Con tres casos a manera de ejemplo: Brooklyn Rivera, Freddy Quezada y Carlos Bojorge, la Unidad de Defensa Jurídica (UDJ) mostró su preocupación por las desapariciones forzadas y el empeoramiento de las condiciones en las que el régimen tiene a los presos políticos.
“Hasta la fecha, las autoridades siguen negando información sobre el paradero fidedigno de Brooklyn Rivera, Freddy Quezada y Carlos Bojorge. Se ha impedido toda comunicación entre los detenidos y sus familiares o abogados. De tal manera que no se tiene certeza de sus condiciones de detención, constatación de su estado de salud y vida, ni de su integridad personal, lo que genera zozobra a sus seres queridos”, indica la UDJ.
Plagas en las celdas y larvas en el agua
Dentro de las celdas se mantienen zancudos y cucarachas, según el reporte de la UDJ y agregan que los presos políticos no tienen derecho a usar repelente de ningún tipo, al contrario de los presos comunes.
“Se ha notado un exceso de bicarbonato de sodio en la comida que las autoridades les entregan a las personas presas políticas. El uso de este compuesto genera llenura a la falta de raciones adecuadas, pero ingerirlo de manera prolongada puede llegar a ser tóxico, ya que el cuerpo humano reacciona inflamándose, no porque haya ganado peso, sino por exceso de sodio”, detallan.
“A eso se le suma que el agua que están ingiriendo sale muy caliente, al punto que las personas detenidas por razones políticas la usan hasta para preparar café en el Establecimiento Penal Integral de Mujeres (EPIM), conocido como La Esperanza”, agregan.
En el caso del Sistema Penitenciario Jorge Navarro, conocido como La Modelo, indican que en ocasiones se ha denunciado que el agua sale con larvas, lama o muy sucia.
“La UDJ también alerta que los carceleros usan distintas formas de afectar la salud mental de las personas presas políticas: los despiertan apuntándoles con una luz hacia los ojos; por las noches más de 20 policías con perros irrumpen en los pasillos de las celdas para realizar conteos nocturnos. Eso interrumpe el ciclo de sueño y mantiene a las personas presas políticas en un constante estado de vigilia e intimidación”, puntualizan.