madrugada del 4 octubre para evitar que la policía la arrestará. Tuvo que atravesar tres países: El Salvador, Colombia e Inglaterra hasta que finalmente pudo llegar al sitio que le pudo brindar esa seguridad que tanto anhelaba: Estocolmo, Suecia.
Tras llegar a su destino acudió a las autoridades en busca de asilo. Esperó cuatro días para que le realizarán una entrevista que duró una hora, para solicitar formalmente el estatus migratorio. Las autoridades suecas le asignaron una abogada para que diera trámite a su solicitud.
Dos meses después de la primera entrevista, finalmente le fue aprobada otra entrevista, que sería decisiva. Esta duró tres horas. Ahí presentó las pruebas de que su vida corría peligro en Nicaragua.
Sueños de libertad
Su asilo por tres años finalmente lo obtuvo en febrero de este año. A pesar de la seguridad que tiene Suecia, para ella sigue siendo difícil estar lejos de Nicaragua . “Tu familia está allá, aunque estés seguro aquí”, sostiene.
Zeas trabaja en una empresa de limpieza de casas y apartamentos. Estudia el idioma sueco tres veces a la semana para encontrar mejores oportunidades laborales y vive con una tía. Siempre que puede participa en las manifestaciones que realizan los residentes y exiliados en Suecia demandando justicia y democracia en Nicaragua. En una de esas actividades, relató a lo que se había enfrentado por apoyar a los azul y blanco desde un puesto médico.
“Lo que siempre hemos querido y lo que queremos es que haya diálogo, que haya elecciones libres y transparentes. Es lo que soñamos y por lo que hemos luchado”, asegura.
“Me quedé hasta donde más pude. Sentí que tenía una responsabilidad moral con Nicaragua”
Jorge Pastora, de 27 años, siente que perdió todo: una familia, un trabajo y ver crecer a su hija. Lleva ya varios meses exiliado en Costa Rica
“Te vamos a quemar a vos, a tu familia y a tu hija”, le gritaron las turbas sandinistas a Jorge Pastora mientras le mecían el carro en el que viajaba junto a su esposa. Era abril de 2018 y pasaban por el Reparto Shick en Managua. Un grupo los había reconocido como autoconvocados y comenzaron a hostigarlos. “Dios nos sacó vivos”, cuenta desde San José donde se exilió.
Desde que iniciaron las protestas el pasado 18 de abril, Pastora se unió a cada plantón, a cada marcha, a cada vigilia. Lo hizo junto a su esposa, Odalhya Fernández, expresentadora de la revista Primera Hora. Ella también expresó públicamente su repudio ante el régimen orteguista. De hecho, renunció de su puesto de trabajo “porque no estaba dispuesta a ser parte de ese circo mediático”, dice.
“Junto a mi familia recibimos amenazas en redes sociales, llamadas telefónicas y mensajes de textos. Nos amenazaban de muerte y encarcelamiento”, cuenta Pastora. La represión los obligó a separarse. Él estaba en una casa de seguridad y su familia en otra. Algunos días se veían, otros no. Pero tenían la certeza que podían coincidir en algún momento.
Sin embargo, en junio, a Pastora le tocó decirle adiós a su esposa, y a su hija, -quien tenía cuatro meses de nacida- desde un teléfono. Su familia se exilió en Estados Unidos. “Sentí impotencia, nostalgia, angustia, rabia, me sentía que no podía hacer nada para cambiar las cosas”, dice.
Pastora, de 27 años, siente que perdió todo. Una familia. Un trabajo. Y ver crecer a su hija. “Trabajaba en la gerencia comercial de una compañía de telecomunicaciones. Tenía una agencia de Marketing Digital con unos amigos. Tenía mi carro. Llevaba una vida cómoda”, relata.
“Me quedé hasta donde más pude. Sentí que tenía una responsabilidad moral con Nicaragua y con mi hija. Quiero que ella pueda regresar a su país a vivir una infancia tranquila como la que tuve. No tengo miedo a morir por Nicaragua, tengo miedo a que esto tarde más”, dice, convencido de que fue la mejor decisión.
Pastora continuó en el país, escondido, perseguido y amenazado. El 10 de agosto, la Policía Orteguista (PO) lo localizó en una casa de seguridad. “Yo estaba en en el residencial Montecielo, en Carretera a Masaya. De pronto me doy cuenta que estamos rodeados de policías. Tuve que salir corriendo con rumbo desconocido”, asegura. Dejó su teléfono, también su computadora. No le dio tiempo de agarrar nada. “En lo primero que pensé era en no ser capturado”, recuerda.
Junto a él estaban dos mujeres y cinco hombres refugiados. A tres de ellos la policía los había esposado, pero a pesar de que eran seis patrullas llenas de agentes, los habitantes del residencial con palas y escobas lograron replegarlos e impidieron que se los llevaron.
De Pastora no se sabía nada. Estaba incomunicado. Recuerda que caminó durante seis horas por unos campos de maní. Logró llegar a otra casa de seguridad ubicada a unos 12 kilómetros del residencial y permaneció allí durante unos 45 minutos. Pero aún no estaba seguro. Fue entonces que una persona lo trasladó en vehículo hacia otra casa de seguridad en Managua. Aún no se comunicaba con sus familiares por seguridad.
En la casa en la que estaba había cuatro personas. Ahí permaneció encerrado. A diario esperaba que unos amigos llegaran una vez al día a dejarle comida. A veces comían los tres tiempos, otras, solo hacían uno. Un día, decidió llamar a su familia y solo les dijo “estoy bien”. Luego cortó.
Seis días después de estar encerrado decidió irse a Jinotega. Estando allí recibió una llamada de un sandinista, -amigo de la familia-, para informarle que su ubicación había sido identificada y debía moverse inmediatamente. Un grupo de paramilitares tenían orden de matarlo. “Fue difícil salir sin saber hasta cuándo podré volver”, afirma.
Nuevamente huyó. Ahora con destino hacia Honduras. Pastora recuerda que se fue con 3,300 córdobas en la bolsa. “Me enmontañé durante nueve días, tuve que dormir en el suelo, a veces en un cama, en una hamaca. Gente muy humilde me dio de comer, me prestaron ropa para cambiarme”, relata.
En Honduras estuvo hasta finales de octubre. En ese país sobrevivió de la caridad de otros refugiados nicaragüenses. También colaboraron hondureños. “Sobreviví de lo que me regalaron”. Ya no tenía dinero. A eso se le sumó las amenazas en redes sociales que recibía: “Ya sabemos dónde estás”, “Tenemos tu ubicación”…
Se fue a Costa Rica, ilegal, pero luego solicitó refugio. Lleva ya cinco meses en San José. En un pequeño apartamento con dos cuartos vive con seis nicaragüenses más. Hay días que duerme en una cama, otros sobre un colchón en el suelo. Todos los días anhela estar con su familia. En el exilio “estás luchando contra tu hambre, contra tus problemas psicológicos y contra vos mismo”, dice.
Ya no cocina con su esposa, como solía hacerlo en Nicaragua. Ahora lo hace con los refugiados. Unos días comen, otros se van a la cama sin nada en el estómago. Sus padres, desde Nicaragua, a veces, le envían con dificultad dinero para ayudarle a sobrellevar la crisis económica. Además, agrupó a unos artesanos nicaragüenses que fabrican -zapatos, hamacas, carteras, entre otros- en las calles de San José. Jorge los vende en las redes sociales. Poco a poco, entre todos, ajustan para pagar la renta donde viven: 300 dólares. “Aquí los cuartos son bien caros, ni comparado con Nicaragua”, dice.
Quiere volver a Nicaragua, pero a una Nicaragua libre. No sabe si hoy o mañana, o en unos meses, pero está seguro que volverá. Tiene la esperanza de ver los primeros pasos de su hija, pasos que no pudo ver al ser forzado al exilio.
“Uno no se espera que el Gobierno de tu país va a tratar de arruinarte la vida”
Un día de julio, un grupo de paramilitares llegaron a la casa de Julio Vannini para secuestrarlo. Él logró huir con toda su familia. Se exilió en Perú
El régimen orteguista obligó a Julio Vannini a huir junto a su familia a Lima, Perú. El exilio, dice, “no es un viaje de placer”, pero al menos tiene la garantía de que él y su familia están a salvo de los paramilitares que llegaron a buscarlo a su vivienda en Granada para secuestrarlo.
Como miles de nicaragüenses, Vannini, expresidente de la Asociación de Nicaragüense de Astrónomos Aficionados, se unió a las protestas contra el régimen de Daniel Ortega en abril de 2018. Salió a las calles de su ciudad natal a documentar con fotografías y videos las manifestaciones autoconvocadas que primero rechazaban las reformas a la Seguridad Social y luego demandaban la salida del poder del dictador Daniel Ortega y exigían justicia por los manifestantes asesinados por el régimen.
“En cierto modo me frustraba la aparente apatía de las nuevas generaciones, claro se miraba las protestas de #SOSINSS y de los ambientalistas, pero no se miraba aquel empuje, hasta el momento que reventó todo el 18 de abril y nos lanzamos a la calle el 19”, asegura Vannini, quien siempre ha sido crítico del actuar del orteguismo desde los años 80. “Me tocó vivir la década de los 80, así que supe de primera mano lo que son capaces, quiénes son en realidad”, dice. “Una vez que ellos quedaron como oposición en los 90 y mostraron la cara, prácticamente, de terroristas tratando de sabotear cada una de las actividades del gobierno que estaba en ese momento, mi actitud crítica fue subiendo”, recuerda.
El 18 de abril de 2018 cientos de universitarios y pobladores de todo el país se unieron a protestar en contra de las reformas al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social. Fueron reprimidos. Al día siguiente, los estudiantes se levantaron, hubo más manifestaciones y se empezaron a contar los primeros asesinados de la represión orteguista. El 19 de abril hubo tres muertos decenas de heridos y detenidos. El descontento solo crecía.
El material que Vanni producía era publicado en las redes sociales. “Muchas de ellas (las fotografías) fueron tomadas por algunas agencias noticiosas y fueron publicadas en el exterior”, dice. “La idea mía no era que tomo fotos para que todo el mundo las vea, (y diga) que bonitas que son. Simplemente es registrar la voluntad ciudadana, la voluntad cívica del pueblo que lucha por sus derechos”, afirma. Vannini también hacía transmisiones en vivo en Facebook de las marchas y tranques que se realizaron en la ciudad para denunciar la represión que ejerció el régimen, a través de las fuerzas policiales y paramilitares.
Su participación en la lucha cívica fue motivo para que los simpatizantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) iniciaran una campaña de desprestigio en su contra y lo acusaran de vender terrenos ilegalmente. Los señalamientos, asegura, fueron de de forma verbal y anónimos en las redes sociales y, aunque “uno reconoce a las personas del barrio, pero la idea no es decir ah sos vos, te tengo en la lista”, sostiene.
“Duele mucho el darte cuenta que tus propios hermanos nicaragüenses ponen más en alto un ideal político, un estandarte político que no es para nada nacional, que no es para nada relacionado con nuestra Constitución y ponen al caudillismo como su más alta bandera”, dice. Vannini denunció el asedio ante la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) y a la Organización de Estados Americanos (OEA) del que era víctima él y su esposa, que también participaba en las manifestaciones azul y blanco.
Pretendían secuestrarlo
El 15 de julio, paramilitares y agentes policiales ejecutaron la llamada “Operación Limpieza” en Granada para desmontar los tranques que se levantaron como una forma de presionar al régimen. La operación dejó, además de varios secuestrados, al menos nueve muertos entre Granada y Masaya, según reportó la Asociación Nicaragüense de Derechos Humanos (ANPDH).
Vannini estaba en la lista de los paramilitares por haber sido uno de los rostros visibles de las manifestaciones en la ciudad. Llegaron a su vivienda, donde se encontraba junto a su familia. Querían secuestrarlo. “Esa noche cortaron el servicio eléctrico en el barrio donde estábamos nosotros. Los paramilitares se metieron a la casa. Se saltaron el porche y trataron de buscarnos con lámparas en mano, logramos tener a toda la familia en silencio, hasta la perrita se mantuvo en silencio, por suerte”, relata. La persecución, cuenta, duró entre dos y tres horas. “Nosotros nos mantuvimos en silencio y, obviamente, estábamos con miedo en qué momento iban a entrar, pero también estábamos con la disposición de defender a la familia, cueste lo que cueste”, agrega.
Vannini dice que los paramilitares desistieron de la búsqueda y se retiraron a eso de la 1:00 de la madrugada, ya que ellos no dieron señales de que estaban en la vivienda. Aprovechó ese momento para salir y se refugió en una casa de seguridad ubicada en otra ciudad.
Tras refugiarse, el asedio incrementó contra su esposa. “A ella la amenazaban en la calle cuando iba a la escuela de los muchachos”. Le decían, cuenta Vannini, “que se preparara, que ella iba para la cárcel”. Incluso la llegaron a buscar en varias ocasiones a su trabajo, sin saber que ya había abandonado el país.
Vannini salió del país en julio y el resto de su familia lo hizo en septiembre. Su destino era Lima, en Perú, donde las autoridades ya les concedieron el estatus de refugiados.
“Con todos nosotros han sido cordiales. Nos han brindado su apoyo, mientras el trámite de refugio estaba en su proceso nos brindaron información de las cosas que podíamos hacer, como podíamos registrar a los chicos en la escuela, inclusive en la parte laboral se extienden permisos temporales de trabajo y otras documentaciones que le permiten a uno empezar a buscar trabajo”, asegura.
Tras llegar a Lima, Vannini supo a través de sus amigos, que él y su esposa son acusados de liderar tranques en Granada y la Policía los tiene como prófugos de la justicia.
“No es un viaje de placer”
Vannini trabaja como maestro de ciencias en una escuela privada y en una universidad, misma actividad que desarrollaba en Nicaragua. Sus hijos están estudiando y se están adaptando a su nueva vida; y su esposa cuida de ellos y realiza trabajos temporales.
“El exilio no es un viaje de placer, un viaje programado, no es algo que uno se espera, que de la noche a la mañana el Gobierno de tu país va a tratar de arruinarte la vida, a vos y junto con todos los demás. Tantos que hay, tantos que han tenido que salir del país forzosamente”.
“No ha sido fácil, hemos tenido nuestras crisis económicas, nuestras crisis emocionales, crisis psicológicas”, afirma. A pesar de ello reconoce el apoyo que han recibido de amigos y familiares durante todo el proceso.
Evidencia para solicitudes migratorias
Vannini dice sentirse satisfecho ya que las fotografías que tomó durante las manifestaciones les han servido a los granadinos que solicitan protección migratoria en otro país. “La voluntad popular simple y sencillamente está reflejada, está registrada; y ha servido como evidencia, junto con la de otros fotógrafos, para demostrar pues la voluntad popular y lo malo que es el Gobierno de Ortega”.
Él sigue manifestándose contra el régimen de Ortega en Perú y ha participado en actividades frente a la embajada de Nicaragua en ese país. “No nos hemos quedado callado, no lo vamos a hacer”, dice.
La represión del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo además de provocar muertes, heridos, presos políticos, destrucción y dolor, forzó a miles de nicaragüenses a salir del país. Dejaron familias, trabajos, estudios… Ahora, en un país desconocido, buscan oportunidades para sobrevivir.
La cifra más reciente de la Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR) es de 62,000. Esa es la cantidad de nicaragüenses que huyeron del país en el contexto de las protestas contra el régimen orteguista.
Se han ido donde han podido. La mayoría lo ha hecho a Costa Rica. Sin embargo hay exiliados en Suecia, Alemania, Perú y muchos otros países. Este reportaje cuenta la historia de ocho nicaragüenses que se encuentran en diferentes países y que, por asedio, persecución y miedo, tuvieron que irse del país. Desde donde están cuentan lo que les ha tocado vivir. Y sufrir.
“Me quedé hasta donde más pude. Sentí que tenía una responsabilidad moral con Nicaragua”
Jorge Pastora, de 27 años, siente que perdió todo: una familia, un trabajo y ver crecer a su hija. Lleva ya varios meses exiliado en Costa Rica.
Protestó en contra de Daniel Ortega, fue una de las estudiantes que se atrincheró en la UNAN. Eso, dice, le costó el exilio. Cuenta su historia desde Guatemala
Nicaragüenses huyeron a países vecinos por la crisis sociopolítica, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR)
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Solicitudes de refugio de nicaragüenses recibió la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica recibió en 2018
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Nicaragüenses solicitaron asilo o protección internacional en España en 2018
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Nicaragüenses solicitaron refugio en México, desde abril hasta septiembre de 2018, según la Unidad de Política Migratoria de la Comisión Mexicana de ayuda a refugiados
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Solicitudes de refugio han hechos los nicaragüenses en Suecia, según la Agencia Sueca de Migración
“Mi mamá estaba mal, no dormía, me dijo que me tenía que ir”
Jenderlym Zeas era estudiante de Medicina y atendió heridos en el puesto médico de Jinotega. Ahora vive en Estocolmo, donde limpia casas y aprende sueco
“Mi mamá estaba mal, no dormía, me dijo que me tenía que ir”
Jenderlym Zeas era estudiante de Medicina y atendió heridos en el puesto médico de Jinotega. Ahora vive en Estocolmo, donde limpia casas y aprende sueco
Vive en Valencia. No tiene trabajo, tampoco papeles, y dice está en un proceso de solicitud de refugio. Para sobrevivir, Fidel Espinales vende máscaras monimboseñas
Analaura Sequeira era presentadora de 100% Noticias. Huyó a Estados Unidos seis días después de que el régimen orteguista cerró el canal y se tomó las instalaciones
Editores: Dora Luz Romero, Yubelka Mendoza y Moisés Martínez
Periodistas: Isela Baltodano, Cindy Fuller y Julio Estrada
Diseño y Desarrollo: River Martínez
Cantó contra la dictadura y eso le costó el exilio. La historia de la cantautora nicaragüense Gabriela Baca que ahora vive en Alemania
La cantautora nicaragüense Gabriela Baca Vaughan, conocida como “la Baca Loca” experimentó el terror en julio de 2018 cuando dos sujetos encapuchados en motocicleta intentaron secuestrar a su amiga, Mafe Carrero – también cantautora – por el sector de la Centroamérica, en Managua. Tras esa amenaza, ambas decidieron abandonar el país.
Gabriela tiene 17 años de manifestarse en contra de los gobiernos de Nicaragua a través de la música, sin importar si fuesen liberales o sandinistas.
“Nos sentimos amenazadas y decidimos salir. Yo tengo muchos años de estar haciendo denuncias en contra del gobierno. Pero con lo que le pasó a Mafe, decidimos salir más rápido”, relata Gabriela desde Alemania.
Ambas a través de la música, apoyaron a los autoconvocados en los plantones que realizaron en 2018.
“Yo participé en casi todas las marchas, anduve en Monimbó, en Matagalpa, anduve en las protestas anticanal apoyando a doña Francisca -líder anticanal-”, relata la cantautora.
El 31 de julio, Gabriela y Mafe se fueron hacia Guatemala. Denunciaban siempre con su música al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. “En los bares, en los restaurantes, donde fuera, alzamos la voz por nuestros hermanos”, asegura.
Estando en Guatemala crearon el tema musical “Sin misericordia”. Gabriela cuenta que “está dedicado a los presos políticos del régimen orteguista y el video ilustra las protestas iniciadas desde el pasado 18 de abril”. “Este rap tiene como objetivo denunciar lo que está ocurriendo en nuestro país y las injusticias por las que hemos pasado”, agrega.
En ese país, Gabriela y Mafe, “siempre inseparables”, dice, tuvieron la oportunidad de salir hacia Europa en la gira “Déjanos volar”. Cantaron en Italia, en Alemania, en Praga y en República Checa. “He sobrevivido gracias a la solidaridad de los lugares donde he visitado. Nos han dado la oportunidad en lugares para cantar y subsistir”, cuenta.
Ni Gabriela, ni Mafe han solicitado refugio en algún país. “Quiero estar libre de poder moverme a todas las partes del mundo tratando de aportar a la distancia para que volteen la mirada hacia Nicaragua”, relata la artista.
Antes de las protestas, Gabriela se dedicaba a su música y estaba preparando un disco. “Era una recopilación de músicas de amor y de rock”, dice desde el exilio. “Todo esto se vio truncado desde el 9 de abril cuando producto del visible atentado que sufrió nuestra reserva Indio Maíz y salimos a las calles para exigir que el gobierno hiciera algo. Esto encendió las primeras mechas”, relata.
De Nicaragua, Gaby extraña todo: “Mi casa, mis conciertos, mis amigos”. La cantautora sueña con volver y seguir manifestándose con la única herramienta que tiene: la música. Pero está clara de algo: “Si yo vuelvo a Nicaragua, sería apresada”, dice.
“Es muy difícil no poder entrar a Nicaragua y ver las noticias desde lejos, estar preocupado por quien cayó preso, quien está y no está. Es una situación bien difícil, pero hay algo que me da esperanza y es que hay personas que nos han atendido con cariño. Dormimos en las casas, en las salas, en las condiciones que nos den. Es una cadena humana que nos ha acogido, y no solo son nicaragüenses. Son de todas las nacionalidades y nos han apoyado cuando más lejos hemos estado de nuestro país, pero el azul y blanco nos acompaña a cada paso”, agrega.
“Es doloroso porque dejé todos mis proyectos de vida”
Vive en Valencia. No tiene trabajo, tampoco papeles, y dice está en un proceso de solicitud de refugio. Para sobrevivir, Fidel Espinales vende máscaras monimboseñas
Era de noche. Era 19 de abril de 2018. Fidel Espinales, profesor horario de la Universidad Politécnica estaba entre los estudiantes de esa universidad que esa noche eran reprimidos por la Policía Orteguista. Había sido un día agitado en Nicaragua: universitarios protestando, antimotines y turbas orteguistas agrediendo a los manifestantes.
Ese día, Espinales se había unido a un grupo de estudiantes que protestaban en contra de las reformas a la Seguridad Social. Las imágenes de ese día van y viene en su cabeza; policías lanzando bombas, el sonido de los disparos, estudiantes corriendo aterrados. Pero hay una escena que no olvidará jamás, cuando vio morir a Darwin Urbina, el primer asesinado de la masacre de abril.
“Yo lo vi. Él agarró una lámina de zinc para cubrirse la cara y el pecho, pero el disparo lo traspasó. Darwin dio una vuelta de 360 grados del disparo. Veo que él estaba tirando sangre por la boca, pero no le veo ninguna herida y fue cuando le levanté una pañoleta negra que andaba y la herida era profunda. El disparo le había destruido la garganta”, relata desde Valencia, España.
Espinales calcula que estaba a unos cinco metros de Urbina. Lo cargaron, lo arrastaron por unos 30 metros y ahí, tirado en el pavimiento intentaron revivirlo. Espinales salió corriendo a buscar ayuda, pero cuando regresó a Urbina ya se lo habían llevado al hospital.
Espinales regresó a su casa de madrugada. “Fue horrible llegar lleno de sangre y escuchar a mi mamá pidiéndome que me saliera de todo”, cuenta. Pero sabía que tenía que seguir luchando. “La represión aumentaría y los tres próximos días busqué alimentos, medicamentos, máscaras antigás y los repartimos entre el estudiantado”, asegura.
