han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. A pesar de las agresiones y ataques de la dictadura, aquí seguimos, informándote.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Una vista aérea de la fortaleza de El Coyotepe, ubicado en Masaya. Se empezó a construir durante los 30 años del siglo XIX que gobernaron en Nicaragua los conservadores. Foto por: Redes Sociales.
La sangrienta historia de El Coyotepe
Fue diseñada con objetivo militar por su ubicación estratégica hasta que la convirtieron en prisión y centro de torturas. En sus oscuros pasadizos se escucha en el silencio los gritos de dolor que rebotan en sus grises y ensangrentadas paredes.
Es una mole de concreto ubicada en el kilómetro 29 de la carretera a Masaya. Su construcción arquitectónica es entre barroco y medieval. El fortín se construyó durante los 30 años del siglo XIX que los conservadores gobernaron Nicaragua.
En 1893 cuando el presidente José Santos Zelaya llegó al poder, terminó de darle forma para repeler ataques opositores. Su edificación se ubica sobre el cerro El Coyote, que en años anteriores era madriguera de estos mamíferos carnívoros. De ahí su nombre El Coyotepe.
Su elevada ubicación a 360 metros sobre el nivel del mar la convierte en el torreón perfecto para vigilar la zona. En sus primeros años de uso, su diseño era para vigilar y resguardar el paso del ferrocarril que venía de Corinto a Masaya y posteriormente a Granada.
El Coyotepe rápidamente fue usado para otros oscuros propósitos y fines. En los días 3 y 4 de octubre de 1912 se dio la famosa batalla de “El Coyotepe y La Barranca”, un cerro vecino con ese nombre, donde las tropas invasoras de Estados Unidos al mando del coronel Joseph H. Pendleton combatieron y vencieron a los revolucionarios nicaragüenses (liberales y conservadores). En esta batalla muere su líder el general Benjamín Zeledón y su otro líder, el general Luis Mena Vado se rinde ante el almirante yanque W.H. Sutherland.
En 1936, el primero de la dinastía somocista, Anastasio Somoza García mandó a construir muros de piedras en los cuatros costados de la fortaleza y también se construyeron cárceles subterráneas para castigar a sus opositores. El Coyotepe se convirtió entonces en un centro de tortura y crímenes. Estas acciones criminales por parte del dictador se suspendieron en 1964 cuando el presidente René Schick que gobernó Nicaragua entre 1963-1966 donó a los Scouts la fortaleza y sus 52 manzanas de tierra que conforman el cerro El Coyotepe.
Una vez que falleció Schick, Anastasio Somoza Debayle ocupó nuevamente la fortaleza para seguir encarcelando y torturando a sus opositores. A finales de los setenta, Somoza Debayle tenía los sótanos de la fortaleza llenos de presos políticos, mientras que en la parte superior era ocupada estratégicamente por militares de la Guardia Nacional y la EBBI para operaciones militares. Desde aquí se instaló artillería para bombardear a los guerrilleros y civiles del repliegue sandinista a Masaya.
Una vez que los sandinistas toman el poder en 1979, ocupan El Coyotepe como cárcel para encerrar a los guardias y opositores a la revolución. En 1983, los sandinistas convirtieron el lugar en un sitio histórico y de recreación para menores de edad, así la fortaleza pasó a manos de la Asociación de Niños Sandinistas (ANS). Fue hasta el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro que el edificio fue entregado a sus originales dueños, los Scouts de Nicaragua, encontrando el sitio en ruinas y muy deteriorado.
Para la rebelión de 2018, el sitio fue nuevamente profanado para el uso indebido de ataques contra la población civil. De este lugar salieron los paramilitares de la dictadura para la famosa Operación Limpieza en la ciudad de Masaya y desde entonces ha sido ocupado por la Policía.
