14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Oficios que existieron en Nicaragua. ¿Cuáles recuerda usted?

Aguadores, carteros, sastres y telegrafistas son oficios que el tiempo y la tecnología han echado al olvido, pero que forman parte importante de nuestro pasado. Estos son algunos de los oficios extintos en Nicaragua

Que el tiempo es implacable ya lo sabíamos; lo que a veces olvidamos es que hace no mucho hubo oficios que fueron imprescindibles en nuestra vida cotidiana, antes de ser reemplazados por las nuevas tecnologías. 

Por ejemplo, operadoras telefónicas y telegrafistas se encargaban de entrelazar comunicaciones cuando todavía no soñábamos que pudiera existir algo como WhatsApp. Había, también, carteros, sastres, modistas, mecanógrafas, relojeros y aguadores. 

Hoy recordamos algunos oficios que ya desaparecieron o están a punto de desaparecer en Nicaragua, y que forman parte de nuestra historia y de nuestros buenos recuerdos.

Mecanógrafas

Hubo un tiempo en el que teclear a altas velocidades en una máquina de escribir era un conocimiento muy bien valorado que se adquiría en escuelas de gran prestigio, como la de don Fidel Saballos Morales o la famosa Escuela de Comercio Julieta Matamoros, ubicadas en Managua. Usualmente eran mujeres quienes se desempeñaban como mecanógrafas y transcribían dictados en empresas, clínicas, bufetes y juzgados. 

En los cursos de mecanografía aprendían tips para recordar frases largas y cómo escribir usando los diez dedos, manteniendo la postura correcta. Cuando se popularizaron las computadoras, continuaron existiendo las secretarias, pero el oficio de mecanógrafa ha ido desapareciendo, aunque sigue siendo útil la habilidad de escribir rápido. 

Todavía se puede aprender taquigrafía en clases de YouTube, por ejemplo. Pero ya no es una disciplina popular.

Taquigrafista 

La taquigrafía iba de la mano con la mecanografía y el secretariado, por lo que antiguamente era común que las escuelas e iglesias ofrecieran cursos para dominar esta disciplina que busca equiparar la velocidad de la escritura con la del habla, mediante códigos que se asemejan a culebritas y significan palabras enteras. 

Este conocimiento continúa siendo empleado en muchos tribunales del mundo, para la transcripción en tiempo real de las declaraciones.  

Linotipistas, tipógrafos y copistas

Antes de que los periódicos y los libros se diseñaran en computadora, existieron los tipógrafos, linotipistas y copistas que se encargaban de armar cada página letra por letra y línea por línea, para luego enviarla a impresión. La composición digital facilitó enormemente la impresión de textos, pero, eso sí, no ha abaratado su costo.

Que levante la mano quien se haya tomado foto alguna vez montado en un caballito.

Fotógrafos de caballito 

Antes de que todo mundo cargara una cámara en su celular, fueron populares los llamados “fotógrafos de caballito”, que trabajaban al aire libre y revelaban las fotografías en un minuto. Aunque aún hoy pueden encontrarse en sitios turísticos algunos fotógrafos que ofrecen imágenes analógicas instantáneas, estas se han convertido en una nostálgica curiosidad. 

De igual manera han desaparecido los fotógrafos de piñatas, que antiguamente laboraban en los pueblos del país. Con decenas de personas tomando fotografías con su celular, no siempre se considera necesario llamar a un fotógrafo local. 

Hasta los años 70 era común ver en el norte del país a burros distribuyendo agua. (Archivo La Prensa)

Aguadores 

Desde la época colonial hasta inicios del siglo pasado en Nicaragua existían los aguadores: personas que cargaban agua desde las fuentes cercanas y abastecían a la población, cuando la infraestructura para la distribución del agua potable era inexistente o ineficiente. En el norte del país esta tarea se hacía con burros.

Como recuerdo de aquellos tiempos quedó el sobrenombre con que se conoce a Nicolás “Cubero” Mora, descendiente de la heroína Rafaela Herrera. Su padre se llamaba Juan Mora, pero la gente lo llamaba “Cubero” porque vendía agua en cubas.

Relojeros

Antes era lo más normal de mundo encontrar en todas partes a los artesanos que daban mantenimiento a relojes analógicos de cuerda o batería. Ahora hay que ir a buscarlos a zonas específicas, normalmente en los mercados o en centros que se resisten al paso de los años y el avance de la tecnología digital. 

El oficio de lustrador se encuentra en vías de extinción. Ahora la gente usa deportivos o lustra en casa.

Zapateros y lustradores 

Con la industrialización del calzado, cada vez es menos frecuente el oficio de zapatero y muchos se han quedado remendando suelas descosidas. También se ven menos lustradores, un gremio que se resiste a desaparecer pese a que su oficio ya no es rentable. 

La proliferación de los zapatos deportivos y la crisis económica han diezmado la clientela de los lustradores, pues la gente no tiene necesidad de su servicio o prefiere realizarlo en casa. Además, según algunos miembros del gremio, antes las personas cuidaban más de su aspecto general y de su calzado, en particular. 