Antes de abril, los días de Espinales transcurrían entre ser profesor horario de Derecho Constitucional en la Upoli y en la Universidad Humanista (UNEH) y vender libros. En los tiempos libres atendía una librería que tenía en su casa en Managua.
Tres días después de la muerte de Urbina, Espinales recibió una llamada de su novia. Tenía un tono desesperado. “Tenés que salir, tu foto está en redes sociales y dicen que sos un infiltrado en la Upoli”.
Si se quedaba ahí dentro, pensó, lo matarían, pero si salía también. “No voy a dejar que me maten”, pensó en ese instante.
Ese día, salió del recinto universitario en la ambulancia en la que iba Telémaco Talavera, en ese entonces el presidente del Consejo Nacional de Universidad (CNU). “El gobierno quería que algo le pasara a Telémaco para empañar la lucha universitaria. Logré una mediación para salir con Telémaco, un doctor, los sacerdotes, y otros compañeros”, cuenta.
Lo dejaron en las Sierras de Santo Domingo, en Managua y luego logró irse a Grande, donde se ocultó durante cinco días. “Quería salir a luchar, pero mi nombre fue vilipendiado. Tuve que salir y seguir la lucha desde el exilio”, asegura.
El 28 de abril Espinales salió del país rumbo a Costa Rica. Iba con su novia, por veredas. Allá, para sobrevivir limpiaba lavadoras. Con lo que ganaba solo para pagar el alquiler y a veces ajustaba para comer. Lo vio tan difícil, que dos meses después, el 22 de junio decidió irse a España, donde vive ahora.
Vive en Valencia. No tiene trabajo, tampoco papeles, y dice está en un proceso de solicitud de refugio. Ambos sobreviven de los pocos ingresos que consiguen. Su novia trabaja en una panadería. Y él, creó un taller en una pequeña habitación donde viven, donde elabora máscaras monimboseñas y luego las vende a través de redes sociales. “Compré pinturas y comencé hacer máscaras para venderlas y sobrevivir de eso. Las máscaras también se convirtieron en un símbolo de resistencia”, dice.
Vivir fuera no ha sido fácil, reconoce. “Es doloroso porque dejé todos mis proyectos de vida, también quería dedicarme a mis libros”. Sin embargo, está agradecido porque al fin y al cabo, está vivo.
“Me decían que por mis ojos podían dar dos mil dólares”
Leo Munguía, de 22 años, huyó de Nicaragua por la violencia y encontró más amenazas en México
Leo Emmanuel Munguía Rivas conoció las amenazas de los simpatizantes del régimen de Daniel Ortega desde el 2017. Un día de diciembre de ese año, tras participar en una manifestación por el alza al combustible, varios hombres llegaron hasta su casa a decirle a su mamá que le advirtiera que dejara de “andar jodiendo”, un accidente podía ocurrirle. En 2018 se sumó a las masivas protestas contra la dictadura, pero esa vez supo que las amenazas tenían más posibilidades de convertirse en realidad. Huyó del país el 12 de septiembre.
Cuenta, desde el exilio forzado en el que se encuentra, que se unió a las protestas desde que iniciaron el 18 de abril y la última a la que asistió fue la “marcha de los globos”. Tras finalizar la manifestación, se fue en su motocicleta hacia la Upoli pero en el camino una camioneta Hilux -los vehículos que el régimen utilizó para trasladar a los paramilitares que reprimieron, quemaron y mataron- trató de embestirlo. Como pudo evitó el golpe, aceleró y logró escapar.
Ese mismo día, Leo se refugió en la casa de su novia. “Hablé con unos amigos y me recomendaron salir del país”, afirma. Así fue. Primero se fue a Guatemala pero asegura que hasta ese país lo alcanzaron simpatizantes orteguistas, por lo que tuvo que moverse hasta un albergue en Tapachula, México y se encontró con un problema igual de grave: narcotraficantes querían que les transportara droga. Así que decidió moverse hacia Ciudad de México.
Con 22 años, Leo dice no tener miedo de las amenazas. En México, donde se encuentra en condición de refugiado, también ha visto a paramilitares, asegura.
Cuenta que mientras estuvo en Guatemala orteguistas llegaron hasta la casa de su tía amenazarla. Le decían que le“iba a pasar algo”. “Hasta le dieron la dirección donde estábamos rentando con mis amigos”, asegura.
Al sentirse descubierto, Leo huyó con cuatro amigos el 18 de octubre con dirección a Tapachula, México, donde fueron transferidos por la municipalidad a un albergue llamado Jesús el Buen Pastor. Ahí los recibió “de mala gana” otro nicaragüense del que después supieron que tenía familiares en Nicaragua que son miembros de los Consejos del Poder Ciudadano (CPC).
En ese albergue, cuenta Leo, el nica les preguntó que si habían protestado contra Daniel Ortega. “Por seguridad dijimos que nosotros no nos metimos en nada de eso, que solo veníamos a probar suerte a Mexico”, relata el joven. Agrega que el mismo nica le propuso a él y al grupo de amigos con el que se encontró en ese país que él podía pasarlos a Estados Unidos con una mochila cargada. “Nos iban a pagar 1000 dólares y dijo que era seguro”, narra. Él rechazó la propuesta.
“Nos negamos rotundamente y ahí comenzó a decir que por mis ojos podían dar 2,000 dólares y que los carteles igual pagaban 2,000 dólares por una muchacha que andaba con nosotros”, afirma Leo. A las cinco de la mañana del día siguiente se fueron del albergue y denunciaron el caso ante la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) quienes después de revisar su caso, “tomaron la decisión de trasladarnos a Ciudad de México”.
Actualmente Leo se encuentra en condición de refugiado porque “posee un temor fundado de persecución” y asegura que será trasladado de Ciudad de México hacia el estado de Coahuila ya que la persecución no cesa.
“En la caravana de migrantes vinieron muchos infiltrados del Frente Sandinista y revelaron nuevamente nuestra ubicación”, dice sobre la caravana de centroamericanos que planea llegar a Estados Unidos pero quedaron varados en México.
Sobre su regreso a Nicaragua, Leo dice que solo pasará cuando “ya Ortega se vaya del gobierno con todos sus socios y cuando de verdad haya justicia”.
Analaura Sequeira era presentadora de 100% Noticias. Huyó a Estados Unidos seis días después de que el régimen orteguista se tomó el Canal
Ese día, Analaura salió a las 8:30 de la noche de su trabajo con la satisfacción de que tendría el fin de semana libre tras una jornada de más de 12 horas. El lunes, pensó, iniciaría una semana más de “primicias a toda hora”. Ese día fue el viernes 21 de diciembre. Analaura es Analaura Sequeira. Su trabajo era en 100% Noticias. El lunes nunca llegó.
“Hagamos una oración para que lleguen con bien a su casa”, les dijo su jefa Lucía Pineda Ubau, antes de despedir a los trabajadores la noche del viernes. Todos hicieron un círculo y exclamaron al unísono: ¡amén!
Entre media y una hora después, todos los nicaragüenses escucharon en vilo a Lucía gritar “urgente, urgente, antimotines en 100 % Noticias”.
Sequeira ya estaba en su casa. Una parte de ella ya sabía que en algún momento esa noche iba a llegar. A eso de las nueve, patrullas llenas de antimotines y paramilitares —según la narración en vivo de Lucía Pineda, jefa de prensa del canal— invadieron las instalaciones del medio de comunicación, secuestraron a Miguel Mora, el director; a Verónica Chávez; codirectora; y a Lucía Pineda. De los tres, solo Chávez fue liberada horas después.
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Quien no conoce su rostro, nunca vio 100 % Noticias. Era la presentadora principal. La cara del canal, dirían. Sonriente, con la capacidad para improvisar que solo la televisión provee, de voz grave y firme. Parecía siempre lista para iniciar su presentación frente a las cámaras. Y fue así, con esa firmeza, que decidió irse de Nicaragua seis días después del cierre del canal. El régimen la dejó sin trabajo y sin país.
Huyó hacia Estados Unidos cuando vio que el peligro crecía. Sus jefes se encontraban presos y acusados de incitar y provocar actos terroristas. Tres de sus compañeros de trabajo enfrentaban órdenes de captura. Temía por su seguridad, dice.
“Yo era uno de los rostros más visibles. Consideré que era lo más prudente porque no me sentía segura en Nicaragua, sentencia desde el exilio cuatro meses después de la noche triste.
Ella, al igual que 62 mil personas, huyó de la crisis iniciada en abril de 2018, según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur). Según este organismo, los nicaragüenses seguirán abandonando el país ya que no existe una solución política al conflicto.
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El periodismo en Nicaragua se convirtió en una profesión de alto riesgo. Con un periodista asesinado, dos encarcelados y varias decenas en el exilio, las agresiones al gremio solo incrementan cada día. La dictadura mantiene papel y tinta secuestrados a LA PRENSA y El Nuevo Diario; y confiscó las instalaciones de 100 % Noticias, Confidencial y Esta Semana.
De acuerdo a Reporteros Sin Fronteras, la libertad de expresión en Nicaragua retrocedió 24 puestos en 2018. El gremio periodístico de Nicaragua “está muy estigmatizado” y los periodistas “suelen ser víctimas de campañas de acoso, de detenciones arbitrarias y de amenazas de muerte”, de acuerdo a esta organización.
Para Sequeira, la represión no inició con el cierre y la toma del canal. Desde hacía meses, la Policía Orteguista había colocado un retén a las afueras del medio de comunicación. Detenía a todos los carros que entraban y salían del canal y les pedían a las personas identificarse.
Para los trabajadores del canal, llevar sus cédulas en mano cuando salían o entraban era parte de la rutina, así como responder qué cargo desempeñaban y las funciones que realizaban en 100 % Noticias.
“A ver, a ver, pasen sus cédulas”, les repitió un policía esa noche de viernes. Nadie se opuso, para ellos era lo normal.
Sequeira, como todos los días, no se negó. “Como periodista, uno con el tiempo se acostumbra a muchas cosas, largas jornadas laborales, trabajo bajo presión, estrés, sacrificar tiempo con tu familia y seres queridos, trabajar en feriados, acoso, amenazas, difamación, persecución, hasta ceder a molestos retenes policiales cuya única función real era desestabilizar tus emociones, algo que orgullosamente puedo decir nunca lograron”, asegura.
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En el exilio, ella ahora colabora con una radio, no quiere entrar en detalles, por seguridad, asegura. “Debo reconocer que hasta el día de hoy me cuesta ver una fotografía o video de don Miguel y Lucía en pijamas azul”, dice respecto a las ocasiones en que se les ha visto a los dos presos políticos con el uniforme del Sistema Penitenciario.
El sábado luego de la toma del canal, ella participó junto a otros trabajadores del canal en una conferencia de prensa que brindó Verónica Chávez para denunciar los atropellos de la noche anterior. Con lágrimas, a Sequeira se le vio sostener el hombro de Chávez mientras esta se derrumbaba al contar por lo que había pasado.
“La conferencia fue para ratificar la unión y los lazos más allá laborales que unen a los trabajadores de 100 % Noticias con el medio de comunicación. Estábamos ahí para respaldar a las familias y para decir aquí estamos, aquí están los trabajadores pese a que el canal y la empresa fue confiscada”, narra.
Los días que siguieron fueron de reflexión para ella, hasta que llegó a la decisión de abandonar el país. “Debo de ser muy honesta, nunca recibí amenazas directas de ningún tipo, solo a través de las redes sociales, como todos los trabajadores de 100 % Noticias”, afirma. Pero sí reconoce que recibió mensajes de odio por las redes sociales.
Desde ese viernes ella no volvió a pasar por el canal, pero no pierde la esperanza de que el lunes llegue para ella, regresar a su escritorio en el canal, junto a un ventanal, y encontrar sobre él algunos libros que el reconocido cronista deportivo Edgard Tijerino, también exiliado, le dedicó.
Hambre, frío, persecución, desempleo, tristeza... Este es el drama que los nicaragüenses viven en Costa Rica y que tuvieron que salir de su país por rebelarse en contra del régimen de Daniel Ortega
“Hemos aguantado hambre, muchas veces nos ha tocado dormir en la calle”. Refugiados en Costa Rica, el drama que poco se cuenta en Nicaragua
Magazine ha querido hacer de su última edición del 2018 una edición especial que muestre los rostros y, brevemente, las historias de todos los muertos. De todos. Para no olvidar. Porque lo tenemos prohibido. Este es un intento de establecer un registro para la historia de estos meses duros. Darles rostros a las estadísticas.
Los muertos de la crisis
Fabián Medina, Director de Magazine
Estos son los rostros. Sus historias. Contadas con todas las limitaciones que el espacio, el secretismo, la falta de recursos, el tiempo, y hasta el miedo imponen. No son estadísticas. No son solo números en una lista. Aquí está la historia de Alvarito Conrado, que lo mataron pocos días antes de viajar a Panamá a una competencia de atletismo. O la del monaguillo Sandor Domus cuyo sueño era conocer a monseñor Silvio Báez. O la de Franco Valdivia que estaría, tal vez, jugando con su hija de cuatro años, o arbitrando algún partido del softbol o escribiendo alguna canción como le gustaba hacer.
La historia del joven zapatero Donald López, que le gritó a la policía que lo encañonaba: “¡Si lo vas a pegar, pégalo!” Y ella le pegó el balazo en el corazón. O la historia de Marcelo Mayorga, cuya muerte quedó imortalizada en una foto, tirado en una calle de Masaya, con su tiradora al lado, muerto, enfrentando a militares y paramilitares con armas de guerra de alto calibre.
Hay policías. Hay niños. ¡Bebés! Hay personas que murieron por reclamar sus derechos, otros que murieron reprimiendo, otros por estar en el lugar y el momento equivocado. Sea como sea, ninguno de ellos debió morir.
Las listas no se ponen de acuerdo en una sola cifra. Las hay desde los 198 muertos que reconoce el régimen, hasta los 545 que registra la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH). En el intermedio están, con otras cifras, la progubernamental Comisión Porras, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) y el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh). Sea cual sea la cifra más cercana a la realidad, ninguna de estas personas de las listas debió morir.
El 18 de abril de 2018 una protesta pacífica fue reprimida a garrotazos por policías y simpatizantes del gobierno. En vez de desmontarse como sucedió en otras ocasiones, la protesta se incrementó, y en vez de recapacitar, la represión se radicalizó. Si de un lado se pasó de las pancartas y las consignas a las tomas de edificios, marchas y tranques; del otro lado se pasó del garrote, a las balas de goma, y de estas al uso ocasional de balas vivas para finalmente terminar usando, de manera masiva y desproporcionada, armamento de guerra. Fue una masacre. Eso explica la cantidad de muertos.
Bastaba que el gobierno respetara los derechos de quienes reclamaban para que no muriera nadie.
Magazine ha querido hacer de su última edición del 2018 una edición especial que muestre los rostros y, brevemente, las historias de todos los muertos. De todos. Para no olvidar. Porque lo tenemos prohibido. Este es un intento de establecer un registro para la historia de estos meses duros. Darles rostros a las estadísticas.
Puede que no estén todos los que son y hasta es probable que no sean todos los que están. Hay mucho miedo y cifra confusa aún. Los nombres que están aquí son, eso sí lo aseguramos, los nombres que aparecen en las diferentes listas, y la información que exponemos es la que pudimos conseguir por diferentes vías: organismos de derechos humanos, familiares y amigos, noticias de medios de comunicación y redes sociales.
Usamos como base la lista del Cenidh que establece 320 personas muertas. A nuestro criterio, los agrupamos en diferentes categorías: 1) Menores, 2) Muertos en protesta, 3) Policías, 4) Muertos en el contexto de la protesta, y 5) Muertos en contexto confuso. En esta última categoría agrupamos a aquellas personas cuya muerte no queda clara si fue un delito común o como resultado del contexto de violencia que generó la crisis. Falta mucho que investigar, y es responsabilidad de todos llegar a la verdad de los hechos.
Pero los primeros responsables de hacer una investigación transparente, justa e imparcial son las autoridades que por ley tienen esa tarea a su cargo: Policía, Fiscalía, y si es posible con el apoyo de organismos internacionales especializados. No solo para saber en qué circunstancia murió cada quien, sino también para establecer las responsabilidades correspondientes, y evitar en lo posible que episodios tan dolorosos como estos vuelvan a ocurrir en nuestra patria.
Estas muertes no ocurrieron por casualidad ni por mala suerte. Aquí hay responsables que deben responder por todas ellas. Eso no está ocurriendo por ahora. Porque los primeros responsables de toda esta tragedia son quienes dieron las órdenes de matar. Los que ordenaron “vamos con todo”.
Ni el tamaño de la foto, ni los datos de cada historia, ni el orden en que van colocadas tienen que ver con la importancia que tenga una u otra víctima. Todos son nuestros muertos. Ninguno debió morir.
Para nosotros, el equipo que trabajó en esta edición especial, Amalia del Cid, Eduardo Cruz, Raquel Acosta, Julián Navarrete, Oscar Navarrete y Elías Lezama, fue un volver al origen de la tragedia, y revivir paso a paso el dolor que para todos significó.
No olvidemos los muertos. Nuestros muertos. Todos, independientemente de su simpatía política y las razones que los llevaron a estas listas. Hay que luchar por la liberación de los presos políticos, hay que luchar porque se resuelva la crisis dialogando y no matándonos, hay que luchar porque haya elecciones libres y seamos los nicaragüenses quienes decidamos qué gobierno queremos. Pero nunca olvidemos los muertos. Estas personas que no debieron morir. Ni una.
Aquí se muestran las personas que aparecen en las listas de muertos durante la crisis, cuyo contexto no deja claro si se trató de un delito común o uno relacionado con la crisis
Norwin Baca
Norwin Baca, 23 años. Chinandega
Era un barbero popular que resultó asesinado de tres tiros: dos en la espalda y uno en el cuello. El cadáver del joven fue hallado en el sector conocido como Praga, en Chinandega, al amanecer del 8 de julio. Familiares descartaron que fuese por robo porque sus pertenencias estaban completas.
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Erick William Espinoza Mendoza
Erick William Espinoza Mendoza, 49 años. Managua
Fue baleado en el ojo derecho por sujetos encapuchados a bordo de dos motocicletas y una camioneta que, presuntamente, llegaron a robarle el arma, en residencial Altamira. La madrugada del 13 de mayo falleció en el Hospital Alejandro Dávila Bolaños. Tenía 18 años de trabajar como vigilante.
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José Ramón García Flores
José Ramón García Flores, 40 años. Diriamba, Carazo
El Instituto de Medicina Legal (IML) publicó en su sitio web que el cuerpo de García ingresó a las 9:07 de la mañana del 9 de julio y, según el dictamen médico, un tiro en el tórax le causó la muerte. Su cuerpo fue retirado a las 9:41 de la mañana del 9 de julio.
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José Luis Rodríguez Cajina
José Luis Rodríguez Cajina. Diriamba, Carazo
Solo aparece en la lista del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) y algunas listas informales en Facebook. Según información del Cenidh, falleció el 8 de julio.
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Raúl Miranda Téllez
Raúl Miranda Téllez, 43 años. Bocana de Paiwas
Raúl Miranda Téllez murió en lo que aparentemente fue un asalto el 27 de junio en Bocana de Paiwas, Caribe Sur. Cuatro sujetos ingresaron en moto al poblado y en la casa de la productora Urcinia Orozco, exigieron que les entregaran armas y dinero. Raúl Miranda, yerno de la productora, disparó contra los sujetos y recibió dos balazos que provocaron su muerte. Los vecinos reaccionaron en defensa de la familia y mataron a tres de los cuatro presuntos asaltantes y el otro huyó. Uno de los sujetos muertos andaba gorra de policía y otro calzaba botas tipo militar.
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Gerald Antonio Campos
Gerald Antonio Campos, 28 años. Managua
La única información que se tiene es que murió el 21 de abril, mientras regresaba de trabajar y recibió un disparo que le atravesó el tórax y le perforó el pulmón. Su cuerpo quedó tendido en el barrio Andrés Castro, Managua, según declaró su hermano Joseph García al periódico Hoy. Su familia declinó de dar más declaraciones y aseguró que no interpondría denuncia porque no cree en el sistema de justicia.
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Joseph Leonardo Delgado Alfaro
Joseph Leonardo Delgado Alfaro, 32 años. Managua
Murió en el barrio Bello Amanecer de un balazo en la tetilla el 7 de julio. Era hermano del concejal del PLC, Jonathan Delgado, por lo que se considera una represalia política. “Anduvimos juntos apoyando las marchas”, dijo Jonathan. Sin embargo, medios oficialistas señalan que se trata de un crimen pasional.
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Alejandro Ausberto Olivas Espinoza
Alejandro Ausberto Olivas Espinoza, 60 años. Jinotega
El 23 de junio un grupo de liberales se encontraba celebrando el Día del Padre en una casa de Wiwilí, Jinotega, y hasta el lugar llegaron paramilitares disparando. Los de la fiesta respondieron al fuego y en el intercambio de disparos resultó muerto Olivas, con un disparo en la cabeza.
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Camilo Javier Valle Martínez
Camilo Javier Valle Martínez, 31 años. Managua
Alrededor de ocho sujetos lo mataron para quitarle una motocicleta el cuatro de junio en Villa Venezuela. La víctima se desempeñaba como mensajero y dejó huérfanos a dos menores.
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Carlos Abel Aguilar López
Carlos Abel Aguilar López, 25 años. Triángulo Minero, RACCN
Fue atacado a machetazos por desconocidos en la noche del 14 de mayo, cuando se disponía a descansar y trataba de cerrar la puerta de su casa, ubicada en la comunidad Angostura Los Milagros, Siuna. Un familiar lo llevó al centro de salud de El Naranjo, donde falleció. Un machetazo en la nuca fue el mortal.
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Bismarck Enrique Chavarría Juárez
Bismarck Enrique Chavarría Juárez, 45 años. Managua
Trabajaba como vigilante del residencial Xochitlán, Carretera a Masaya, y era originario del barrio Camilo Ortega. Fue asesinado por sujetos que robaron electrodomésticos en una casa de dicho residencial y cuando intentaban escapar, Chavarría no les abrió la aguja, hecho por el que recibió cuatro disparos, el 18 de mayo.
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Jarod Ramírez Cerda
Jarod Ramírez Cerda, 18 años. Managua
Estudiante de periodismo. Murió la madrugada del 21 de abril en la puerta de su casa, en la Colonia 10 de Junio. Tres sujetos encapuchados e identificados como de Juventud Sandinista —aseguró la mamá del joven, en su momento— le propinaron tres disparos; además le robaron un celular.
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Roberto Pablo Corea Chávez
Roberto Pablo Corea Chávez, 23 años. Managua
El 12 de junio Corea ofrecía cajetas (oficio al que se dedicaba) en el barrio Enrique Smith de la capital. En medio de una balacera presuntamente provocada por la pandilla denominada los Babys (por un asalto que cometían), al joven lo alcanzó una bala que le impactó en la espalda y falleció en el Hospital Manolo Morales.
