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Siembra de primera del ciclo productivo 2022-2023. Foto tomada del portal oficial El 19 Digital

El fracaso del régimen de Ortega detrás de las pomposas cifras de su plan nacional de producción, consumo y comercio

Los números que muestran el fracaso del régimen de Daniel Ortega detrás de su balance en el aumento de la producción de la última década

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Nicaragua produce más alimentos que hace 10 años, tanto para el consumo interno como para la exportación, asegura el régimen de Daniel Ortega en el Plan Nacional de la Producción, Consumo y Comercio 2023-2024, que resalta el fuerte aumento en la producción agrícola, pecuaria, cultivos para la agroexportación y pesquera.

Un crecimiento en la producción que si bien ha impactado los ingresos por exportaciones, no ha beneficiado en mucho a los consumidores nicaragüenses, debido a que pese a que hay más disponibilidad de alimentos que hace una década, estos son los que más se encarecen en Centroamérica, según refleja el comportamiento anual de la inflación en la región.

En los últimos años Nicaragua ha estado en el grupo de países de América Latina con tasas inflacionarias elevadas, encabezando el indicador en Centroamérica, superando incluso a Costa Rica, lo que indica que los precios son los que más suben a nivel interno respecto a la región.

El 2023 no es la excepción. El Consejo Monetario Centroamericano refleja que Nicaragua cerró el primer cuatrimestre con una inflación interanual (los últimos 12 meses) de 9.53 por ciento, la más alta de Centroamérica, Panamá y República Dominicana.

Panamá, por ejemplo, que tiene menos áreas de producción respecto a Nicaragua, su inflación interanual hasta abril de este año es de 0.95 por ciento, en una economía con mayor poder adquisitivo. El Salvador, que es uno de los territorios más pequeños de la región, su tasa inflacionaria es de 5.43 por ciento.

Inflación interanual a abril en la región

País20222023
Nicaragua9.95 9.53
Costa Rica7.15 2.44
Panamá3.65 0.95
Honduras8.357.44
El Salvador6.55 5.43
Guatemala4.628.32
República Dominicana9.64 5.15
Fuente: Informe del Consejo Monetario Centroamericano

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) en su reporte Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional hacia una mejor asequibilidad de las dietas saludables, advirtió que “la elevada inflación alimentaria afecta sobre todo a los grupos de quintiles de ingresos más bajos de la población, que gastan una mayor proporción de sus ingresos en alimentos que los grupos de quintiles de ingresos más altos”.

Población mal alimentada

De hecho ese reporte de enero de este año indicaba que si bien la proporción de la población subalimentada se había reducido entre 2000–2002 y el 2019–2021, al pasar de una tasa de 27.5 por ciento a 18.6 por ciento en el periodo antes mencionado, lo cierto es que esta es una de las más altas de América Latina y el Caribe.

La población mal alimentada en Nicaragua al 2019-2021 es mayor que en Guatemala (16 por ciento), Honduras (15.3 por ciento), El Salvador (7.7 por ciento), Costa Rica (3.4 por ciento) y Panamá (5.8 por ciento).

La tasa de Nicaragua duplica la media mundial (9 por ciento) de la población subalimentada y la de América Latina y el Caribe, la cual se sitúa en 7.8 por ciento.

Pese a ello, el Gobierno en el plan de producción asegura que “entre 2006-2022, el sector Agropecuario ha incrementado su producción en 103.7 por ciento (sector agrícola 125.9 por ciento y sector pecuario 81.6 por ciento), influenciado por los programas socioproductivos implementados desde las instituciones del SNPCC (Sistema Nacional de Producción, Consumo y Comercio), las que continuarán estando presentes en todo el territorio nacional, acompañando y asistiendo a las familias productoras y emprendedoras del país”.

Resalta que la producción nacional de frijol y maíz ahora abastece en más del ciento por ciento el consumo nacional, y el 77 por ciento del consumo de arroz.

Al finalizar el 2015, un nicaragüense compraba la libra de frijol rojo a 15.76 córdobas, pero hasta abril de este año para comprar esa misma libra, y pese al aumento sustancial de la producción, un hogar requiere 34.91 córdobas. Eso ha ocasionado que ahora una familia requiera 1,186.94 córdobas para comprar las 34 libras establecidas en la canasta básica oficial, cuando en el 2015 eran necesarios 535.84 córdobas.

Otro ejemplo es la tortilla. Si bien la producción de maíz ha subido 11.4 por ciento, una libra de tortillas se vendía en el 2015 a 15.20 córdobas, pero este año hasta abril se requieren 28.16 córdobas para comprar esa misma cantidad.

En el caso del arroz, el régimen celebra que la producción ha aumentado 38.5 por ciento, lo que ha ocasionado una reducción en la dependencia de las importaciones. Sin embargo, este alimento está por las nubes, la libra se vendía en el 2015 a 12.10 córdobas, mientras que en abril de este año se cotiza a 18.41 córdobas.

“Acá un problema de eficiencia. Es cierto que estamos produciendo más, pero el Gobierno continúa en deuda con los productores para ayudarles a mejorar en la eficiencia, es decir producir más barato para que se pueda vender de manera más accesible a los nicaragüenses los alimentos”, afirma un líder productivo, quien prefiere no ser citado por temor a represalias.

“Si se inyectara tecnología a los productores, se capacitaran, pero además se redujeran los costos de los insumos de producción, porque recordemos que en 2019 con la reforma fiscal se endureció la política de exoneraciones para estos insumos e incluso se gravaron los bienes usados en el campo, entonces si esto se corrigiera veríamos alimentos más baratos”, recordó.

Poder adquisitivo estancado

Es cierto que los salarios también muestran una mejoría y en parte eso ayuda a paliar el impacto inflacionario en los alimentos, pero la recuperación de los mismos ha sido insuficiente para hacer frente a la carestía de la vida, en un país con vastas áreas para la producción.

Al respecto, en el 2015 el salario real de los afiliados al Seguro Social era de 4,430.6 córdobas, mientras que a marzo de este año es de 4,482.1 córdobas. Es decir una mejora de apenas 52 córdobas en casi una década.

Igual tendencia muestran los salarios de los trabajadores del Estado, que hace casi 10 años era de 4,603.1 córdobas, mientras que hasta marzo de este año se ubica en 4,420.9 córdobas.

“Lo que te están diciendo esos números es que la capacidad de los trabajadores en este país no ha mejorado en la última década. Se siguen teniendo casi los mismos córdobas que se tenían diez años atrás para comprar la comida en el hogar, mientras los precios se han disparado”, explica un economista, quien pide no ser citado.

La canasta básica en el 2015 cerró en 12,364.45 córdobas, de los cuales 8,274.41 córdobas son para comprar alimentos. Una década después esta se ha disparado a 19,234.15 córdobas, de los cuales 13,718.57 córdobas son solo para comprar alimentos, indican cifras del Instituto Nacional de Información de Desarrollo.

Hasta las hortalizas

Atrás no se quedan las hortalizas. Al respecto, el plan de producción destaca que Nicaragua es autosuficiente en la producción de hortalizas, raíces y tubérculos, excepto en la producción de cebolla que cubre solo el 61 por ciento del consumo nacional.

Ha decaído la producción de bananos, la cual decrece de 5.6 millones de cajas de 42 libras a 5.25 millones de cajas (-6 por ciento).

Pero incluso comprar estos alimentos en la actualidad tiene un elevado costo en la mesa. Por ejemplo, aunque la producción de papas ha crecido 63.6 por ciento en la última década, comprar una libra de este tubérculo cuesta 25.68 córdobas, mientras que en el 2015 costaba 15.14 córdobas.

La libra de chiltomas se vende en 39.33 córdobas; mientras que hace una década tenía un costo de 33.85 córdobas. Esto pese a que la producción ha subido 30.8 por ciento.

La libra de cebolla, cuya producción se ha incrementado 17.8 por ciento, pasó de 27.44 córdobas a 34.33 córdobas en el periodo comparado.

Impacto en las carnes y huevos

También llevar carnes, leche y huevos a la mesa se ha vuelto un desafío enorme para el poder adquisitivo de los nicaragüenses, pese a que la producción, según el Gobierno, ha subido sustancialmente, al punto que la producción de carne bovina, leche fluida y huevos abastece todo el consumo nacional; aunque la carne de pollo un 94 por ciento del consumo total y la carne de cerdo un 84.6 por ciento.

Al respecto, la carne de res es el máximo ejemplo de cómo el aumento de la producción no ha beneficiado la dieta de los nicaragüenses. La posta de res en el 2015 se vendía a 86.29 córdobas, sin embargo, hasta abril de este año se cotizaba en 143.86 córdobas.

En tanto, el litro de leche se vendía en 25.97 córdobas, pero una década después se ubica en 38.23 córdobas. Esto pese a que la producción se ha incrementado 52.4 por ciento y el acopio 11.6 por ciento.

Ni los huevos se salvan. La producción ha subido 31.6 por ciento, pero una docena hoy se compra en 70.03 córdobas, es decir a seis córdobas por unidad. Hace una década se compraba la docena en 48.60 córdobas, un poco más de cuatro córdobas por unidad.

Y si las familias optaran por alimentos más bajos en grasa, como el pescado, la situación también es similar. La chuleta de pescado se vendía en 71.43 córdobas; pero a abril de este año se cotiza en 98.79 córdobas.

“Es cierto que estos precios del 2023 están afectados por la inflación mundial, pero también es verdad que los aumentos de precios son más fuertes en Nicaragua que en Centroamérica, pese a que hay más producción y es ahí donde no hay un balance entre lo que pregona el Gobierno y lo que realmente están sufriendo en los hogares las familias a la hora de querer llevar alimento a la mesa. Se ha fracasado en el esfuerzo de producir más para llevar la comida más accesible a las familias”, enfatiza el economista.

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