Mauricio Cabrera, lanzador que tiró un disparo a 104 millas por horas según Statcats en la temporada 2016 con los Bravos de Atlanta, jugará en la campaña de la Liga Profesional 2023-24 que inicia el viernes 1 de noviembre con los Gigantes de Rivas, los vigentes campeones de la LBPN.
Cabrera impresionó con su bola meteórica en la temporada 2016 de las Grandes Ligas, su recta de cuatro costuras tuvo la segunda velocidad promedio más alta en el mejor beisbol del planeta con una marca de 100.4 millas por horas.
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Los disparos de tres dígitos los realizaba con una facilidad escandalosa como si no empleara alguna pizca de esfuerzo en su brazo. “Me ha impresionado mucho, porque no se inmuta ante la presión, lo he utilizado cuando hay hombres sobre las bases y nos ha ayudado a acabar con la amenaza de peligro del rival. Además 100 millas son 100 millas, porque no hay muchos lanzadores que hagan eso”, comentó Brian Snitker, mánager de los Bravos de Atlanta en la temporada de 2016.
La campaña del 2016 fue la primera y la única del serpentinero quisqueyano en el nivel más alto de exigencia en el beisbol. En su debut, el 27 de junio de ese año ante los Indios de Cleveland en Atlanta lanzó una entrada sin carreras, permitió un hit, realizó siete disparos en ese episodio que fueron a: 100 millas, 101, 100, 100, 102. 84 y 102.
El 18 de julio de 2016 frente a los Rojos de Cincinnati en una entrada, la octava que no le anotaron, concedió un boleto y ponchó a uno. Su brazo emitió disparos a: 101, 101, 102, 86, 102, 86, 86, 102, 104, 86, 101, 100, 86, 86, 102, 102, 102, 86 y 102.
Tuvo un balance de 5-1 con una efectividad de 2.82, ponchó a 32 en 38.1 innings y seis juegos salvados en la temporada regular, parecía que se convertiría en el cerrador de los Bravos de Atlanta. Sin embargo, tenía dos grandes problemas, el control y el comando que le impidieron transitar por más de una campaña en las Grandes Ligas.
Fuentes le han confirmado a LA PRENSA que en los circuitos independientes ha adquirido la capacidad para lanzar strikes con más frecuencia y de colocar sus disparos en la localización que él desea. En los Gigantes de Rivas hay altas expectativas con él y que esperan que sea uno de los lanzadores más dominantes de la Liga Profesional.