Dos marines norteamericanos durante la ocupación de 1912, en una explanada donde se observa de fondo el fortín militar. Foto por: Cortesía de la Universidad del Cuerpo de Marines.Un batallón de Infantes de Marina de los Estados Unidos en formación militar después de la batalla de El Coyotepe y La Barranca, donde las tropas invasoras derrotaron a los revolucionarios nicaragüenses (liberales y conservadores). Al fondo se observa la fortaleza. Foto por: Cortesía de Universidad del Cuerpo de Marines.Dentro de la fortaleza se encuentran varios murales históricos como el de la fotografía que ilustra unos sellos postales de Nicaragua con los fundadores del movimiento scout. Foto por: Óscar Navarrete/ LA PRENSA.Estudiantes contemplan el paisaje que se observa desde la fortaleza en uno de los cuatro torreones o cachimbones que se construyeron en forma de semicírculos en cada uno de los cuatro puntos cardinales con fines estratégicos y militares. Foto por: Óscar Navarrete/ LA PRENSA.Una vista de la construcción en forma de castillo medieval. La fortaleza El Coyotepe tiene un estilo arquitectónico con reminiscencias medievales. Foto por: Óscar Navarrete/ LA PRENSA.Dentro de la fortaleza hay tres cruces que indican el lugar donde fueron acribillados el 7 de julio de 1979 por la Guardia Nacional de Somoza los guerrilleros sandinistas Ismael Castillo, Franklin Porras y Walter Mendoza. Este último es el nombre que usa la academia de la Policía desde su fundación. Foto por: Óscar Navarrete/ LA PRENSA.Llegar al Coyotepe es un reencuentro con muchas de las historias que han marcado la vida política de Nicaragua, desde los conflictos militares entre liberales y conservadores hasta las dictaduras que han gobernado por años el país. Foto por: Óscar Navarrete/ LA PRENSAUna vista a la planta superior desde donde inician los temibles calabozos que fueron abarrotados de presos políticos durante los distintos regímenes que han existido en el país. Foto por: Óscar Navarrete/ LA PRENSAUna de las celdas de torturas donde a los prisioneros los sujetaban de grilletes con las manos hacia arriba para golpearlos con palos que tenían enrollados alambres de púas. Aquí muchos prisioneros fueron sometidos a torturas psíquicas como físicas donde les arrancaban las uñas con tenazas, les amputaban los dedos, les cortaban la lengua y les apagaban cigarros encendidos en las partes nobles de sus cuerpos, entre otros vejámenes a los que eran sometidos. Foto por: Óscar Navarrete/ LA PRENSA.Estas puertas de más de 80 años son la entrada a la temible celda conocida como “Ciega” donde no entraba ni un rayo de luz. Totalmente oscura, era ocupada para torturar psicológicamente a los presos que permanecían años en ella y perdían la visión. Se volvían locos y perdían la noción del tiempo. Foto por: Óscar Navarrete/ LA PRENSA.El oscuro pasillo que está ubicado en el sótano de la fortaleza El Coyotepe. Estas paredes guardan los lamentos de torturas de los presos políticos de las distintas dictaduras que se han atornillado al poder en Nicaragua. Foto por: Óscar Navarrete/ LA PRENSAEn la fortaleza de El Coyotepe sus sótanos albergan 23 celdas en el primer nivel y 16 en el segundo. En las del primer nivel hay algo de iluminación a través de sus barrotes. Tienen capacidad para 400 prisioneros. Las del segundo nivel son las más oscuras y las de mayor castigo. Foto por: Óscar Navarrete/ LA PRENSA.La fortaleza la comenzaron a construir durante los 30 años de gobiernos conservadores, para defensa y resguardo del ferrocarril. Cuando el presidente liberal José Santos Zelaya llegó al poder la acondicionó para cárcel y cuartel de tropas. En 1936, Anastasio Somoza García le mandó a construir muros de piedra en los cuatros costados y también le hizo cárceles subterráneas. Foto por: Óscar Navarrete/ LA PRENSA.La fortaleza es visitada todos los días por estudiantes, turistas y población en general, donde un guía turístico los lleva por un recorrido histórico del monumental sitio. Foto por: Óscar Navarrete/ LA PRENSA.Una vista de la ciudad de Masaya que se puede apreciar desde el costado sur de la fortaleza El Coyotepe. Foto por: Óscar Navarrete/ LA PRENSA.Fachada de la entrada a la fortaleza, muchas personas suben hasta este lugar para ejercitarse, debido a lo inclinado y la dificultad que representa subirla. Foto por: Óscar Navarrete/ LA PRENSA.Una de las cuatro torres de las cuales solo una cuenta con escalinata. Desde aquí se puede apreciar un panorama fresco y natural como el volcán Masaya, el Mombacho, el caserío y la laguna de Masaya. Foto por: Óscar Navarrete/ LA PRENSA.
Puede interesarte
COMO BENEFICIO DEL PLAN PREMIUM PODÉS COMENTAR EN TODOS NUESTROS ARTÍCULOS.
El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y
así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.
Comparte nuestro enlace:
Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte
aquí