La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a través de la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel), ordenó instalar otros 16 “árboles de la vida”, conocidos popularmente como “arbolatas” o “chayopalos”, desde el Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino hasta los laboratorios Mechnikov en Carretera Norte, Managua, sin detallar los costos que estos traen consigo para los nicaragüenses.
Enatrel detalló, en medios oficialistas, que estas estructuras estarán iluminadas por “15,000 luces led ahorrativas” y que son parte de un “proyecto de embellecimiento” de la capital. Sin embargo, no detalló cuánto se invirtió por cada estructura o el gasto que representa cada una de estas en consumo energético.
LA PRENSA calculó que cada “arbolata” consumirá con sus 15,000 luces led, sobre la base de un consumo mínimo, 4 vatios en bombillos similares a los instalados en el pasado en esas estructuras, un total de 14,400 kilovatios horas de energía eléctrica por mes, en caso que estas “arbolatas” sean encendidas diariamente por ocho horas.
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En caso que los 15,000 bombillos de estas estructuras fueran encendidos solamente cinco horas diarias, por mes consumirían 9,000 kilovatios horas de energía eléctrica. Cabe mencionar que esta cantidad de horas diarias fue calculada puesto que, según reportes de medios independientes, vigilantes que cuidaban dichas estructuras —en 2017— revelaron que los “chayopalos” eran encendidos de 5:00 de la tarde a 10:00 de la noche, es decir, por un período de cinco horas diarias, que podrían extenderse en fechas festivas como Navidad, Año Nuevo o aniversario de la Revolución Sandinista.
Cada uno equivale a la energía de más de 60 viviendas
Los 9,000 kilovatios hora de energía eléctrica que consume cada “arbolata” al mes, solo encendidos por un período de cinco horas, representan el consumo mensual de 60 viviendas populares, que ocupan unos 150 kilovatios horas de energía eléctrica por mes.
En 2021, Rosario Murillo, vocera del Frente Sandinista y vicepresidenta de Nicaragua, reveló que unas “890,000 familias” del país consumen “menos o hasta 150 kilovatios horas por mes”.
Las 16 nuevas “arbolatas” instaladas en el tramo del Aeropuerto Augusto C. Sandino hasta los laboratorios Mechnikov en total consumirían la energía que requieren mensualmente al menos 960 viviendas nicaragüenses, con facturas de 150 kilovatios hora al mes.
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Según el pliego tarifario del Instituto Nicaragüense de Energía (INE), publicado este mes, el consumo de 150 kilovatios horas de energía eléctrica al mes representa, incluyendo los costos por cargo fijo de alumbrado público y comercialización para zonas residenciales, una factura de 1,366.74 córdobas. Es decir que los 9,000 kilovatios horas de energía eléctrica que por mes consumiría cada una de estas arbolatas representarían un cobro mensual de unos 82,004.4 córdobas.
En total, el gasto en energía eléctrica por las 16 nuevas “arbolatas”, según el estimado realizado por LA PRENSA, mensualmente sería de 1,312,070.4 córdobas.
Dicho gasto que genera el consumo de energía eléctrica lo asume la Alcaldía de Managua y es incluido en los “gastos de ornato” de la comuna.
Rosario Murillo se siente vencedora
El exdiputado Eliseo Núñez, abogado y analista político, desde el exilio resaltó que Nicaragua requiere una ley de monumentos que justamente regule este tipo de gastos, resaltando que “no puede ser que el que llegue (al Gobierno) cambie un monumento, ponga otro y lo hagan a su gusto y antojo”.
Nuñez destacó que si bien dicha legislación es el menor de los problemas en Nicaragua, sobre todo frente a la falta de libertades y derechos, “es necesario que este tipo de cosas sean reguladas”, ya que “lo que gastan estos árboles no deberían ser pagados por todos los nicaragüenses”.
El analista valoró que el hecho de que el orteguismo, específicamente la vocera del Frente Sandinista, Rosario Murillo, haya mandado a reinstalar los “árboles de la vida” y ubicar nuevos sobre Carretera Norte, muestra que esta “siente que ya derrotó el espíritu de la gente que salió a pedir el cambio y que ahora puede volver a instalar y tener el mismo ambiente que tenía antes de 2018”.
“Ellos (los dictadores) creen que son los dueños del país, sienten que Nicaragua es una hacienda y que ellos son los que mandan. Es una familia a cargo del país, hacen lo que quieren, se nombran entre sí mismos, se hacen la sucesión. Es triste lo que está pasando en Nicaragua y ver que estamos en manos de personas a las que poco les importa el bienestar de los nicaragüenses”, señaló.