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Ezequiel Rivera Hernández
Ezequiel Rivera Hernández, 30 años. Siuna
En la trocha Waslalita Iyas, lugareños encontraron el cuerpo de Rivera con heridas de arma de fuego, el 15 de mayo. Se desconocen detalles de la muerte.
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Lucas Antonio Sirias Pineda
Lucas Antonio Sirias Pineda. Villa Cuba Libre, Managua
Aparece en la lista de la CIDH y el Cenidh como muerto en León. Pero, según información de Canal 10, este joven murió en el sector de la terminal de la ruta 108 y 109, en Reparto Schick, cuando fue atacado por sujetos en moto mientras entregaba pan a una pulpería. Era panadero y habitaba en Villa Cuba Libre, Distrito Cinco de Managua. Recibió cuatro balazos el sábado 9 de junio y murió en el Hospital Manolo Morales, el miércoles 13 de junio. Un primo de la víctima confirmó como cierta la información de Canal 10, y dijo: “Aparentemente fueron paramilitares”.
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Pedro Mondragón
Pedro Mondragón. Wiwilí
Fue asesinado el 16 de septiembre en Wiwilí. Mondragón era vicepresidente de la junta directiva municipal del partido Ciudadanos por la Libertad (CXL) en su comunidad. El CXL a través de un comunicado culpó a “turbas paramilitares y efectivos de la Policía Nacional” de ser los causantes de la muerte de Mondragón, por “participar en las demandas de justicia y democracia que manifiesta el pueblo de Nicaragua en las calles”. Sin embargo, Misael Mondragón, su hijo, dijo que el asesinato de su padre no fue político.
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Justo Jarquín
Justo Jarquín. Mulukukú, RACCN
Según varias fuentes de medios de comunicación, era uno de los atacantes a la delegación policial de Mulukukú. Jarquín es sobrino del alcalde de Mulukukú, Apolonio Fargas.
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Víctor Genaro Cabrera García
Víctor Genaro Cabrera García, 39 años. Managua
Estaba vendiendo una motocicleta y el 9 de junio recibió una llamada telefónica. Salió de su casa, en el barrio El Edén, pero aproximadamente a las 11:30 de la noche le dispararon en la nuca del cementerio Periférico, una cuadra al sur. Medicina Legal dijo que la bala entró en la cabeza y salió por el cuello. La muerte fue instantánea.
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Holvin Samir Solano García
Holvin Samir Solano García, 27 años. Managua
Según su padre, Pedro Solano, falleció después de que un policía lo atropellara con una moto el 19 de abril, cuando regresaba a su casa. Holvin no andaba protestando ese día. Era chofer y vivía en el barrio San Patricio, Managua.
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Jaime José Reyes Téllez
Jaime José Reyes Téllez, 20 años. Managua
El 9 de mayo le dispararon en la cabeza cuando viajaba en una moto. Había salido del barrio Hugo Chávez y le dieron persecución.
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Joan Sebastián Salinas Sobalvarro
Joan Sebastián Salinas Sobalvarro, 20 años. Estelí
Murió después de recibir dos disparos en la espalda la medianoche del 24 de junio. Salinas viajaba como pasajero en una motocicleta cuando, presuntamente, policías les hicieron parada, pero no detuvieron a tiempo la marcha y los uniformados dispararon. Salinas trabajaba en un taller de mecánica automotriz.
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José Adán Bone Díaz
José Adán Bone Díaz, 30 años. Managua
Vivía en las afueras de Managua y visitaba familiares en la capital cuando desapareció, el 20 de abril. Su cuerpo apareció con balas después de varios días en la morgue de un hospital cercano a uno de los lugares de las protestas, en donde él aparentemente quedó atrapado en fuego cruzado.
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Roberto Carlos García Paladino
Roberto Carlos García Paladino, 40 años. Managua
La madrugada del 23 de abril, en una de las calles del barrio El Paraisito, fue atacado por sujetos que viajaban en dos motocicletas y portaban armas hechizas. Cinco disparos de balines: uno en el costado derecho del cuello, otro en el brazo derecho, dos balines en la parte media de la espalda y uno en el glúteo derecho le quitaron la vida.
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Bismarck Badilla López
Bismarck Badilla López, 25 años. Estelí
Cumplía su servicio social como médico en Santa Teresa, Carazo. El 7 de junio lo encontraron ahorcado en uno de los cuartos de la vivienda que alquilaba. Algunos comentarios de sus amigos en redes sociales aseguran que el médico tenía mucha presión por parte del sistema de salud y hasta dicen que lo tenían amenazado por haber atendido a autoconvocados heridos en las protestas.
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Jefferson Kevin Reyes Benedi
Jefferson Kevin Reyes Benedi, 18 años. Managua
Murió víctima de un disparo en el pómulo izquierdo el 31 de mayo, según información publicada por el diario Hoy. La víctima se encontraba con dos amigos en el barrio Los Ángeles, Managua, cuando una motocicleta con dos sujetos a bordo se acercó a ellos y realizó dos detonaciones. La víctima y sus amigos les gritaron: “¿Cuál es la v…?”. El sujeto que iba como pasajero, Jeffry Alexander Luquer y/o Jefrry Josué Hernández Hoocker, disparó mortalmente con una pistola a la víctima. Este sujeto se encuentra detenido y juzgado, mientras quien conducía la motocicleta, identificado como Luis Alejandro Olivas López, está prófugo.
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Marvin Reinaldo Mairena Darce
Marvin Reinaldo Mairena Darce, 44 años. Managua
Recibió un disparo en la cabeza el 17 de julio, en las cercanías del Hospital Fernando Vélez Paiz. Un amigo de él fue herido en la pierna derecha. Se desconocen los motivos por los que les dispararon a los dos hombres, quienes se encontraban preparando un carretón de caballo. “Dicen que fueron los paramilitares, le dieron un balazo en la cabeza y también al caballo”, expresó una familiar al periódico Hoy.
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Alejandro Enrique Cárcamo Gago
Alejandro Enrique Cárcamo Gago, 24 años. Managua
Falleció el 11 de junio en el barrio Monseñor Lezcano, Managua. Le disparó accidentalmente un adolescente cuando manipulaba un arma hechiza, según contó su madre al periódico Hoy. Cursaba el quinto año de secundaria en el Instituto Gaspar García Laviana de la capital y era vendedor ambulante.
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Kevin José Cruz Ruiz
Kevin José Cruz Ruiz, 23 años. Carazo
Era miembro de la Juventud Sandinista. El 9 de junio iba en una moto por el kilómetro 50.5 de la carretera Jinotepe-El Rosario, pero impactó contra un furgón estacionado en la vía pública. Las autoridades dijeron que fue culpa de los tranques.
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Darwin Ezequiel Rostrán Polanco
Darwin Ezequiel Rostrán Polanco, 24 años. Mulukukú, RACCN
Era un vendedor de Eskimo en Mulukukú. La Policía lo vinculaba al asesinato de tres agentes en Sislao Paraska. Dos patrullas lo quisieron detener en la comunidad El Tigre, en una casa, la mañana del 10 de agosto. Según la Policía, Rostrán les disparó con un AK y ellos repelieron la agresión. Su hermano Javier Rostrán denunció que hallaron el cadáver colgado de un barranco, con señas de haber sido torturado.
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Rudy David Chávez Sánchez
Rudy David Chávez Sánchez, 21 años. Managua
El 27 de mayo salió de su casa en el barrio Sócrates Sandino, por el Reparto Schick, para reunirse con unos amigos en una esquina cercana. De pronto aparecieron dos motorizados y le dispararon al grupo, pero los agredidos se ocultaron en casas aledañas. Después llegó la pandilla los Plo y a Chávez le dijeron que estaban agrediendo a un amigo y salió en su defensa, pero le propinaron un balazo en el pómulo derecho. Murió camino al Hospital Manolo Morales.
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Terencio Isaías Escorcia
Terencio Isaías Escorcia, 25 años. Matagalpa
Fue encontrado muerto en Guanuca, barrio del departamento de Matagalpa, a pocas cuadras de su casa. Las circunstancias en las que Escorcia murió no fueron esclarecidas. Según dijo la Policía a los familiares, fue herido con arma blanca, posiblemente cuchillo, la medianoche del 20 de junio.
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Daysi Merari Cornejo Jarquín
Daysi Merari Cornejo Jarquín, 32 años. Estelí
Obrera en una fábrica de tabaco. Asesinada por encapuchados, la madrugada del 18 de junio de 2018, de un ladrillazo en la cabeza y posteriormente fue violada. La víctima viajaba en motocicleta con su pareja y se dirigían a su casa en la comunidad La Thompson. Luis Amado Herrera Díaz fue condenado a 12 años de prisión, por el delito de violación, y Róger Antonio Castro Palacios fue declarado culpable por homicidio agravado.
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William González Zúñiga
William González Zúñiga, 21 años. Managua
Su muerte se había presentado como un asesinato ocurrido en el sector de la Upoli. Sin embargo, familiares desmintieron la noticia a medios oficialistas del gobierno y aseguraron que William sufrió un infarto después de haber jugado futbol. Murió la noche del 2 de mayo en un sofá de su vivienda, afirmaron sus familiares.
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José Manuel Quintero
José Manuel Quintero, 28 años. Estelí
Falleció el 30 de mayo. Aparece en todas las listas de los organismos de derechos humanos y el informe de la Comisión Porras, pero no hay detalles de su muerte.
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Yamil Ronaldo Obregón Bustos
Yamil Ronaldo Obregón Bustos, 47 años. El Castillo, Río San Juan
Fue asesinado el miércoles 2 de mayo tras recibir golpes en la cara con un objeto y su cuerpo fue encontrado unos 30 metros al este del Parque de Ferias, en el sector 4 del poblado de Sábalo. El lunes 30 de abril sus familiares lo reportaron como desaparecido. La última vez que se le vio vivo fue el 29 de abril en una fiesta. Yamil Ronaldo Obregón Bustos era propietario de un hotel en el municipio El Castillo, Río San Juan.
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Fredy Josué González
Fredy Josué González, 18 años. Managua
Murió al recibir varios balazos de unos hombres a bordo de una motocicleta, en los semáforos de donde fue la Rolter, en Carretera Norte. La víctima vivía en el barrio Domitila Lugo y sus familiares no quisieron dar declaraciones. Solo afirmaron que no estaba estudiando y desconocían que le dispararon para robarle.
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Luis Enrique Montano Aroca
Luis Enrique Montano Aroca, 42 años. Madriz
Su caso aparece en la lista del Cenidh. De acuerdo con la radio ABC Stereo, el militante del Frente Sandinista falleció el viernes 3 de agosto, luego de haber sido atropellado por un motociclista mientras resguardaba la casa del partido en Somoto. El accidente se habría producido el 14 de julio. Montano fue sepultado como un “héroe de la paz”, con la bandera rojinegra e incluso Rosario Murillo envió condolencias a su familia. En el reporte del Instituto de Medicina Legal se estableció que la causa de la muerte fue accidente de tránsito.
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Jonathan Manuel Moraga Palacios
Jonathan Manuel Moraga Palacios, 21 años. Carazo
Fue hallado muerto el 4 de septiembre en la hacienda La Moca, en Dolores. Tenía ocho días desaparecido. El cadáver tenía golpes en la cabeza y ya había sido devorado por las aves.
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Carlos Evenor López Figueroa
Carlos Evenor López Figueroa, 22 años. Matagalpa
En la comunidad El Naranjo, Waslala, el 2 de junio López salió a comprar una recarga telefónica pero cerca de un tranque recibió dos balazos en la cabeza. Los medios oficialistas dijeron que lo mataron porque se negó a participar en un tranque. Era originario de Ocotal y vivía en el barrio Hermanos Zamora.
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Lesther José Flores Bracamonte
Lesther José Flores Bracamonte, 19 años. Managua
Era de Esquipulas, Matagalpa, pero estaba viviendo un tiempo con unos familiares en Managua. Le decían Chespirito. El 21 de abril, en la noche, salió a encontrar a una tía que regresaba del trabajo pero en el camino, en el barrio Waspam Norte, la Policía le propinó tres balazos en el pecho. El cadáver llegó el 22 a su pueblo y una gran multitud lo enterró el 23.
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Carlos Lenin García Vélez
Carlos Lenin García Vélez, 42 años. Managua
Murió calcinado en el incendio de su vivienda ubicada en el Mercado Oriental, donde vivía con sus padres. Aparentemente, García padecía trastornos mentales y se cree que él mismo originó el incendio cuando quemaba papeles en el interior de la casa. El siniestro ocurrió el 26 de junio.
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Lester Martínez Cubillo
Lester Martínez Cubillo. Managua
Aparece en varias listas de organizaciones de derechos humanos y de la Comisión Porras, pero no hay más información sobre las circunstancias de su muerte. Lo que se sabe es que falleció el 20 de abril en las inmediaciones de la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli).
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Marvin López López
Marvin López López, 34 años. La Concepción, Masaya
No se tienen detalles de la víctima. El Cenidh reporta que murió el 8 de julio. Y Radio Ya informó que sujetos desconocidos le dispararon en el pecho, en uno de los tranques que se levantaron en el municipio de La Concepción. Presuntamente, López permanecía en ese tranque y quienes le dispararon tenían rencillas personales con él, aseguró Radio Ya.
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Benjamín Alexander Castillo Castillo
Benjamín Alexander Castillo Castillo, 26 años. Managua
El 20 de mayo, a eso de las 4:00 a.m., murió instantáneamente después de haber sido arrollado por una camioneta en el sector del Autolote El Chele. Castillo se dirigía a su centro de trabajo con un amigo, quien murió horas después. Castillo había participado de las marchas, aseguró su padre, quien puso la denuncia en el Cenidh.
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Lester Antonio Castillo Baca
Lester Antonio Castillo Baca, 35 años. Managua
Medios oficialistas reportaron la muerte de Lester Antonio Castillo Baca, como cuando tres sujetos lo siguieron y apuñalaron tras salir de un bar debido a rencillas personales la noche del 21 de julio. El departamento de Medicina Legal registra el ingresó del cuerpo a la tres de la mañana “como no identificado, procedente del Distrito IV de la Policía Nacional y encontrado en el Barrio Bóer”, e indica que la causa de muerte fue “herida por arma blanca”. La esposa de la víctima, sin embargo, denunció ante el Cenidh que el crimen se produjo “como represalias por su activismo en las redes sociales” y vecinos del lugar donde lo mataron aseguran haber visto a encapuchados acuchillarlo.
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Valeria Rodríguez
Valeria Rodríguez, 19 años. León
Falleció el 24 de junio en León, cuando iba en una moto, con otros dos amigos a las dos de la mañana, y un grupo de personas le lanzó una roca hacia la cabeza, por lo que perdió el control. Todo indica que fue un delito común.
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Víctor José Olivas García
Víctor José Olivas García, 23 años. Estelí
Recibió un disparo en el cuello en la madrugada del lunes 16 de julio, en el sector del plantel de la Alcaldía de Estelí, por armados y encapuchados. Acababa de regresar de Costa Rica y al momento de la muerte procedía de un centro nocturno. Era originario de San Juan de Limay, en la comunidad La Chilca.
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Óscar Oswaldo Urbina Barberena
Óscar Oswaldo Urbina Barberena, 32 años. Managua
Fue baleado por un motorizado, mientras estaba sentado en la puerta de su casa en el Reparto Schick. Trabajaba en un taller de soldadura y torno. Su muerte fue a causa de herida de arma de fuego en el tórax, según el Instituto de Medicina Legal.
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Adolfo Enrique Castellón Aráuz
Adolfo Enrique Castellón Aráuz, 24 años. Managua
Era un taxista que falleció en un accidente de tránsito en la madrugada del 2 de junio, cerca de los semáforos del hotel Hilton Princess. Lo impactó con otro vehículo la conductora Kathy Espinoza Briceño, quien invadió contra la vía el carril en el que circulaba Castellón. La madre de Castellón, María Teófila Aráuz, denunció que días atrás de la muerte de su hijo a ella la habían sacado de la Policía solo porque en una red social puso “que vivan los estudiantes”. El día que murió su hijo, su exsuperior, el jefe del Distrito Uno de la Policía de Managua, Vladimir Cerda, estaba en el lugar del accidente y le dijo: “Hola, María Teófila”.
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Gerardo Antonio Castillo Mendoza
Gerardo Antonio Castillo Mendoza, 42 años. Managua
Recibió un disparo en el tórax el 20 de abril, víctima de un fuego cruzado. Era obrero.
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Michael Alexander López Medina
Michael Alexander López Medina, 32 años. Managua
Presuntamente dos sujetos en una motocicleta le hicieron varios disparos. Una bala le impactó en la cabeza y lo mató. López conducía una camioneta Hilux, color gris, y transitaba en el sector de Altamira, Managua, la tarde del 12 de junio. Se dijo que el joven trasladaba dinero de una planilla de pago que los delincuentes no lograron llevarse.
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Freddy Antonio Dávila
Freddy Antonio Dávila. Masaya
Se desconocen detalles de la víctima, algunas de las listas argumentan que recibió un disparo el 20 de abril. No se conocen circunstancias.
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Douglas de Jesús Acevedo Parrales
Douglas de Jesús Acevedo Parrales, 22 años. Diriamba, Carazo
Se desconocen las circunstancias en que falleció. El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos reporta que murió el 8 de julio. Una página en Facebook aseguró que el cuerpo apareció en un predio de Dolores, Carazo.
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José Contreras Cruz
José Contreras Cruz, 26 años. Managua
Aparece en varias listas de muertos por la violencia del régimen contra las protestas. Sin embargo, su muerte se produjo cuando tres sujetos quisieron robarle el 30 de julio en Villa Flor Sur, Managua, adonde se había trasladado desde hacía 15 días. Contreras Cruz (registrado como José Cruz) es originario de Matiguás, Matagalpa, y había participado en las marchas azul y blanco contra el gobierno.
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Rafael Alberto Herdocia Delgado
Rafael Alberto Herdocia Delgado, 22 años. León
Según medios oficialistas, murió el 22 de julio después de caer con todo y moto al fondo de un cauce en el kilómetro 91.5 de la carretera, en León. Rafael Herdocia, reportó Radio Ya, trató de esquivar un carro que le invadió el carril, se salió de la vía y cayó al fondo del cauce. Miembros de la Cruz Roja rescataron del cauce a Herdocia aún con vida y lo trasladaron al Hospital Oscar Danilo Rosales, en León, donde murió a causa del trauma craneal severo que sufrió al momento del accidente.
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Oswaldo Alvarado Izaguirre
Oswaldo Alvarado Izaguirre, 37 años. San José de Cusmapa, Madriz
Murió a machetazos. Tenía 37 años de edad. Un líder de la comunidad confirmó a La Prensa que era un militar activo. Existe poca información, pero algunos medios de comunicación atribuyeron el móvil a diferencias personales.
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José María Delgadillo Orozco
José María Delgadillo Orozco, 69 años. Managua
Fue asesinado el 23 de junio, mientras estaba en una calle de Las Américas Uno y llegó la Policía disparando. Familiares dijeron que había salido de su casa para comprar desayuno. Le decían Chema Loco.
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Marvin Solórzano Salinas
Marvin Solórzano Salinas, 34 años. Managua
Sujetos de identidad desconocida le propinaron un disparo en el pecho, en la calle principal de Villa Flor Sur, Managua, el 4 de junio. Los familiares del infortunado manifestaron que no le robaron, ya que le encontraron la cartera con el dinero, celular y hasta una cadena de acero. Tampoco le robaron el auto.
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José Andrés Pérez
José Andrés Pérez, 33 años. Managua
Acaba de salir de un billar, el 13 de mayo, cuando hombres en una moto le dispararon en la comunidad Villa Japón, El Timal. Vivía cerca de donde lo mataron y era agricultor.
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Enrique Varela
Enrique Varela
La única información es la que aparece en la lista del Cenidh: murió el 17 de julio en el kilómetro 28 de Carretera a Masaya. Le hicieron un alto y no se detuvo. Murió en la ambulancia porque no lo dejaron entrar al hospital.
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Este trabajo estuvo a cargo del equipo de Magazine: Fabián Medina, Amalia del Cid, Eduardo Cruz, Raquel Acosta, Julián Navarrete y Óscar Navarrete. Diseño por River Martínez.
La Policía reporta la muerte de 22 de sus agentes en la jornada de protestas y represión que comenzó el 18 de abril. Los poblados de Morrito y Mulukukú resultaron escenarios sangrientos para los uniformados.
Juana Francisca Aguilar
Juana Francisca Aguilar, 19 años. Managua
La agente era originaria de Jinotepe, Carazo. Fue herida de bala el 21 de abril durante un enfrentamiento entre policías y manifestantes en el sector de la rotonda Cristo Rey, Managua. Tenía nueve meses de haber ingresado a la Policía y dejó huérfano a un niño de tres años.
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Gabriel de Jesús Vado Ruiz
Gabriel de Jesús Vado Ruiz
El teniente caraceño pertenecía a la Dirección Antinarcótico Nacional. Según la Policía, fue secuestrado, torturado, asesinado y quemado en el empalme Las Flores el 15 de julio. El policía se dirigía a ver a su familia en Jinotepe cuando fue atacado.
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Hilton Rafael Manzanarez
Hilton Rafael Manzanarez, 33 años. Managua
Fue el primer oficial de la Policía que murió durante las protestas. Era subinspector de la Dirección de Operaciones Especiales Policiales (DOEP), tenía 33 años y tres hijos. El oficial murió el 19 de abril en las cercanías de la Upoli a eso de las nueve de la noche, según la Policía Nacional. Tras su muerte fue ascendido a capitán y le dieron la medalla del valor, que fue entregada a sus familiares. “Me acompañaste a todos los viajes que hice a los departamentos siempre con una disciplina intachable”, dijo la jefa policial Aminta Granera durante el homenaje póstumo, según reportó La Prensa Digital.
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César Martín Blandón Urrutia
César Martín Blandón Urrutia, 45 años. Carazo
El capitán de la Policía fue asesinado a eso de las 8:00 de la noche del domingo 5 de agosto en el kilómetro 46.5 de la carretera San Marcos-Jinotepe. Encontraron su cuerpo con sus piernas atadas y con impactos de bala. Según la Policía, Blandón se había citado con dos hombres para hacer un intercambio de motocicletas (pues el capitán había publicado un anuncio en Facebook) pero la transacción acabó en robo y asesinato. Blandón era el segundo jefe de la Policía de Rancho Grande, Matagalpa, y se había trasladado a Masaya para visitar a su familia.
El inspector era originario de Jinotega y pertenecía a la Dirección de Operaciones Especiales Policiales (DOEP). Murió en Monimbó el 17 de julio tras recibir nueve balazos, uno de ellos en la cabeza. Médicos y estudiantes de Medicina que hacían voluntariado en un improvisado puesto asistencial en el Inatec lo vieron aún vivo. Le sacaron las nueve balas y lo tenían en observación. Pero fueron advertidos que al lugar llegarían paramilitares y abandonaron el puesto, dejando a Rivera aún con vida. Luego apareció el cadáver del policía junto a una barricada.