Carteros 

Hace dos décadas era común recibir cartas y paquetes por el correo tradicional y nos emocionaba recibir un correo electrónico. Ahora sucede todo lo contrario. Por lo mismo, el oficio de cartero está en extinción y ya no se relaciona con la imagen de un muchacho en bicicleta. El famoso sindicalista Domingo Sánchez, Chagüitillo, tuvo entre sus primeros oficios el de cartero.

El oficio de costurera o modista ya no tiene la demanda de antaño, pues pocas personas se dan a hacer ropa a la medida. Foto/ Archivo LA PRENSA

Sastres y modistas

La industria de la “fast fashion” (moda rápida) y sus grandes tiendas con aire acondicionado han convertido la ropa en algo descartable, que solo funciona por temporadas, se deteriora rápidamente y contribuye en gran manera a la contaminación global. Atrás quedaron los tiempos de los trajes y vestidos hechos a la medida. Ahora las máquinas de coser suelen usarse para “rumbitos” caseros, como echar un ruedo, pues muy pocas personas se dedican al arte del modismo y la sastrería, debido a la escasa demanda de prendas a la medida. En general, para combatir a la “fast fashion”, se prefieren las pacas de ropa usada. 

hace 50 años eran comunes en las casas los hornos de barro, como el de la fotografía.

Constructores de hornos

Las casas de nuestras abuelas solían contar con hornos de barro o concreto que se encendían en Semana Santa y otras fechas especiales, a fin de elaborar “cosa de horno” para consumo familiar. La costumbre se ha perdido y, por lo tanto, también el oficio de construir los hornos. Hoy día las rosquillas, hojaldras y empanadas se compran empacadas en el supermercado o a vendedores ambulantes. 

Telegrafistas

Durante décadas el telégrafo fue uno de los principales medios de comunicación en Nicaragua. La función de los telegrafistas era transmitir y recibir telegramas y radiogramas a través del Código Morse Internacional. 

Todavía en los años noventa, cuando alguien quería enviar un mensaje urgente, iba a la oficina de telegramas donde el telegrafista copiaba su mensaje y lo enviaba a la oficina de la localidad donde estuviera ubicado el receptor. De esa manera, los telegrafistas conocían todos los secretos del pueblo. 

Debido a que se pagaba por caracter, aquellas misivas se caracterizaban por ser breves, como “JULIO LLEGA LUNES, BESOS”. Hoy día el oficio de telegrafista se considera prácticamente extinto. 

En la década de los 2000 todavía se requerían estaciones telefónicas en comunidades de interior de Nicaragua. Foto LA PRENSA/Óscar Navarrete

Operadoras telefónicas

Los primeros teléfonos que se conocieron en Nicaragua fueron instalados en 1886. Eran unas cajas grandes de madera a las que se daba cuerda con una manivela. “Al inicio solamente había 12 de estos teléfonos en todo el país y estaban situados en algunas oficinas de gobierno y alcaldías”, detalla la revista Magazine en el reportaje Del telégrafo al Iphone 14: historia del teléfono en Nicaragua. 

El usuario tenía que pedirle la llamada a una operadora y ella se encargaba de conectar los cables para que las dos terminales telefónicas se comunicaran. Después se quedaba escuchando toda la llamada para “colgar” las líneas telefónicas y volverlas a poner en servicio cuando el usuario terminara de hablar.

En 1941, cuando en Nicaragua los números telefónicos solo tenían tres dígitos, se inauguró el Palacio de Telecomunicaciones en la vieja Managua. Como no todos los ciudadanos tenían un teléfono, todo el que necesitaba usarlo podía llegar al Palacio y solicitar una llamada. 

Continuó la modernización telefónica y en 1982 se creó el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor). La tecnología permitió que las plantas telefónicas fueran remplazadas poco a poco por un sistema computarizado y, partir de entonces, la asistencia de las operadoras solo fue necesaria en llamadas internacionales o desde poblados muy lejanos a Managua. Todavía en la década de los 2000, en algunas comunidades del interior del país la gente hacía fila en las estaciones telefónicas. Con las nuevas tecnologías, ya no son necesarias las centrales telefónicas ni las operadoras, pero abundan los Call Centers. 

Daniel Ortega se encargó de hacer desaparecer los periódicos impresos en Nicaragua, y con ellos los voceadores que los distribuían. Foto archivo La Prensa

Voceadores de periódicos

La represión de la dictadura de Daniel Ortega acabó con los periódicos impresos en Nicaragua. El Nuevo Diario y Metro salieron de circulación el viernes 27 de septiembre de 2019; mientras que LA PRENSA y el Periódico HOY fueron allanados el 13 de agosto de 2021. De estos diarios que circulaban impresos a nivel nacional, solo LA PRENSA sobrevive, pero a través de su plataforma digital.
Al no haber diarios impresos, en Nicaragua ha muerto el oficio de voceador de periódicos.

La Prensa Domingo Nicaragua archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí