Celdas pequeñas, muy viejas, mal olor, con servicios sanitarios en mal estado, demasiado caliente durante el día y muy fría por las noches, algunas celdas con barrotes de cara al patio donde se filtra la única fuente de luz y otras con vista al pasillo, sin faltar las empernadas, así es el Distrito Tres de la Policía de Nicaragua, ubicado en el barrio Altagracia.
Esta es la descripción que la exrea política Samatha Jirón brindó al diario LA PRENSA. Luego de ser secuestrada por personas de civil afines a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, el 9 de noviembre de 2021, fue llevada a las celdas del Distrito Tres, donde permaneció veinte días. Posteriormente fue trasladada en medio del secretismo a la cárcel de mujeres La Esperanza donde permaneció hasta que fue desterrada a Estados Unidos el pasado 9 de febrero de 2023.
Según un especialista cercano a las fuerzas armadas del país que prefiere no ser citado, explicó que este centro de carácter preventivo se convirtió en el reclusorio de presos políticos como parte de las estrategias de modificación en la forma de represión con los encarcelamientos.
El Distrito Tres se convirtió desde finales de 2021 en la cárcel de reclusión de presos políticos de la dictadura de Ortega.
Costo político
Luego del destierro de los 222 presos políticos en febrero, la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como el nuevo Chipote, quedó sin personas privadas de libertad por motivos de conciencia. “Hay un elemento simbólico, y es que tener personas presas en el Chipote tiene un costo político para ellos (Frente Sandinista), por lo que ese lugar representa y lo convirtieron de 2018 hasta la fecha, tanto el antiguo Chipote como el nuevo”, indicó el especialista.
Esta estación de policía es de carácter preventivo o prisión provisional, lo que significa que los detenidos serán privados de su libertad ambulatoria durante el proceso penal esté en curso, por lo que no debe existir una sentencia judicial condenatoria firme. Estas cárceles no están diseñadas para que los presos permanezcan largos períodos.
“Las celdas de detención que tienen en los Distritos de Policía quieren decir que están previendo que esa persona va a estar poco tiempo ahí, luego será trasladada a un centro penal. Es un poco la dinámica que hemos visto en los últimos meses, sobre todo de febrero para acá que el Chipote quedó vacío. Ese es el elemento práctico en términos de los mecanismos de la represión”, indicó el especialista.
Desde inicios de 2021, la Asamblea Nacional de Nicaragua al servicio del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, aprobó la reforma al Código Procesal Penal que amplió la prisión preventiva de 28 hora a tres meses, antes de llevar a juicio a los ciudadanos.
Cambio de “torturador”
En abril de 2023 el comisionado general Luis Alberto Pérez Olivas, apodado como el Sapo Mayor fue removido de su cargo de jefe de la Dirección de Auxilio Judicial y trasladado al Distrito Tres de Managua. Fue condecorado durante las protestas cívicas.
Pérez Olivas fue sancionado en el año 2020 por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Fue señalado de “cometer graves abusos como la tortura, violaciones, golpes con tubos de acero, entre otras prácticas”. Pérez Olivas se integró a la Polícia en los años 90 y en los 80 estuvo en la Dirección de Armas, Explosivos y Municiones.
Diversos presos políticos que estuvieron en las celdas del Chipote denunciaron que LAPO —como lo conocen sus cercanos— había dirigido las torturas. El excarcelado político Kennet Romero Aburto, a través de dos videos que compartió en redes sociales, reconoció a Pérez Olivas como “el líder”, su torturador, en las celdas de la DAJ.
“Pasé dos días de tortura para que confesara algo que no había cometido”, mencionó Romero Aburto, “mientras estaba grabando eso me tenían apuntado con fusiles AK y si yo fallaba me iban a exterminar ahí mismo”, agregó.
La revista Domingo de LA PRENSA indicó que Romero Aburto había acusado a Pérez Olivas de ejecutar a Keller Esteven Pérez Duarte, cuyo cadáver apareció en la cuesta El Plomo con signos de tortura, ambas piernas rotas, un disparo en la cabeza y parte de su cuerpo quemado, describió la revista.
El especialista indicó que la selección para recluir a los presos en el Distrito Tres puede estar ligada con la llegada de Pérez Olivas. “Él era el director del Chipote en un tiempo, pero quienes ejecutaban en la práctica no era él solo, eran una serie de oficiales. A cualquiera que llegue le pueden dar la orden y la ejecutaría. No se trata propiamente de eso, pero es un elemento que influye”, puntualizó.