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Douglas José Mendiola Viales
Douglas José Mendiola Viales, 26 años. Managua
Originario de León, murió el 28 de mayo tras los enfrentamientos en la ciudad de Managua. De acuerdo con la Policía, el subinspector recibió un balazo en la frente y murió horas después en el hospital. Trabajaba para la Dirección de Operaciones Especiales Policiales (DOEP).
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Martín Sánchez Gutiérrez
Martín Sánchez Gutiérrez, 39 años. Mulukukú
Según la Policía, el oficial fue secuestrado el 11 de junio cuando “grupos delincuenciales” atacaron con armas de fuego el puesto policial ubicado en la comunidad Sislao Paraska, comarca de Pueblo Nuevo, municipio de Mulukukú, Triángulo Minero. Y el pasado 3 de julio sus restos fueron encontrados en la finca conocida como El Paraíso, en Mulukukú.
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Dixon Bismarck Soza Enríquez
Dixon Bismarck Soza Enríquez, 43 años. Mulukukú
Murió el 11 de junio cuando un grupo armado atacó la delegación policial de Mulukukú. Suboficial de la Policía desde hace cuatro años y siete meses. Originario de Bocana de Paiwas, Costa Caribe Norte. Dejó en la orfandad a un niño de seis años.
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Jean Kerry Luna Gutiérrez
Jean Kerry Luna Gutiérrez, 29 años. Managua
Fue herido la tarde del 11 de junio, cuando se movilizaba con su colega Marco González Briceño y ambos fueron atacados por motorizados. Se rindió ante la muerte el 22 de junio, dejando en la orfandad a una niña de tres años y medio. Llevaba diez años y cuatro meses en las filas de la Policía. Fue ascendido póstumamente a teniente.
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Faber Antonio López Vivas
Faber Antonio López Vivas, 23 años. Carazo
Originario de Santo Tomás, Chontales. Lo mataron el 8 de julio durante una masacre en Carazo. A su madre, Fátima Vivas Tórrez, le dijeron que había muerto por un disparo en la cabeza, días después que le rechazaron la solicitud de baja de las filas policiales y lo amenazaron de muerte. Sin embargo, Vivas denunció que el cuerpo de su hijo tenía señales de tortura.
Murió el 11 de junio cuando un grupo armado atacó la delegación policial de Mulukukú. Era suboficial de la Policía desde hacía dos años y un mes. Originario de Río Blanco, Matagalpa.
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Hilario de Jesús Ortiz Zavala
Hilario de Jesús Ortiz Zavala, 30 años. Carazo
Cayó a las 8:40 de la mañana del domingo 8 de julio en los enfrentamientos de Jinotepe, cuando la Operación limpieza de tranques cubrió de sangre a Carazo. Tenía una hija de siete meses y un hijo de cinco años. Era originario de Granada y póstumamente fue ascendido de suboficial a teniente.
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Zaira Julissa López
Zaira Julissa López, 38 años. Jinotepe, Carazo
Suboficial mayor de la Policía Nacional, ascendida a teniente en homenaje póstumo. Medios oficialistas del Gobierno reportaron que fue asesinada la mañana del 25 junio cuando ejecutaba operación “limpieza” en Nagarote para derribar tranques. Tenía ocho años de trabajar en la institución. Dejó en la orfandad a tres hijos.
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José Abraham Martínez
José Abraham Martínez, 21 años, Masaya
Murió el 3 de junio en Masaya de un balazo a la cabeza. Tenía dos años y siete meses de pertenecer a la Policía Nacional, donde se desempeñó como policía especial de la Dirección de Operaciones Policiales (DOEP), dejó una niña de dos años en la orfandad, la que procreó con su compañera Julissa Edelmira Espinoza Ortiz.
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Caso Las Esquinas
Caso Las Esquinas
El domingo 1 de julio el inspector Ilish Aarón Urrutia, de 32 años, y el suboficial mayor Alan Alexander Rodríguez Hernández, de 31 años, fueron asesinados por paramilitares encapuchados que tenían tomado el poblado de Las Esquinas, en San Marcos, Carazo. Los oficiales se movilizaban de Managua a Diriamba como civiles, a bordo de un carro gris, y al llegar al retén del empalme de Las Esquinas fueron detenidos.
Aparentemente los agentes explicaron que eran policías y que por eso portaban sus armas de reglamento; sin embargo, los paramilitares no les creyeron porque no andaban identificación. Intentaron huir en dirección a San Marcos, posiblemente a interponer la queja en la estación policial, pero fueron perseguidos y acribillados a balazos.
La Policía emitió un escueto comunicado en el que informaba que sus oficiales, “que realizaban labores de vigilancia”, “fueron atacados por sujetos desconocidos, con armas de fuego”.
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Luis David López Hurtado
Luis David López Hurtado, 24 años. Chontales
Este inspector pertenecía al Grupo de Intervención Rural (GIR) de Chontales. Murió el 18 de julio en el Hospital Carlos Roberto Huembes de Managua, luego de que el día 14 recibió un balazo en la cabeza. La Policía responsabilizó a encapuchados que estaban en el tranque de Lóvago.
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Marco Antonio González Briceño
Marco Antonio González Briceño, 41 años. Managua
Murió la tarde del 11 de junio mientras realizaba labores de vigilancia en el barrio San José Oriental de Managua, según el comunicado de la Policía. Fue asesinado a balazos por unos motorizados. Era primer oficial del Departamento de Operaciones de la Dirección Policial de Managua. Tenía 12 años y 4 meses de pertenecer a la institución policial. Fue miembro de la Dirección de Operaciones Especiales Policiales (DOEP), con capacitación en Nicaragua y El Salvador. Dejó en la orfandad a tres hijos.
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Los sucesos de Morrito
Los sucesos de Morrito
El 12 de julio cuatro policías y un docente murieron en un extraño tiroteo en el municipio de Morrito, departamento de Río San Juan. Hay al menos dos versiones sobre el hecho.
Esa tarde autoconvocados pretendían realizar una marcha y paramilitares que se encontraban en la alcaldía local abrieron fuego cuando los manifestantes pasaban en vehículos. Los oficiales habrían estado en medio y fueron víctimas del tiroteo.
La versión policial, en cambio, afirma que un “grupo terrorista” atacó con armas de fuego la delegación policial del municipio. Actualmente los líderes campesinos Medardo Mairena y Pedro Mena enfrentan un proceso irregular, acusados por el ataque de Morrito.
Faustino Téllez Vargas, 52 años
Era originario de Juigalpa, Chontales, y había laborado en Río San Juan como policía devigilancia y patrullaje. Póstumamente fue nombrado inspector.
Luis Emilio Bustos López, 55 años
Originario de Diriamba, llevaba 33 años y tres meses en las filas de la Policía y era el jefe de la delegación policial de Morrito. Estaba casado y tenía tres hijos, de 16, 28 y 35 años. Fue nombrado luego
Marlon Requene López, 39 años
Era originario de San Carlos, Río San Juan, y hacía ocho años y tres meses había ingresado a la Policía. Fue oficial de vigilancia y patrullaje y agente e investigador de Tránsito. Dejó una niña de cinco años y un niño de ocho en la orfandad. Fue ascendido después de muerto a teniente.
Lenín Ernesto Olivas Alaníz, 29 años
Tras su muerte fue ascendido a teniente. Era originario de San Carlos, Río San Juan, y cinco años y siete meses tenía en la Policía. Se desempeñaba como agente de Tránsito. Dejó en la orfandad a una niña de ocho años.
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Este trabajo estuvo a cargo del equipo de Magazine: Fabián Medina, Amalia del Cid, Eduardo Cruz, Raquel Acosta, Julián Navarrete y Óscar Navarrete. Diseño por River Martínez.
Este trabajo estuvo a cargo del equipo de Magazine: Fabián Medina, Amalia del Cid, Eduardo Cruz, Raquel Acosta, Julián Navarrete y Óscar Navarrete. Diseño por River Martínez.
A partir de abril cobraron más notoriedad los estudiantes, la Iglesia y los campesinos. También las barricadas, los paramilitares y las banderas. Estas son imágenes de los momentos clave y los personajes de la insurrección de abril.
Este trabajo estuvo a cargo del equipo de Magazine: Fabián Medina, Amalia del Cid, Eduardo Cruz, Raquel Acosta, Julián Navarrete y Óscar Navarrete. Diseño por River Martínez.
Estos son los rostros de quienes murieron reclamando sus derechos y fueron salvajemente reprimidos por ello
Franco Alexander Valdivia Machado
Franco Alexander Valdivia Machado, 24 años. Estelí
Fue asesinado la noche del 20 de abril en el Parque Central de Estelí. Recibió un balazo en la cabeza cuando estaba protestando contra las reformas al INSS. Tenía una hija de cuatro años, le gustaba escribir canciones, era árbitro de softbol, trabajaba en un taller de carpintería y cursaba tercer año de Derecho.
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Manuel de Jesús Chávez Ramírez
Manuel de Jesús Chávez Ramírez, 31 años. León
El miércoles 23 de mayo recibió un balazo en la cabeza, durante un enfrentamiento con fuerzas de choque orteguistas que atacaron el tranque ubicado en la salida de León. Su familia se enteró por las redes sociales.
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Javier López
Javier López, 24 años. Masaya
Pereció durante las protestas contra las reformas a la seguridad social, en el barrio Monimbó, Masaya, el 21 de abril. De acuerdo con el informe de la Comisión Porras, Javier era un trabajador por cuenta propia.
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Carlos Alejandro Ochoa
Carlos Alejandro Ochoa, 18 años. Jinotepe, Carazo
Fue uno de los asesinados el 8 de julio en el operativo ejecutado por paramilitares con el que desmontaron los tranques que permanecían en Jinotepe, Carazo. A Carlos le gustaba cocinar y había sido parte de la banda del Instituto Nacional Juan José Rodríguez, un colegio de secundaria en Jinotepe.
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Danny Stanley Rivas
Danny Stanley Rivas, 26 años. Managua
El 22 abril, murió tras recibir un disparo de escopeta, cerca de los semáforos del barrio Rafaela Herrera, cuando apoyaba las protestas del sector. Se desconocen mayores detalles sobre su vida y su muerte.
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Mario Antonio Martínez Peralta
Mario Antonio Martínez Peralta, 18 años. León
Recibió un disparo por cada año de vida el 6 de julio durante una Operación limpieza en el barrio indígena de Sutiaba, León, donde vivía. En el Heodra de León le negaron el epicrisis a la familia y le condicionaron la entrega del cadáver.
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Jason Antonio Chavarría Urbina
Jason Antonio Chavarría Urbina, 24 años. Ticuantepe, Managua
Trabajaba como cadete de una mototaxi. Murió de un disparo en la cabeza el 21 de abril, durante una de las protestas en ese municipio. La familia era sandinista, pero el joven había salido a protestar porque no quería que la reforma del INSS afectara la pensión a sus abuelos.
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Dodanim Jared Castilblanco Blandón
Dodanim Jared Castilblanco Blandón, 26 años. Estelí
Murió en Estelí en la noche del 30 de mayo. Hay fuentes que afirman que falleció de un balazo al tórax mientras participaba en una marcha que fue atacada, mientras que otros dicen que estaba en uno de los tranques. Dejó en la orfandad a una niña de 10 meses y un niño de seis años. Cursaba el tercer año de la carrera de Ingeniería Agroindustrial en la UNI-Norte, sede Estelí, y representó a Nicaragua en campeonatos de taekwondo a nivel centroamericano.
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Bayardo José Jarquín Gunera
Bayardo José Jarquín Gunera, 31 años. Masaya
Deja en la orfandad a cuatro niños. Fue sacado de su casa en Masaya desde el 17 de julio durante la Operación limpieza. Sus familiares lo buscaron en la Policía de Masaya y en el Chipote, Managua, pero finalmente lo encontraron el 19 de julio en el Instituto de Medicina Legal con cuatro impactos de bala en su cuerpo.
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Juan Alejandro Zepeda
Juan Alejandro Zepeda, 18 años. Chinandega
El miércoles 30 de mayo fue uno de los días más terribles de los últimos meses de 2018. Dieciséis personas murieron ese día y 182 resultaron heridas. Uno de los muertos fue el joven Juan Alejandro Zepeda, estudiante del quinto año del Colegio Politécnico España, de Chinandega. Un balazo en el ojo, presuntamente disparado por francotirador, le quitó la vida a eso de las 10:30 de la noche. Según una tía, todavía en el suelo, policías y paramilitares lo arrastraron y patearon. Le decían Gastón.
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José Esteban Sevilla Medina
José Esteban Sevilla Medina, 37 años. Masaya
Murió tras ser herido de bala en el pecho en las barricadas, durante el ataque de los policías y paramilitares el 15 de julio. Estaba en un tranque en el sector de Mebasa. Era artesano y vivía en el barrio Camilo Ortega.
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Jorge Gastón Palacios Vargas
Jorge Gastón Palacios Vargas, 30 años. Boaco
Según familiares y autoridades, Palacios laboraba en Inatec y el 25 de mayo iba en una camioneta a rescatar unas mujeres que estaban siendo agredidas en el empalme de Boaco. En el tranque de El Quebracho fueron atacados y le propinaron un balazo en el abdomen. Falleció al día siguiente. Era simpatizante del FSLN.
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Yader
Yader
En la lista del Cenidh se informa que murió el 17 de julio en Monimbó. No se tienen mayores datos.
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Orlando Francisco Pérez
Orlando Francisco Pérez, 24 años. Estelí
Cursaba el quinto año de Energías Renovables. El 20 de abril salió de su casa con una bandera azul y blanco para participar en una marcha contra las reformas al INSS y en el sector del parque de Estelí recibió dos balazos. Uno en el pecho y otro en la barbilla.
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Luis Ramón Cruz Alvarado
Luis Ramón Cruz Alvarado, 40 años. Chinandega
Una bala le atravesó el tórax durante un enfrentamiento entre simpatizantes orteguistas y autoconvocados en Chinandega. Según su padre, Luis escuchó que estaban atacando a los muchachos del Movimiento 19 de Abril y dijo: “Los voy a ir a ayudar porque no puedo dejarlos morir”.
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Eduardo José López Mendoza
Eduardo José López Mendoza, 37 años. Masaya
Su muerte fue reportada por los medios de comunicación independientes y aparece en las listas de organismos de derechos humanos, así como en la de la Comisión Porras. Eduardo José habría muerto por dos disparos en el cráneo durante los enfrentamientos del 2 de junio en Masaya y era trabajador por cuenta propia.
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Jaime Antonio Arana Salinas
Jaime Antonio Arana Salinas, 32 años. Granada
La noche del 5 de junio recibió un disparo en la cabeza cuando intentaba impedir el saqueo a una tienda, en la Calle Real Xalteva, aseguró una familiar. Los enfrentamientos en Granada habían iniciado desde las 6:00 a.m. Arana era comerciante y se dijo que era parte del equipo de primeros auxilios del mercado.
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Edwin Bismarck Gómez
Edwin Bismarck Gómez, 33 años. Managua
Habitaba cerca de la Upoli y había participado de las protestas. Había prometido a su pareja no asistir más. El 22 de abril al enterarse que estaban atacando a los estudiantes de la Upoli se fue. Recibió dos balazos y tres días después murió en el Hospital Alemán Nicaragüense. Gómez era un obrero de la construcción.
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Luis Acevedo
Luis Acevedo, 27 años. Jinotepe
Fue asesinado el 8 de julio en Jinotepe, Carazo. Era cristiano y maestro de inglés. Dejó tres niños en la orfandad. Los vecinos afirman que predicaba en los tranques de Carazo. Hay un video que subió días antes que lo mataran, donde se le escucha predicando. Las fuentes afirman que los paramilitares lo sacaron de su casa y ejecutaron frente a sus hijos.
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Manuel Antonio Montes
Manuel Antonio Montes, 44 años. Ciudad Sandino, Managua
El 22 de abril, Montes participaba de las protestas en esa ciudad, frente a la alcaldía, cuando recibió tres impactos de bala. Fue llevado al Hospital Lenín Fonseca, donde después de varios días murió, el 29 de abril.
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Yader García Treminio
Yader García Treminio, 38 años. Río Blanco
El jueves 28 de junio seis policías golpearon salvajemente a Yader Antonio García en Río Blanco, Matagalpa. Era originario del Villa El Carmen, Managua. Había permanecido desde el inicio en el tranque de Río Blanco y ese día decidió salir y fue interceptado en el parque de la ciudad. Murió la noche del sábado en la sala de operaciones del Hospital Regional de Matagalpa, a consecuencia de la golpiza.
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Hollman Eliezer Zeledón
Hollman Eliezer Zeledón, 29 años. Sébaco
Falleció la madrugada del 16 de mayo en Sébaco, Matagalpa, a causa de un balazo dos días antes. Era militante del Frente Sandinista y el disparo que recibió ocurrió cuando estaba quitando un tranque.
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Alex Enrique Machado Vásquez
Alex Enrique Machado Vásquez, 24 años. León
Fue asesinado por antimotines y parapolicías el 5 de julio en Sutiaba. Su primo Luis Osorno dijo que se unió a la lucha azul y blanco en abril. Lo mataron en la esquina El Alacrán, a media cuadra de su casa. El cadáver tenía nueve balazos, tres en la cabeza.
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Jamesson Antonio Meza Meza
Jamesson Antonio Meza Meza 26 años. Monimbó, Masaya
El martes 17 de julio recibió un impacto de bala en una de sus piernas durante el ataque de policías y paramilitares a Monimbó, Masaya. Tras ser herido, Meza fue llevado a un puesto médico en Masaya, sin embargo la herida se le infectó, por lo que fue trasladado a Managua. Debido a la infección los médicos le amputarían la pierna, sin embargo no resistió la operación y murió el sábado 21 de julio. Meza era originario del barrio Llano de la Cruz, Jinotega, pero llevaba ya varios meses viviendo en Masaya. Trabajaba como cocinero y estudiaba artes culinarias para ser chef. “Era un chavalo bien noble, todavía estuvo trabajando con la Cruz Roja para el Plan Verano de este año, era voluntario”, dijo a La Prensa una amiga, quien prefirió omitir su nombre.
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Celso Josué Díaz Sevilla
Celso Josué Díaz Sevilla, 19 años. Managua
Le decían Checho. Recibió tres disparos: uno en el pecho, otro en la clavícula y otro en el rostro, mientras participaba en una manifestación en la carretera de Mateare, el 21 de abril.
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Axel Uriel Bonilla Romero
Axel Uriel Bonilla Romero. 20 de abril. León
Asesinado de un disparo. Está en todas las listas, pero no se ha podido hablar con los familiares. El Cenidh asegura que un familiar confirmó que había muerto.
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Jimmy Parajón
Jimmy Parajón, 35 años. Managua
Fue herido en el pecho el 11 de mayo, en el sector de la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli). Estaba apoyando a los estudiantes atrincherados en el recinto universitario. Cursaba el último año de la carrera de Ciencias Jurídicas y dejó a cinco hijos en la orfandad.
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Jonathan Morazán Meza
Jonathan Morazán Meza, 21 años. Managua
Se sumó a la lucha cívica de los universitarios desde el 18 de abril. El 30 de mayo fue una de las víctimas del ataque de policías y paramilitares a la marcha de las Madres de Abril. Recibió un balazo en la cabeza cuando estaba cerca de la Universidad Centroamericana y falleció el 1 de junio, luego de casi dos días en Cuidados Intensivos, con muerte cerebral. El joven universitario era hijo de un exmayor del Ejército. Su caso aparece en la lista del Cenidh, la de la CIDH y también en la de la Comisión Porras, pero en esta última lo califican como “obrero” y aseguran que murió en un tranque.
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Juan Francisco Zeas Orozco
Juan Francisco Zeas Orozco, 30 años. El Tule, Nueva Guinea
Antes de la ley canalera, Juan Francisco solo trabajaba la tierra; luego labraba la tierra y participaba en las marchas anticanal. Y en abril, cuando estalló la crisis, fue a apoyar los tranques de los campesinos. Le dispararon con una escopeta a eso de las 2:30 de la madrugada del 7 de junio, cuando se movilizaba del tranque de la rotonda de La Argentina hacia el tranque de El Tule, afirma un amigo, miembro del movimiento campesino anticanal. “Le quitaron la vida a un joven, alguien que solo quería ver un mejor país”, escribió tras enterarse de la muerte de Juan Francisco.
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Jorge René Zepeda Carrión
Jorge René Zepeda Carrión, 31 años. Granada
Llamado comandante Chavelo. Recibió un balazo en la frente, durante un ataque de policías y paramilitares. Sus amigos creen que le disparó un francotirador, porque no escucharon ni vieron a nadie. Él resguardaba una de las barricadas en el sector del comisariato de la Policía Nacional; lo trasladaron al Hospital Humberto Alvarado de la ciudad, donde murió. Antes de su muerte había sufrido otras lesiones, una de gravedad.
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José Benito Rodríguez González
José Benito Rodríguez González, 34 años. Jinotega
Fue miembro de Ejército de Nicaragua y le decían Veneno. También fue asesinado en el barrio Sandino de Jinotega, durante la Operación limpieza que ejecutaron policías y paramilitares la noche del lunes 23 de julio. El sepelio fue multitudinario a pesar de las amenazas. “Él es nuestro héroe y así lo vamos a recordar”, dijo una de las asistentes. Era técnico electricista y dejó a cuatro niños en orfandad.
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Hammer Joel García Salinas
Hammer Joel García Salinas, 19 años. Tipitapa, Managua
Trabajaba en una zona franca y jugaba futbol. El sábado 21 de abril participó en una de las protestas en Tipitapa y recibió un balazo que se alojó en los pulmones.
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Darwin Ramón Potosme
Darwin Ramón Potosme, 33 años. Masaya
Fue asesinado el 17 de junio durante un ataque en el Parque Central de Masaya. Murió de un balazo en el ojo izquierdo. Potosme era conocido como comandante Fafo o comandante Potosme, y siempre apoyó las manifestaciones.
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Winston Eliezer Saballos Martínez
Winston Eliezer Saballos Martínez, 29 años. Nagarote
Winston Saballos fue asesinado la madrugada del miércoles 13 de junio cuando paramilitares atacaron un tranque ubicado en el kilómetro 53 sobre la carretera a León. Habitaba en el barrio El Porvenir, Nagarote. Su sepelio se realizó bajo el asedio de las fuerzas orteguistas, a tal punto que su familia cavó una tumba con intención de enterrarlo en el patio de la casa. Dejó en la orfandad a un niño de cinco años y a su esposa embarazada.
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Humberto Antonio Parrales Reyes
Humberto Antonio Parrales Reyes, 39 años. Managua
Fue asesinado el 16 de mayo cerca de la rotonda de Bello Horizonte, cuando fue emboscado por un grupo de paramilitares. Era uno de los atrincherados de la Upoli. Le dispararon y le dieron una cuchillada que le perforó el pulmón. Era originario de Tipitapa. Había trabajado en el Ministerio de Salud.
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Junior Alexander Núñez Rojas
Junior Alexander Núñez Rojas, 21 años. León
Recibió un balazo en la cabeza por antimotines mientras se refugiaba en una esquina de Sutiaba, el 5 de julio. Cayó a orilla de un árbol de tigüilote. Luego un agente lo arrastró entre los adoquines. Su mamá, Aura Marina Rojas, dijo que era albañil y tenía amigos universitarios con los que se unió a la lucha azul y blanco desde abril. Cuando murió estaba retirado de las protestas.
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Salvador de Jesús Arévalo
Salvador de Jesús Arévalo, 33 años. Tipitapa
Recibió dos disparos en el tórax la noche del 4 de junio cuando, según sus familiares, se dirigía hacia la barricada de Ciudadela, Tipitapa. Apoyaba con agua y víveres a los manifestantes del tranque de Agricorp y por eso fue asesinado por paramilitares, según sus familiares. Ya había recibido amenazas de muertes en sus redes sociales.
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Salvador de Jesús Arévalo
Jonathan Stiven Valerio López, 20 años. Managua
En la madrugada del sábado 21 de abril, recibió dos disparos en el cuello, en una protesta frente al Hospital Manolo Morales. Su hermano Víctor Valerio dijo que en ese centro hospitalario tardaron en atenderlo. Trabajaba como soldador.
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Edgardo Hernández
Edgardo Hernández
En las informaciones solo se indica que murió el 17 de julio, en Monimbó.
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César Oniel López Vega
César Oniel López Vega, 25 años. Chinandega
El 7 de junio fue herido en enfrentamientos en el barrio Guadalupe. Según sus parientes, en su cuerpo además de heridas hechas por proyectiles, había lesiones porque fue arrastrado en estado agónico.
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Donald Ariel López Arias
Donald Ariel López Arias, 27 años. Masaya
Fue ejecutado el 2 de junio en una calle del barrio San Miguel durante enfrentamientos de habitantes de Masaya contra antimotines y paramilitares. Tenía un balazo “en el corazón”, dijo su madre de crianza. El joven era zapatero y trabajaba en Monimbó. Su caso se viralizó en Facebook cuando se conocieron las que según testigos fueron sus últimas palabras, dirigidas a una oficial de la Policía: “¡Si lo vas a pegar, pegalo!”.
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Luis Alberto Sobalvarro Herrera
Luis Alberto Sobalvarro Herrera
Recibió un disparo de bala en el cuello durante la represión policial y paramilitar a los tranques de la ciudad de Matagalpa. Luego luchó por su vida durante casi dos meses en hospitales de Managua. Luis Alberto murió el jueves 12 de julio; dejó en la orfandad a un niño de siete años y a su esposa con siete meses de embarazo.
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José Leonel Casco Berríos
José Leonel Casco Berríos, 22 años. El Viejo, Chinandega
Apodado el Chino. Era estudiante de Administración de Empresas, en la UNAN-Managua. Casco murió por un impacto de bala en el abdomen cuando participaba de una marcha de autoconvocados que fue atacada por turbas paramilitares orteguistas en las calles de Chinandega.
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Bryan Odenel Picado
Bryan Odenel Picado, 22 años. Jinotega
Bryan Picado solo quería “ser libre”, dijo su madre sobre su cadáver. Cursaba el cuarto año de secundaria y le gustaba jugar futbol. Murió también la misma noche en que mataron a José Benito Rodríguez González y Leyting Chavarría Pérez, durante la arremetida paramilitar que realizaron el 23 de julio contra el barrio Sandino.
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Jeiner Moisés Campo
Jeiner Moisés Campo, 20 años. Masaya
Conocido como el Flaco. Durante varios días se mantuvo en las barricadas del sector de Santa Teresa. El 19 de junio, las fuerzas de choque del Gobierno pasaron por la barricada que él vigilaba y lo mataron de cuatro disparos: uno en la mano derecha, dos en la pierna izquierda y otro en el tórax. Era miembro de la 2da. Iglesia Bautista Filadelfia.
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Gerald Antonio Barrera Villavicencio
Gerald Antonio Barrera Villavicencio, 25 años. Jinotepe
Asesinado el 8 de julio en Jinotepe, Carazo, durante la Operación limpieza. Era habitante del barrio San Martín. Dejó en la orfandad a un hijo de ocho meses y una niña de tres años.
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Alvis Yamil Molina Hodgson
Alvis Yamil Molina Hodgson, 35 años. Managua
Le gustaba el baloncesto. Trabajaba en una imprenta y era padre de dos niños. Según testigos, recibió dos balazos cuando supuestos miembros de la Juventud Sandinista llegaron en motos al barrio Batahola Norte, en Managua, cuando Alvis Yamil Molina Hodgson apoyaba de forma pacífica una “protesta de cazuelas” el 21 de abril. “Esto es Batahola Norte, esto es Batahola Sur, juntos en una manifestación pacífica en contra de este gobierno m…, para que se den cuenta que no somos minúsculos ni mediocres”, dijo en un “en vivo” de Facebook poco antes que lo mataran.
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José Bismarck Jiménez Martínez
José Bismarck Jiménez Martínez, 48 años. Masaya
Fue asesinado el 16 de septiembre en Monimbó, Masaya, de un balazo por parte de paramilitares y policías. Era un artesano del calzado que se involucró en la lucha desde el 19 de abril. Fue herido desde el 19 de junio de un balazo que le entró por la garganta y le salió por el pulmón. Estuvo dos meses recuperándose hasta que falleció.
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Danny Ezequiel López Morales
Danny Ezequiel López Morales, 21 años. León
Su padre, Nicolás López, dijo que su hijo fue asesinado cuando iba en bicicleta a vender chicharrón y cobrar un dinero y al pasar por una barricada recibió un balazo en el abdomen. El crimen ocurrió en Sutiaba, por el Rastro Municipal, el 5 de julio. En el centro de salud no lo atendieron. Sus familiares dijeron que él no andaba en las protestas.
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Ismael José Pérez Vílchez
Ismael José Pérez Vílchez, 33 años. Managua
Murió en el barrio La Fuente, Managua, el 22 de abril, mientras intentaba evitar el saqueo en un supermercado. Los testigos confirman que un policía le pegó un balazo en el cuello. En un video los amigos lo asisten mientras se está desangrando. “Él (Ismael) era sandinista. Respetaba a la Policía. Y no era para que (la Policía) lo matara de esa forma”, dijo su madre, María Vílchez Delgadillo.
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Nesken Eliezer Velásquez
Nesken Eliezer Velásquez, 27 años. Managua
Murió de un balazo en la frente y otro en un hombro durante las protestas del 21 de abril en Mateare, en los alrededores del zonal del FSLN. Testigos aseguraron que le disparó un celador de la Alcaldía. Murió un día después en el Hospital Lenín Fonseca. Sus familiares fueron obligados a firmar un desistimiento de investigación.
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Shester Javier Chavarría
Shester Javier Chavarría, 19 años. Managua
Murió apoyando a los estudiantes atrincherados en la UNAN-Managua en la vigilancia de las barricadas. La noche del jueves 7 de junio una camioneta Hilux pasó disparándoles en ráfaga y una bala atravesó el tórax del joven. Shester trabajaba en el Mercado Oriental, ayudando a su madre en un puesto de comida.
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Humberto Cruz Sánchez
Humberto Cruz Sánchez, 29 años. Managua
Era comerciante y estudiaba un posgrado en la Upoli. Habitaba en el barrio Waspam Sur, Managua. El viernes 20 de abril decidió unirse a la manifestación que había en las afueras de la universidad contra las reformas al Seguro Social y, mientras protestaba, recibió un disparo en el corazón. “A mi hijo le dispararon con una AK-47 en su corazón. Él no merecía morir así”, declaró su madre.
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Marvin de los Santos López
Marvin de los Santos López
Fue asesinado el 19 de junio de un disparo en el cuello, lo que le provocó una hemorragia interna. Masaya permanecía atrincherada, bajo ataque de la Policía Orteguista y paramilitares. López cayó en el barrio Fox cuando Nicaragua cumplía dos meses de crisis.
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Mauricio Ramón López Toruño
Mauricio Ramón López Toruño, 42 años. Estelí
Asesinado de un balazo en la cabeza el 30 de mayo, cuando intentaba grabar con su celular los enfrentamientos en la ciudad. Fue enterrado en el cementerio Francisco de Asís, de Estelí.
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Josué Israel Mojica García
Josué Israel Mojica García, 20 años. Carazo
Murió de un balazo durante la Operación limpieza en Carazo, el domingo 8 de julio. Era tan flaco y menudito que sus amigos del barrio lo bautizaron como el Feto, un apodo que hasta la familia aceptaba por gracioso. Era soltero y estudiaba, cursaba el primer año de secundaria y los sábados, su segundo y tercer año en el colegio público La Salle. En sus tiempos libres, particularmente los sábados, le ayudaba a su madre en la casa y en su trabajo de comerciante.
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Marcos Antonio Villalobos
Marcos Antonio Villalobos, 25 años. Diriamba, Carazo
El 12 de junio, durante un enfrentamiento entre pobladores autoconvocados y paramilitares que atacaron los tranques, recibió un disparo en el pecho, convirtiéndose en la primera víctima mortal de esta ciudad por las protestas. Villalobos habitaba en el barrio Roberto López.
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Cruz Alberto Obregón
Cruz Alberto Obregón, 24 años. Estelí
Fue asesinado el 30 de mayo de impacto de bala. Cruz era amigo de Orlando Pérez, quien murió el 20 de abril frente a la Alcaldía de Estelí. Ambos eran estudiantes en la Farem. Cruz estudiaba Ingeniería Renovable.
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Daniel Josías Reyes Rivera
Daniel Josías Reyes Rivera, 25 años. Managua
Estudiaba Veterinaria. Murió en el sector de la Universidad Nacional de Ingeniería cuando policías y paramilitares atacaron la marcha de las Madres de Abril el 30 de mayo. Tenía un impacto de bala en la parte derecha del estómago. “Me siento adolorido porque esos perros que una vez apoyé para que llegaran ahí donde están me mataran a mi niño. No me interesa si me van a correr porque les digo la verdad”, dijo Cándido Reyes, padre de la víctima y trabajador del sistema judicial.
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Ezequiel Gamaliel Leiva
Ezequiel Gamaliel Leiva, 26 años. Managua
Permaneció en estado de coma desde el 26 de mayo, cuando fue herido por un disparo en el sector de la UNI, donde se encontraba protestando, hasta que murió el 17 de septiembre. Durante permaneció hospitalizado, la Policía lo acusó de haber participado en el asesinato del norteamericano Sixto Henry Vera, el 2 de junio. Era estudiante de Técnico en Refrigeración y se unió a las protestas en la Upoli.
Murió el 24 de junio, cuando la Policía llegó al barrio San Jorge a buscar jóvenes que participaban en los tranques. Dispararon y Trujillo recibió dos balazos en el pecho. Llegó muerto al Hospital Yolanda Mayorga.
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Moroni Jacob López
Moroni Jacob López, 22 años. Managua
El 20 de abril quedó rodeado de antimotines cerca de la Catedral. Había llegado a auxiliar a estudiantes de la UNI porque sabía primeros auxilios. La Policía le propinó dos balazos, uno en un brazo y otro en el tórax. Medicina Legal dijo que murió por taponeamiento cardíaco, sin mencionar los balazos.
El viernes 20 de abril salió de casa con sus primos para manifestarse contra las reformas al INSS en el sector de la UNI. Poco después recibió un disparo en la cabeza. Estudiantes de Medicina lo auxiliaron y fue trasladado al Hospital Lenín Fonseca, pero ya era tarde. Su familia llevó su cuerpo a Ciudad Sandino, de donde el muchacho procedía. Marlon cursaba la secundaria y “tenía muchos sueños”, dijo su mamá.
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Francisco Giovanny Sobalvarro Altamirano
Francisco Giovanny Sobalvarro Altamirano, 24 años. Matagalpa
Vivía en el Barrio Nuevo, en Sébaco, Matagalpa, en casa de sus abuelos y salió a protestar porque su abuela iba a ser afectada por las reformas al INSS. El viernes 20 de abril la manifestación a la que asistió fue reprimida por turbas afines al orteguismo y el joven recibió varios impactos de bala. Fue sepultado el domingo 22 de abril.
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Marcelo Mayorga
Marcelo Mayorga
Conocido como Cailagua. Comerciante, religioso y tradicionalista de San Jerónimo. Recibió un balazo en la cabeza por paramilitares que ejecutaban la Operación limpieza en Masaya el 19 de junio. El video de su muerte impactó al mundo; cayó al pavimento con una tiradora en su mano izquierda y una mochila con piedras sobre su espalda.
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Edgard Isaac Guevara Portobanco
Edgard Isaac Guevara Portobanco, 38 años. Managua
El 30 de mayo, recibió tres impactos de bala en las inmediaciones de los semáforos de ENEL Central; huía del ataque que el Gobierno perpetró contra la Marcha de las Madres y se topó con una cadena de motorizados. Falleció la misma noche del 30 de mayo, en el Hospital Bautista.
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Wilber Antonio Jarquín Rostrán
Wilber Antonio Jarquín Rostrán, 26 años. León
Choreja, le llamaban. Murió la noche del jueves 28 de junio cuando un grupo de paramilitares a bordo de camionetas Hilux disparó contra una barricada en el barrio Sutiaba, León. Wilber Antonio Jarquín Rostrán murió tras recibir al menos ocho disparos en el cuerpo. Trabajaba como triciclero. Fue sepultado el sábado 30, en un ataúd cubierto por la bandera azul y blanco.
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Francisco Javier Reyes Zapata
Francisco Javier Reyes Zapata, 34 años. Managua
El 30 de mayo participaba de la Marcha de las Madres cuando fue asesinado de un disparo en el cráneo por arma de alto calibre, en las inmediaciones de la UNI. Era hijo de un policía ubicado en el Distrito Uno, y desde el 18 de abril había participado en las marchas cívicas. Reyes era graduado en Contabilidad y vendía ropa con su mamá.
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Isaías Emilio Portocarrero
Isaías Emilio Portocarrero, 20 años. Managua
Era originario de Masatepe y se le conocía como el Gato. Isaías Emilio Portocarrero recibió un disparo en la cabeza la mañana del sábado 30 de junio, cuando resguardaba una de las barricadas en la UNAN-Managua, luego que les atacaran, según testigos, dos camionetas con policías uniformados. En ese momento en Managua se desarrollaba una multitudinaria marcha bautizada como Marcha de las Flores, en honor a los niños caídos durante los tres meses de represión del régimen de Daniel Ortega.
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Josué Rafael Palacios Aguilera
Josué Rafael Palacios Aguilera, 33 años. Masaya
Murió abatido el 17 de julio en un ataque de paramilitares contra el pueblo de Masaya. Murió de un disparo en el estómago, desangrado. Dejó en la orfandad a tres niños de diez, siete y un año de edad.
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Noel Calderón Lagos
Noel Calderón Lagos, 18 años. Managua
Murió el 16 de mayo, mientras estaba con su padrastro, cerca de la rotonda Bello Horizonte. Ambos apoyaban a los estudiantes de la Upoli. Sin embargo, habían salido a comprar una pastilla para el dolor de estómago, cuando fueron emboscados. Una de las fuentes indica que recibió descargas eléctricas, mientras que otra señala que le dio un infarto.
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Dorian Orlando Montoya
Dorian Orlando Montoya, 29 años. Masaya
Era habitante del barrio Silvio Reñazco y trabajaba por cuenta propia. El 15 de julio murió en un tranque.
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Abraham Antonio Castro Jarquín
Abraham Antonio Castro Jarquín, 20 años. Jinotega
Le decían Patito. Se dedicaba a reparar motos y vivía en el barrio Carlos Rizo. Llevaba días en las barricadas, cuando el 8 de junio, durante un ataque de paramilitares, recibió un disparo en la cabeza en la salida norte del municipio de Jinotega.
El 20 de abril, la Policía le propinó un balazo en el pecho, cuando Gómez participaba de protestas contra las reformas al INSS en Masaya. Era hijo del profesor Álvaro Gómez.
Estos son los rostros e historias de quienes murieron en el contexto de violencia que se generó tras la represión a las protestas ciudadanas.
Christiam Emilio Cadenas
Christiam Emilio Cadenas. 23 años. León
El viernes 20 de abril salió de su casa en León y no regresó. Eva Salinas, su pareja, lo reportó como desaparecido en Facebook. Justo ese día los noticieros mostraban imágenes de varias casas que ardían en la ciudad, tras enfrentamientos entre antimotines y manifestantes. Una amiga le dijo que en las redes sociales hablaban de una persona calcinada cerca de unos billares. Eva fue a ver el cuerpo y reconoció la pañoleta roja, el pantalón, la faja y la toalla de Christiam. “Cómo murió no sé, nadie lo sabe”, dijo a La Prensa. El muchacho tenía 23 años y era estudiante de Agroecología en la UNAN-León.
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Ángel Eduardo Gahona
Ángel Eduardo Gahona. 42 años. Bluefields
Fue asesinado de un tiro en la cabeza el sábado 21 de abril. El periodista murió mientras transmitía en vivo a través de Facebook las protestas contra el Gobierno en Bluefields, Caribe Sur, de donde era originario. Tenía 42 años, dos hijos y era director del noticiero El Meridiano, donde trabajaba con su esposa.
Falleció de un disparo en el pecho cuando la Policía intentaba entrar a Monimbó y se desarrollaron enfrentamientos en las cercanías del parque central y el Mercado de Artesanías, el pasado 9 de junio. Su pareja aseguró que él no estaba participando en los enfrentamientos y se dirigía a su negocio en el mercado municipal de Masaya cuando fue herido. La bala asesina salió del arma de un francotirador, según testigos. Una bandera azul y blanco encabezó el cortejo fúnebre, mientras otra cubría el ataúd.
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Juan Hernández Aguilar
Juan Hernández Aguilar. Pantasma, Jinotega
Su caso aparece en el reporte del Cenidh. De acuerdo con la denuncia recibida por el organismo, Juan habría estado en el tranque de Pantasma y fue detenido el 31 de julio por “efectivos del Ejército orteguista”. Su padre denunció el secuestro al siguiente día, pero el 1 de agosto el cuerpo de su hijo fue encontrado en la finca Los Escombros, al sur de Pantasma. No se conoce más información sobre él.
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Ignacio López Acevedo
Ignacio López Acevedo. Matagalpa
Este ciudadano presuntamente habría muerto en el tranque de El Comején, Rancho Grande, Matagalpa. Sin embargo, no se conoce información que permita confirmar el caso.
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Jakson Manuel Somarriba Vallecillo
Jakson Manuel Somarriba Vallecillo. 28 años
Aparece como caso dudoso en algunas listas de derechos humanos, por haber sido reportado muerto en las protestas del 21 de abril; sin embargo, no se encontró suficiente información para confirmar el caso. En cambio, se supo de Jason Manuel Somarriba Vallecillo, un joven aparentemente detenido en la misma fecha.
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Tirso Ramón Mendoza Morazán
Tirso Ramón Mendoza Morazán. 42 años. Matagalpa
Era conocido como el Pinto y por su labor a favor de menores en riesgo. Presuntamente, Mendoza fue capturado el 7 de julio por sujetos encapuchados que lo ejecutaron ese fin de semana en que Matagalpa permanecía en enfrentamiento. Algunas páginas en Facebook lo identifican como militante sandinista.
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Lilian Jacqueling Martínez
Lilian Jacqueling Martínez. 18 años. Boaco
En estado de embarazo, vomitando sangre y convulsionando, el 15 de mayo Martínez fue trasladada de la comunidad El Jocote al centro de salud de Esquipulas (Matagalpa); después la remitieron al hospital de Boaco José Nieborowski, donde murió al día siguiente. Su muerte se le ha atribuido a la presencia de tranques en la zona, que dificultó que la joven recibiera atención médica a tiempo. Pero los familiares desmintieron esta versión y aseguraron les dejaron pasar sin retenerlos.
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Denis Madriz Obando
Denis Madriz Obando. 28 años. Managua
El 29 de septiembre que desapareció había escrito en su Facebook: “Nos quieren callar. Nos quieren matar. Nos quieren encarcelar”. Había salido al cumpleaños de una amiga. El 3 de octubre su familia encontró el cadáver del joven en el Instituto de Medicina Legal, supuestamente con dos impactos de bala. Su madre aseguró que el joven había participado de las marchas.
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Pablo Israel Ramos Chavarría
Pablo Israel Ramos Chavarría. 22 años. Jinotega
Sandinista. Murió el 18 de junio en un enfrentamiento en el barrio Llano, de Jinotega, cuando realizaba “labores de limpieza”, según un comunicado de la Policía. La muerte fue producto de un impacto de bala en el dorso, y según reportes de medios oficialistas, lo intentaron quemar cuando aún estaba vivo. Era agricultor.
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Heriberto Maudiel Pérez Díaz
Heriberto Maudiel Pérez Díaz. 25 años. Managua
Pertenecía a la Juventud Sandinista. Heriberto Pérez trabajaba como guarda de seguridad y habitaba en el Distrito VII de Managua. Es uno de los tres sandinistas que murieron en la jornada sangrienta del 30 de mayo, un día en que fallecieron 16 nicaragüenses. Tanto la Policía como los medios oficialistas atribuyeron la muerte de Pérez a “grupos opositores golpistas”. Llegó al Hospital Militar ya muerto por herida de arma de fuego en el hemitórax izquierdo.
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Darwin Manuel Urbina
Darwin Manuel Urbina. 29 años. Managua
Trabajaba en el área de limpieza de un supermercado de Managua. La noche del 19 de abril regresaba a su casa y pasó por la zona donde universitarios se enfrentaban con los antimotines en la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli). Una bala le pegó en el cuello y murió inmediatamente. “A mi hermano lo mataron como un perro”, dijo su hermana a un periodista de Confidencial mientras recogía el cuerpo en Medicina Legal. “Fueron los antimotines, los antimotines le dispararon. Él muere desangrado, ahogándose en su propia sangre. Mi hermano era un hombre trabajador, no era ningún delincuente”, aseguró. Urbina fue el primer muerto confirmado en los enfrentamientos durante las manifestaciones en contra de las reformas a la seguridad social.
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Eduardo Antonio Sánchez Flores
Eduardo Antonio Sánchez Flores. 30 años. Managua
Murió en el barrio La Luz el 21 de abril, a las 10:30 de la noche. Iba para su casa cuando desde un carro le dispararon cuatro veces; se alojaron tres balas en su abdomen y una en el pecho. Tania Galeano Sánchez, viuda y madre de sus tres hijos, ha luchado para que su caso no se olvide.
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Roberto José Castillo Cruz
Roberto José Castillo Cruz. 64 años. Carazo
El cadáver fue encontrado el 5 de julio en un basurero clandestino, en el barrio Ana Virgen Noble, en Jinotepe, en un plástico negro y atado de manos. Tenía un balazo en el muslo derecho. Habría sido agredido durante una balacera en el barrio La Cruz de Guadalupe. Era trabajador de la alcaldía, partidario del FSLN y días atrás le habían matado a su hijo Christopher Castillo Rosales.
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José Israel Cuadra Aguilar
José Israel Cuadra Aguilar. 49 años. Managua
Era vigilante del mercado Oriental. En la madrugada del 14 de mayo viajaba en una camioneta con un comerciante cuando fueron atacados al llegar a un tranque en Jardines de Veracruz. Recibió un balazo en la cabeza y murió antes de ser atendido en el Hospital Vivian Pellas. En esos días estuvo cuidando en el Oriental debido a los saqueos. El grupo que los atacó lo hizo con piedras, palos y balas.
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Gerardo Antonio Aburto
Gerardo Antonio Aburto. 27 años. Managua
El 28 de mayo regresaba de trabajar en el mercado Oriental y se dirigía a pie hacia su casa, cerca de la UNAN. En el camino se topó con un ataque de antimotines a universitarios y cerca del estadio de futbol fue golpeado por los agentes especiales. Cuando el Benemérito Cuerpo de Bomberos lo auxilió y lo llevó al Hospital Bautista, Aburto tenía un balazo en el tórax, que le perforó un pulmón y le rasgó una arteria.
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Henry Aráuz
Henry Aráuz. Matagalpa
Herido de bala en el pecho durante la represión en Matagalpa el 15 de mayo. Era trabajador de la Alcaldía de Matagalpa.
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Kevin Joel Valle
Kevin Joel Valle.18 años. Managua
Murió la noche del jueves 10 de mayo, luego de ser herido de bala cerca del Colegio República de Argentina, en Managua. Según parientes, estaba con amigos en una esquina cuando les dispararon desde una camioneta. La Policía atribuyó el crimen a “vándalos de la derecha”. Kevin estudiaba quinto año se secundaria.
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Arturo Gómez García
Arturo Gómez García. 56 años. Managua
La mañana del 23 de junio fue impactado por un proyectil que le desprendió la masa encefálica. El electricista se encontraba en una calle de Villa Austria, barrio donde habitaba, y su muerte se produjo cuando policías y paramilitares realizaban la denominada Operación limpieza de barricadas. Su familia culpó directamente a Daniel Ortega y Rosario Murillo.
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Marlon Javier Medina Toval
Marlon Javier Medina Toval. 37 años. León
Según el reporte de la Policía, Marlon murió a consecuencia de un impacto de bala recibido cuando supuestamente se opuso a ser requisado por hombres que permanecían en un tranque. Los hechos habrían ocurrido a las 8:30 de la mañana del 14 de junio. El ciudadano era abogado, operador de Enacal y originario del municipio de Quezalguaque. Luego de dispararle, los sujetos le robaron la motocicleta.
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Marvin Francisco Ugarte
Marvin Francisco Ugarte. 49 años. Morrito, Río San Juan
El docente murió en los sucesos de Morrito, Río San Juan. Un confuso tiroteo en el que también perecieron cuatro policías asignados a ese municipio. Falleció la noche del jueves 12 de julio, tras ser herido mortalmente.
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Marlon José Orozco Largaespada
Marlon José Orozco Largaespada. 48 años. Managua
Su delito fue llevar una bandera azul y blanco en su carro. Cerca de la medianoche del jueves 24 de mayo se dirigió en compañía de su hermano y de un amigo a echar gasolina a la colonia Primero de Mayo. Al regreso un grupo de al menos seis motociclistas encapuchados les dio persecución, disparándoles. El vehículo se pasó llevando un pequeño árbol y quedó detenido, entonces los motorizados sacaron a sus ocupantes y a Marlon le dispararon en la cabeza. Medios del Gobierno culparon a “vándalos del tranque del Iván Montenegro”.
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José Antonio Maltez Ramírez
José Antonio Maltez Ramírez. 23 años. Granada
Murió el 5 de junio por un impacto de bala cerca de una de sus costillas. Maltez no participaba de las protestas, pero se asomó al lugar del enfrentamiento, en el barrio Arroyo Carita, donde vivía y se convirtió en la primera víctima de esa ciudad, a las 6:00 a.m., hora en que iniciaron los ataques.
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Ariel Ignacio Vivas
Ariel Ignacio Vivas. 26 años. Managua
Presunto paramilitar. El 12 de junio Vivas participaba en la Operación limpieza que realizó el Gobierno junto con fuerzas paramilitares. Fue asesinado de un disparo en el pecho en el barrio Nueva Libia de la capital.
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Marcos Antonio Samorío Anderson
Marcos Antonio Samorío Anderson. 30 años. Managua
Le dispararon cerca de un plantón por el sector del Zumen. Samorío regresaba de su trabajo, el viernes 20 de abril. Fue llevado herido a un hospital, donde murió y sus restos fueron retirados cuatro días después en el Instituto de Medicina Legal. Era empleado de una empresa agrícola.
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Rayneia Lima
Rayneia Lima. 31 años. Managua
Rayneia Gabrielle da Costa Lima Rocha era brasileña y estudiaba el sexto año de Medicina en la Universidad Americana (UAM). La noche del 23 de julio fue tiroteada por paramilitares cuando iba con su novio al mismo lugar en vehículos diferentes. Murió de un “balazo en el pecho que le dañó el corazón, el diafragma y parte del hígado”, dijo Ernesto Medina, rector de la UAM. El Gobierno de Brasil pidió esclarecer esta muerte y la Fiscalía acusó a Pierson Gutiérrez Solís, de 42 años, empleado de Petronic, quien según la acusación habría estado ahí por casualidad, portando una carabina M4 (fusil de guerra). Se declaró culpable en un juicio expedito. No se sabe de su paradero. El novio que fue testigo de la muerte desapareció, presuntamente por miedo.
Era militante sandinista y evangélico. Asesinado a disparos por unos hombres armados en una camioneta el 18 de junio en el sector de Las Esquinas, Diriamba.
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Kevin Antonio Coffin Reyes
Kevin Antonio Coffin Reyes. 21 años. Managua
Ganó medalla de oro en sambo en los Juegos Centroamericanos de Managua 2017 y fue uno de los 16 fallecidos por los ataques ocurridos el 30 de mayo. Era militante de la Juventud Sandinista, según informaron los medios oficialistas. Ese día los ciudadanos autoconvocados realizaron en Managua la Madre de todas las marchas, en honor a las mamás que hasta ese momento habían perdido sus hijos. Fue tal vez la marcha más grande que se haya realizado en Nicaragua. Policías, fuerzas de choque y paramilitares que apoyan al régimen dispusieron un cordón en el sector donde la marcha terminaría, con el supuesto interés de impedir que los opositores avanzaran hacia la concentración sandinista que sea realizaba al mismo tiempo en la rotonda Hugo Chávez, y donde llegaría Daniel Ortega y Rosario Murillo. La masacre comenzó cuando francotiradores apostados en el Estadio Nacional de Beisbol dispararon contra un grupo de jóvenes que se movía por los predios de la Catedral hacia la UNI.
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Jimmy Jaime Paiz Barahona
Jimmy Jaime Paiz Barahona. 43 años. León
Paramilitar. Murió calcinado mientras provocaba el incendio en Radio Darío, en León, el pasado 20 de abril. Aníbal Toruño, director de la radio, dijo que Paiz fue contratado por 500 córdobas para esparcir gasolina en las instalaciones de la radio y fue alcanzado por las llamas cuando otra persona lanzó un mortero. Se desconoce si sus familiares pidieron investigar su muerte.
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Jerson Alexander Flores
Jerson Alexander Flores. 25 años. Managua
Murió el domingo 22 de abril de impacto de bala a la cabeza, cuando se disponía a reforzar a la población que resistía un saqueo en el Palí Waspam Sur, en Managua.
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Carolina de los Ángeles Collado Delgadillo
Carolina de los Ángeles Collado Delgadillo. 39 años. Masaya
El sábado 23 de junio, recibió un balazo en el cuello, en una calle cercana al cementerio del barrio San Carlos, mientras disparaban policías y paramilitares. Vivía en el barrio San Jerónimo y trabajaba en las oficinas tributarias de la alcaldía. Ese día regresaba del trabajo a su casa porque su jefa la había llamado para que llegara a limpiar las oficinas que habían sido quemadas.
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Eliécer del Carmen Espinoza Aguirre
Eliécer del Carmen Espinoza Aguirre. 20 años. Matagalpa
Recibió un balazo en la cabeza el 14 de mayo, cerca del BDF. Falleció el 15 de mayo en un hospital de Managua, Lenín Fonseca. No se supo si participaba en las protestas o no. Su padre de crianza, Rodrigo Aguirre, lo llegó a retirar al Lenín Fonseca, pero antes lo obligaron a firmar una carta de desistimiento de investigación en el Distrito Dos de la Policía de Managua.
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Juan Carlos López Martínez
Juan Carlos López Martínez. 24 años. Managua
Murió por un balazo en el pecho el 20 de abril, pero el acta de defunción decía que fue por paro cardiorrespiratorio, sin mencionar lo de la bala. Lo mataron cuando la Policía quería dispersar una protesta en Ciudad Sandino. Lo llevaron al Lenín Fonseca, donde no lo quisieron atender. Luego, quienes lo auxiliaban lo trasladaron al Hospital Monte España, donde falleció. Su familia dice que él apoyaba al Gobierno. Los hicieron firmar un desistimiento de investigación.
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Rigoberto Carballo García. 28 años. Masaya
Rigoberto Carballo García. 28 años. Masaya
Lo mataron el 2 de junio. Era del barrio Magdalena, Monimbó.
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Léster Adán Vindell Picado
Léster Adán Vindell Picado. 37 años. Managua
Era comerciante de repuestos de bicicleta en el mercado Oriental. El 21 de abril fue a dejar víveres a los universitarios atrincherados en la Upoli y esa noche no volvió a casa. Su esposa lo encontró muerto en el Hospital Alemán Nicaragüense con un disparo en el pecho.
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Dariel Steven Gutiérrez Ríos
Dariel Steven Gutiérrez Ríos. 20 años. Estelí
Originario de Jalapa, Nueva Segovia, el 30 de mayo viajaba en un bus con simpatizantes sandinistas para asistir a una concentración en Managua. Fueron atacados en el municipio de La Trinidad, Estelí. Según reportes oficiales, ese día el ataque dejó 22 heridos y un muerto. Dariel recibió varios impactos de bala y falleció tras dos meses de agonía, el 31 de julio. El Frente Sandinista responsabilizó a “grupos vandálicos de la derecha”.
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Ulises Santiago Gogo
Ulises Santiago Gogo. 28 años. Bilwi
El 14 de junio una bala le atravesó el pecho durante un ataque a la Casa Sandinista de Bilwi. Los medios del Gobierno responsabilizaron a simpatizantes del Partido Yatama, quienes ese día realizaron una marcha en apoyo al Paro Nacional, lo que “dio inicio a actos vandálicos”. Gogo era militante de la Juventud Sandinista 19 de Julio.
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José David Oviedo
José David Oviedo. 27 años. Managua
José era guarda de seguridad y, según su padre, la noche que lo mataron estaba saliendo del trabajo e iba rumbo a su casa, ubicada en los Laureles Norte. Su muerte ocurrió el 25 de mayo en un confuso incidente en las cercanías de la UNAN-Managua. Según el comunicado leído por universitarios atrincherados, el joven habría irrumpido en el perímetro de seguridad, luego “sacó su arma, apuntó y disparó a las personas que se encontraban resguardando una de las barricadas” y “producto de dicho ataque, las personas que custodiaban la barricada, procedieron a defenderse”, para luego trasladarlo a un hospital. Su padre, sin embargo, declaró que estaba seguro de que su hijo jamás intentó agredir a nadie.
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Vicente Rappaccioli
Vicente Rappaccioli. 60 años. Carazo
La última vez que se le vio vivo fue el 26 de junio a eso de las 9:30 de la noche cuando salió del Residencial Regina, en Diriamba, Carazo. El 30 de junio su familia lo encontró en la morgue del IML con un balazo en la cabeza. Se sospechó que fue detenido por paramilitares apostados en el tranque de Las Esquinas y posteriormente, ejecutado.
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Miguel Ángel Obando Gutiérrez
Miguel Ángel Obando Gutiérrez. 57 años. Diriamba, Carazo
Popularmente conocido como Pucha. Desapareció el 8 de julio, tras el ataque perpetrado por policías y paramilitares en el municipio y apareció muerto, con heridas por armas de fuego, dos días después en Managua, en la morgue del Instituto de Medicina Legal (IML).
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José Ramón Rosales Rodríguez
José Ramón Rosales Rodríguez. 50 años. Waslala
Exsecretario político del FSLN y líder de la comunidad Los Milagros del municipio de Waslala, Región Autónoma de la Costa Caribe Norte. Se presume que con mentiras Rosales salió de su casa y fue asesinado por un grupo armado, la noche del 22 de julio.
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Darwin Elías Medrano Pérez
Darwin Elías Medrano Pérez. 22 años. De León
No era estudiante, era conductor de una distribuidora de gas butano. La noche del 22 de abril conversaba con unos amigos en El Ceibón del barrio Georgino Andrade, Managua, durante el ataque perpetrado por agentes policiales a estudiantes refugiados en la Upoli, recibió un disparo en la cabeza. Murió el 24, después de dos días en coma en el Hospital Lenín Fonseca.
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Luis Manuel Ortiz
Luis Manuel Ortiz. 23 años. Managua
El 30 de junio, una vez finalizada la Marcha de las Flores en la rotonda Jean Paul Genie, un grupo de manifestantes se dirigió hacia la UNAN-Managua, donde policías y paramilitares atacaron las barricadas de la rotonda Universitaria e hirieron de muerte a Isaías Emilio Portocarrero. Los tomatierras que ocupaban una propiedad de la familia Coen atacaron al grupo a balazos, mataron a Luis Manuel Ortiz e hirieron a otras diez personas. Ortiz vendía cintas, pañoletas y banderas azul y blanco en las marchas. Recibió un balazo en la frente.
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Jason Alexader Putoy
Jason Alexader Putoy. 22 años. Masaya
Murió el 3 de junio de un balazo al costado derecho de la espalda. En las diferentes listas su primer nombre aparece cambiado: “Jeison” “Jesson” y “Jackson”. Era originario de Monimbó, donde nació.
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Ramón Antonio Rodríguez
Ramón Antonio Rodríguez. 45 años. Ciudad Sandino
El 29 de junio salió a dejar a su esposa a Santa Eduviges, en Ciudad Sandino. Al regreso, le dispararon a la cabeza desde una camioneta gris, que según testigos salió del plantel Batahola Sur, de la Alcaldía de Managua. Murió instantáneamente.
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Carlos Antonio Flores Ríos
Carlos Antonio Flores Ríos. 19 años. Ciudad Sandino
Era estudiante de secundaria. Fue asesinado por pandilleros de Ciudad Sandino el 22 abril, el propio día de su cumpleaños, cuando decidió luchar para evitar saqueos. “Fue atroz”, comentó Gioconda Ríos, madre de Flores, quien explicó que el cuerpo de su hijo tenía tres machetazos en la cabeza y cortaduras en diferentes partes del cuerpo. “Iba de viaje degollado, sus manitas todo picadas, tres de los dedos de una de las manos se las cortaron y hasta me le cortaron el miembro”.
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Juan Carlos Arróliga Báez
Juan Carlos Arróliga Báez. 40 años. Boaco
Murió el 24 de junio en Tecolostote, San Lorenzo. Era originario de Boaco. Fue asesinado de varios balazos en su cuerpo. Yaneth Huete, exesposa de Arróliga, señaló a los paramilitares de haber cometido el crimen. Su atacante, Porfirio Huete, es militante sandinista.
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Juan Roberto González Rodríguez
Juan Roberto González Rodríguez. 27 años. Matagalpa.
En un enfrentamiento entre personas que estaban en tranques y la Policía, el 10 de junio, recibió un balazo en la parte derecha de la frente, en Sébaco. La masa encefálica quedó expuesta. Sus amigos dijeron que el asesino fue un francotirador. Vivía en el barrio Linda Vista.
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Marcos Gutiérrez
Marcos Gutiérrez. 60 años. Carazo
Fue herido en la cabeza el 12 de junio, durante los enfrentamientos en Jinotepe. Gutiérrez era sandinista y presidente de la Asociación de Retirados del Ejército de Jinotepe.
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Erick Andrés Cubillo Solís
Erick Andrés Cubillo Solís. 36 años. Managua
El 20 de abril en la mañana, Cubillo fue a consulta médica y después iba a su trabajo, en Enatrel de Ciudad Sandino. Se bajó en Metrocentro para cambiar de bus, pero recibió tres disparos en la espalda y en los costados. Estudiantes de Medicina lo quisieron auxiliar, pero las balas de la Policía lo impidieron. Además, Cubillo ya no tenía pulso.
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Elvis Bismarck Mendoza López
Elvis Bismarck Mendoza López. 31 años. Masaya
Lo mataron el 14 de julio. Era de Nindirí.
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Christopher Orozco Alvarado
Christopher Orozco Alvarado. 18 años. Managua
Fue ejecutado la noche del viernes 8 de junio en Altamira, Managua. Según testigos, hombres encapuchados a bordo de una motocicleta persiguieron la moto en la que el joven se movilizaba, como pasajero, con un amigo. Le dispararon al cuello. Estudiaba quinto año de secundaria y quería ser ingeniero industrial. Fue sepultado con una bandera azul y blanco.
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Sergio Iván Arróliga Espinoza (Está vivo)
Sergio Iván Arróliga Espinoza. Estelí (Está vivo)
Su muerte se reportó el 21 de junio, luego de un ataque al tranque que supuestamente defendía, en el sur de la ciudad de Estelí. Sin embargo, el periodista Roberto Mora y la filial del Cenidh en Estelí confirmaron que está vivo. De hecho, se le acusa de haber liderado al grupo de los Chapulines que se mantenía en ese tranque, “en un acto golpista de destruir la ciudad”, de acuerdo con los medios oficialistas. Enfrenta cargos por crimen organizado y entorpecimiento de servicios públicos, entre otros.
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Alejandro Estrada Vega
Alejandro Estrada Vega. 53 años. Managua
Estuvo tres días conectado a un ventilador luego de haber sido impactado por una bala que entró por su cuello y se alojó en su cerebro, cuando iba camino a su casa. Los hechos ocurrieron la tarde del martes 8 de mayo en las cercanías de la Upoli, donde aparentemente fuerzas antimotines y estudiantes mantenían un enfrentamiento. Estrada era técnico en reparación de cocinas. Falleció el viernes 11 de mayo.
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Bismark Arias Díaz
Bismark Arias Díaz, 37 años. Jinotepe
Desapareció en Jinotepe el 8 de julio, tras el ataque perpetrado por policías y paramilitares en los municipios de Carazo. Según su madre, Bismark iba en moto hacia la casa de su esposa para llevarle leche a su hija cuando lo detuvieron unos antimotines. El martes 10 de julio le avisaron que estaba hospitalizado en el Lenín Fonseca. Ahí lo encontró, entubado, y horas después su hijo falleció. Un policía dijo a la familia que Bismark había sido herido en “un aparente fuego cruzado”.
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Carlos Antonio Mairena
Carlos Antonio Mairena. 24 años. Managua
A eso de las 4:40 de la tarde del lunes 2 de junio, paramilitares que se desplazaban en una Hilux blanca dispararon contra las personas que se encontraban en una parada de buses, cerca de la rotonda Cristo Rey. Una bala impactó en la cabeza de Carlos. Según su hermana, el joven volvía de hacer compras en el mercado Oriental.
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Carlos Manuel Díaz Vásquez
Carlos Manuel Díaz Vásquez. 28 años. Masaya
Murió de un disparo en el pecho el 30 de mayo durante los brutales ataques de policías antimotines y turbas orteguistas contra los pobladores. La mamá de Díaz aseguró que su hijo no participaba de ninguna protesta, al momento que le dispararon había salido del trabajo y estaba en el parque de Monimbó.
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Adolfo Rosales Rodríguez
Adolfo Rosales Rodríguez. 48 años. Waslala
Fungía como secretario político del FSLN en la comunidad Los Milagros, municipio de Waslala, Región Autónoma de la Costa Caribe Norte. La noche del 22 de julio fue ultimado a tiros por un grupo de 12 sujetos armados.
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Jairo Antonio Osorio
Jairo Antonio Osorio. 38 años. La Trinidad, Estelí
Era un militante sandinista originario de la comunidad Teotecacinte, municipio de Jalapa, Nueva Segovia. Tenía 38 años y era agricultor. Murió el 30 de mayo cuando policías y paramilitares atacaron el tranque de La Trinidad, Estelí, para dejar pasar a los simpatizantes sandinistas que venían en la caravana (entre ellos Osorio) que se dirigía hacia Managua, para participar en la cantata del Día de las Madres. Recibió un balazo en el abdomen.
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Apolonio Díaz Delgadillo
Apolonio Díaz Delgadillo. 44 años. León
Murió el 21 de abril, un día después de haber sufrió quemaduras en todo su cuerpo. Aparentemente, fue uno de los paramilitares contratado para lanzar gasolina a Radio Darío e incendiar las instalaciones de la emisora.
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Teodoro Ruiz Arana
Teodoro Ruiz Arana. 61 años. Villa Sandino, Chontales
Era un reconocido militante sandinista y presidente departamental en Chontales del movimiento conocido como “No pago”. Fue asesinado a balazos y machetazos por sujetos que llegaron hasta su finca, en Villa Sandino, Chontales, el 12 de junio. La Policía achacó el hecho a un “grupo delincuencial, con armas de fuego, armas blancas y bombas molotov, que mantienen tranque en comunidad Santa Julia”, quienes “además de asesinarlo, los sujetos incendiaron su casa y robaron una escopeta”.
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Nelson Téllez Huete
Nelson Téllez Huete. 35 años. Ciudad Sandino
Era taxista. Recibió un balazo de fusil en el pecho cuando buscaba refugio el 20 de abril en Ciudad Sandino. Fue llevado grave al Hospital Lenín Fonseca y murió el miércoles 2 de mayo. El día que lo hirieron regresaba a su casa tras guardar el vehículo en el que trabajaba. “Mi hijo no se merecía eso. Era un hombre trabajador. Padre de familia y no andaba en ninguna protesta. Él salió a trabajar como siempre para ganarse el pan de cada día”, contó su madre, que responsabiliza a la Policía Nacional de su muerte. “Ellos eran los que andaban armados. Nadie más”, aseguró. Téllez dejó a cuatro hijos en la orfandad.
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Kevin Josué Rivas González
Kevin Josué Rivas González. 18 años. Managua
Murió el 23 de abril, tres días después de resultar herido mientras salía de su trabajo para almorzar. Era de Palacagüina, Madriz, y tenía tres meses de estar en Managua trabajando en una pizzería, después de recién haberse convertido en padre. Su familia siempre ha sido militante sandinista de su comunidad, y es por eso que días después de su muerte, negaron que él hubiera andado en las protestas. Sin embargo, su hermana Catherine Judith González Cruz, de 22 años, afirma que su hermano al ver la represión se solidarizó con los reprimidos. Prueba de ello son las últimas publicaciones que hizo desde su Facebook, en las que se manifestaba a favor de los autoconvocados.
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Christopher Roberto Castillo Rosales
Christopher Roberto Castillo Rosales. 23 años. Jinotepe
Fue asesinado de un balazo en el cuello en el barrio Ana Virgen Noble de Jinotepe. Según una fuente, Christopher Roberto Castillo Rosales cayó en una balacera. Era hermano de un militante del partido de gobierno. En su perfil de Facebook aparece que su oficio era maestro de obras.
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William Antonio Fuentes Tórrez
William Antonio Fuentes Tórrez. 43 años. Estelí
Estaba en un tranque en La Trinidad, el 10 de junio, pero se movió del lugar en busca de combustible a San Isidro. Paramilitares le dieron un balazo. Murió instantáneamente. Era esposo de la presidente del PLC en Estelí, Cristina Valdivia.
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Michael González Hernández
Michael González Hernández. 34 años. Managua
Fue tiroteado el 30 de mayo durante la marcha del Día de las Madres. Michael asistió a la marcha de las Madres de Abril con toda su familia para acompañar en el luto a la madre de su primo, Jeison Chavarría Urbina, asesinado el 21 de abril en Ticuantepe. Michael era albañil, fontanero, carpintero y todo lo que se le presentara. Todo para poder pagar la carrera de Inglés que sacaba en la Universidad de Ciencias Comerciales (UCC). Cursaba tercer año.
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Jairo Mauricio Hernández Useda
Jairo Mauricio Hernández Useda. 23 años. Masaya
El 20 de abril fue herido cerca del Mercado de Artesanías de Masaya. La Policía le disparó en la cabeza. Vivía en Villa 26 de Febrero.
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Víctor Zeledón Saballos. Chontales
Víctor Zeledón Saballos. Chontales
Lo mataron el 14 de julio. Era de Lóvago.
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César Noé Castillo Castillo
César Noé Castillo Castillo. 42 años. Estelí
El viernes 20 de abril, César Noé Castillo Castillo, de 42 años, regresaba a casa tras salir de su trabajo en una fábrica de puros cuando al pasar por el parque central de Estelí recibió un disparo que le perforó el pulmón. Murió 22 días después, el 12 de mayo, luego de varias complicaciones médicas debido a la herida. El día que ocurrieron los hechos, la Policía reprimía a los manifestantes que protestaban contra las reformas al Seguro Social. Según sus familiares, el tiro salió del segundo piso de la Alcaldía de Estelí.
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Darwin Alexander Salcedo Vílchez
Darwin Alexander Salcedo Vílchez, 19 años. Estelí
Según los medios oficialistas, el joven fue “impactado accidentalmente por arma de fuego en la cabeza” el pasado 30 de mayo, durante enfrentamientos ocurridos en la ciudad de Estelí. Su padre declaró a medios del Gobierno que Darwin trabajaba en un taller de torno y que volvía a casa cuando fue herido. La familia es originaria de Matapalo, en San Juan de Río Coco. Aparece en las listas del Cenidh, la CIDH y la Comisión Porras.
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Sixto Henry Vera
Sixto Henry Vera. 48 años. Managua
El ciudadano estadounidense fue asesinado por un disparo en la cabeza la madrugada del sábado 2 de junio en el sector de Rubenia. Su cuerpo quedó tendido en el paso a desnivel, junto a dos camionetas quemadas. Según la versión policial, Vera conducía su vehículo Toyota Zion en compañía de su amigo Marco Pomares cuando, a bordo de “motocicletas y un vehículo”, unos delincuentes les dieron persecución, los chocaron, les interceptaron el paso, los obligaron a bajar y mataron a Vera de un balazo. La Policía identificó como autores del crimen a Néstor Molina Tiffer y Ezequiel Leiva García, a pesar de que este último joven se encontraba hospitalizado a causa de un disparo recibido durante una manifestación.
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Remberto Benito Cortez Zapata
Remberto Benito Cortez Zapata. 55 años. Carazo
Ingresó al Instituto de Medicina Legal a las 5:00 de la tarde del domingo 8 de julio, luego de los enfrentamientos en Carazo. Fue llevado hasta ahí desde el municipio de Santa Teresa por una ambulancia del Minsa. De acuerdo con el dictamen médico legal, la causa de muerte fue herida por proyectil de arma de fuego en el tórax. La Comisión Porras lo calificó como víctima de “tortura y asesinato”.
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Néstor Emmanuel Molina Tiffer
Néstor Emmanuel Molina Tiffer. 30 años. Juigalpa
Fue más conocido por el mote que le adjudicó la Policía: el Tiffer. Luego de haber estado atrincherado en la Upoli, fue acusado de pertenecer a la banda del famoso Viper y las autoridades lo vincularon con el crimen de Sixto Henry Vera, asesinado el 2 de junio en Rubenia, Managua. El lunes 2 de julio su cadáver fue “encontrado” por la Policía en el interior de un camión que trasladaba queso, requisado en el retén de la salida Juigalpa-El Rama. Según la versión policial, a eso de las 11:00 de la noche del domingo los hombres que mantenían un tranque en el empalme de Lóvago, Chontales, tomaron más de la cuenta y “en estado de ebriedad protagonizaron intercambio de disparos con arma de fuego”, tiroteo en el que habría muerto el Tiffer, por impacto de bala. La madre de Néstor se limitó a decir: “Que no sean tan mentirosos, hipócritas”.
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Carlos Manuel Sandino Hernández
Carlos Manuel Sandino Hernández. 39 años. Masaya
Murió de un disparo en la espalda. Caminaba cerca de la entrada del barrio Fátima, iba para su casa cuando cayó de bruces, el 21 de abril. Sus familiares aseguran que él no estaba participando en las protestas. Se dedicaba a trabajar en una paletería en Monimbó.
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Oscar Noel Herrera
Oscar Noel Herrera. 40 años. Wiwilí
La noche del 7 de octubre la víctima estaba en un bar de Wiwilí, Jinotega, cuando un sujeto encapuchado lo asesinó de dos disparos en el pecho. Antes había recibido amenazas de muerte por manifestarse contra el Gobierno. Herrera era asesor legal de la alcaldía y miembro del PLC de esa región del país; escribía poemas y había publicado un libro.
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José David Morales Pérez
José David Morales Pérez. 35 años. Managua
Recibió varios disparos en su cuerpo durante un tiroteo frente a la Alcaldía del Distrito VII de Managua, el 22 de abril. Y falleció tras una agonía de varios días en el Hospital Lenín Fonseca, aseguraron medios de comunicación.
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Erick Eduardo Pacheco
Erick Eduardo Pacheco. 19 años. Managua
Fue asesinado mientras regresaba del hospital, donde su compañera estaba teniendo a su primer bebé el 28 de mayo. Era hijo de la presidente del Distrito V de Managua del partido Ciudadanos por la Libertad (CxL). El suceso ocurrió en el barrio Enrique Gutiérrez, cuando una turba pasó disparando a mansalva. El joven estuvo activo respaldando a la Upoli.
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Leopoldo José Pavón Pérez
Leopoldo José Pavón Pérez. 48 años. Masatepe
El miércoles 13 de junio entraron a Masatepe unas 12 camionetas con policías antimotines y paramilitares, como parte de la Operación limpieza que desarrolló el régimen para quitar los tranques. En el ataque murió Leopoldo Pavón Pérez, trabajador por cuenta propia.
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Kevin Roberto Dávila López
Kevin Roberto Dávila López. 24 años. Managua
Estudiante de Veterinaria en la Universidad Nacional Agraria (UNA). Fue herido la noche del sábado 21 de abril en la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), cuando participaba en las protestas contra el Gobierno. Murió el 6 de mayo, quince días después que fue internado en el Hospital Antonio Lenín Fonseca a causa de una herida de arma de fuego en la cabeza. Nunca despertó.
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Wilder David Reyes Hernández
Wilder David Reyes Hernández. 37 años. Matagalpa
Era trabajador de la Alcaldía de Matagalpa. Murió de un balazo en el abdomen durante un enfrentamiento entre pobladores, antimotines y grupos paramilitares.
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Falcón Nery Villagra. 58 años. Jinotega
Falcón Nery Villagra. 58 años. Jinotega
El 18 de agosto, a las 7:30 de la mañana, regresaba de su finca en la comunidad El Pedernal, en El Cuá, cuando encapuchados le dispararon. Según denuncia del partido CxL, Villagra le había dado de comer a jóvenes y pobladores cuando huían de paramilitares y policías en el contexto de las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega. Dejó dos niñas huérfanas.
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Geovanny Mena Reyes
Geovanny Mena Reyes. 27 años. Managua
Murió en Tipitapa, de un disparo en la frente, cuando paramilitares atacaron el barrio Orontes Centeno.
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Keller Stiven Pérez Duarte
Keller Stiven Pérez Duarte. 23 años. Managua
Su cadáver apareció en la Cuesta El Plomo el sábado 26 de mayo. Amigos de él dijeron que el viernes anterior había salido a comprar algo en una moto de la UNAN, en donde había estado atrincherado. En un video, su papá Orestes Pérez Vargas negó que su hijo haya sido torturado y que las autoridades de Medicina Legal lo habían atendido bien. Christian Josué Mendoza Fernández, alias el Viper, fue acusado por la muerte de Pérez Duarte.
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Harlington Raúl López García
Harlington Raúl López García.18 años. Managua
El viernes 20 de abril, López se fue a asomar a la UNI a las protestas. Cuando regresaba a su casa, recibió dos disparos, en un pie y en el pecho. Su mamá, Juana García, lo vio herido pero vivo en la televisión. Después ya no lo logró verlo con vida. Era de Siuna.
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Marlon Gutiérrez
Marlon Gutiérrez. Managua.
Lo mataron el 24 de junio.
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Carlos Alberto Miranda
Carlos Alberto Miranda. 19 años. Managua
Carlos Miranda, de 19 años, trabajaba en un taller de costura de trajes deportivos. La madrugada del viernes 10 de mayo lo hirieron mientras resguardaba las instalaciones de la delegación del Distrito VI de la Alcaldía de Managua. Según un pariente, le dispararon en el pecho desde una camioneta. Murió por hemorragia interna, mientras era trasladado a un hospital.
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Alejandro Castellón
Alejandro Castellón. Sébaco, Matagalpa
Fue ultimado a disparos la tarde del 22 de junio, por paramilitares afines al Gobierno. Al momento del tiroteo, Castellón viajaba como copiloto en un jeep que trasladaba una vaca, transportada en una jaula ganadera. Se presume que los sujetos que atacaron el jeep buscaban un camión de la alcaldía que supuestamente había sido retenido por autoconvocados. Según la Comisión Porras, esta muerte no aparece en los registros oficiales del IML. El caso está en la lista del Cenidh.
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Carlos Manuel López
Carlos Manuel López. 42 años. Masaya
Su nombre aparece en la lista del Cenidh, la de la CIDH y la de la Comisión Porras. Incluso está el número de su cédula de identidad. Carlos habría sido un trabajador por cuenta propia que fue “víctima de fuego cruzado” en Monimbó, Masaya, el 21 de abril. No se encuentra mayor información sobre él.
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Dixon Barrera
Dixon Barrera. posiblemente de 18 años. Matagalpa
Su cuerpo fue encontrado la mañana del lunes 9 de julio en el río Las Carpas, Rancho Grande, Matagalpa, donde paramilitares y policías habían atacado la noche del domingo para despejar el tranque del empalme El Comején. El joven, identificado preliminarmente como Dixon Barrera, murió por un impacto de bala en el pecho. En la lista de la Comisión Porras se menciona a Dixon Barrera Sánchez, de 18 años, quien habría muerto el 8 de julio en un tranque del departamento de Matagalpa.
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Yader Castillo
Yader Castillo. Managua
Se presume que es el paramilitar que falleció en el enfrentamiento con habitantes de Ciudad Belén, el 25 de mayo.
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Guillermo Lucio Méndez Ortiz
Guillermo Lucio Méndez Ortiz. 64 años. Jinotepe, Carazo
Era trabajador de la Alcaldía de Dolores, en Carazo, y excombatiente histórico del FSLN. Murió después de recibir un tiro en la cabeza y cayó en el tranque de San José de Jinotepe, el de 12 de junio. Presuntamente identificado como paramilitar. En su brazo portaba un brazalete de color naranja.
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Michael Ramón Tinoco Pineda
Michael Ramón Tinoco Pineda. 38 años. Managua
Murió después recibir un balazo en el tórax y ser torturado. El cuerpo fue encontrado en un barranco en el kilómetro 16.5 de la Carretera Vieja a León, Managua. El asesinato ocurrió el 25 de junio y sus familiares lo identificaron dos días después en el Instituto de Medicina Legal. Trabajaba como acarreador en el mercado Oriental.
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Yajairo Antonio Espinoza Lacayo
Yajairo Antonio Espinoza Lacayo. 26 años. Managua
Aparece en la mayoría de las listas pero no hay más información. La lista del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos refiere que el 17 de mayo se dirigía a su casa en motocicleta cuando fue perseguido por motorizados que estaban armados. Al tratar de escapar de los sujetos, se estrelló cerca de una barricada en el sector de la Upoli. Los motorizados se robaron la moto del joven.
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Víctor José Reyes
Víctor José Reyes. 28 años. León
Padecía trastornos mentales. Según su familia, su pecado fue transitar como peatón por el sector de barrio Guadalupe cuando fuerzas de choque, paramilitares y policías atacaron las barricadas del sector la noche del martes 12 de junio. Recibió un disparo en la parte trasera de la cabeza y una herida con machete en el brazo.
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Marvin Meléndez Linarte
Marvin Meléndez Linarte. 49 años. Chinandega
Era militante del Frente Sandinista y funcionario ambiental del municipio de El Viejo. Le decían el Guardia. Marvin Meléndez murió la noche del miércoles en los enfrentamientos entre paramilitares y jóvenes autoconvocados en el departamento de Chinandega. Recibió varios disparos en el abdomen cuando aparentemente socorría a heridos.
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Cristian José Pineda Martínez
Cristian José Pineda Martínez, 28 años. León
Murió de un ataque de asma la noche del 7 de mayo en las afueras del Hospital Escuela Óscar Danilo Rosales Argüello (Heodra), en León, donde le negaron el acceso, según denunciaron sus familiares. La Comisión Porras lo registra como “muerte natural” y como causa, “infarto”. La familia considera que Cristian José Pineda no fue atendido en el hospital porque lo tomaron como uno de los universitarios que protestaban contra el Gobierno.
Hazel Massiel Mora Cadena dijo a la radio leonesa Mi Voz que hasta que su cónyuge había muerto los médicos trataron de ingresarlo al hospital.
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Bruno Odahir Barrera
Bruno Odahir Barrera. 23 años. Chontales
Falleció en Chontales de un balazo en su tetilla izquierda. Según su hermano, el hecho ocurrió en el sector del parque Rubén Darío. Se presume que Barrera apoyaba en los tranques, era autoconvocado y por esa razón fue asesinado después en represalia.
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Jocsan Abdel Gutiérrez Hueck
Jocsan Abdel Gutiérrez Hueck. 26 años. Managua
Murió el 15 de mayo, cuando se estrelló con su automóvil contra un árbol de la vida que habían derribado horas antes en el kilómetro 9.5 de Carretera Norte, frente al hotel Camino Real. Habitaba en la colonia Unidad de Propósito, a pocos kilómetros donde ocurrió la tragedia.
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Juan Gabriel Velásquez
Juan Gabriel Velásquez. 36 años. Matagalpa
Lo encontraron muerto de un disparo en la cabeza, junto a su moto, en la salida de Sébaco hacia la comunidad Río Nuevo número 2, el 2 de septiembre. Familiares señalaron que trataron de simular un accidente y responsabilizan del crimen a funcionarios de la alcaldía. También dijeron que paramilitares ya los habían amenazados de muerte por haber participado en las protestas.
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Carlos Erick López López
Carlos Erick López López. 23 años. Masaya
Lo encontraron el 3 de junio con un impacto de bala de AK-47 en el pecho, frente a la Cruz Roja de Masaya y fue trasladado a un puesto médico de la iglesia San Miguel. Había llegado desde Niquinohomo a apoyar a los monimboseños. Era profesor y estudiaba Ciencias Sociales en la UNAN de Jinotepe. Daba clases en Nandasmo.
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Eduardo Spiegler
Eduardo Spiegler. 30 años. Managua
Era guatemalteco. Murió el 16 de mayo, aplastado por un árbol de la vida que derribaron los protestantes autoconvocados, mientras filmaba en el sector de Metrocentro. Eduardo era cineasta y periodista. Trabajaba en la Cinemateca Nacional impartiendo clases. La familia de Spiegler pidió que no se usara la tragedia con fines políticos.
Según datos de la Coordinadora de la Niñez y Adolescencia (Codeni), al menos 28 menores murieron durante esta crisis como resultado de la represión del régimen contra las protestas
Álvaro Manuel Conrado
Álvaro Manuel Conrado Dávila, 15 años, Managua
Fue el primer menor asesinado por el régimen. Era estudiante de secundaria en el Colegio Loyola de Managua y uno de los manifestantes que estaba en la protesta que se realizaba en la zona de Metrocentro el viernes 20 de abril, cuando recibió un disparo en el cuello. “Un francotirador me le disparó desde el estadio”, dijo su padre a BBC Mundo. Tras ser herido fue trasladado al hospital Cruz Azul, donde le negaron la atención médica, perdió tiempo valioso y finalmente fue operado de emergencia en el Hospital Bautista, donde murió. “El médico me dijo que si hubiera sido intervenido unos 15 o 20 minutos después de recibir la bala hubiera sobrevivido. Murió desangrado”, lamenta el padre. Era atleta y se preparaba para participar el fin de semana siguiente en un torneo, en Panamá.
Lo mataron en Masaya el sábado 2 de junio, con una bala en el pecho. Tenía 15 años. Según familiares y testigos, el hombre que lo mató era policía y no tuvo piedad por el muchacho que de rodillas suplicó por su vida. Junior era buen alumno y le gustaban el grafiti y el futbol. Sus amigos lo llamaban Pollito.
Era estudiante de secundaria, vivía en Tipitapa y murió de varios disparos el jueves 19 de abril en una protesta. “Era divertido, buen estudiante y le gustaba mucho el inglés”, dijo una amiga que prefirió no ser identificada al equipo web de La Prensa. Pavón era miembro de una comparsa rítmica en Tipitapa. Rosario Murillo, vicepresidente designada por el Consejo Supremo Electoral, dijo que Pavón era miembro de la Juventud Sandinista, pero en su perfil de Facebook el mismo día que murió él había cambiado su foto por una bandera azul y blanco. “Él estaba con su pueblo. Cuando él gritó a todo pulmón ‘Que se rinda tu madre’ le dispararon”, confió la amiga.
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Leyting Chavarría Pérez
Leyting Chavarría Pérez, 16 años. Jinotega.
Le decían Pajarito libertador y estudiaba en el Instituto Nacional Benjamín Zeledón, Jinotega. Fuerzas de la Policía y paramilitares lo mataron a balazos entre la noche de lunes 23 de julio pasado y la madrugada del martes, cuando realizaron la Operación limpieza para quitar los tranques y las barricadas en barrio Sandino, Jinotega, bajo las órdenes del comisionado general Marvin Castro.
La madrugada del 10 de julio al Instituto de Medicina Legal ingresó el cuerpo de un niño, procedente del barrio Walter Ferretti, Managua. El informe médico legal indica que la causa de su muerte fue herida por proyectil de arma de fuego en el abdomen. El cuerpo fue retirado por su papá. Según medios del Gobierno, el pequeño fue baleado por dos delincuentes comunes.
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Carlos Alberto Bonilla López
Carlos Alberto Bonilla López, 17 años. Managua
A Carlos Bonilla le dieron un balazo en el ojo el viernes 20 de abril. Había salido de su casa en Ciudad Sandino, Managua, a un ensayo de la banda rítmica a la que pertenecía. “Le encantaba tocar el bombo”, cuenta Ileana López, su tía. Sus familiares no saben bien qué fue lo que pasó, pero esa tarde les avisaron que estaba herido. Lo trasladaron al hospital de Ciudad Sandino y luego fue remitido al Lenín Fonseca, donde murió. Bonilla se acababa de bachillerar, en 2017, y estudiaba cursos libres de caja y banca e inglés. “Era un muchacho muy activo y muy popular, el brazo derecho de su mamá”, expresó su tía.
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José Abraham Amador
José Abraham Amador, 17 años. Masaya
Asesinado el 20 de abril, cuando recibió el impacto de bala que le perforó los pulmones, cerca del Mercado de Artesanías de Masaya. Era estudiante de cuarto año de secundaria en el Colegio Rafaela Herrera y pretendía estudiar Veterinaria. Su madre, María Amador, viajó desde Estados Unidos para sepultar a su hijo. Ella dice que había votado en las elecciones pasadas por Daniel Ortega.
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Alejandro Tomás Hernández Estrada
Alejandro Tomás Hernández Estrada, 17 años. Managua
Fue una de las víctimas de Ciudad Belén, cuando el viernes 25 de mayo un convoy de camionetas doble cabina cargado de paramilitares pasó disparando por las calles de la ciudadela. Según su hermana, Tomás se encontraba en la calle cuando las turbas llegaron y no le dio tiempo de cubrirse del ataque. Luego se produjo un enfrentamiento que dejó un paramilitar muerto. Desde el Gobierno, el caso de Ciudad Belén se quiso ver como un conflicto de tomatierras.
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Wender Francisco Rivera González
Wender Francisco Rivera González, 17 años. Managua
La noche del 22 de junio regresaba de una práctica de futbol, junto con un primo y amigos, cuando hombres encapuchados aparecieron a bordo de dos camionetas “lanzando balas a diestra y siniestra”. Según un testigo, a Wender le dispararon en la cabeza cuando pidió que soltaran a su primo. El joven murió en la madrugada del sábado 23 de junio. “Fue la Policía”, denunció la familia.
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Franklin Roberto Rodríguez García
Franklin Roberto Rodríguez García, 17 años. Matagalpa
Era originario de Matagalpa. Su cuerpo fue encontrado sin vida el 25 de junio, después que desapareciera un día antes. Al muchacho lo vieron por última vez en una barricada. Su cuerpo tenía diferentes golpes. Vivía en el barrio Lucidia Mantilla.
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Orlando Daniel Aguirre Cordoba
Orlando Daniel Aguirre Cordoba, 15 años. Managua
Murió en la masacre del 30 de mayo, participaba en la marcha en apoyo a las Madres de Abril. Recibió un impacto de bala en el tórax cuando estaba cerca del Estadio Nacional Dennis Martínez, frente a la UNI. Cursaba sexto grado en el Centro Escolar España, en Managua.
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Matt Romero
Matt Romero, 16 años. Managua
Era de Managua, donde murió el 22 de septiembre en una marcha. Era el “indomable” de su casa. Le gustaba el futbol, las Matemáticas y desde hacía cinco meses las marchas contra el Gobierno se convirtieron en su pasión y también en su muerte. Era un adolescente desarmado en una marcha pacífica, asesinado por paramilitares protegidos por la Policía.
Murió el sábado 23 de junio, a los 14 meses y 16 días de edad. Recibió un disparo en la cabeza cuando su padre lo llevaba en brazos. La familia responsabilizó a los paramilitares y policías que se encontraban en “labores de limpieza” en las barricadas de Las Américas Uno, Managua.
Era alumno del Colegio Rigoberto López Pérez. El 17 de mayo murió después de que fue arrollado por un autobús conducido, presuntamente, por integrantes de la Juventud Sandinista cuando el joven se encontraba en una barricada cerca de las instalaciones de la Upoli.
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Elías Josué Sánchez Cuesta
Elías Josué Sánchez Cuesta, 17 años. Masaya
Murió en Masaya el 3 de junio. Vivía en el barrio Fátima, pero fue baleado en el barrio La Bolsa. La madre del joven señaló como responsables a los antimotines, quienes le dispararon a una cuadra de distancia. Trabajaba en un tramo en el mercado de Masaya.
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Sandor Manuel Dolmus
Sandor Manuel Dolmus, 15 años. León
Falleció el jueves 14 de junio, a unos metros de la puerta de su casa, en el barrio San Juan, León. Un balazo certero le atravesó el pecho. En la zona había paramilitares encapuchados y con armas de guerra, dijeron los testigos. El muchacho era monaguillo y admiraba al obispo Silvio Báez.
Salió de su casa con una tiradora el 22 de abril y su intención era ayudar a evitar el saqueo de un supermercado en el barrio La Fuente. Los policías le dispararon en el pecho y lo llevaron al Hospital Manolo Morales, donde falleció por falta de sangre. El dictamen del hospital dice que fue herido por arma blanca y luego la ministra de Salud, Sonia Castro, llegó a la casa de sus familiares a dar las condolencias. Su familia era sandinista.
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Eliezer Isaac Collado
Eliezer Isaac Collado, 17 años. Managua
Aparece en todas las listas de fallecidos, pero existe poca información sobre él. Aparentemente el muchacho habría muerto por disparos el pasado 16 de junio en el municipio de Ciudad de Sandino, Managua. No se conoce más.
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Familia del barrio Carlos Marx
Niños del Carlos Marx, Managua
Mathías Eliseo Pavón Raudez, de 4 meses de edad, y Daryeli Pavón Raudez, de 1 año, murieron quemados en una de las tragedias más conmovedoras ocurridas en el contexto de la crisis. En el incendio también perecieron: Óscar Manuel Velásquez Pavón, de 44 años; Maritza López, de 44 años; Alfredo Pavón López (18) y Mercedes de los Ángeles Raudez (18). La familia estaba en su casa en el barrio Carlos Marx, donde tenían un negocio de colchones, cuando el sábado 16 de junio llegaron paramilitares a pedirles que les dieran acceso al tercer piso para desde ahí disparar a manifestantes. Al negarse la familia, los armados dispararon contra la casa, provocando un incendio y el posterior calcinamiento de los seis miembros de la familia. Solamente logró escapar de las llamas una hija de Óscar Pavón, de nombre Cinthia.
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Este trabajo estuvo a cargo del equipo de Magazine: Fabián Medina, Amalia del Cid, Eduardo Cruz, Raquel Acosta, Julián Navarrete y Óscar Navarrete. Diseño por River Martínez.
Los acusan de terroristas, asesinos, secuestradores, traficantes de armas… El Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha detenido y acusado a más de 200 nicaragüenses. En la lista hay líderes comunitarios, periodistas, estudiantes y civiles. ¿La razón? Simplemente por haber salido a manifestarse en contra del gobierno orteguista o apoyar a los autoconvocados.
Desde el pasado 18 de abril, cuando la ciudadanía se manifestó en contra de las reformas a la Seguridad Social, el régimen reprimió a punta de balas. Más de 400 muertos reportan los organismos de derechos humanos. Por más de 100 días, el gobierno ha reprimido, asesinado, violado los derechos de los nicaragüenses… Hoy, pretende endilgar sus crímenes a los ciudadanos que protestaron.
Estos son los nicaragüenses que enfrentan un proceso judicial por participar en las protestas, los perseguidos del orteguismo.
Medardo Mairena, el campesino acusado de terrorista
El campesino Medardo Mairena es el coordinador del Consejo Nacional para la defensa de la Tierra, Lago y Soberanía y líder en Punta Gorda, en el Caribe Sur. Participó en la mesa del Diálogo Nacional como miembro de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.
A Mairena lo acusan de siete delitos: terrorismo, crimen organizado, asesinato, secuestro simple, robo agravado, entorpecimiento de servicios públicos, lesiones y daños en perjuicio de 23 víctimas, entre estas el Estado de Nicaragua. Fue capturado el pasado 13 de julio en el aeropuerto internacional Augusto C. Sandino, en Managua. La Policía lo señala de ser el líder de un “grupo criminal”.
Fue llevado a los juzgados en absoluto sigilo. La audiencia fue privada. Tiene audiencia programada para el 15 de agosto.
Junto a Mairena fue detenido Pedro Mena, quien ha trabajado durante años por los derechos de los campesinos y ha luchado en contra de la construcción del Canal Interoceánico.
Es señalado de los mismos delitos. Su función, según la Policía Nacional, era captar fondos de personas que se encuentran dentro y fuera del país para la compra de alimentos, armas, municiones, combustible y pago a personal que integraban los tranques en Boaco, Nueva Guinea, Río San Juan y Chontales.
Junto a Mairena y Mena además fueron acusados Juan Calderón Escobar, Carlos Zamora Salazar, Luis Marenco González, Silvio Pineda Bonilla, Mario Adolfo Jiménez Góngora, Danilo García Medina, Arlen Alcides Lanuza Rayos y José Jesús Hernández Blandón. Estos últimos no han sido detenidos, sin embargo el juez Henry Morales giró orden de captura contra todos ellos en audiencia preliminar.
La líder de los comerciantes del Mercado Oriental
Irlanda Jerezes la dirigente de los comerciantes autoconvocados del mercado Oriental, en Managua. El pasado 18 de julio, un grupo de encapuchados y policías la detuvieron en el sector de Cristo Rey. Ese día había participado en una conferencia sobre la jornada de protestas en contra del régimen.
Según la Corte Suprema de Justicia, la detención de Jerez fue por un caso que ocurrió en 2016 donde fue declarada culpable “los delitos de usurpación del dominio privado, fraude por simulación, estelionato en concurso medial con uso de falso documento y falsedad ideológica”. Jerez permanece en la cárcel La Esperanza.
Un periodista señalado de secuestro y tortura
Paco Daniel Espinoza Rivera, de 25 años, fue corresponsal del oficialista canal 8 y renunció a ese medio por el “desacuerdo con las políticas impuestas”. Luego empezó a laborar para el noticiero Acción 10.
El periodista tiene una orden de captura en su contra. La Policía Nacional lo vincula al supuesto secuestro, asalto, tortura, asesinato frustrado y lesiones en perjuicio de Clara López Dalmasio, delitos que, supuestamente, cometió el 16 de junio en el tranque ubicado cerca del barrio Sandino, en Jinotega.
Por esos mismos delitos están señalados Denis Manuel Hernández Gutiérrez, de 31 años, quien fue detenido y presentado por la Policía Nacional el pasado 25 de julio en Managua; así como Álvaro Jesús Palacio Ortiz, de 34 años; Jeysi Junieth Lagos, de 25 años y José Alcides Zeledón Úbeda, de 54 años. Los tres últimos no han sido detenidos aún.
Los tres dirigentes de Masaya que acusan de financiar el terrorismo
Christian Fajardo Caballero, María Adilia Peralta y Chester Membreño son procesados por los delitos de financiamiento al terrorismo, crimen organizado y entorpecimiento de servicios públicos en contra del Estado de Nicaragua y la sociedad nicaragüense. Todos ellos están a la espera de juicio.
Fajardo, de 37 años, es administrador de empresas y es el vicecoordinador del Movimiento 19 de abril en Masaya. El pasado junio, el orteguismo ofrecía 50 mil córdobas para quien lo capturara. Ese mismo mes, las turbas quemaron un hotel de su propiedad.
Fue detenido el pasado 22 de julio por miembros del Ejército en el puesto fronterizo de Peñas Blancas. Con él también fue detenida su esposa María Adilia Peralta, de 30 años, abogada. A Membreño, abogado y miembro de los autoconvocados en Masaya, lo detuvieron un día después.
Señalados de secuestrar a tres policías
Cinco dirigentes del Movimiento 19 de Abril en Matagalpa que participaron en los tranques que fueron instalados en la salida suroeste de la ciudad son procesados por los delitos de robo agravado en la modalidad de intimidación en las personas, secuestro extorsivo, portación y tenencia ilegal de armas de fuego y crimen organizado.
Fueron detenidos el pasado 26 de junio en Matagalpa por policías y sujetos encapuchados. Los detenidos son Francisco Antonio Castro Jarquín, de 24 años, obrero; Roberto José Cruz Altamirano, de 34 años, comerciante; Nelly Roque Ordóñez, de 27 años, ingeniera agrónoma; Solange Centeno Peña, de 20 años, estudiante universitaria y Eduardo Manuel Tijerino, de 21 años. Fueron capturados el pasado 26 de junio en Matagalpa por policías y sujetos encapuchados. Según la Policía Nacional, participaron en el robo de una camioneta propiedad de la Fiscalía en Tipitapa y en el secuestro de tres policías en El Jicaral, en León. El juicio contra los matagalpinos se realizará el próximo 18 de septiembre en Managua.
El psicólogo al que acusan de traficar armas
Al psicólogo Róger Martínez lo sacaron a golpes de una casa cerca de la Plaza Xalteva en Granada donde funcionaba una clínica para ayudar y atender a los heridos tras ataques de policías y paramilitares en la ciudad. Martínez participó en varias protestas en contra del gobierno de Daniel Ortega. Es acusado de fabricar, traficar, poseer y usar armas restringidas; además de uso de sustancias o artefactos explosivos. Sus familiares aseguran que ha sido golpeado en la cárcel. Su juicio está programado para septiembre.
“Estamos consternados porque muchos defensores y defensoras de los derechos humanos, periodistas y otras voces disconformes están siendo criminalizados y acusados de cargos infundados y desproporcionados, tales como ‘terrorismo'”.
– Informe de la ONU, 9 de agosto de 2018 –
Detenido por participar en una marcha azul y blanco
La familia de Carlos Hernández Bustos cree que su único “delito” fue aparecer en un video en un canal de televisión donde participaba en una marcha azul y blanco. Hernández, de 31 años, albañil, fue detenido por paramilitares en su casa la mañana del 3 de julio. Durante su captura recibió dos balazos en una de sus piernas, asegura su esposa Mariela García. A Hernández lo operaron y permanece esposado a una cama de un hospital.
Primero fue señalado de participar en la quema de la alcaldía de Granada y de una rastra, propiedad de la Policía Nacional, ahora se le acusa de robo agravado, en perjuicio de Vladimir Elí Jarquín Rojas y de portación ilegal de armas de fuego y municiones, en perjuicio del Estado de Nicaragua.
Su juicio será el 20 de agosto.
Brindaban servicio médico y ahora los acusan de traficantes
Se dedicaban a prestar auxilio médico a los muchachos que cuidaban las barricadas universitarias en protesta contra el gobierno de Daniel Ortega. Irvin Escobar Ortiz, 29 años, Crisffer Steven Busto Molina, 21 años, David Salvador López Artola, 19 años y un menor de edad estuvieron atrincherados en el recinto universitario Rubén Darío de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (Unan-Managua).
Los cuatro fueron capturados el 14 de julio cerca de Metrocentro, un día después de que policías y paramilitares atacaran y desalojaran a los estudiantes atrincherados en la UNAN.
La Fiscalía los acusa de tráfico ilegal de armas de fuego. Según acusación a los cuatro procesados se les ocupó una pistola con un cargador y 11 cartuchos, un fusil Remington con mira telescópica, un fusil calibre 22, una escopeta calibre 12 con tres cartuchos y dos armas artesanales. Tienen juicio programado para el próximo 25 de agosto.
Detenidos dos días antes de cometer el supuesto delito
A Albert Bernard Monroe, de 25 años, Guillermo Sobalvarro Oporta, de 22 años, R. F. Z., de 17 años, y Juan Ramón Mena, se los llevaron los paramilitares el 15 de junio. Ellos habían participado en las manifestaciones en contra de Ortega. Ahora, la Fiscalía los acusa de supuestamente haber entrado a la fuerza a la casa del comisionado de la Policía Nacional, Juan Antonio Valle Valle, jefe de seguridad pública de Managua.
Según la acusación, los hechos ocurrieron el 17 de junio a las tres de la madrugada, pero los jóvenes fueron capturados el 15 de junio en el sector del mercado Iván Montenegro. Desde ese día sus madres los reclamaban en Auxilio Judicial mejor conocido como El Chipote.
Lo acusan de terrorista por dar a hacer unos chalecos antibalas
El ingeniero Héctor Arellano Pérez es acusado de financiamiento al terrorismo. Según el Ministerio Público Arellano dio a confeccionar chalecos antibalas artesanales y se los entregó a los estudiantes atrincherados en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua). Fue remitido a juicio, pero aún no tiene fecha ni juzgado determinado.
Los tres hermanos que apoyaron con su música las marchas
Los hermanos Esteban Lesage, originarios de Jinotepe, además de participar en las manifestaciones en contra del gobierno en su ciudad, apoyaron las protestas con su talento: la música. Luis Miguel, de 28 años, Jean Carlos, de 25 años, y Harvin Roberto, fueron detenidos por policías encapuchados el pasado 10 de julio.
Están siendo acusados de terrorismo, crimen organizado y secuestro simple. Guardan prisión preventiva en el Sistema Penitenciario de Tipitapa, conocido como La Modelo.
“Estamos ahora en un tercer momento de la represión en el país. Un proceso de criminalización de los manifestantes”
– Paulo Abrão, secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) –
Detenidos mientras llevaban víveres a Masaya
Hansel Vásquez Ruiz, de 25 años, es periodista; Marlon Fonseca Ramón, de 26 años, también es periodista y Kevin Espinoza Rodríguez, de 21 años, es estudiante de Ingeniería Agrícola. Los tres, miembros del Movimiento Universitario 19 de Abril de la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), fueron detenidos por encapuchados el 11 de julio de Nindirí cuando trasladaban víveres a Masaya.
Según la versión de la policía, los detuvieron en un retén de carretera y les ocuparon varias armas de fuego. Son acusados de terrorismo, crimen organizado y posesión ilegal de armas de fuego. Además, se les acusa de haber quemado las instalaciones de La Nueva Radio Ya y la sucursal de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Caja Rural Nacional (Caruna) el pasado el 30 de mayo, después del ataque de paramilitares a la marcha de las madres donde fueron asesinados al menos 10 autoconvocados. El juicio por esta causa se realizará el 25 de septiembre en el Juzgado Sexto Distrito Penal de Audiencia de Managua.
Detenido por paramilitares en Granada
A Samuel Geovanny Martínez Duarte, conocido como Sammy, lo detuvieron un grupo de paramilitares el pasado 15 de julio durante la llamada “Operación Limpieza” en Granada. Martínez había participado en las marchas en contra del gobierno en esa ciudad.
Lo acusan de supuestamente amenazar a la delegada del Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI), en Granada, Yaroslava Muñoz Maltez. Una fuente del complejo judicial, dijo bajo anonimato que, aunque la juez Janet Calderón haya dado libertad para Martínez, el caso debe ser valorado por la magistrada Ileana Pérez, quien está a cargo de esta circunscripción, violentando la independencia judicial y la ley.
Junto a Martínez fue detenida una joven, identificada únicamente como Xochilt, y procesada por el mismo delito, pero se desconoce si aún permanece detenida.
Dos jóvenes señalados de asesinar a periodista
Brandon Cristofer Lovo, de 18 años, fue detenido el 5 de mayo en su casa en Bluefields. Es acusado de asesinato en perjuicio del periodista Ángel Gahona, que murió de un disparo en la cabeza el pasado 21 de abril mientras cubría las protestas en contra del régimen orteguista en esa ciudad.
Según el Ministerio Público, Lovo fue quien disparó contra Gahona a una distancia de 69 metros, utilizando un arma hechiza que le habría proporcionado Glen Abraham Slate, de 20 años. Slate es señalado como el cooperador necesario de los delitos antes mencionados.
La familia del periodista asesinado no reconoce a Lovo y Slate como los responsables de la muerte de Gahona. Ambos están a la espera del juicio en su contra.
Seis universitarios procesados
Un grupo de seis estudiantes universitarios que permanecieron atrincherados en la UNAN-Managua están siendo procesados por portación y uso ilegal de armas de fuego en perjuicio de “la tranquilidad pública del Estado”.
Erwin Ramos Alemán, Elba Valle Mondragón, Irma Centeno Rivera, Eldric Alexander Gaitán, Yuri Valerio Rivera y German Martínez García fueron detenidos … a Martínez lo acusan de posesión de armas restringidas porque supuestamente andaba una bomba lacrimógena, de uso policial, dentro de una mochila.
Según la Fiscalía les ocuparon un rifle calibre 22, una escopeta calibre 12, y una escopeta calibre 20. Estos señalamientos son negados por los jóvenes, quienes fueron enviado a juicio el 3 de septiembre.
Acusado de asesinar a un paramilitar
Jaime Enrique Navarrete Blandón, alias “El deportado”, colaboró con los universitarios atrincherados en la Upoli entre abril y mayo. Les llevó agua y alimentos. Luego colaboró en las barricadas en su barrio Nueva Libia, ubicado en la zona de arriba de Managua.
El 15 de junio mientras caminaba con su perro en el barrio Nueva Libia fue secuestrado por paramilitares. La Fiscalía lo acusa de supuestamente asesinar al presunto paramilitar Ariel Ignacio Vivas, quien participaba en la “Operación LImpieza” realizada el 12 de junio en su barrio. Previo a su secuestro, había sido amenazado por miembros de la estructura de barrio del Frente Sandinista, quienes a través de redes sociales le advirtieron que lo iban a meter preso.
El único testigo que acusa a Navarrete es un policía encubierto. Ya fue remitido a juicio el 13 septiembre.
Los primeros reos políticos del orteguismo
Juan José López Oporta, Michael Enrique Peña Gutiérrez, Fernando José Ortega Alonso, Rommel Fabián Guillén y K.A.M, de 17 años fueron los primeros manifestantes acusados por el régimen de Daniel Ortega. Los detenidos fueron llevados a audiencia preliminar el 23 de abril.
Los jóvenes habían levantado barricadas en el barrio El Paraisito y evitaron que miembros de la Juventud Sandinista saquearan un supermercado en el mismo barrio.
Son procesados por el asesinato de Roberto Carlos García. Vecinos y familiares de la víctima y de los acusados fueron testigos que quienes pasaron disparando desde una camioneta Hilux contra los pobladores fueron los de la Juventud Sandinista (JS), quienes llevaban puestas camisetas JS. Los procesados fueron remitidos a juicio en el Juzgado Segundo Distrito Penal de Juicio de Managua, aún no hay fecha programada.
“Denunciamos las continuas detenciones arbitrarias y pedimos la liberación de todos los individuos arrestados por manifestar pacíficamente su oposición al gobierno de Ortega”
– Francisco Palmieri, subsecretario de EE.UU. para Asuntos del Hemisferio Occidental. 7 de agosto de 2018 –
Levantaron barricadas y los acusan por homicidio frustrado
Kevin Antonio Osorio, Alexander Téllez Castro, Moisés Javier Chávez Cárcamo, José Larios Reyes y Jonathan Lira, participaron de las protestas en contra de Ortega levantando barricada en los barrios capitalinos. Todos ellos ahora son procesados por homicidio frustrado y robo agravado en perjuicio del oficial de policía Delvin José Martínez. Según la Fiscalía, el 01 de junio, los acusados interceptaron al oficial, le apuntaron con un arma y le robaron la moto.
Dos autoconvocados procesados en Chontales
Benjamín Siles Aguilar y Nardo Sequeira fueron detenidos de forma arbitraria el pasado 25 de julio en Acoyapa, Chontales. Cuatro días después fueron llevados a los tribunales de Juigalpa donde se les realizó una audiencia a puerta cerrada. Lilliam Bravo Borge, esposa de Siles, denunció la detención y proceso arbitrario al que este es sometido, por el solo hecho de haber participado en las marchas pacíficas promovidas por la población autoconvocada.
La detención de María Baldizón
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) reportó la detención de María Baldizón Brenes el pasado 6 de agosto, quien había participado en las manifestaciones en la ciudad universitaria. Baldizón, reconocida por su labor como docente trabajó en el Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN). Actualmente trabajaba en una empresa camaronera. Es acusada de terrorismo y otros delitos.
Tres acusados de financiar a “antisociales” en Diriamba
Harry Jonathan, de 20 años, Orlando Valverde Ortiz, de 31 años, Eddy González Padilla, de 26 años y Richard Sebastián López, de 28 años, todos originarios de Diriamba, fueron detenidos el pasado 9 de julio. Son acusados de los delitos terrorismo, robo agravado, daño agravado, incendio, entre otros.
La Fiscalía señala que los acusados financiaban a varios “antisociales de Diriamba” que permanecían en los tranques. También los señala de ocultar armas y de quemar las oficinas de la Fiscalía. Según la acusación, durante la captura, le encontraron armas y dinero.
Orden de captura contra la “Comandante Masha”
Nahomy Urbina Marcenaro, mejor conocida como la “Comandante Masha”, se mantuvo durante semanas en el tranque del colegio San José en Jinotepe protestando en contra del régimen orteguista. La joven, que tiene cáncer linfático, dijo que no sentía miedo a pesar de haber recibido amenazas de muerte.
El 5 de agosto, el Ministerio Público presentó una acusación en contra de Urbina y solicitó orden de captura en su contra. Se desconoce qué delitos le imputan. La “Comandante Masha” fue vista públicamente por última vez el 28 de julio en la marcha “Peregrinación por nuestros obispos, defensores de la verdad y la justicia”.
Once matagalpinos señalados de terrorismo
Hugo Ríos Castillo trabaja en construcción, tiene 47 años y fue detenido el 23 de julio en el barrio La Esperanza, en Matagalpa. Ríos participó en las marchas y plantones en contra del gobierno. La Policía, presuntamente, le ocupó un arma hechiza y la Fiscalía lo acusó de portación y tenencia ilegal de armas. La audiencia inicial de este caso, programada para el 2 de agosto, no se realizó porque Ríos estaba en Managua en audiencia preliminar de otro proceso donde junto a 10 personas más, se les acusa de terrorismo, entorpecimiento de servicios públicos, robo agravado, secuestro extorsivo, tortura, entre otros delitos.
Junto a Ríos fueron acusados Roberto Cruz Altamirano y Nelly Roque Ordóñez, dirigentes del Movimiento 19 de Abril, y el estudiante Dilon Zeledón Ramos, quienes además tienen otras causas abiertas en su contra. En la lista de acusados también aparecen Sadie Tamara Rivas Siles, de 19 años; Eddie Soza Vásquez, de 25 años; Melisa Tórrez Cardoza, miembros del M19; María de los Ángeles López, de 32 años, quien, presuntamente, prestó su vivienda para un puesto médico improvisado; Arnulfo Lagos Sandoval, de 54 años, concejal por el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) en Matagalpa y participó en las marchas; Marvin Ruiz y Arlen Josué López. Estas últimas siete personas no han sido detenidas. La audiencia inicial fue programada para el próximo 23 de agosto.
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