“Me decían que por mis ojos podían dar dos mil dólares”

Leo Munguía, de 22 años,  huyó de Nicaragua por la violencia y encontró más amenazas en México

Leo Emmanuel Munguía Rivas conoció las amenazas de los simpatizantes del régimen de Daniel Ortega desde el 2017. Un día de diciembre de ese año, tras participar en una manifestación por el alza al combustible, varios hombres llegaron hasta su casa a decirle a su mamá que le advirtiera que dejara de “andar jodiendo”, un accidente podía ocurrirle. En 2018 se sumó a las masivas protestas contra la dictadura, pero esa vez supo que las amenazas tenían más posibilidades de convertirse en realidad. Huyó del país el 12 de septiembre.

Cuenta, desde el exilio forzado en el que se encuentra, que se unió a las protestas desde que iniciaron el 18 de abril y la última a la que asistió fue la “marcha de los globos”. Tras finalizar la manifestación, se fue en su motocicleta hacia la Upoli pero en el camino una camioneta Hilux -los vehículos que el régimen utilizó para trasladar a los paramilitares que reprimieron, quemaron y mataron- trató de embestirlo. Como pudo evitó el golpe, aceleró y logró escapar.

Leo durante una manifestación en Managua. LAPRENSA/CORTESÍA

Ese mismo día, Leo se refugió en la casa de su novia. “Hablé con unos amigos y me recomendaron salir del país”, afirma. Así fue. Primero se fue a Guatemala pero asegura que hasta ese país lo alcanzaron simpatizantes orteguistas, por lo que tuvo que moverse hasta un albergue en Tapachula, México y se encontró con un problema igual de grave: narcotraficantes querían que les transportara droga. Así que decidió moverse hacia Ciudad de México.

Con 22 años, Leo dice no tener miedo de las amenazas. En México, donde se encuentra en condición de refugiado, también ha visto a paramilitares, asegura.

Cuenta que mientras estuvo en Guatemala orteguistas llegaron hasta la casa de su tía amenazarla. Le decían que le iba a pasar algo”. “Hasta le dieron la dirección donde estábamos rentando con mis amigos”, asegura.

Leo Munguía en las inmediaciones de la Universidad Centroamericana (UCA). LAPRENSA/CORTESÍA

Al sentirse descubierto, Leo huyó con cuatro amigos el 18 de octubre con dirección a Tapachula, México, donde fueron transferidos por la municipalidad a un albergue llamado Jesús el Buen Pastor. Ahí los recibió “de mala gana” otro nicaragüense del que después supieron que tenía familiares en Nicaragua que son miembros de los Consejos del Poder Ciudadano (CPC).

En ese albergue, cuenta Leo, el nica les preguntó que si habían protestado contra Daniel Ortega. “Por seguridad dijimos que nosotros no nos metimos en nada de eso, que solo veníamos a probar suerte a Mexico”, relata el joven. Agrega que el mismo nica le propuso a él y al grupo de amigos con el que se encontró en ese país que él podía pasarlos a Estados Unidos con una mochila cargada.Nos iban a pagar 1000 dólares y dijo que era seguro”, narra. Él rechazó la propuesta.

“Nos negamos rotundamente y ahí comenzó a decir que por mis ojos podían dar 2,000 dólares y que los carteles igual pagaban 2,000 dólares por una muchacha que andaba con nosotros”, afirma Leo. A las cinco de la mañana del día siguiente se fueron del albergue y denunciaron el caso ante la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) quienes después de revisar su caso, “tomaron la decisión de trasladarnos a Ciudad de México”.

Antes de llegar a México, Leo estuvo en Guatemala, conde participó de varios plantones. LAPRENSA/CORTESÍA

Actualmente Leo se encuentra en condición de refugiado porque “posee un temor fundado de persecución” y asegura que será trasladado de Ciudad de México hacia el estado de Coahuila ya que la persecución no cesa.

En la caravana de migrantes vinieron muchos infiltrados del Frente Sandinista y revelaron nuevamente nuestra ubicación”, dice sobre la caravana de centroamericanos que planea llegar a Estados Unidos pero quedaron varados en México.

Sobre su regreso a Nicaragua, Leo dice que solo pasará cuando “ya Ortega se vaya del gobierno con todos sus socios y cuando de verdad haya justicia”.

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